domingo, 31 de enero de 2021

GRANDES FIGURAS DEL ROCK QUE NO SE RESISTIERON A VERSIONAR A THE QUEEN


Robert Plant, de Led Zep, cantó en vivo una de Queen con May, Deacon y Taylor, pero la cosa no salió todo lo bien que se esperaba

El rock & roll siempre ha tirado de versiones. Rarísimo es el cantante y compositor que no ha hecho suya la melodía de otro. Las razones son múltiples: para hacer un homenaje al autor, por convertir un original en otro original, por darle un ambiente y tratamiento diferente…, o por puro gusto y un puntito de admiración y envidia (sana) del imitador, que desearía haber sido el escritor de la pieza. The Queen ha dejado mucho material para reinterpretar

Las canciones más versionadas proceden de las décadas de los 50, 60 y 70; no quiere decirse que no se hayan hecho abundantes versiones de lo publicado a partir de 1981, sino que los temas de aquellos primeros treinta años tienen el sello de lo clásico. En realidad, casi ningún grupo surgido en los ochenta y posteriores ha sido revisitado insistentemente por otros. The Queen (formado aun en los sesenta y activo hasta los noventa) ha proporcionado a bandas de todo tipo abundantes canciones para su transformación, de modo que no pocas estrellas del rock no han podido resistirse a rehacer una de Queen.

Imitar es admirar, casi adular. Por eso se editó en 1997 ‘Dragon attack: Tribute to Queen’, en el que grandes figuras del rock se juntaron para la ocasión y se barajaron entre sí para dar forma a ‘grupos’ de un solo uso con los que recrear títulos emblemáticos de Queen; es decir, no participaron bandas establecidas, sino músicos como Robby Krieger (Doors), Glen Hugues (Deep Purple, Black Sabbath), Yngwie Malmstein, Lemmy (Motorhead), o el eterno y deslenguado Ted Nugent (entre muchos otros). Estos dos últimos protagonizaron una espectacular versión del ‘Tie your mother down" (título muy revisitado), que se adapta a la perfección a la voz etílica de Lemmy y da oportunidad de lucimiento a la guitarra de Nugent.

Uno de los títulos más hard-metal de Queen es el arrollador ‘Stone cold crazy’, por lo que parecía lógico que un grupo como Metallica, que siempre ha sido incondicional de Freddie y compañía, lo hiciera suyo y lo llevara a una explosión de guitarras frenéticas y percusión enloquecida. Esta visión del tema quita la respiración incluso al más fan de los Queen.

La letra del tema ‘Innuendo’ la escribieron Freddie y Taylor, quien siempre ha dicho que era un homenaje a Led Zeppelin y a su canción ‘Kashmir’. Robert Plant se atrevió con este tema en vivo, concretamente en el concierto de homenaje y recuerdo a Mercury en 1992, y además acompañado por May, Deacon y Taylor. Lo malo es que ponerse en el lugar de Freddie es imposible, de modo que Plant no cantó todo lo bien que se esperaba; debió ponerse nervioso, olvidó parte de la letra y se distrajo… Estaba tan decepcionado, tan disgustado que rogó que ese tema no se incluyera en el disco…, aunque las imágenes están disponibles.

Disparatada fue la asociación que, en 1997, formaron Bruce Dickinson, solista de Iron Maiden, y la soprano Montserrat Caballé (admiradora de Freddie) para recrear la siempre complicada ‘Bohemian Rhapsody’. El resultado es chocante y a veces parece disonante, sobre todo a causa de la diferencia de texturas vocales y de que, evidentemente, ella canta mucho mejor y con mucha más potencia. El tema apareció en el Lp ‘Friends for life’ de la soprano.

Especialistas en baladas, los alemanes Scorpions publicaron en 2001 el Lp en vivo ‘Acustica’, en el que incluyeron una espléndida versión de una canción espléndida, ‘Love of my life’. La versión luce, porque Klaus Meine tiene una voz dulce y entona muy bien, pero es que en la de Freddie resulta conmovedora.

Tampoco los punk-rock Green Day se resistieron al encanto de la Reina. Desde que la ‘estrenaron’ en vivo en 2004, han ejecutado el ‘We are the champios’ casi 200 veces, y aunque el público siempre la acoge con un subidón de adrenalina y brazos, no se ha publicado en ningún disco. B J Armstrong y compañía se atrevieron, incluso, con coros estilo Queen.

Y estas son solo una muestra, pues las de Queen son canciones siempre atractivas a los ojos de otros músicos..

CARLOS DEL RIEGO

 

miércoles, 27 de enero de 2021

EL ASTORGANO FRANCISCO VILLAGRÁ, BRAZO DERECHO DE PEDRO VALDIVIA EN LA CONQUISTA DE CHILE

 


Retrato de Francisco Villagrá

Cuando se piensa en el descubrimiento y conquista de los territorios americanos acuden a la memoria los nombres de los grandes capitanes, de los legendarios conquistadores de imperios. Sin embargo, pocas veces se tienen en cuenta a los personajes ‘secundarios’ que fueron determinantes para que aquellos consiguieran sus objetivos. Uno de estos gloriosos subalternos fue Francisco Villagrá, de Astorga, que se convirtió en el brazo derecho de Pedro Valdivia, conquistador de Chile

Colón, Cortes y Pizarro son los primeros en que se piensa cuando se trata de los años del descubrimiento y conquista de América. Así, injustamente se tiende a olvidar a quienes estaban al lado de aquellos primeros espadas, a pesar de que su concurso resultó decisivo para conseguir los objetivos  conquistadores. La exploración y conquista de Chile es bastante menos conocida que la de México o Perú, y sin embargo tiene igual mérito. El extremeño Pedro Valdivia lideró aquella asombrosa empresa, y para ello contó con la eficacia y fidelidad de un hidalgo leonés, Francisco Villagrá.

