lunes, 26 de diciembre de 2022

LA EXTENSA LISTA DE MÚSICOS DE ROCK QUE DEJARON ESTE MUNDO EN 2022

 


 Jerry Lee Lewis era el último superviviente de la primera generación del rock & roll

El rock & roll es casi septuagenario y está extendido por todo el mundo, a causa de ello, es más que normal que cada año vayan produciéndose bajas, unas por causas naturales y otras artificiales. El agonizante 2022 presenta una larga lista de músicos de rock y géneros afines que desenchufaron el micro definitivamente 

Alguno de los que pasaron a mejor vida a lo largo de los últimos doce meses estaba allí cuando este negocio se puso en marcha, una época de la que ya no queda nadie. En todo caso, la relación de cantantes, guitarristas, baterías, teclistas y autores que no volverán a actuar ‘en vivo’ es este año muy larga. Y la mejor forma de rendirles homenajes es, sin duda, volver a escuchar sus discos, esas canciones por las que serán recordados mucho después. 

Ronnie Spector siempre será la cantante de las Ronettes. Esposa de aquel genio indeseable, Phil Spector, la recordada como 'la chica mala del rock'n'roll' murió a los 78 años (no son tantos) el 12 de enero. Es oportuno dejarse llevar por las cadencias y voces de piezas tan evocadoras como ‘Be my Baby', 'Baby I love you' o 'Walking in the rain’. 

La potente presencia de Meat Loaf dejó de existir el 20 de enero a los 74 años. Pero siempre quedará su finísima voz y el recuerdo de los más de 43 millones de copias que despachó de su fabuloso ‘Bat out of Hell’ (1977). 

Menos conocido, menos recordado es Gary Brooker, del que es preciso especificar que fue el cantante, pianista y compositor del emblemático e inmortal tema ‘A whither sade of pale’; en España siempre se la identificó como ‘Con su blanca palidez’, y fue un imprescindible en el tiempo del lento en las discos de los 60 y 70. Tenía 76 años cuando murió el 19 de febrero. 

El último pionero vivo del rock n' roll, Jerry Lee Lewis, cerró su piano el 28 de octubre, acompañado por su séptima esposa. Tenía 87 años de rock & roll y jamás dejarán de sonar sus trepidantes 'Great balls of fire', 'Whole lotta shakin' goin' on' o 'Breathless'. Y es que hasta los ‘Killers’ mueren. 

Wilko Johnson burló a la parca unos cuantos años, pues el cáncer tuvo que esperar para acabar con él. Guitarrista, compositor y cofundador del legendario Dr. Feelgood, Wilko tenía (sólo) 75 años el 21 de noviembre. Imprescindible poner en el plato y recordar su indomable y vertiginosa guitarra en ‘Roxette’, ‘Back in the night’, ‘Going back home’... 

La cantante, compositora y teclista de Fleetwood Mac, Christine McVie, murió a los 79 años el 30 de noviembre. Su nombre de soltera era Perfect, y perfectas son sus canciones ‘Little Lies’, ‘Don´t stop’, ‘Everywhere’. Brillantísimas piezas.   

Jett Black fue el batería, fundador y co-autor de todas las canciones de éxito de The Stranglers. Tenía 84 años cuando cedió a la enfermedad el 8 de diciembre. Es el momento ideal para volver a ‘Golden brown’, ‘No more heroes’, ‘European female’, tan diferentes y tan hechizantes. 

Terry Hall era el cantante solista de The Specials, uno de los iconos del ska de finales de los setenta y primeros ochenta. Sólo tenía 63 años cuando murió el 19 de diciembre. Perfectamente adaptado al ritmo era su toque vocal, que coronaba las irresistibles melodías de ‘A message to you Rudy’ (¡qué trombón!) o ‘It´s up to you’.   

Estos tal vez sean los más conocidos, pero muchos otros grandes artistas del rock con menor fama fallecieron en 2022, todos ellos con litros de rock & roll circulando por sus venas. Entre otros pasaron a mejor vida Ian McDonald, el estimado multiinstrumentista y cofundador de bandas tan señaladas como King Crimson o Foreigner. Chris Bailey, cantante solista de los australianos The Saints. El guitarrista escocés Ricky Gardiner, quien puso energía en discos de David Bowie e Iggy Pop. Alan White, el potente y refinado batería de los sinfónicos Yes. Andy 'Fletch' Fletcher, teclista y fundador de Depeche Mode. Jerry Allison, nada menos que baterista de la banda The Crickets de Buddy Holly. John Hartman, fundador y batería de The Doobie Brothers. El guitarrista Keith Levene, que fue uno de los fundadores de The Clash en 1976 pero se fue antes del primer Lp, y luego integrante de los Public Image Ltd (el grupo de John Lydon, cantante de Sex Pistols). Robert Gordon, el revitalizador del rockabilly en los años 70 y 80 con su voz profunda y modulada. La legendaria Loretta Lynn, compositora, cantante e icono del country. El cantante Bobby Rydell, uno de los primeros en tener éxito en los años 50. El alemán Klaus Schulze, impulsor del techno. El casi desconocido D L Byron. La famosísima Olivia Newton… 

Vangelis no fue lo que se dice un músico de rock (excepto en sus comienzos, cuando militaba en Aphrodite´s Child en el que el cantante era su primo Demis Roussos), pero las bandas sonoras de ‘Carros de fuego’ y ‘Blade Runner’ tienen su matiz. Tampoco era músico Michael Lang, pero su aportación al rock fue importantísima, pues fue el organizador del festival de  Woodstock, aquel que se celebró en Nueva York del 15 al 18 de agosto de 1969 y al que siempre se vuelve la vista. 

