lunes, 31 de julio de 2023

MÚSICA FUNK, AUTÉNTICO PODER NEGRO

 


 Todos los símbolos y caracteres de la música funk convergen en Earth Wind & Fire

Entre los diversos géneros de música popular que surgieron en el siglo pasado, el ritmo funk es uno de los más divertidos, bailables y transmisores de optimismo; un género ideado y puesto en práctica principalmente (pero no sólo) por artistas afroamericanos, negros vamos. Es el auténtico ‘black power’ 

Resultaría muy difícil encontrar canciones ideadas en clave funky que tengan efectos depresivos por sí mismas, aunque sí que pueden producir alergia, efectos secundarios indeseables y, en fin, otras consecuencias y secuelas entre la población heavy o punk, pero esto se debe más a la predisposición y características del oyente que a la composición química del producto. Sea como sea, la música funk ha proporcionado algunos de los comprimidos (canciones) más estimulantes, vibrantes, excitantes e incluso divinamente disparatados de todo lo manufacturado por la industria musical a lo largo del siglo XX.  

El concepto de la música funk tiene su origen en el sentimiento llegado de África, es por tanto cien por cien negra; a ese principio activo se le fueron añadiendo la asunción del cristianismo, que dará lugar a los espirituales y al góspel, las tradiciones anglosajonas y la propia situación de los americanos negros; todo ello condujo al blues, al jazz, al soul, al rock & roll…, al funk. Aunque su prehistoria se hunde en los sesenta, no cabe duda de que sus mejores años fueron los setenta y los ochenta del siglo XX. 

Cuando se habla de los nombres propios del género, hay que citar en primer lugar al padrino del soul, el gran James Brown (tan buen músico como mala persona), quien siempre supo controlar a la perfección los resortes del show bussines: ritmos trepidantes con instrumentación abundante, melodías simples y estribillos pegadizos, y al lado, espectáculo con efectos dramáticos, teatralidad, bailes y bailarines frenéticos… De su enorme producción destaca, lógicamente, su ‘Get up (I feel like bein a) Sex Machine’, pieza que encerraba infinitos recursos. También intuyeron por dónde podría ir la cosa los increíbles Sly & The Family Stone, que ya en los sesenta construyeron monumentos del funk-rock como el ‘I wanna take you higher’. 

Siempre asociados al mejor funk están, cómo no, Kool & The Gang, que tras una primera etapa más purista entraron en los ochenta con nuevos bríos, dando salida a piezas bandera del género como ‘Celebration’, ‘Get down on it’ o ‘Fresh’; inolvidables sus coreografías desmesuradas, colores reventones, fulminante sección de viento, ritmos muy calientes y un sonido magnético. De Chicago son los fabulosos Eart, Wind & Fire, que siguen en activo desde su fundación, en 1970; tienen una interminable lista de singles, algunos de los cuales están en los altares de la música funk, como la delicada ‘Fantasy’, la impresionante versión del clásico de los Beatles ‘Got to get you into my life’ (más soul), la cautivadora ‘September’ con su abrasadora sección de metal e incluso sus falsetes, la divertida, optimista y revitalizadora ‘Boogie Wonderland’ o la insuperable ‘Let´s groove’, tema que roza la perfección del género. No puede olvidarse a los neoyorquinos Chic, más elegantes y contenidos y con un gran talento como Nile Rodgers a la cabeza; ‘Good times’ es de lo más típico del funk, y ‘Le freak’ atrae irremediablemente por alguna causa desconocida. Los británicos Average White Band tenían dos cosas diferentes; una eso, que no eran de Estados Unidos, y otra que eran blancos; lo suyo era tal vez más cerebral y quizá fueran mejores músicos; sus momentos álgidos eran casi siempre instrumentales, como con ‘Pick up the pieces’ y algunos pasajes de sus canciones, donde evidenciaban deudas con el jazz. 

Imposible olvidar a los ‘anónimos’ Lipps INC, que sólo hicieron una gran canción, una sola, pero de esas que perduran, ‘Funky town’. Igual que los KC & The Sunshine Band, de Miami, con blancos y negros en sus filas, puestas en escena exageradas y varios títulos para la historia, como la siempre recordada ‘That´s the way I like it’ o la estimulante ‘Shake your body’. De Filadelfia eran The Trampps, que tienen sitio en el Olimpo Funk gracias a ‘Disco Inferno’, emblemática e irresistible canción de la banda sonora de la película ‘Saturday night fever’. Merecen ser recordadas asimismo algunas bandas que, desgraciada e increíblemente, están en el más oscuro de los rincones. Por ejemplo los efímeros Funkapolitan, ingleses procedentes de anteriores bandas que lanzaron un primer álbum antológico (con piezas como ‘Run run run’, ‘As the times goes by’, ‘In the crime of life’) y un atractivo funk-pop; o los escoceses Hipsway, que apenas hicieron un par de discos, pero al menos dejaron una auténtica joya como ‘The broken years’. 

