martes, 14 de agosto de 2012

GORDILLO: EL FACHA DE MARINALEDA Asalta supermercados, ocupa fincas, roba, insulta…, se salta la ley cuando le parece pues cree tener la verdad absoluta; tal pensamiento es esencial en la filosofía del fascista

Si un día, por cualquier causa, este tipo llega a ser jefe
de gobierno, España se llenaría de checas y gulags.
El tal Sánchez Gordillo, alcalde de Marinaleda (Sevilla) desde 1978 (34 años montado en el carro del privilegio) sigue con su estrategia de hacerse notar, de creerse y presentarse como el salvador de la Humanidad, y para ello nada mejor que violar la ley. El barbudo personaje (por cierto, las barbas tan largas recogen las partículas de saliva que se expulsan al hablar, de forma que al secarse, invariablemente huelen que apestan; tal vez ese arma química forme parte de su táctica, o tal vez haya que huir de la higiene para ser buen izquierdista) es el típico iluminado que se cree en posesión de la verdad absoluta y, por tanto, legitimado para hacer lo que quiera, para infringir las leyes que él quiera; sin embargo, la misma acción que él lleva a cabo, si es perpetrada por contrarios ideológicos, será para él causa de gran indignación y lanzamiento de insultos. Este personajillo que siente devoción por asesinos (como ‘Che’ Guevara, cuya voz grabada para siempre lo deja bien claro) quebranta y a la vez utiliza la ley como los mafiosos más poderosos o como los grupos terroristas organizados, puesto que siempre cuenta con el mejor apoyo legal y político. Pasa por encima de la ley: asalta y roba, ocupa ilegalmente o desvía un tren; pero se aprovecha de la ley, pues es alcalde y diputado y recurre a la ley cuando la necesita…, como los asesinos y los terroristas; es más, él se disculpa diciendo son actos simbólicos, igual que los terroristas que dicen matar no a la persona, sino a lo que representa. En fin, es el típico facha que señala cuándo, qué leyes y quienes las pueden quebrar.

Aseguran que hay comunismo en su pueblo, pero los productos de ese pueblo entran en el mercado capitalista, forman parte del engranaje capitalista, de modo que de comunismo nada de nada. Y es que, como queda comprobado, ningún país comunista ha tenido éxito jamás, ninguno ha funcionado, y todos los regímenes comunistas han utilizado todos los recursos fascistas para mantenerse en el poder; no hay que olvidar que el comunismo es un método económico, no político, pues políticamente todo gobierno comunista es calcado a todo gobierno fascista. Además, también es evidente que quienes se proclaman comunistas o socialistas lo hacen desde la comodidad y libertad del capitalismo (¿alguien se imagina qué le pasaría a un ciudadano que en un país comunista se declarara capitalista?).

Pero desgraciadamente, el verdadero problema es que las leyes las escriben lechuguinos apocados, y son aplicadas por jueces atentos exclusivamente al bienestar del agresor.  

En fin, este individuo tan obsesionado por las cámaras y los focos, no es más que otro político que ha comprobado lo bien que se viaja subido en el tren del privilegio (34 años en primera clase), de modo que su intención es no volver a trabajar pie a tierra en la vida (evidencia de cobardía).

Seguro que a este Gordillo le gustaría ser Kim Yong Un, el dueño de ese paraíso comunista que es Corea del Norte. Por eso, si por algún vuelco del destino este tipo llegara un día al gobierno central, España se llenaría de checas, gulags y centros de reeducación.
    
CARLOS DEL RIEGO

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