Muchos muertos, sí, pero es que van entrando en años y son tantos… 

CARLOS DEL RIEGO

miércoles, 21 de diciembre de 2022

530 AÑOS DEL PRIMER ASENTAMIENTO EUROPEO EN AMÉRICA, Y NO FUE OBRA DE VIKINGOS

 

Estatua moderna de Leif Erikson, hijo de Eric el Rojo, que según las sagas nórdicas llegó a América antes que nadie

En la noche del 24 al 25 de diciembre de 1492 uno de los barcos de Colón embarrancó en la isla La Española y quedó inservible, así que con lo que quedaba construyeron un fortín que llamaron Villa Navidad y que fue el primer asentamiento extra-americano de América. Pero no todo el mundo está convencido, pues según algunas teorías los vikingos hacía siglos que habían llegado y construido allí. Un vistazo serio a las ‘pruebas’ que sustentan esta hipótesis la dejan en pura fantasía 

Al poco de llegar a la primera tierra americana los tres barcos, Colón se dispuso a explorar por aquellos mares, llegando a la isla que llamó La Española. En la Nochebuena de 1492 quedó de guardia un marinero joven que no se dio cuenta de que el barco, empujado por la corriente, se fue a unos bajíos y embarrancó irreparablemente. Con sus restos el almirante decidió construir una pequeña fortaleza, Villa Navidad o Fuerte Navidad. Dejó en ella 39 hombres y se volvió a España. Al regresar, un año después, se encontró con el fortín destruido y todos sus hombres muertos; al parecer unos se mataron entre ellos y el resto por los nativos, el caso es que no sobrevivió ninguno. Aquel Fuerte Navidad, aunque apenas duró un año, fue el primer establecimiento euroasiático en América. Hay, sin embargo, quien mantiene la opinión (sobre en todo en países nórdicos) de que los vikingos ya habían estado allí y ya habían dejado construcciones que lo demostraban. Las ‘pruebas’ que presentan no son más que fantasía extraída de las sagas escandinavas de origen medieval, equivalentes a los cantares de gesta. 

En 1937 un arqueólogo y marino noruego, A. W. Brogger, tras estudiar a conciencia las sagas medievales reparó en que dos de ellas hablaban de unos viajeros nórdicos que desde Groenlandia viajaban al oeste y llegaban a unas tierras desconocidas a las que llamaron País de las piedras, País de los bosques y País de los viñedos. El tal Brogger creyó que estaba refiriéndose a tierras americanas: el País de las piedras (Hellullandia) sería la la Península del Labrador; más al sur, en Terranova, estaría el País de los bosques (Marklandia); y más al sur aún, en Nueva Escocia, el País de las vides (Vinlandia). No se necesitaron más pruebas para que casi todo el mundo en Escandinavia y en muchas partes de EE UU y Canadá dieran la fantasía literaria por relato histórico. 

La ‘Saga de los Groenlandeses y Eric el Rojo’ (escrita a finales del XIV) y la ‘Saga de Thorfin Karlsefni’ (a mediados del mismo siglo) son las principales ‘fuentes de información’ de Brogger. En la primera, que sitúa la acción en el siglo X, se cuenta que un marino llamado Herjolfsson salió de Islandia y, días después, se vio envuelto en una espesa niebla, perdió el rumbo y cuando aclaró vio unas costas que no eran Groenlandia. Entusiasmado por esta narración, Leif, hijo de Eric el Rojo, aparejó hacia donde le indicaba el tal Herjolfsson, descubriendo así los países de las Piedras, de los Bosques y de los Viñedos. En este último desembarcó y acampó, y fue atacado por unos nativos, que mataron a varios vikingos; el resto se embarcó a toda prisa. 

La ‘Saga de Thorfin Karlsefni’ relata el viaje de éste capitaneando una flotilla de tres barcos en el que llevaban hasta ganado. Llegaron a Vinlandia (País de los viñedos) y se quedaron un año, pero los ataques de los indígenas terminaron por expulsarlos. Ambos cantares de gesta-sagas, por otro lado, son copia o plagio de otro poema medieval llamado ‘Navigatio Sancti Brandani’, redactado en el siglo X por un monje; este poema está a su vez sospechosamente inspirado en ‘Las mil y una noches’: el tal Brandan hizo siete viajes igual que Simbad, e igual que éste viajó montado sobre una ballena. Poemas, sagas, mitos y leyendas que se alimentan unos de otros, eso es todo.   