Francisco Villagrá (o Villagrán, como escriben a veces los cronistas) nació en Astorga, en 1507 o 1511. Soldado desde muy joven, tomó parte en diversas acciones bélicas (incluso luchó en Túnez contra Barbarroja) hasta que en 1537 embarcó para América. Este era un recurso que ofrecía muchas posibilidades, sobre todo para segundones, hidalgos sin fortuna y gentes sin nada mejor; hay que recordar que a América apenas fueron soldados, pues en las guerras de Europa el soldado profesional conseguía unos salarios que la aventura americana no aseguraba, es decir, los que se embarcaban tenían poco que perder aquí y mucho que ganar allí, aunque era viajar hacia lo desconocido.

En 1540 Pedro Valdivia se dirige hacia lo que hoy es Chile con un ejército de seis españoles, seis, y unos dos mil indios aliados; un contingente al que se le unen algunos restos de expediciones fracasadas; en total eran menos de 150 españoles, entre los cuales estaba una partida mandada por Francisco Villagrá. El intrépido leonés se ganó la confianza de Valdivia y resultó fundamental en la conquista de Chile. Encabezó expediciones a tierras desconocidas, atravesó el desierto de Atacama, cruzó los Andes, descubrió el Cuyo argentino,  llegó a ser gobernador de Chile por mandato real...

Al año siguiente Pedro Valdivia funda varias ciudades, entre ellas Santiago del Nuevo Extremo (o Nueva Extremadura), que será Santiago de Chile y de la que Francisco Villagrá será regidor. En 1545 Valdivia pone al leonés,  su hombre de máxima confianza, al frente de una ambiciosa expedición cuyo objetivo era llegar por tierra al estrecho de Magallanes. Sin embargo, el astorgano hubo de volverse ante las insuperables dificultades que presentan los Andes, la selva, los ríos torrenciales…, y los araucanos, pueblo fuerte, belicoso y temido. En el transcurso de una batalla (de las muchas en que tomó parte) contra este mítico pueblo, lo derribaron del caballo, lo rodearon y, cuando los araucanos se disponían a acribillarlo, trece de sus soldados consiguieron hacerles frente y salvarlo; apenas repuesto y sin tomarse un respiro, Villagrá empuñó su espada y, como si nada hubiera pasado, volvió a la lucha. ¡Hay que tener arrestos!

Cuando en 1548 Valdivia parte hacia Perú para combatir a otros españoles rebeldes, deja a Villagrá como Teniente de Gobernador de Chile, cargo en el que se mostrará muy enérgico, prudente pero decidido y seguro de tomar siempre la decisión más conveniente; allí estuvo apoyado por su primo Pedro Villagrá e Inés Suárez, mujer de Valdivia. El comerciante y cronista Pedro Sánchez de Hoz trató de organizar una rebelión, pero Villagrá la descubrió, lo detuvo, lo interrogó y mandó que le cortaran la cabeza, aunque perdonó al resto de conspiradores. A su vuelta, Valdivia se muestra satisfecho y premia sus servicios con el título de Teniente de Capitán General “por haber tenido tan buena cuenta y razón”.  

En 1551, con un ejército de 200 hombres traspasa la cordillera con la intención de encontrar un camino desde Santiago hasta Santa María de los Buenos Aires (lo que hoy es la capital argentina), descubriendo la región argentina del Cuyo (en el centro oeste del país). Luego vuelve a Chile.

Pero el pueblo araucano no dejaba de combatir a los españoles. En 1553, mandados por el jefe Lautaro, derrotan, torturan, matan y se comen a Valdivia, retomando varios fuertes, puestos fortificados y ciudades recién fundadas. Cuatro años más tarde, ya nombrado corregidor y justicia mayor por la Audiencia de Lima, Villagrá  vuelve enfrentarse al temible ejército araucano capitaneado por Lautaro, que conocía muy bien las tácticas de los españoles, pues había servido al lado de Valdivia; esta vez vencen los españoles y muere Lautaro, con lo que el leonés entra en Santiago aclamado como un héroe.

Aquella victoria se produjo días antes de la llegada de García, el hijo del virrey de Perú (Andrés Hurtado de Mendoza), que encarcela a Villagrá en Lima, acusándolo de asumir el mando sin  legitimidad y de haber robado el oro del rey. En 1558, recién entronizado Felipe II, llega un documento por el que se nombra a Villagrá gobernador de Chile; sin embargo, Hurtado de Mendoza lo oculta durante años manteniendo preso a Villagrá; finalmente, en 1661, el usurpador no puede esconder la carta por la que Felipe II lo destituye y ordena dejar el mando a Villagrá, que queda como Gobernador de Chile; por desgracia, el barco que lo trae desde Lima trae también una epidemia que diezmó a indios y españoles

Pero Francisco Villagrá era hombre de acción, y sólo un año después organiza otra expedición, ahora hacia Patagonia, pero su salud se ha deteriorado mucho a causa de la gota (lo transportaban en camilla), así que encarga la misión a dos de sus capitanes, que fundarán en su nombre (y en el del rey) las ciudades de Resurrección y San Juan de la Frontera. Finalmente, el hijodalgo astorgano murió allí, en Chile, en junio de 1563   

De él habla Pedro Valdivia en sus cartas al Emperador Carlos I; en 1547 le escribe: “Allí proveí al capitán Francisco de Villagrá, mi maestro de campo, porque le tenía por verdadero servidor y vasallo de V.M. y celoso de su cesáreo servicio, por mi lugarteniente general, para que atendiese la guardia, pacificación y sustentación de las ciudades de Santiago y La Serena y los vasallos de V.M”. Es evidente el alto concepto que Valdivia tenía del leonés, uno de los protagonistas de la conquista y soldado distinguido y reconocido por su valor, fidelidad y eficacia.

¡Aquello eran aventuras!

CARLOS DEL RIEGO

(Con información de las obras de Aurelia Cabero y Francisco J. Rodríguez)

domingo, 24 de enero de 2021

PHIL SPECTOR, ARTISTA GENIAL, PERSONA DESPRECIABLE

 


Spector con Lennon, al que también le sacó la pipa

Hace unos días murió Phil Spector (en la cárcel a causa del Covid 19), uno de los compositores y productores musicales más innovadores, influyentes y exitosos del siglo XX. En él coincide  la dualidad formada por la genialidad artística y la perversión humana, dicotomía que tantas veces se ha visto a lo largo de la Historia.