Lógicamente la lista podría ser mucho más larga, y cierto es también que se ha hecho funk después, aunque siempre a imitación de aquellos que en esos veinte años brillaron con ese ritmo, esas formas tan deslumbrantes como sus habituales atuendos. Y aunque algunos blancos se atrevieran a ello a pesar de sus rostros pálidos, lo cierto es que el funk es y será pura magia negra. 

CARLOS DEL RIEGO

 

miércoles, 26 de julio de 2023

70 AÑOS DE UN MOMENTO HISTÓRICO: ELVIS ENTRA POR PRIMERA VEZ AL ESTUDIO DE GRABACIÓN

 


 Elvis con 18 años

Decir Elvis es decir historia del rock & roll, pues él fue uno de sus creadores e impulsores. En julio de 1953, hace ya 70 años, un jovenzuelo de 18 años se decidió a entrar en un estudio de grabación. Fue una de las chispas que puso en marcha este negocio y el inicio de una de las trayectorias más trascendentes de la historia de la música y la cultura popular del siglo XX 

Concretamente el 18 de julio de 1953 Elvis Presley entró en el estudio Menphis Recording Service para grabar su primera maqueta. El estudio estaba en el mismo edificio que el del sello Sun Records, que había fundado en 1952 Sam Phillips con la intención de grabar a grupos y solistas de rythm  blues y country. El afamado locutor y productor había trabajado con otras compañías, pero pronto comprendió que era mejor tener sello propio y no depender de otros. 

El caso es que hace siete décadas el joven Elvis entró en Menphis Recording y pagó cuatro dólares para grabar un par de canciones en un disco de acetato. Así grabó ‘My happiness’ (un tema estándar que tuvo éxito en 1948) y ‘That´s when your heartaches begin’ (popularizado en 1941). Cara A y cara B. 

Hay versiones que sostienen que Elvis deseaba hacer un regalo a su madre Gradys y pensó en grabarle esas canciones. Sin embargo, no parece una posibilidad, puesto que el cumple de su madre había sido unos tres meses antes, el 25 de abril; es casi imposible que un regalo de cumpleaños se retrase tanto…, y además, en casa no había tocadiscos. Por otro lado hay autores que afirman que lo que Presley quería era que Phillips lo escuchara y le diera una oportunidad. Pero no fue Sam Phillips quien le ‘atendió’, sino su ayudante Marlon Keisker, a quien corresponde el honor de haber registrado la voz de Elvis por primera vez. El propio Keisker recordaba: “Era sábado por la tarde y había mucho ajetreo. Había mucha gente que quería grabar sus discos particulares. Elvis entró y me dijo lo que los otros, que quería grabar un disco, así que le dije que tenía que esperar. Se sentó y pude hablar unos minutos con él, me dijo que era cantante, le pregunté qué cantaba y me dijo que de todo, le insistí si sonaba a alguien y, convencido, me dijo que no, que no sonaba a nadie”. 

El rey grabó su disco y no pasó nada. Jud, hermano de Sam Phillips, explicó: “Antes de irse le dijimos que tal vez lo llamaríamos para hacer algo que saliera a la venta, pero él apenas mostró interés, puesto que yo creo que no estaba convencido de sus habilidades como cantante”. 

Unos meses después, en enero de 1954, Elvis volvió a Sun Records para grabar otros dos temas, ‘I'll never stand in your way’ y ‘It wouldn't be the same without you’, pero tampoco llamó la atención. Sin embargo, algo debieron ver en él, pues unos pocos meses más tarde el propio Sam Phillips lo llamó para grabar una baladita, ‘Whithout you’, que tampoco terminó de convencer. El ‘milagro’ ocurrió en los tiempos de espera entre toma y toma, cuando Elvis Presley se puso a cantar de modo acelerado y explosivo el ‘That´s allright mama’ (del cantante y guitarrista de blues del Mississippi Arthur Crudup) con el guitarrista Scotty Moore y el bajista Bill Black acompañando y siguiéndolo de modo improvisado y con ambiente country. Phillips, extrañado, les preguntó qué era eso, qué estaban haciendo, pero ellos dijeron que no tenían ni idea. Grabaron y publicaron el tema, que ya era rock & roll. 

Y salió ese primer disco de Elvis Presley, ‘That´s allright mama’, en julio de 1954, con el que se produjo el big bang del rock & roll. Un ejemplar de aquella primera grabación se vendió hace ocho años por 300.000 dólares. 