Hay otras narraciones que se refieren a aquellos tres míticos países; por ejemplo, en una de ellas se dice que los vikingos fueron atacados en Vinlandia por un ‘unípodo’, un animal con una sola pata; en otra se asegura que los daneses habían descubierto la tierra de Vinlandia en el siglo XI. En todo caso, las sagas están escritas siglos después de los hechos que cuentan. Además, es curioso que el término Vinlandia, Tierra de Viñedos, se repita en todos los textos, sobre todo teniendo en cuenta que las vides (y el trigo, del que también hace mención) no llegaron a América hasta el siglo XVI. Algo parecido sucede con la rueda, sobradamente conocida por los vikingos pero desconocida por los americanos precolombinos, o sea, si aquellos se hubieran asentado y contactado con los nativos, éstos hubieran tenido ruedas a la llegada de Colón. 

Además, los partidarios del pre-descubrimiento aportan ‘evidencias’ físicas, ‘pruebas’ arqueológicas. En 1898 un granjero sueco asentado en Minesota cavó y se encontró una gran piedra plana en la que había inscripciones ilegibles; un profesor experto reconoció los signos y tradujo: “… en un viaje de descubrimiento de Vinlandia, suecos… noruegos acampamos algunas jornadas al norte de donde está esta piedra…, al regresar vimos hombres muertos…”. Los filólogos y paleógrafos revelaron al poco de examinar la piedra que era falsa, pura patraña, pues los signos rúnicos en que estaba escrita no eran usados en la época en la que pretendían fecharla, y los arqueólogos sentenciaron que la piedra era mucho más moderna. Pero como por allí hay muchos descendientes de emigrantes nórdicos, se mantiene la ilusión. 

A comienzos del siglo XX se descubrió una torre redonda de piedra en Rhode Island, parecida a algunas existentes en Noruega y Suecia, por lo que rápidamente se consideró la prueba definitiva del descubrimiento precolombino. Pero entonces llegó un arqueólogo riguroso y examinó la construcción, datándola fácilmente en el siglo XVIII; es más, descubrió que había sido utilizada como puesto de vigilancia por exploradores holandeses.         

  

En 1930 se hallaron en Beardmore (Ontario, Canadá) un hacha, una espada y una especie de carraca, todo oxidado y herrumbroso y fechado casi de inmediato en el siglo XIV; el hallazgo se consideró como “la prueba definitiva de la exploración de los vikingos en Norteamérica” (según un historiador llamado Donovan). Pero cuando los especialistas hicieron los análisis oportunos (años más tarde) concluyeron que aquellos objetos no podían ser anteriores al año 1500 (los portugueses estuvieron allí por esas fechas). 

En fin, las ‘pruebas’ documentales son literatura, fantasía, mitos, y las arqueológicas contradicen la teoría de los vikingos. Y por último, hay que pensar que de haberse descubierto entonces aquellas tierras, hubieran sido visitadas continuamente y objetivo de emigración de muchos de los que vivían en la miseria en Groenlandia e Islandia. 

Por más que se especule, no hay prueba documental o arqueológica que contradiga el descubrimiento de Colón, quien en la Nochebuena de 1492, hace justo 530 años, erigió el primer asentamiento europeo en América. 

CARLOS DEL RIEGO

domingo, 18 de diciembre de 2022

ELVIS, BOWIE, MICHAEL JACKSON, MUERTOS QUE SIGUEN GANANDO MILLONES

 


Más de 250 millones de dólares generó Bowie a pesar del inconveniente de llevar muerto seis años

 

Por regla general, morirse supone un serio inconveniente para seguir produciendo. Sin embargo, hay excepciones, una de las cuales es la que protagonizan algunos músicos de rock, que años después de muertos continúan generando beneficios, proporcionan actividad, trabajo y grandes satisfacciones a los vivos. Elvis, Bowie y Michael Jackson están entre los que más producen después de muertos 

La lista Forbes publica cada año la lista de los más ricos del planeta, y para ello utiliza muy diversas pero fiables fuentes. Y desde hace unos años también se fija en los artistas y personajes que, una vez fallecidos, siguen generando ingresos millonarios; se trata de activos como la propiedad intelectual o el patrimonio, que gestionan administradores en nombre de los herederos. Y en algunas ocasiones se consiguen ganancias increíbles. Bowie, Elvis y Jackson son los músicos de rock que más millones ganaron a pesar de no estar en el mundo de los vivos. 