Todo el que tiene un mínimo interés por la música rock y derivados sabe de Phil Spector, de sus visionarios ‘inventos’ sonoros, de su magia en el estudio de grabación…, y también de la actitud irascible, colérica y violenta que lo volvía absolutamente odioso. Varias veces se ha visto esta duplicidad, este Jekill y Hide en el terreno artístico y literario (Voltaire, Paul Verlaine, Rousseau, James Brown…), por lo que ya no puede sorprender que el talento y la maldad coincidieran en Spector.

Expresiones como ‘muro de sonido’, superposición de capas sonoras o saturación de tonalidades y texturas siempre se asocian al productor neoyorquino. Es innecesario mencionar a todos los que aprovecharon su talento para tocar el éxito, ni las más de dos docenas de álbumes, los más de cincuenta singles que produjo (o compuso) y los incontables éxitos que, de un modo u otro, llevan su nombre; baste recordar que apenas tenía 21 años cuando ya había ganado su primer millón de dólares. Y tampoco hace falta enumerar los cargos y acusaciones que a lo largo de su vida lo llevaron ante la justicia, hasta que fue condenado por asesinato en 2009 y encarcelado hasta el pasado 21 de enero, cuando lo sacaron con los pies por delante.

Quienes trabajaron a su lado no lo olvidarán jamás, tanto por su lucidez artística como por sus inclinaciones violentas. Según cuentan algunos de los ingenieros y técnicos de sonido que trabajaron a su lado en los años sesenta, cuando hizo aquello tan viejo de grabar tres guitarras (o tres pianos) con sonido diferente y superponerlas, los profesionales del estudio pensaron que ese recurso era viejo, vulgar y facilón; sin embargo, cuentan, él cogía las grabaciones, las retocaba y manipulaba, y luego las mezclaba y difuminaba de un modo tal que resultaba imposible separar el sonido de una guitarra del de las otras, quedando una sonoridad diferente, impactante, muy diferente a la simple superposición de instrumentos. Y podía mezclar y remezclar una y otra vez, horas y horas, y cuando todos creían que ya estaba satisfecho decía que no le gustaba y que había que volver a empezar.

Pero también eran constantes sus reacciones coléricas; casi todos los que trabajaron con él coinciden en que experimentaba unos desconcertantes cambios de humor, de modo que por cualquier nimiedad pasaba de ser un tipo alegre y amistoso a un energúmeno gritón, amenazante, tiránico y rencoroso. Más que conocidas son las rabietas que le llevaron a tirar de pistola, como cuando se la sacó a Ramones o a Leonard Cohen, cuando pegó su frente a la de Lennon y se puso a disparar al techo… Y a ello se añaden las incontables denuncias por maltrato y abusos que presentaron casi todas sus novias y esposas.

En la parte artística no todos quedaron satisfechos con su trabajo. Así, Dee Dee Ramone (tal vez el más músico del grupo) explicó que el tipo hacía verdadera magia con las piezas lentas (el clásico ‘Baby I love you’ fue el tema más vendido de Ramones) e incluso con los medios tiempos (como ‘Danny says’), pero que con los temas rápidos no lo tenía tan claro.

Por su parte, Paul McCartney quedó muy decepcionado con el trabajo de Spector en el álbum ‘Let it be’, sobre todo con su ‘The long & winding road’. El beatle la había concebido para ser interpretada con piano, percusión suave y poco más, y sin embargo, Spector le añadió toda una orquesta. En cuanto tuvo ocasión, Paul editó la versión ‘desespectorizada’.

Como ‘atenuante’ a su personalidad Hide puede apuntarse un hecho tan terrible como que su padre se suicidara cuando él tenía nueve años; y también su tremenda adicción al alcohol y las drogas, que durante los años 70 lo llevó al descontrol total y a una especie de pasión por las armas de fuego (dicen que incluso cuando hablaba por teléfono hacía escuchar a su interlocutor cómo amartillaba el arma). El caso es que, por diversas causas, eran muy frecuentes sus arrebatos de ira salvaje.  

Al morir, con 81 años, Phil Spector era un hombre muy rico. Era propietario de un extenso listado de canciones de muy diversos artistas, como el ‘Let it be’, ‘Be my baby’, ‘Unchained melody’ o el ‘You`ve lost that loving´ feeling’ (el tema más reproducido del siglo XX en sus muchas y muy diversas versiones); sólo las dos últimas han generado más de cien millones de dólares, por lo que es fácil deducir que cada año ingresaría verdaderas fortunas. Tuvo que pagar millones a sus ex esposas, entregarles mansiones, automóviles de gran lujo, su avión privado…, y alrededor de un millón al año en abogados, y más aún para los que lo defendieron en el juicio que lo llevó definitivamente a la cárcel.

CARLOS DEL RIEGO

 

 

jueves, 21 de enero de 2021

APENAS DESCUBIERTOS LOS TERRITORIOS AMERICANOS, LOS ESPAÑOLES YA FUNDABAN UNIVERSIDADES

 


Sala del convento del Rosario, donde se impartieron las primeras clases de la Univrsidad de San Marcos, Lima, en enero de 1553

A lo largo del presente 2021 se conmemora el bicentenario de la independencia de casi todo lo que formó parte del Imperio Español en América, situación que, a ambos lados del océano, será aprovechada para renegar de la actuación de España, para hablar sólo de lo malo y callar lo bueno. Es inútil repetir que lo que allí hicieron los españoles no se diferencia de lo que se hacía en todo el mundo entonces, incluyendo América. Pero la realidad dice que unos pocos años después de la llegada de los primeros barcos, Hispanoamérica ya tenía las primeras universidades del continente. En otros lugares esperaron siglos     

No pocos historiadores especialistas en la América Hispánica coinciden en afirmar que la conquista la consiguieron los indios, mientras que la independencia fue cosa de españoles; la cosa se explica porque eran muchísimos más los indios aliados de los españoles que éstos (en la toma de la capital azteca combatieron unos 800 españoles y más de 150.000 indios aliados), de modo que en la conquista tomaron parte más amerindios que hispanos; en cuanto a la independencia, la idearon, planearon y llevaron a cabo los criollos (no los indios), es decir, los españoles nacidos allí, que querían poder hacer y deshacer a su antojo sin tener que dar cuentas a la metrópoli… Hace dos siglos, ante la situación de debilidad de España, Venezuela, Colombia, Ecuador y Panamá se independizan con el nombre de la Gran Colombia, luego fue Perú, las Provincias Unidas de Centroamérica (Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica), México…