CARLOS DEL RIEGO

 

domingo, 23 de julio de 2023

EL FÚTBOL FEMENINO QUIERE CONSEGUIR EN UNOS AÑOS LO QUE AL MASCULINÓ LE COSTÓ MÁS DE CIEN

 


Es inimaginable que los seleccionados le montaran a Luis Aragonés un motín como el que algunas seleccionadas le montaron a su seleccionador

El Mundial de Fútbol Femenino que se celebra estos días en Australia y Nueva Zelanda va a ser retransmitido por Televisión Española, puesto que ninguna cadena comercial estaba dispuesta a pagar los derechos de transmisión, ya que los estudios de mercado indicaban que el coste iba a ser muy superior al ingreso. Es una evidencia más de que, por más que se apoye y se desee, el fútbol femenino aun está lejos de despertar la pasión que el masculino. Es lógico: no se puede tener en unos años lo que cuesta más de cien    

Ya no se trata sólo de exigir salarios idénticos a pesar de que los chicos generan muchísimo más, sino que el interés y pasión que despiertan ellas no se acerca ni de lejos a lo que consiguen ellos. ¿Por qué?, sencillamente porque los hombres llevan más de un siglo jugando, mientras que las mujeres sólo llevan unos pocos años, y en esos cien años cada equipo ha conseguido congregar en torno a él una afición, una masa social que apoya incondicionalmente y lo lleva haciendo desde… Y esto, una afición fiel, no se conquista en unos pocos años. 

La hinchada de cada equipo tiene una especie de memoria común, una serie de recuerdos que comparten todos los integrantes de cada masa social y que es como el nexo entre todos los que se identifican con este o aquel equipo, sea el de más éxito deportivo o uno de los modestos. Cada afición en conjunto y cada aficionado individualmente tienen en mente aquel golazo con el que el equipo se salvó o triunfó, aquella remontada, aquel partido que se ganó en el último segundo, aquel título, aquel ascenso, aquel jugador de leyenda…, y también aquella derrota tan dolorosa, el poste traicionero, la eliminación injusta, el arbitraje que condenó al equipo… Todo esto (entre otras cosas, como el estadio, las peñas o los viajes de apoyo) es lo que une a los aficionados, es el nexo que los aglutina en torno a unos colores. Y esto no es posible obtenerlo más que con años y años. Y sin todo ese bagaje, por mucho que se publicite, no hay masa social que apoye incondicionalmente al equipo. Y sin masa social el equipo estará siempre sin base, sin los cimientos que mantendrán en pie el proyecto pase lo que pase. 

Y algo parecido sucede con la selección: el gol de Marcelino, el ‘gol’ de Cardeñosa, el arbitraje de Al Gandur, la goleada a Malta, la decepción del Mundial de España, las Eurocopas, Manolo el del bombo, la ‘maldición’ de cuartos, y claro, el Mundial, la parada de Casillas y el gol de Iniesta. Todo forma parte de la memoria que aglutina y construye una afición. Y todo ello sólo se consigue con décadas, con temporadas, mundiales, euroligas, torneos…

 El fútbol femenino (a escala profesional) está en su infancia y no hay forma de convertirse en adulto más que con el paso del tiempo necesario. Un ejemplo de la puerilidad o pubertad en que está el fútbol de chicas lo dieron las jugadoras seleccionadas para el equipo nacional. En agosto del año pasado gran parte de las escogidas por el seleccionador montaron una especie de motín contra el técnico, al que acusaban de..., en realidad nunca quedó claro (algo muy típico de la queja infantil). En todo caso, las amotinadas renunciaron a acudir a la selección nacional. Es algo inaudito: los jugadores diciendo al entrenador cómo han de ser los entrenamientos (Jorge Vilda tiene el título oficial, ¿alguna de ellas lo tiene?) o que los entrenamientos y la falta de títulos afectaba a la salud mental de las futbolistas. ¡Los jugadores echando o designando técnicos! 

Cuando a un deportista lo seleccionan para representar a su país lo lógico es el agradecimiento y la alegría. Sin embargo, a modo de capricho adolescente, muchas de las seleccionadas exigieron la destitución de quien las escogió. 

¿Alguien se imagina que los seleccionados le hubieran montado una revuelta similar a Javier Clemente, a Luis Enrique o a Luis Aragonés? No, eso es imposible: ningún futbolista se revolvería contra quien lo seleccionó para representar a su país. Todos llegan con humildad, respeto e ilusión. No lo otro.        