La figura de David Bowie no ha perdido peso artístico, cultural y económico desde que muriera en 2016. Lanzamientos especiales, reediciones aumentadas o recopilaciones de todo tipo se han publicado en estos últimos años, alcanzando el máximo (hasta el momento) en 2022, destacando el estreno del aclamado documental ‘Moonage Daydrean’. El caso es que el entendimiento entre los herederos de Bowie y la industria respecto al control de su discografía en el presente y en el futuro ha convertido al inolvidable artista en uno de los muertos más ricos. El gigante Warner se hizo con los derechos de publicación de casi toda la producción de Bowie, incluyendo los 26 álbumes de estudio que editó (más otros dos con su grupo postrero, Tin Machine). Con todas las reediciones, la revista Forbes ha estimado que David Bowie obtuvo en 2022 unos beneficios netos de algo más de 250 millones de dólares.     

Elvis lleva ganado ingentes cantidades desde que murió, en agosto de 1977. En este casi finiquitado 2022 se han disparado las ventas gracias, sobre todo, a la película (titulada simplemente ‘Elvis’) que se estrenó en mayo con muy buenas críticas y mejor acogida, lo cual significó un importante impulso a las ventas de sus canciones y, evidentemente, un tremendo incremento del patrimonio del rey. Desde el estreno de la película, las plataformas de música informaron del aumento de escuchas y descargas, así como de la transmisión (radio y televisión) de sus grandes títulos; de hecho, uno de los temas de la banda sonora de la película, el ‘Can´t help falling in love’, se colocó (por enésima vez) en las listas de éxitos de EE UU, llegando al número 30; en total, la venta y difusión de los temas de Elvis aumentaron hasta un 67% en Estados Unidos. Más aún, al parecer, según la revista Forbes, el patrimonio actual de Elvis supera los mil millones de dólares. No sólo la película, sino que se ha notado un gran auge en ventas de merchandising, en espectáculos y actuaciones que tienen al rey como objetivo y, claro, en visitas a su casa ‘Graceland’. En total, en 2022 la marca Elvis ha generado unos ingresos de alrededor de 120 millones de dólares.    

Si Elvis es conocido como el rey del rock, Michael Jackson lo es del pop. Murió en 2009, pero su memoria no ha tenido descanso, ya que ha habido tremendas disputas por el control del ingente patrimonio que dejó y por la polémica sobre sus supuestas relaciones con menores que lo acompañó durante gran parte de su vida. En agosto de 2021 los administradores de la herencia de Jackson disputaron durísimas batallas legales con la hacienda estadounidense, que exigía nada menos que 700 millones de pavos por impuestos impagados, cifra que los abogados consiguieron rebajar notablemente. Por otro lado, el tendencioso, manipulador y sesgado documental ‘Leaving Neverland’, en el que el artista aparecía como un monstruo, también hizo daño a la memoria del músico. El caso es que a pesar de todo, según otra revista especializada (Complex) Michael Jackson acumuló unos beneficios de dos mil quinientos millones de dólares en los once años posteriores a su muerte; en fin, que ni los problemas legales, ni las multas e impuestos, ni la mala publicidad han perjudicado al aumento del patrimonio de Jackson, que incluye los ingresos provenientes del ‘Michael Jackson Cirque de Soleil’. Además, a finales de 2021 se estrenó un musical titulado ‘MJ, The Musical’, el cual ha recaudado en un año la bonita cifra de 72 millones de dólares (informa ‘Broadway World’). Con todo ello, la revista Forbes concluye que en este 2022 Michael Jackson ha visto incrementados sus beneficios en algo más de 75 millones de dólares. 

En realidad, las grandes estrellas del rock que ya no están en el mundo de los vivos siempre tienen quien las recuerde, quien compre sus canciones, quien las incluya en bandas sonoras o en anuncios de la tele y quien las difunda una y otra vez por la radio, lo que significa que su obra sigue dando dividendos. Bowie, Elvis y Jackson son los que más producen. Algo tendrían. 

CARLOS DEL RIEGO

miércoles, 14 de diciembre de 2022

CÓMO LOS ALTOS CARGOS SOVIÉTICOS PROBARON SU PROPIA MEDICINA Y FUERON ‘JUZGADOS’ Y EJECUTADOS

 


Nikolai Krylenko (tiene cierto parecido con el rapero Pablo Hasel), que como los otros jerifaltes soviéticos probó su propia medicina

 

En diciembre de 1922 nacía la Unión Soviética. La sangrienta locura comunista duró casi setenta años y se caracterizó, como es sabido, por una brutal represión política que produjo muchos millones de muertos y de la cual no escaparon ni siquiera algunas de las grandes figuras del partido comunista soviético. No importaba el cargo, pues en realidad en la extinta URSS nadie estaba a salvo de ser denunciado, lo que invariablemente conducía a alguno de los juicios-farsa que tanto gustaban a Stalin y sus secuaces; lo mejor del asunto es que casi todos acabaron probando su propia medicina

 

Hace un siglo que surgió la URRS, el terrorífico experimento comunista que exterminó por causa política o animadversión personal disfrazada de traición antirrevolucionaria a millones de personas, incluyendo altísimos cargos de la política, del ejército, incluso de del arte… De sobra conocidos son los juicios o procesos de Moscú, los juicios en masa, la Gran Purga (o el Gran Terror de los años treinta), el Juicio de los Médicos o el de los Escritores... En realidad nadie estaba a salvo de la paranoia comunista soviética, nadie, ni siquiera los más poderosos y altos cargos políticos. Es muy significativo que de los asistentes a cada congreso del Partido Comunista en los años treinta la gran mayoría fueron ejecutados en los dos años siguientes. Del Politburo original sólo sobrevivió Stalin, pues cuatro fueron ejecutados y el otro fue Trotsky, cuyo final es muy conocido; del siguiente Politburó presidido por Lenin cuatro fueron ejecutados, uno se suicidó y sólo sobrevivieron Stalin, Molotov y otro.