Todos los ‘libertadores’ prometieron la felicidad absoluta (como es normal en estos casos), aunque el tiempo ha demostrado otra cosa. Sin embargo, a pesar de la calamitosa gestión y gobierno de los dictadores, políticos y caudillos que han mandado allí desde entonces, siempre han culpado de los males de sus países a los españoles, ya fuera acusándolos de las muertes de los indios (las mayores matanzas fueron planeadas y ejecutadas por los nuevos gobiernos, que señalaban a los indígenas como un lastre para la modernización del nuevo país), el caos social, la corrupción, la ruinosa economía, la violencia... Además, los políticos hispanoamericanos jamás dieron (ni dan) ningún valor a lo que los españoles dejaron antes de irse, como universidades, colegios, hospitales, catedrales, organización, administración territorial, cuerpos legales, alfabetización, mestizaje… Cuando las otras potencias colonizadoras perdieron sus imperios, no dejaron nada, absolutamente nada en los territorios que abandonaban, lo que demuestra claramente sus intenciones.       

Imposible mencionar todo, así que baste detenerse en la fundación y construcción de universidades. La primera fue la Universidad Mayor Nacional de San Marcos de Perú, en Lima, por real cédula de mayo de 1551; ha desempeñado su labor ininterrumpidamente desde su fundación, y ni siquiera durante las guerras de independencia se detuvo su funcionamiento; además, tenía los mismos privilegios y libertades que la de Salamanca. Es conveniente recordar que sólo hacía 30 años de la toma de México-Tenochtitlán (otro aniversario) y ¡19 años! de la victoria de Pizarro sobre los incas. Es decir, muy poco después de llegar, ya estaban construyendo y proporcionando a cada nuevo territorio todo lo necesario para que América pasara del Neolítico al Renacimiento (unos 10.000 años) en unas décadas.

También en 1551 se funda la Real y Pontificia Universidad de México. La Universidad de Santo Tomás de Aquino de República Dominicana, en Santo Domingo, recibió bula papal en fecha tan temprana como 1538 (por eso allí presumen de ser la primera de América), aunque no obtuvo la real cédula hasta 1558. La Santo Tomás de Aquino de Bogotá nace en 1580; en 1603 se erige la Universidad de San Fulgencio de Quito, Ecuador, y en 1621 la Universidad de Córdoba, Argentina. Las universidades de Santiago de Chile, Sucre, La Habana, Caracas, Guadalajara… surgen a lo largo de los siglos XVII y XVIII, siempre por iniciativa de España, pues aquellos territorios era parte de ella. Esta empresa de construcción de centros del saber es una prueba de que la intención de la corona española era dar a los amerindios lo mismo que tenían el resto de los españoles, los de allí y los de aquí.

La primera aproximación a universidad que hubo al norte de México fue el ‘New College’ de Cambridge, Massachusetts, en 1636, aunque no tenía sede ni edificio, ni profesores y sólo un solo alumno (¿); no adquiere la denominación y estatus de verdadera universidad hasta 1780. Los antecedentes de las célebres universidades de Estados Unidos (Yale, Princeton, Columbia…) aparecen a lo largo del siglo XVIII, aunque todos eran ‘colleges’ y no son auténticas universidades (con facultades) hasta l siglo XIX, cuando el país ya no forma parte del Imperio Británico.

España construyó universidades y hospitales, organizó los territorios y, en fin, dotó a Hispanoamérica de todos los elementos necesarios para su modernización. Cierto que hubo excesos y violencias, como en cualquier lugar y en cualquier tiempo, pero siempre contra la ley (Testamento de Isabel de Castilla, Leyes de Burgos, Leyes Nuevas), por tanto no debe recordarse solo esto.        

CARLOS DEL RIEGO

domingo, 17 de enero de 2021

ROCKEROS QUE VENDEN LOS DERECHOS DE SUS CANCIONES Y UNO QUE LOS HA COMPRADO

 


Neil Young también ha vendido parte de sus derechos de autor por una fortuna, aunque seguro que no le falta efectivo.

En los últimos meses varias figuras de rock con dilatada trayectoria y gran catálogo de canciones han vendido los derechos sobre las mismas, consiguiendo así auténticas fortunas. Nombres de la talla de Bob Dylan o Neil Young, que siempre defendieron con uñas y dientes el control de sus composiciones, ahora los ceden a editoras, discográficas o grupos de gestión. Paul McCartney hizo lo contrario, recompró lo que un día fue vendido        

El control sobre la publicación, emisión o cualquier otro tipo de uso de sus creaciones siempre ha sido uno de los elementos de poder que tiene el músico ante la fuerza de todos los sectores que componen la industria. Y es que esos derechos, que incluyen la licencia para usar las canciones en anuncios, cine, radio o televisión, dan más beneficios que lo que es el porcentaje por las ventas. Muchos autores que vendieron esos derechos se tiraron luego de los pelos al ver lo que generaban al ponerse de moda una suya gracias a un spot. El caso es que grandes figuras del rock se han lanzado a la venta de sus melodías a pesar de que, seguro, no tienen problemas para llegar a fin de mes.

Julian Lennon, el hijo que John tuvo con Cynthia Powell en 1963, vendió los derechos de parte de las composiciones de su padre en 2007 a la discográfica Primary Wave, aunque el acuerdo no afectaba a las de Beatles y parte del resto. Años después esa compañía vendió un paquete de derechos de varios artistas, en el que iba Lennon, a BMG por 150 millones de dólares.