CARLOS DEL RIEGO

 

miércoles, 12 de julio de 2023

DEPORTISTAS TRANS QUE YA SON UN PELIGRO PARA LA INTEGRIDAD FÍSICA DE LAS DEPORTISTAS BIOLÓGICAS

  


La jugador-a de rugby que en menos de medio partido mandó al vestuario a tres rivales con diversas lesiones

La boxeadora trans Imane Khelif

Lejos de estar cerca una solución, el asunto de los deportistas trans se enreda y empieza a volverse peligroso. Ya no se trata sólo de la evidente superioridad de quien ha alcanzado la madurez física como hombre y compite con mujeres que han crecido como mujeres, sino que la autorización para que una persona con sexo masculino compita con personas de sexo femenino empieza a volverse peligroso para la integridad física de las que nacieron mujeres 

Una boxeadora australiana, Ebani Bridges, ha declarado que no peleará con una púgil trans: “Es algo así como si Mike Tyson se declara mujer y se presenta a pelear con una chica”. Una boxeadora mejicana, Brianda Cruz, peleó con una argelina trans, Imane Khelif, y tras su rápida derrota declaró: “Desde el primer instante sentí que estaba fuera de mi alcance. Sus golpes me hacían muchísimo daño; nunca en mis trece años de boxeadora había notado algo semejante, ni cuando tuve chicos como sparrings”. 

Casi a diario se tienen noticias semejantes, puesto que ya no es que un nadador se declare nadadora (y en los vestuarios exhiba ante todas unos … como el caballo de Santiago) o que un atleta trans exija competir en las carreras de chicas. El problema es que los deportes de contacto están ya inmersos en la controversia, lo que significa que la superioridad física masculina va a ser un riesgo cierto para el físico de ellas. 

En un partido de rugby femenino en Canadá uno de los equipos presentó a una jugadora trans, llamada Ash, que se define como persona no binaria y se identifica como mujer. A mitad de la primera parte Ash ya había mandado al vestuario a tres rivales con distintas lesiones. El árbitro, al ver la situación, optó por expulsar al jugador-a. Las chicas que sufrieron y chocaron contra sus más de cien kilos dijeron cosas como: “Las jugadoras de rugby no estamos acostumbradas a sentir que nos ha atropellado un autobús en el campo (…) El golpe que sentí cuando me placó me dolió durante una semana”. Otra: “Tiene mucha más fuerza bruta. Hay mujeres que son igual de grandes que él, pero ninguna chica pega así”. Otra: “En el rugby hay choques todo el tiempo. Las piernas de Ash son enormes y fuertes, igual que su cuerpo, y cualquier entrada suya sigue pasándote factura días después”. En fin, está claro que un tipo de 1.75 y cien kilos que juega con chicas es, ante todo, un abusón que en cualquier momento dice que se siente chaval y quiere competir en infantil. 

También causó bastante revuelo en Carolina del Norte, EE UU, un caso similar. Resulta que se permitió que un jugador trans jugara con chicas un partido de voleibol. En una jugada, la joven trans remató y la bola percutió en la cabeza de una rival (llamada Payton McNabb) con tal violencia que le provocó una conmoción cerebral y pérdida de conocimiento, y meses después padece parálisis parcial del lado derecho del cuerpo, problemas de visión, dolores de cabeza constantes…, además de ansiedad y depresión. 

“Permitir que hombres biológicos compitan con mujeres biológicas es muy peligroso, y si se sigue así un día habrá desgracias irreparables”, dijo Riley Gaines, nadadora y activista que lucha contra las disposiciones que permiten a deportistas trans competir con mujeres biológicas (y que fue agredida cuando intentó dar una charla sobre el asunto en la Universidad de San Francisco). 

CARLOS DEL RIEGO

 

domingo, 9 de julio de 2023

ALGUNAS LETRAS Y VERSOS QUE MUESTRAN QUE EL ROCK SABE PONERSE SERIO Y PROFUNDO

 


Bob Dylan está considerado uno de los mejores letristas de la historia del rock

Durante mucho tiempo, y aun hoy, hubo y hay muchos ciudadanos que miran al rock con desprecio y consideran que es algo superficial y surgido de mentes peligrosas y escasamente culturizadas. Vamos, que existen criaturas que tienen el convencimiento de que quienes hacen o gustan del rock & roll son gentes poco menos que analfabetas. Sin embargo, echando un vistazo a los versos y letras de las canciones se encuentran reflexiones agudas y profundas 

La realidad es que desde que existe el rock & roll existen autores preocupados por decir, por contar, por reflexionar y transmitir inquietudes y anhelos. No pocos músicos de rock han dejado escritos textos de verdadera altura más allá del hecho de que gran cantidad de piezas no van más allá de chico-chica, amor-desamor y asuntos similares. De hecho, cualquiera que tenga un mínimo interés y conocimiento podría citar a los grandes letristas del rock. Por otra parte, como es lógico, la lírica de las canciones no llega a todos del mismo modo, es decir, lo que a unos les parece sublime a otros les suena a rollo.    