 

La ejecución de políticos fue una constante en la Unión Soviética estalinista (antes y después también, aunque en menor medida). Alguien explicó que la gran diferencia entre la dictadura comunista y la nazi es que en ésta, mientras no te metieras con el líder, con sus lugartenientes o con el partido no tenías nada que temer, mientras que en la comunista daba igual la lealtad al jefe, al partido y a la patria, pues en cualquier momento los agentes del NKVD aporreaban tu puerta para llevarte a las salas de tortura, al juicio-farsa y al paredón. La lista de grandes nombres de la nomenclatura soviética que pasaron por ese proceso es kilométrica.

 

El proceso siempre era el mismo: detención inesperada, unas pocas noches en las cámaras de tortura, ‘confesión’ del delito, ‘juicio’, sentencia de muerte y fusilamiento. Por esa secuencia pasaron cientos de miles de comunistas convencidos que, tras unos días con los ‘especialistas’ de la tortura, estaban dispuestos a confesar lo que fuere; un cargo medio, Iván Smirnov, confesó haber participado en el asesinato de Kirov a pesar de que cuando éste se perpetró, Smirnov llevaba un año en prisión incomunicada… Hay que entender que sin dormir, siempre de pie, sin comer, con palizas diarias, con amenazas de detención y ejecución de familiares (cumplidas casi siempre), cualquiera estaría dispuesto a confesar haber asesinado a Julio César.   

 

Aunque sea menos conocido, Vladimir Antonov Ovseenko fue el héroe de la toma del Palacio de Invierno en plena revolución rusa, que supuso el triunfo de los bolcheviques. Militar, periodista y diplomático, fue cónsul en Barcelona durante la Guerra Civil, pero tuvo el desliz de dejarse fotografiar junto a líderes anarquistas españoles ideológicamente cercanos al perseguido Trotsky. Lo llamaron a Moscú para nada bueno; un amigo le dijo que no fuera, que lo iban a fusilar seguro, a lo que él respondió que ya lo sabía, pero que si no se presentaba ante el partido lo tomarían por traidor. Volvió y al poco, en 1938, fue detenido, juzgado y fusilado. Ejemplo de fanatismo ciego y suicida.

 

Lavrenti Beria desempeñó el cargo de jefe supremo del NKVD (la policía política), entre otros. Durante la Gran Purga se llevó por delante a miles de correligionarios; hizo listas de ‘traidores’ a los que había que ejecutar, tanto soviéticos como prisioneros de guerra (es el responsable de la llamada Masacre de Katyn, donde ejecutó a más de 22.000 polacos); sus atrocidades son numerosísimas, incluyendo el secuestro, violación, tortura y asesinato de infinidad de mujeres durante varias décadas (cuentan que en el jardín de su casa había cadáveres). A la muerte de Stalin (1953), Kruchev quiso quitárselo de encima cuanto antes, así que lo acusó de ser espía, de recibir dinero de occidente, de traición…, fue ‘juzgado’ de igual modo que habían sido juzgados los que él llevó a los jueces soviéticos, es decir, sin pruebas, sin decir palabra y sin derecho a apelación. Aquel mismo año lo ejecutaron de un tiro en la nuca. .  

 

Nicolai Krilenko fue, entre otros puestos, comisario del pueblo, Fiscal General de Rusia y Presidente del Tribunal General. Estaba convencido de las bondades del Terror Rojo, afirmaba que cuando se abren diligencias contra alguien el proceso debe terminar en castigo, presidió los llamados Juicio-Farsa contra diversas instituciones (incluyendo la Iglesia Católica, de la que fusiló obispos, arzobispos, curas…); en una ocasión conocía al acusado y le dijo que estaba convencido de su inocencia, pero que en bien de la patria lo tenía que acusar, y que él debía corroborar la acusación (aunque fuera falsa) y aceptar su ejecución. En enero de 1938 lo cesaron de todo y lo acusaron de todo el lote; el 31 de ese mes lo llamó el propio Stalin para tranquilizarlo y asegurarle que no tenía nada que temer; esa misma tarde fue detenido por el NKVD junto a toda su familia (lo corriente era que esposa, hijos, hermanos y padres fueran detenidos, enviados al gulag o fusilados sin más). En prisión confesó todas las acusaciones. Su juicio (en el que se retractó de su ‘confesión’) duró unos veinte minutos y dos minutos después ya era cadáver.