Uno de los que más recientemente ha tasado y traspasado su talento es Bob Dylan, quien a finales de 2020 cedió el control de publicación de algo más de 600 de sus temas a Universal por 300 millones de dólares, tras haber rechazado una oferta de 400 de Hipgnosis, una empresa de gestión e inversión en propiedad intelectual que cotiza en bolsa. Su producción incluye unos cincuenta elepés, otros tres con los Traveling Wilburys, diez o doce en directo, recopilaciones de rarezas…

La fiebre vendedora pareció a afectar a grandes veteranos del negocio al final de 2020, como Neil Young, que despachó la mitad de los derechos de sus canciones a la mencionada empresa Hipgnosis por 150 millones de pavos (el tío ha publicado más de 80 elepés con los grupos en que militó y en solitario, además de bandas sonoras, singles, directos…). El dueño es Merck Mercuriadis, un canadiense que se las sabe todas, pues ha trabajado en el negocio casi desde niño, conoce todo lo referente a las discográficas, el marketing y promoción, la gestión de artistas…, hasta que montó esta compañía para dedicarse a la compra de catálogos de grandes del pop y el rock (ya posee docenas) y su posterior gestión comercial. El caso es que Young le hizo prometer que nunca utilizaría sus canciones como sintonía para spots publicitarios; Mercuriadis lo anunció así: “Tenemos una pasión común por la música y por estas grandes canciones, y por eso nunca habrá una hamburguesa de oro”, dijo refiriéndose a ‘Heart of gold’, uno de los grandes éxitos de Neil Young que ha pasado a propiedad de Hipgnosis.

Por las mismas fechas la gran cantante y compositora Stevie Nick, que fue clave en el éxito millonario de Fleetwood Mac, decidió vender el 80% de sus derechos de autor y publicación (tanto de sus aportaciones al grupo como de su extensa carrera en solitario) a Primary Wave. Al parecer, esta compañía se decidió a comprar cuando el tema ‘Dreams’ volvió otra vez al éxito gracias a un vídeo que circuló por las redes. Nicks cerró la operación en 100 millones de dólares.

También en 2020, Richie Sambora, de Bon Jovi, vendió a Hipgnosis los derechos de 186 canciones que escribió para el grupo, y además dijo que Mercuriadis es “la única persona a la podría confiarle a mis bebés”. Mucho antes, en 2008, Steven Tyler, de Aerosmith, vendió sus composiciones a Primary Wave, la cual los revendió a BMG cinco años después por la bonita cifra de 150 milloncejos.

Estos son sólo los más famosos, pero esa tendencia se observa desde hace décadas. La incógnita es por qué, puesto que resulta muy difícil creer que Dylan o Young estén necesitados de efectivo y lo hagan exclusivamente por pasta; también parece extraño que vendan para que sus canciones ganen popularidad y difusión; aunque tal vez la venta de derechos se deba a que los tíos van cumpliendo años y prefieren no tener que preocuparse ya por la gestión y tejemanejes de disqueras y gerentes, o sea, que se conforman con el cheque mensual sin querer saber más. 

Claro que alguno ha recorrido el camino inverso. Como todos los ‘beatlemaníacos’ saben, Michael Jackson ganó en 1985 la subasta de las canciones de los Beatles, algo que Paul consideró una puñalada por la espalda; el fallecido cantante las vendió posteriormente a Sony por nada menos que 750 millones de dólares. Macca siempre buscó la forma de recuperar esos derechos, hasta que en 2017, tras haber presentado varias demandas, llegó a un acuerdo extrajudicial con Sony para hacerse con lo que era suyo, el cual se hizo efectivo en 2018; no se publicó el monto de la operación, aunque es de suponer que la multinacional no perdería dinero…

CARLOS DEL RIEGO

 

jueves, 14 de enero de 2021

EL ‘CAMIÓN DE TRILITA’ QUE EXPLOTÓ EN BARCLONA EN 1938

 


Esta foto de la aviación italiana, que especifica día, hora  y lugar del bombardeo, muestra la diferencia entre la explosión de la bomba-camión y las del resto de las bombas

Aquellos tres años que duró la Guerra Civil Española dejaron incontables momentos históricos y trascendentes, anécdotas de menor alcance y otros que, aun pasado el tiempo, no terminan de estar totalmente aclarados. Un caso que dio mucho que hablar entonces, aunque hoy casi olvidado, es el llamado ‘Enigma del camión de trilita’ de Barcelona, que provocó una gigantesca explosión con centenares de muertos

El episodio ha pasado a la historia como el ‘Enigma del camión de trilita’, y aunque sobre él se ha escrito mucho, hoy está casi olvidado; en todo caso aún tiene cabos sin atar. El hecho, en pocas palabras, fue que el 17 de marzo de 1938, durante un bombardeo de la ‘Aviazone Legionaria delle Balleari’ (como se llamaba la escuadrilla italiana que combatía del lado nacional y tenía su sede en Mallorca), una de las bombas produjo una explosión monstruosa, mucho mayor que el resto. Hubo muchos muertos y heridos, aunque es difícil precisar el número, ya que hubo bombardeos durante tres días y se suele dar la cifra total. Las tres teorías que se han expuesto son: primera, que se tratara de una bomba con un poder de destrucción nunca visto y que se probó en Barcelona aquel día, pero resulta difícil creer que nunca más se volviera a utilizar ni se volviera a saber de semejante artefacto. Segunda posibilidad, que la bomba cayera cerca o encima de un camión cargado de explosivos que pasaba por allí. Y tercera, que no hubiera bomba y que lo que el camión transportaba explotó por accidente.

Según los conocimientos disponibles, todo hace indicar que lo que ocurrió se acerca bastante a la segunda posibilidad: una bomba cayó sobre un camión abarrotado de dinamita provocando una gigantesca detonación. Según un soldado llamado José Pagés, era bastante corriente que los camiones fueran a Montjuic a cargar explosivos; él servía en el destacamento de La Sagrera, de donde salió el vehículo con dirección al castillo de Montjuic para llenar la caja de dinamita, de hecho, asegura que despidió a sus compañeros justo antes de que subieran al camión que luego volaría por los aires, y que unos días después él mismo montó en otro camión hacía Montjuic para lo mismo: cargar munición.