Bob Dylan siempre se ha tenido por un autor preocupado preferentemente por transmitir sus pensamientos, como demuestra casi la totalidad de sus temas. Uno de sus títulos esenciales es ‘Blowin' in the wind’ (1963), donde recapacita acerca de lo que significa ser hombre: “¿Cuánto tiene que recorrer un hombre para que se le pueda llamar hombre?”; y luego: "¿Cuántas veces puede un hombre girar la cabeza y fingir que simplemente no ve?". La respuesta, dice el Nobel de Literatura, está en el viento. Igualmente se considera ‘Like a rolling stone’ (1965) una de las cumbres de las letras del rock: “Hubo un tiempo en que vestías tan bien (…) solías reírte de los demás (…) pero ahora no hablas tan alto ni tienes tanto orgullo (…) fuiste a las mejores escuelas (…) pero ahora tienes que aprender a vivir en la calle. ¿Qué se siente al estar solo, sin hogar, como un perfecto desconocido, como una piedra rodante?”. En sus cientos de obras Dylan ha reflexionado sobre casi todo. 

Lennon y McCartney han dado sobradas muestras de su talento para la escritura de versos y estrofas, sobre todo cuando, antes de 1965, se cansaron de escribir canciones de amor. Jhon habló de nostalgia e incluso de filosofía y sentir humano, aunque con aires sicodélicos, en canciones como ‘Strawberry fields forever’ (1967). Dice: “Vivir es fácil con los ojos cerrados, y malinterpretar todo lo que ves”. Luego de los Beatles, dejó piezas tan emblemáticas como ‘Imagine’ (1971), considerada una de las cimas del rock como herramienta del pacifismo: “Puedes decir que soy un soñador, pero no soy el único, espero que algún día te unas a nosotros y el mundo vivirá como uno”. 

Por su parte, Paul también escribió con profundidad e intención. Así, en ‘Hey Jude’ (1968) propone rechazar la negatividad y difundir la positividad, pues ésta siempre da mejores resultados: “Toma una canción triste y hazla mejor. Recuerda dejarla entrar en tu corazón (…) No cargues el mundo sobre tus hombros (…) Es un tonto el que se hace el tonto para que su mundo se vuelva más frío”. Muchas otras grandes letras ha escrito Macca; aun con los Beatles, en ‘We can work it out’ (1965), meditó sobre la complejidad de las relaciones amorosas y la frustración de no poder comunicarse: “Intenta verlo a mi manera. ¿Tengo que seguir hablando hasta que no sepa continuar? (…) Piensa lo que dices, puedes equivocarte y estar convencida de lo que dices. Podemos aclararlo y resolverlo o decirnos buenas noches”. 

Y tampoco era manco a la hora de escribir George Harrison. Para Beatles hizo letras tan mundanas como ‘Taxman’ (1966), que iba contra los impuestos y los recaudadores. Y luego, ya en solitario, publicó discos excelsos con letras de gran hondura, por ejemplo ‘Art of Dying’ (1970): “No hay nada de lo que hayas estado intentando en este mundo que pueda igualar o superar el arte de morir. ¿Me crees?”. 

Lo de palmar puede verse de un modo menos trascendente. Así, los californianos Grateful Dead  dijeron en 1987 en su tema ‘Hell in a bucket’: “Puede que me esté yendo al infierno, pero al menos estoy disfrutando el viaje”. Una forma de ver la cosas típica de los muertos agradecidos, de García, Weir y sus secuaces. 

Paul Simon es igualmente un escritor con hondura, de los que expresan pensamientos y reflexiones.  En ‘A hazy shade of winter’ (1968) aconseja: “Aférrate a tus esperanzas, amigo mío. Es algo fácil de decir, pero si tus esperanzas se van, simplemente finge que puedes construirlas de nuevo". Y en el clásico ‘The boxer’ (1970): “Un hombre oye lo que quiere oír y no tiene en cuenta el resto”, o sea, ‘los demás’ es un concepto secundario. 

El pacifismo y la unidad son temas recurrentes a lo largo de las décadas. Mike Pinder (Moody Blues) escribió en 1971 el tema ‘My song’, en él expresaba su deseo: “Espero que algún día seamos, en perfecta armonía, un planeta con una sola mente. Entonces te diría todas las cosas que tengo en la  cabeza”. 