 

Grigori Zinoviev y Lev Kamenev, junto a Stalin, formaron una especie de triunvirato tras la muerte de Lenin. Luego, los tres acosaron a Trotsky, pero luego rompieron con Stalin y se pusieron de parte de Trotsky. El caso es que de 1934 a 1936 fueron juzgados varias veces hasta que ya no hubo forma de salvarse (intento de asesinar a Stalin, asesinato de Kirov, traición…, fueron los cargos, que ellos ‘confesaron’ tras unos días en la cárcel del NKVD). En agosto del 36 fueron ejecutados junto a otra docena de antiguos bolcheviques.

 

León Trotsky fue uno de los principales organizadores de la Revolución de Octubre (1917). Comisario del Pueblo en varios departamentos, Presidente del Soviet Militar y creador del Ejército Rojo, Trotsky, fue uno de los grandes defensores del Terror Rojo y a él se deben numerosas acusaciones y ejecuciones. Tuvo que exiliarse varias veces cuando a Stalin dejó de hacerle gracia, hasta que en México un comunista español (Ramón Mercader) le clavó un piolet en la cabeza en 1940.

 

Yegoda fue Comisario del Pueblo y jefe del NKVD, con lo que ordenó torturar y ejecutar a miles de personas (la mayoría comunistas y todas leales a la causa), pero cayó en desgracia y fue ‘juzgado’ (junto a unos 350 funcionarios) e inmediatamente ejecutado en 1938 (junto a los 350). Lo sustituyó Yezhov como jefe de la policía política, desde donde persiguió con saña a todo el que le pareció, e incluso a veces pasaba a sus subordinados listas (un total de 384) con unos 4.000 nombres de funcionarios del partido que debían ser fusilados sin más explicación; sus métodos de tortura era brutales. A mediados del 39 fue arrestado y conducido a una de sus cárceles, donde confesó todas las acusaciones; el 4 de febrero de 1940 fue juzgado (sin abogado, testigos, pruebas) y esa misma noche…

 

Los cargos soviéticos (altos, medios y bajos) que fueron ‘juzgados’ en los Procesos de Moscú se cuentan por cientos de miles. Fueron muy pocos los que escaparon a la detención, tortura, confesión, juicio y ejecución. Uno de los que vieron lo que le iba a pasar y puso tierra de por medio fue Alexander Orlov, espía y comisario en la Guerra Civil Española, donde llevó ejerció la más espantosa tortura y el asesinato, como con el líder anarquista Andrés Nin. Orlov observó lo que pasaba con cargos similares al suyo, a amigos y compañeros de partido, a políticos y militares, así que cuando le ordenaron reunirse con un espía soviético en Amberes, sospechó lo peor, así que robó cincuenta o sesenta mil dólares al NKVD y huyo a Canadá con su mujer e hija.

 

En fin, excepto Stalin, nadie estaba a salvo en aquella locura, desde el trabajador más humilde hasta el jefe de la policía política o el presidente del soviet. Otro punto en común que tenían todos ellos: ninguno tuvo nunca un verdadero trabajo, todos vivieron a cuenta del proletariado al que decían defender. 

 

CARLOS DEL RIEGO

domingo, 11 de diciembre de 2022

LAS CHALADURAS CONTRA LOS BEATLES QUE PROCLAMAN AQUELLOS GOLPISTAS DE OPERETA DE HACE DOS AÑOS EN EE UU

 

La portada original, que dio pie a todo tipo de paranoias, y la que la sustituyó al poco de su publicación

Aun se recuerda a aquel mamotreto que, ataviado con pieles, pinturas de guerra, lanza en ristre y tocado con cuernos, intentó junto a otros descerebrados una especie de ataque al Capitolio de EE UU, ataque de guardarropía, pero ataque. El tal se identificó como el Chamán QAnon, quien además de todo es un multi-conspiranoico. Según la revista Rolling Stone, el ‘Idiota del sombrero’ (como se le conoce en su país), está convencido de que hay una conspiración para normalizar la pedofilia y el sacrificio de niños, entre otras sorprendentes chaladuras 

El próximo seis de enero se cumplirán dos años de aquel asalto protagonizado por una pandilla de necios fanatizados encabezados por Jacob Chansley, que se llama a sí mismo Chamán QAnon, pero que allí es conocido como ‘The twat in the hat’, o sea, ‘El idiota con sombrero’, apodo que le va como un guante. 