A principios de los ochenta del siglo pasado apareció una foto tomada desde uno de los aviones italianos que ejecutaron aquella acción; la foto es del ‘Servizio fotografico’ de la ‘Aviazone Legionaria’, tomada a las 14,15 horas del 17 de marzo de 1938, es decir, el día y la hora en que voló el camión, parte de la calle y las vidas de muchos ciudadanos. La foto pone de manifiesto la diferencia entre los efectos de la bomba-camión y los del resto de los artefactos sobre las calles barcelonesas.

Haciendo caso a las pruebas, parece más que evidente lo que sucedió. Sin embargo aún hay algunas cuestiones que no tienen respuesta y que impiden responder todas las dudas. Para empezar, es extraño que se transportase semejante mercancía por el centro de la ciudad en pleno ataque aéreo, sobre todo teniendo en cuenta que los bombardeos eran muy frecuentes, que había rutas más seguras, que las alarmas avisaban con tiempo…, como mínimo es una incomprensible negligencia , un riesgo cierto y muy peligroso. Y en segundo lugar, según los testigos, había mucha gente paseando tranquilamente por la calle, los cafés y las terrazas estaban llenos y los tranvías circulaban con normalidad…, no parece la imagen que podría esperarse después de que atronaran tras las alarmas y se desatara el bombardeo; al contrario, al escuchar el aviso todo el mundo correría a refugiarse, nadie se quedaría tranquilamente paseando o apurando su café. ¿Por qué la gente no reaccionó? Esta pregunta sin respuesta daba base a la teoría de que el camión explotó sin que mediara bomba, pero los datos con que la foto en cuestión fue archivada por la Aviación Italiana (con la hora, el día, el lugar, la altura a la que fue tomada, el avión, el fotógrafo…) demuestran que el camión explotó tras ser alcanzado por una bomba… Salvo que los paquetes que llevaba el vehículo detonaran accidentalmente justo en el momento en que caían las bombas en calles cercanas. Esas dudas aun no tienen respuesta. Por eso es un enigma.

Este asunto dio mucho que hablar, aunque hoy apenas es recordado en sus aniversarios. Han pasado más de ochenta años de todo aquello, y a pesar de todo lo que se ha investigado, analizado y publicado, muchos de los sucesos de aquellos tres años aun no están perfectamente aclarados.

CARLOS DEL RIEGO

 

domingo, 10 de enero de 2021

EL CRISTIANISMO, QUE LO LLAMÓ ‘MÚSICA DEMONÍACA’, CONTRIBUYÓ AL NACIMIENTO DEL ROCK

 


Las congregaciones protestantes estadounidenses se revolvieron contra el rock, y eso que algunos pioneros  surgieron en sus iglesias

A pesar de que Estados Unidos instauró la primera verdadera democracia, siempre ha tenido una parte de población muy retrógrada, muy reacia a cualquier cambio que se enfrentase a sus herméticas y agarrotadas opiniones, como demuestran los ‘trumpistas’ que asaltaron el capitolio. Esa parte puritana de la sociedad estadounidense se movilizó en su momento contra algo tan peligroso como el rock & roll, al que acusaron de demoníaco, aunque las iglesias protestantes contribuyeron a su nacimiento    

Nunca se sabe cómo responderá la persona o el grupo ante una novedad, por eso tampoco puede extrañar que la sociedad estadounidense (la primera que se ‘enfrentó’ al rock) se llevará una tremenda impresión cuando apareció esta música tan…, distinta. El sonido era muy grueso y agresivo para oídos sensibles y los cantantes eran muy descarados, vestían de modo extravagante y mostraban peinados nunca vistos; además, las letras y los bailes resultaban insinuantes y sexualizados; y a ello añadían que este tipo de artistas llevaban muy mala vida. Por ello, muchas asociaciones cristianas de Estados Unidos se revolvieron contra el rock. Sin embargo, lo más curioso es que algunas de las primeras estrellas del rock surgieron precisamente de las iglesias. 

Un historiador del rock & roll, Randall J. Stephens, afirma que las canciones que se cantaban durante los oficios religiosos en las congregaciones protestantes fueron “fundamentales para las primeras generaciones de grandes estrellas del rock”. Y así es: Jerry Lee Lewis, Little Richard, Elvis, Johnny Cash, James Brown, Aretha Franklin y muchos otros grandes nombres que construyeron los cimientos del rock (y otros estilos afines) ‘debutaron’ en la iglesia, y lo que allí aprendieron fue esencial para su posterior carrera como cantantes, algo que todos ellos han reconocido con agradecimiento; por ejemplo Elvis, cuyas primeras ‘actuaciones’ fueron en la congregación de la Primera Asamblea de Dios de Menphis, siempre destacó lo importante que fueron para él las cuartetos vocales, blancos o negros, que cantaban en esa iglesia, y explicó que él cantaba “como ellos, pues siempre me gustaron los cuartetos espirituales, que cantan así”.

Entonces, ¿por qué los cristianos protestantes de los cincuenta reaccionaron con repulsa contra la nueva música? Una respuesta sería que sintieron que esos nuevos cantantes se habían apropiado de modo irreverente de ‘su’ música y de lo que habían aprendido en ‘su’ iglesia; así, pentecostales, presbiterianos y similares acusaron a Ray Charles de blasfemar cuando trasladaba la música sagrada a los escenarios indignos de acogerla, o sea, afirmaron que Ray había secularizado la música santa que sólo debía cantarse en la casa de Dios. Es más, algunos denunciaron que el rock había “robado la música a la Iglesia y la había pervertido”, hasta convertirla en “música demoníaca”. Y luego está el racismo, que entonces era común en Estados Unidos, de modo que como casi todos los primeros músicos de rock eran negros, las congregaciones blancas del sur (las más activas y racistas) gritaban que el rock “es música de la jungla, ritmos tribales, puro salvajismo”. Otros, sin embargo, dijeron que lo que había hecho Ray era combinar el blues con el espiritual, el góspel, o que Aretha Franklin sólo había cambiado ‘Jesús’ por ‘baby’ (nena-nene).