El canadiense Neil Young es uno de los grandes del rock norteamericano, algo que se evidencia tanto en sus textos como en sus instrumentaciones, ritmos, sonido, intención… En su emblemática ‘Rockin’  in the free world’ (1989) denuncia: “Hay un niño más que nunca irá a la escuela, nunca llegará a enamorarse y nunca será genial”, es una crítica a la sociedad estadounidense, en la que las desigualdades eran (son) extremas. En ‘Barstool blues’ (1975) muestra su vena romántica: “Y te vi en mis pesadillas pero te veré en mis sueños. Y podría vivir mil años antes de saber lo que eso significa”; en esta habla del amor perdido, el cual está tan arraigado en su cabeza que piensa en ella incluso dormido, aunque en realidad no sabe por qué. Sencillo, original, poético, directo…, Neil Young. 

Lógicamente estas no son más que una gota en un mar de letras y canciones, pero sí representan lo que los autores pueden dar de sí. Y no es poco. 

CARLOS DEL RIEGO

 

miércoles, 5 de julio de 2023

HACE 210 AÑOS JOSÉ BONAPARTE HUIA DE ESPAÑA LLEVÁNDOSE UN FABULOSO BOTÍN

 

Al ver que la batalla estaba perdida, Pepe Botella abandonó todo y debió soltar un
 'au revoire'

Junio de 1813, el entonces rey de España José I, impuesto por Napoleón, abandonaba definitivamente ‘su’ reino, pero no lo hacía con las manos vacías, sino que pretendía llevarse un gigantesco botín cargado en unos ochocientos carros. Sin embargo, fue alcanzado, derrotado y despojado en la Batalla de Vitoria; el propio Pepe Botella (que era abstemio) lo abandonó todo y a todos y huyó a caballo 

Los soldados del ejército napoleónico entraron en España como elefante en cacharrería. Y no se conformaron con saquear, sino que se esforzaron en ejercer todo tipo de violencia sobre la población y sobre todo aquello que tuviera significado histórico, artístico o popular. Así, utilizó monumentos milenarios como cuadras, instaló polvorines al lado de catedrales (algunos explotaron con las previsibles consecuencias). Soldados y oficiales tiraron al blanco sobre estatuas, tallas e imágenes de gran valor, profanaron tumbas de reyes e importantes personajes buscando objetos de valor y, en fin, se dedicaron a destruir todo lo que pudieron por pura y simple diversión. El vil y odioso mariscal Joachim Murat, duque de Berg y cuñado de Napoleón, se ensañó con el pueblo llano, pero mató con entusiasmo y sin mirar posición social (oportunista, veleta y traidor, acabó sus días fusilado). 

Cuando ‘el pequeño Napoleón’ (uno de los muchos motes con que lo identificaban los españoles) comprendió que la derrota de su hermano era inevitable decidió huir de España, ya que sin su apoyo el pueblo no tendría piedad con él. Pero ‘su majestad intrusa’ (además de cobarde, ladrón, megalómano y, como remate, sectario masón) no se iba a marchar sin llevarse nada, así que emprendió una campaña de depredación de todo lo que tuviera valor y pudiera transportarse. Así, requisó todos los carros, carretas, coches, calesas, furgones y carromatos que había en Madrid y alrededores y los llenó con un inmenso tesoro: Joyas y alhajas de oro, plata y piedras preciosas, oro en todas sus formas (monedas antiguas y modernas, barras, obras de arte), ropas de lujo, telas finísimas y tapices de gran valor, muebles, tallas de madera, cuadros (de Velázquez, Murillo, Tiziano, Rubens, Van Dick…), vajillas, cuberterías y muchas más piezas de plata labrada, grandes cofres y bolsones rebosantes de dinero, estatuas, ajuares de iglesia y sacristía, anillos y cuanto adornara a vírgenes y santos, retablos y pinturas sobre tabla (destrozaron mucho más de lo que se llevaron), tallas y artesonados de madera, porcelanas, armas, la colección de minerales del gabinete de Historia Natural, documentos históricos, cartas geográficas y de navegación de los siglos XVI y XVII…, y todas las provisiones y víveres que pudieron acopiar. El 27 de mayo de 1813, ‘Pepe Plazuelas’ abandonaba definitivamente Madrid “dejándolo sin un alfiler” (cuenta Pérez Galdós en ‘El equipaje del rey José’, uno de sus imprescindibles Episodios Nacionales) para cruzar a Francia y disfrutar de lo saqueado. 

La inmensa columna fue atacada en varios sitios por los ingleses al mando de Wellinton (‘Véllinton’ o Vellinzón’, decían los españoles), en coalición con guerrilleros como Mina y sus aliados portugueses (también combatieron allí varias mujeres, entre ellas Agustina de Aragón, que debía tenerlos como el caballo de Santiago). Tras encarnizada lucha, desbandada francesa. El ya ex-rey, ‘el rey Pepino’, muerto de miedo, dejó atrás casi todo lo afanado y huyó al galope, “pálido, con el negro cabello en desorden, fruncido el ceño, trémulas las manos (…),  aterrado, jadeante (…) como el asesino que huye” (Galdós). 