El caso es que en sus redes sociales y en una página web (en la mencionada revista se indica su dirección). El imbécil del sombrero y su legión de memos afirman convencidos que el mundo está sufriendo un ataque de pedófilos adoradores de Satán, los cuales están introducidos en los gobiernos, negocios, medios de comunicación… 

Fue sentenciado a tres años y medio de cárcel, pero su deteriorada y exigua sesera ya ha encontrado otras chifladuras. Según dice, los Beatles practicaban activamente la brujería y celebraban sacrificios de niños; es más, sostienen el dislate de que el cuarteto de Liverpool fue diseñado, fabricado y financiado por el gobierno de Inglaterra con el fin de popularizar aquellas prácticas. Además, en el foro de de mensajes del tonto del gorro (GreatAwakening.win), insiste en que McCartney está muerto (esta falsa leyenda urbana es muy vieja) y que Lennon fue asesinado por los comunistas. Y para rematar, afirma que Beatles estaba totalmente esclavizado por Aleister Crowley (ocultista, hechicero, esotérico, alquimista, escritor inglés, 1875-1947) y por la consabida confabulación masónica. 

Algunos de sus seguidores insisten en que aquellas élites políticas y económicas que desean normalizar la pedofilia y el sacrificio de niños están siguiendo lo que iniciaron Los Beatles, que fueron los que iniciaron el movimiento en EE UU. Y para ilustrar su paranoia, los seguidores del estúpido de la chichonera presentan como prueba la portada original del álbum ‘Yesterday & today’, que el cuarteto lanzó en Estados Unidos en 1966; esa portada (con trozos de carne y de muñecos) fue retirada y cambiada rápidamente, pero algunos ejemplares llegaron al comprador. En su infinita demencia paranoica afirman con total convencimiento que Beatles estaban invocando a los demonios de la mitología islámica. 

Fanáticos alucinados que se revuelcan en sus propios disparates los ha habido siempre y siempre los habrá. Todos imbéciles como el imbécil del sombrero. 

CARLOS DEL RIEGO

miércoles, 7 de diciembre de 2022

LA LEY SECA DEL SIGLO XXI PRETENDE LA PROHIBICIÓN DEL PETRÓLEO

 

La Liga de la Templanza y la Moralidad se manifestaba hace cien años para prohibir el alcohol, gesto que repiten hoy los que quieren prohibir la gasolina

Hace aproximadamente un siglo se instauró la conocida como Ley Seca en Estados Unidos, que básicamente fue la imposición de una doctrina minoritaria al total de la ciudadanía. Como es sabido, las consecuencias fueron catastróficas y totalmente contrarias a las esperadas por las ligas de puritanos. Hoy el gran enemigo no es el alcohol sino el petróleo y sus derivados, de manera que las sociedades occidentales se encaminan a una nueva ley seca que, como la de hace cien años, producirá consecuencias imprevisibles e indeseables 

En 1920 entró en vigor la ‘Volstead Act’, la Ley Seca, que prohibía la fabricación, venta, transporte… de todo tipo de alcohol en todo EE UU. Los prohibicionistas impusieron su dogma a toda la población, y lo hicieron en el convencimiento de estar salvando el cuerpo y el alma de aquellos pobres bebedores. Hoy, la prohibición va contra el petróleo y todos los combustibles fósiles, pero la idea de los fanáticos es la misma: se adjudican el derecho de salvar a los demás aunque no quieran ser salvados. Pero la actual ley seca va más allá, pues pretende salvar también al planeta; el totalitarismo y la imposición ideológica de este acto no pueden ser más evidentes, y también la vanidad y soberbia de los nuevos puritanos prohibicionistas, puesto que el planeta no necesita a nadie para salvarse, como demostró hace millones de años ante situaciones infinitamente más catastróficas que la presente. 

Por las calles de algunas ciudades de Estados Unidos se manifestaban los integrantes de la Liga Antialcohólica, de la Liga de la Templanza y la Moralidad… Un siglo después se repiten las manifas, sentadas, declaraciones y actos de protesta, esta vez no contra el güisqui y la cerveza sino contra la gasolina y el gasoil. Pero en el fondo es exactamente lo mismo: grupos de personas que, fanáticamente convencidas de tener el monopolio de la única verdad aceptable, pretenden imponer su verdad a los demás, hasta el punto de insultar, despreciar y amenazar al que se atreva a discrepar de la bondad absoluta en la que creen vivir (de los sabotajes al ataque personal hay un paso). Aquellos puritanos de la Liga de la Moralidad tienen el mismo modo de pensar que los actuales fanáticos de las ligas medioambientalistas, es decir, comparten idéntico proceso mental, el cual los lleva al convencimiento de tener derecho a imponer su dogma a los demás. 