También contribuyó a las primeras reacciones en contra del rock & roll la actitud desafiante ante las normas y el desprecio a la autoridad que aparecían en los versos de las canciones, llenos de mensajes “que pervierten a los jóvenes”. Ayudó a esta opinión el nacimiento del fenómeno fan con The Beatles; primero ridiculizaron su corte de pelo, “afeminado”, y sus trajes ajustados, pero luego se escandalizaron al ver la histeria que, primero con Elvis y luego con ellos, producía el rock en la juventud, de modo que los puritanos (y no pocos católicos) estadounidenses de los cincuenta se convencieron de que el rock estaba siendo un sustituto de la religión, pues los chavales compraban y escuchaban discos en lugar de leer La Biblia e ir a la iglesia, e incluso parecían ‘adorar’ a los Beatles... Aquello fue visto como algo intolerable.

Hoy todo aquello parece de risa, aunque el rock sigue manteniendo un punto de rebeldía, sobre todo el de sus décadas doradas. Pero lo mejor es que las guitarras eléctricas han entrado en las iglesias, e incluso hay canciones rock que, debidamente adaptadas, se han incorporado a la música que se canta durante los oficios, como el ‘Blowing in the wind’ (1963) de Dylan.

Resulta sorprendente y contradictorio que el rock, que nació en tugurios de mala catadura entre humo, drogas, peleas, licores, mujeres, juego, vicio y perdición (como describe el clásico ‘La casa del sol naciente’), también le deba parte de su génesis a los oficios dominicales. Claro que, tal vez, a ese presunto antagonismo se deba su encanto.

CARLOS DEL RIEGO

jueves, 7 de enero de 2021

TODOS LOS GOBIERNOS DEL MUNDO SON CULPABLES DE LA PÉSIMA GESTIÓN DE LA PANDEMIA

 


Perfecta imagen de la situación, los gobernantes muy cómodos varios metros sobre el suelo sin hacer nada por los ciudadanos que se hunden 

Así es, todos los gobiernos de todos los países del mundo (con alguna excepción), de cualquier ideología o partido han gestionado con enorme negligencia la pandemia y, por tanto, son culpables de las escalofriantes cifras de muertos y damnificados. Y ello es así porque una de las principales obligaciones de todo gobernante es velar por la salud pública, y es evidente que no han cumplido con su obligación

Puede parecer exagerado o injusto, pero lo cierto es que las cantidades de fallecidos por el virus que se dan como oficiales (que seguramente serán falsas) demuestran que los políticos y partidos gobernantes han actuado con desidia e incompetencia hasta que ya era tarde, incluso algunos siguen así. El gobernante tiene el deber ineludible de proporcionar a la población seguridad, enseñanza…, y por encima de todo velar por la salud y procurar el bienestar de los ciudadanos. Cobran por esa responsabilidad, pero no han cumplido (hay excepciones, claro, como en Nueva Zelanda).

¿Y por qué no han atendido a una prioridad tan evidente como la amenaza de una pandemia de estas características? La respuesta está clara, porque están en su mundo, en el de la política, el cual está a varios años luz de la realidad, muy lejos de la calle, del ciudadano y sus problemas. Los gobiernos los integran políticos vitalicios cuya única preocupación es hacer política, lo cual quiere decir que todo hubiera sido igual (o muy parecido) en caso de que la pandemia hubiera pillado a otros partidos en el poder, todos hubieran actuado más o menos igual porque, en realidad, todos los políticos se ven inevitablemente impulsados a hacer lo mismo: política, su único objetivo. Es decir, lo que les preocupa es mantener o conquistar el poder, maniobrar ante la opinión pública, pensar estrategias para las próximas elecciones, encargar costosísimas campañas de autobombo y de propaganda para tapar vergüenzas propias y destacar las del rival, colocar a gente de confianza en los puestos más apetecibles y de poder para tener cuanto más control mejor…A esto estaban cuando se conocieron los primeros casos y a ello están muchos gobiernos en la actualidad.

Tal han perpetrado todos los políticos que componen todos los gobiernos de todo el mundo. A finales de 2019 los medios de comunicación ya hablaban de la extraña epidemia que se había desatado en una provincia china. Desde ese momento la noticia empezó a ocupar más y más espacio en prensa y redes. A comienzos de 2020 los organismos internacionales avisaron de lo que se venía encima: la OMS, la Unión Europea, la ONU… lanzaban alarmas muy preocupantes que, incomprensiblemente, los gobiernos ignoraron, relegándolas para dedicar tiempo, esfuerzo y dinero a lo suyo, a la política. Las consecuencias son los millones de muertos y las economías destrozadas.

Y todos los gobiernos actuaron igual, y algunos peor, pues tampoco hay que olvidar que hubo presidentes y ministros que negaron la gravedad del virus, lo cual seguro que indujo a muchos ciudadanos a ‘pasar de todo’, con los resultados por todos conocidos. Y en no pocos casos han tratado de desviar la atención con propuestas innecesarias y tremendamente inoportunas; como ese alcalde de una capital del noroeste que mandó, en pleno confinamiento, pintar calzadas y aceras de una calle…, sería como si el capitán del Titanic ordenara, tras chocar con el iceberg, pintar las habitaciones. Delirante, típico de quien vive lejos de la realidad.

Si los políticos que componen los gobiernos hubieran cumplido su obligación habrían actuado desde el primer momento, desde las primeras evidencias, con lo cual las cifras de muertos hubieran sido mucho menores. E igualmente,  si los gobernantes fueran los gerentes de empresas privadas, sin duda serían acusados de negligencia criminal. Pero son políticos profesionales y vitalicios.   

CARLOS DEL RIEGO

 

domingo, 3 de enero de 2021

LO QUE HACE DEL ROCK & ROLL UN ESTILO MUSICAL ÚNICO

 


El concierto de rock es como un gran ritual en el que los fieles participan con gran devoción

El rock & roll ya tiene 65 años si se da por bueno que el primero de su especie fue el ‘Rock around the clock’; hubo una especie de prehistoria, pero se tiene el año 1955 como el de su nacimiento (en realidad ese tema es del 54 pero su irrupción fue en el 55). Desde entonces el rock ha tomado su espacio en la sociedad, tanto entre los jóvenes que lo descubren como entre quienes vivieron sus épocas doradas. En todo caso el rock es algo único, diferente a cualquier otro modo musical, y las razones son sólidas como una de AC DC, por ejemplo

Aunque el rock ha alcanzado la edad de la jubilación, no parece que vaya a  dejar la actividad. Sus características, sus rituales, sus dogmas, santos y mártires, sus reliquias, sus cánones…, todo ello diferencia al rock de cualquier otro género musical.