Los franceses y los afrancesados huyeron en caótica desbandada. Todo lo que tenía pies echó a correr, hombres y caballerías, dejando atrás cualquier cosa que retrasara la carrera, incluyendo ciento cincuenta cañones y doscientos carros de municiones, equipamientos, cajas, furgones, carromatos y todo tipo de enseres particulares, bagajes y equipajes. Cada caballo llevaba a tres o cuatro personas, las cuales defendían su posición con estocadas y tiros. “¡Los ingleses, los guerrilleros!”, gritaban despavoridos los franceses y los afrancesados. La batalla fue terrible (más de 10.000 muertos), y tras la matanza llegó la posterior desbanda, la búsqueda de botín, la persecución despiadada de fugitivos, la venganza sobre los españoles que se marchaban con los franceses. Aquello fue espeluznante, apocalíptico. 

Luego fue el turno del pillaje y el saqueo de lo saqueado. Llegaron de Vitoria y otros lugares muchos paisanos atraídos por la seguridad de poder hacerse con algo de todo lo que gabachos y afrancesados dejaron desparramado por el campo en su desesperada huida. También se presentaron salteadores y ladrones a exigir una parte de los valiosos despojos. Se sucedieron infinitas escenas de codicia y de crueles tropelías, especialmente con los afrancesados que no pudieron huir. Los lugareños acudían con sus propios carros e iban revisando y cargando según preferencias. En medio de aquella vorágine algunos hacían chanzas con ciertos objetos, como el bastón de mando del mariscal Jourdan, las pelucas variadas de un familiar de ‘el rey pelele’ y hasta el sombrero del mismísimo ‘Pepe el espantadizo’. Al caer el día, los más rastreros se dedicaron con gran meticulosidad a revisar los cuerpos de los miles de muertos (muchos hechos pedazos por la artillería) en busca de anillos, relojes, cadenas, medallas …, de noche se veían moverse los farolillos de estos buitres sin plumas. Igualmente aparecieron compradores ávidos de hacerse con objetos de valor por muy poco dinero: unos pujaban por la joyería, otros por la ropa, por las armas, municiones y pólvora, otros compraban vinos y licores…, se hizo negocio incluso con las carretas ya vacías. Muchas familias de la zona hicieron gran fortuna con la huida de José Bonaparte. 

En fin, ‘el rey baraja’ apenas se llevó de España lo que le cupo en los bolsillos, mientras que muchos españoles se aprovecharon de la mayor parte de aquel fabuloso tesoro. 

Dos siglos después, ¿deberían los españoles echar chispas contra los franceses por la ocupación, violencias, saqueo y destrucción que perpetraron en España? Evidentemente, tal pensamiento no sólo es estéril, sino tonto. 

CARLOS DEL RIEGO 

(Actualización de texto de XI-2018)

domingo, 2 de julio de 2023

LAS BANDAS DE ROCK SURGIDAS EN LOS SESENTA QUE SIGUEN EN ESCENA

 

Más de sesenta años llevan Status Quo en escena

Mantener unido un grupo de rock a lo largo de décadas a pesar de altibajos, enfrentamientos, bajas... es sin duda un gran mérito, sobre todo si se mantiene una cierta altura artística. Por eso, formar parte de una banda siempre con los mismos compañeros (o con mínimos cambios) es toda una proeza que va más allá de la propia música

Es tiempo de usar y tirar, de escaso compromiso, de romper a la mínima contrariedad, y es así tanto en lo material como en lo personal. A pesar de ello, aun quedan algunos grupos de rock formados en la añorada e imitada década de los sesenta del siglo pasado que mantienen parte de su formación original. De un modo u otro han sabido superar los infinitos encontronazos profesionales y personales (incluyendo proyectos en solitario) que, seguro, han vivido en todo ese tiempo.

Al hablar del grupo más longevo todo el interesado dirá los Rolling Stones, puesto que la banda existe desde 1962, nada menos que seis décadas largas. El grupo mantiene su núcleo desde entonces, Mick Jagger y Keith Richards, quienes han sabido pelearse, reconciliarse, aguantarse y continuar con el proyecto sin que se atisbe su fin. Claro que, con total seguridad, los roces y enfrentamientos entre ambos han dado lugar a grandísimas canciones. En fin, hace más de sesenta años empezaron y aun no han acabado. Y que duren.