Una de las particularidades del músico o grupo de rock es que escribe sus propias canciones (aunque haga alguna versión) y no suele permitir que nadie meta mano ahí. Se tiran semanas, meses, dándole vueltas a una idea, y luego horas y más horas en el estudio. Es decir, sus discos, sus canciones definen a la banda de rock, la identifican. Cuando escucha una pieza, el buen aficionado identifica la banda por sus peculiaridades, impresas en las canciones. Y eso le costó mucho al compositor, que en cada nuevo disco trataba de ofrecer lo mejor de sí. En otros estilos musicales es raro que el músico o grupo tenga repertorio propio, ya sea una orquesta sinfónica, de jazz o un cantante de canción ligera. En fin, una banda de rock siempre ha dependido más de su mérito y menos del marketing.  

Otro tanto puede decirse de la instrumentación. En la actualidad un disco pensado para las listas y radiofórmulas es pura mercadotecnia, todo hecho con ordenadores, con equipos que corrigen errores, salidas de tono o entradas a destiempo, todo está repulido, híper producido. Y los intérpretes tampoco tocan, de modo que el solista llega cuando el ordenador tiene cargados todos los archivos con el acompañamiento. Los grupos de rock cuentan con verdaderos virtuosos, tipos que dominan la guitarra, el teclado o la batería hasta límites sólo al alcance del verdadero talento; comparten mucho tiempo en el estudio, participan en mezclas y producción, se enriquecen artísticamente con el contacto profesional. Así, cuando en vivo se acerca el solo o el pasaje instrumental de referencia, el público flota y, llegado el momento, el músico pone toda el alma en sus dedos… Es su solo, es su canción. Y no es difícil escuchar debates sobre cuál es el mejor batería, el sólo más arrebatador, el sonido más potente… En música de moda no se habla de músicos y solos.

¡Y que bien cantan los buenos cantantes de rock!; claro que hay que decir que los cánones estéticos del r & r son exclusivos y diferentes a los de los demás estilos musicales, de modo que un cantante o guitarrista limitados pueden hacer buen rock, aunque a la larga hasta los punks más recalcitrantes progresan y prefieren tocar y sonar mejor. Los solistas del rock suelen entonar muy bien, y no será preciso recordar voces inolvidables y con grandes capacidades canoras aun cuando detrás hubiera guitarras rabiosas y baterías desbocadas. Ah!, y las letras, que empezaron siendo poco más que inquietudes propias de la juventud para, muy pronto, empezar a tocar todos los asuntos, denunciando injusticias con convicción, gritando contra los excesos de la autoridad, adelantándose a movimientos sociales, incluso profundizando filosóficamente sobre el ser humano o la propia naturaleza.

Para millones en todo el mundo el rock nunca envejece. Canciones de los cincuenta, estribillos de los sesenta, riffs de los setenta, exageraciones de los ochenta…, se escuchan hoy con deleite, no pierden su fuerza ni su capacidad de emocionar por más años que pasen; de hecho, muchos medios (cine, radio, tele) las utilizan por su poder de atracción, por su eterna actualidad, por su fuerza evocadora.

También es propio del rock una variedad casi ilimitada de sub-estilos, lo que indica una raíz muy segura y un tronco muy sólido, además de gran flexibilidad y capacidad de adaptación. A partir del rock & roll primigenio surge el pop-rock, el country rock, el folk rock, el sicodélico, el progresivo, el rock sinfónico, el ‘soft’ rock, el glam rock, el jazz rock, el rock chicano, el heavy metal (gran rama de la parten muchas otras), el punk, la new wave, el rock gótico (o after punk, o siniestro), el ‘indie’, el alternativo, el ‘grunge’…, incluso hay techno rock. Todo tiene la misma raíz, todo es rock. El cantante romántico, en realidad, es siempre el mismo, el de hace medio siglo canta lo mismo que el recién lanzado.

Pero donde el rock exhibe lo más profundo de su ser es en el concierto, templo donde se repiten los más excitantes y exclusivos rituales. Para empezar, es rarísimo que alguien vaya él solo a un concierto de rock; se queda con la peña, se programa y se espera el día y el momento, se anticipan unas birras o lo que caiga… Dentro, antes de empezar, es momento de excitación e ilusión. Y entonces se apagan las luces, el personal reacciona de modo muy sonoro, brilla el escenario y todo el recinto explota. El público grita, canta, baila, vitorea, aplaude, silba…, mientras los altavoces atruenan con el tema que abre el espectáculo. Todo el mundo conoce los ritos: se responde a las arengas, estímulos y anuncios del cantante, se hace ‘air guitar’ con los solos más encendidos, se cantan a voz en grito los temas preferidos…, se mete todo el ruido que se puede para pedir uno o dos bises y se estalla en gran salva cuando por fin se escuchan los primeros acordes de la canción más esperada. Se apagan las luces del escenario, se encienden el resto y se oye música de fondo, todo el mundo sabe que se acabó, como si hubieran dicho ‘podéis ir en paz’. El ritual del concierto de rock es el que cualquier amante conoce y disfruta por más veces que lo haya repetido. Y luego está el festival, que es como un empacho, como un exceso muy satisfactorio.   

Los símbolos propios del rock son las poses y bailes reconocibles, las portadas icónicas, los logos de las bandas, las guitarras legendarias, el club de los 27 y los grandes caídos, el legendario disco en directo, los trajes identificativos, las leyendas…, todo eso es lenguaje universal, algo que cualquier iniciado sitúa sin dudar, sea del continente que sea. Además, las grandes figuras del rock influyen en el público mucho más que los profesionales de otros géneros musicales, ya sea en el vestir o en actitudes. El incondicional del rock hace suyos esos símbolos.   

Sí, el rock & roll (con todos sus hijos) es algo único, y no sólo en lo musical.

CARLOS DEL RIEGO