De la misma quinta son los ya entrañables Status Quo. No adoptaron su nombre en 1962 (se llamaron Paladins, Spectres, Traffic Jam…) sino en 1968, aunque era casi la misma formación. Hoy, tanto tiempo después, sólo permanece el guitarrista y cantante Francis Rossi, empeñado en no perder jamás su Status pase lo que pase. Apenas tuvieron unos meses de pausa en 1984, pero al año siguiente cogieron las guitarras y ¡a menear la melena a la vez! Ha sufrido varias bajas, la más reciente la de Rick Parfitt, que entró en el 67 y no dejó el grupo hasta unos meses antes de su muerte, en 2016. Su boogie-rock sigue siendo tan contagioso como siempre. 

Los alemanes Scorpions vienen funcionando desde 1965, con sus potentes baladas y sus mensajes pacifistas. Lo curioso es que anunciaron una gira de despedida en 2012, pero poco después decidieron que no había nada mejor en el mundo que ser Scorpions y demostrarlo…, aunque fuera con un calendario más ligero y razonable que hasta entonces. Cuando en 2015 el grupo cumplió los cincuenta, el solista Klaus Meine dijo que Scorpions había borrado la palabra adiós de su vocabulario. Él y Rudolf Shenker mantienen el espíritu Scorpions desde su fundación. 

El estadounidense Steve Miller formó su primera banda cuando tenía 12 años. Algo lógico teniendo en cuenta que sus padres eran músicos de jazz profesionales , y nada menos que el inventor de la Gibson, Les Paul, y su esposa Mary Ford fueron sus padrinos y habituales en su casa. Formó la Steve Miller Band 1966 y logró gran éxito durante las siguientes décadas, manteniendo siempre su reconocible estilo, basado en todo lo que aprendió de Les Paul y su mujer (aun hoy sigue tirando de las técnicas y maneras que le enseñaron). Tipo íntegro, Steve Miller ha mantenido una ética de trabajo férrea en su grupo, y tal vez por ello siga llenando estadios. 

Woodstock, 1969, se presenta un nuevo grupo con aires nuevos, con espíritu mestizo y una guitarra inconfundible: Santana. Pero la cosa venía de antes, puesto que en 1966 el guitarrista Carlos Santana, nacido en Jalisco, ya tocaba en San Francisco en un grupo al que llamó Santana Blues Band, con el que sorprendió a todos con su explosiva combinación de rock y música hispanoamericana.  Para el 69 ya había reorganizado el grupo (con José ‘Chepito’ Areas y demás prodigios del ritmo) y deslumbrado en el icónico festival. Aun hoy, tantísimos años después, estremece aquella actuación. 

Poco se ha ponderado siempre el rock sólido y profundo de los neoyorquinos Blue Oyster Cult, que nacieron en 1967 con el nombre de Soft White Underbelly, el cual cambiaron por el definitivo en el 71. El núcleo duro del grupo, Eric Bloom y Buck Dharma, están ahí desde el principio (excepto unos meses en 1986), dando caña ‘sin temor a la muerte’ (‘Don´t fear the Reaper’). 

Otros clásicos eternos son Chicago. La excelente macrobanda de rock-jazz comenzó en 1967 bajo el nombre de Big Thing, pero muy poco después se quedan con el definitivo Chicago Transit Authority, y luego, para abreviar, sólo Chicago. Entre sus bajas está la del guitarrista Terry Kath, muerto trágicamente en 1978. Y a pesar de la marcha de Peter Cetera en 1985, Chicago sigue grabando (el último, el año pasado) y girando. 

Las barbas del rock son las tejanas de ZZ Top. Formado en 1969, el poderoso trío mantuvo su formación original, Billy Gibbons, Frank Beard y Dusty Hill, hasta la muerte de éste en 2021. Más de medio siglo sin separarse para tocar, viajar, grabar, componer…, siempre ellos tres solos, sin cambios. Sólo se tomaron un merecido descanso de sí mismos a finales de los setenta, pero un par de años después volvieron, y ahí han estado hasta la muerte de Hill, aunque ya han encontrado suplente (el técnico y bajista Elwood Francis) y van a continuar con su rock simple y convincente. 

Otros nombres surgidos en los sesenta y que aun rebullen son REO Speedwagon (formado en 1966), Nazareth ( 68), Judas Priest (69), Uriah Heep (69), Aerosmith (70) o America (70). Esto del rock & roll debe ser algo así como un reconstituyente, una especie de auto-cura, un impulso vital que impide a muchos renunciar, retirarse y pasar a ser un jubilado más (y a mucha honra). Si no, ¿por qué siguen trabajando a pesar de ser octogenarios y millonarios? 

CARLOS DEL RIEGO