Pero este tipo de radicalización prohibicionista produce, inevitablemente, consecuencias imprevisibles, perversas y, generalmente, contrarias a lo que pretenden. La imposición de los ‘secos’ a todos los estadounidenses provocó la irrupción y extensión de las mafias por todo el país; los ‘gángsters’ ganaban ingentes cantidades de dinero, con lo que podían sobornar a políticos, jueces, policías, periodistas…, todos ‘untaos’, lo que desembocó en la corrupción generalizada y la quiebra del sistema. Además, la violencia era casi siempre entre ellos, entre las bandas, de manera que el público no veía con tan malos ojos a los que violaban una ley que la mayoría entendía estúpida y liberticida; por otro lado, era muy común que los grandes jefes mafiosos, como Al Capone, repartieran billetes a manos llenas, con lo que caían simpáticos al gran público. La prohibición les dio el negocio hecho a los delincuentes, que fueron los más beneficiados (en la película ‘Cayo largo’ uno de los mafiosos añora aquellos buenos tiempos: “Seguro que en un par de años vuelve la prohibición, pero ahora nos organizaremos mejor”), y cuando la odiada ley fue abolida, las bandas ya se habían extendido y asentado por todo el país, ya tenían hechas sus estructuras, repartidos sus territorios, optimizados sus métodos, mejorados sus modos de trabajo, transporte, almacenamiento, venta…, sólo tuvieron que cambiar el producto con el que traficar. 

Pero es que, además, la prohibición no sólo no disminuyó el consumo, sino que lo acrecentó: aumentó más de un 15% el número de ingresos por intoxicación etílica grave durante los años de la Ley Seca, y la venta y consumo de alcohol creció un 65% con respecto a lo que sucedía antes de la ley. Muchísimos estadounidenses acudían a los miles de garitos clandestinos atraídos por la fascinación de lo prohibido, de modo que no pocos no bebedores terminaron por aficionarse. 

El contrabando de alcohol desde Canadá convirtió en millonarios a todos los proveedores, pues exportaban unos 40 millones de litros al año. El alcohol industrial de bajísima calidad vendía otros 250 millones de litros al año, más los casi 500 millones de litros que se destilaban en casa (el famoso ‘moonshine’), más lo que nunca fue conocido… Lógicamente, las bebidas elaboradas y vendidas sin control eran de ínfima y peligrosa calidad, de hecho, murieron más de cinco mil personas a causa de aquel vitriolo que trasegaban, a los que hay que añadir los miles que se quedaron ciegos o tetrapléjicos. Se bebió muchísimo más alcohol y de mucha peor calidad que sin Ley Seca, la administración de justicia entró en una era de corrupción, había guerras de bandas en las calles, la cultura de las mafias se asentó definitivamente… El resultado de la Ley Seca fue catastrófico. 

Son sólo algunas de las imprevisibles y peligrosas consecuencias de las prohibiciones. Para muchos, hoy son el petróleo y sus derivados los causantes de todos los males de este mundo, y por ello están dispuestos a lo que sea para imponer su prohibición sin que les importe la libertad de los demás. Las ligas que protegen al planeta ya han conseguido que los políticos (tan populistas, oportunistas y cobardes como corresponde) pongan fecha a la entrada en vigor de esta nueva ley seca. Las consecuencias, como hace cien años, serán imprevistas y, seguro, indeseables. No es que el personal vaya a refinar crudo en casa o que empiece a haber contrabando de combustible fósil…, pero sí que la cosa provocará efectos que nadie había sospechado. 

CARLOS DEL RIEGO

domingo, 4 de diciembre de 2022

MUERE CHRISTINE MCVIE, AUTORA DE ALGUNOS DE LOS GRANDES ÉXITOS DE FLEETWOOD MAC

 


 Christine McVie, cantante, pianista y brillante compositora

Casi cada semana se tiene noticia de la muerte de algún protagonista de la historia del rock. Es lógico, puesto que los que han sido significativos, los que  han dejado su huella, los que ya tienen su nombre y sus canciones en las páginas del libro del rock, suelen ser muy añosos. La brillante compositora y cantante Christine McVie (de soltera Perfect) dejó este mundo hace un par de días con 79 años, que no son tantos 

Uno de los grupos con más cantidad de éxitos, con cifras de ventas más elevadas y con canciones que nunca dejan de sonar por muchos años que pasen es Fleetwod Mac. Christine McVie era cantante, pianista y, sobre todo, autora de algunos de los títulos emblemáticos de la banda. Se unió al grupo en 1970, aunque más como colaboradora que como integrante, pero poco a poco se convirtió en uno de sus componentes más productivos, más brillantes y con más talento para la composición. De hecho, en todos los discos de la banda aparecen sus canciones, algunas de las cuales son auténticas obras maestras del pop-rock, melodías inspiradísimas que nunca pierden encanto y que fueron (son) grandes éxitos del grupo.   

Uno de los títulos de bandera de los Fleetwood es ‘Don´t stop’ (1977), escrito por Christine con su delicado gusto para construir melodías (casi siempre sustentada e impulsada por su piano) y esa atención al juego coros-solista. El resultado es irresistible, potentísimo, como se demostró en su momento y como demuestra la reacción del oyente de hoy al sonar los primeros compases. El texto va de dejar atrás lo pasado, especialmente al que fuera su marido Jhon McVie, fundador del grupo, el cual siempre estaba incómodo cuando la tenía que tocar y hacer los coros porque sabía que se refería a sí mismo; de todos modos él bromeaba diciendo que no sabía que el tema hablaba de él. 

‘You make loving fun’ (1987) fue el tercer sencillo del álbum ‘Rumours’, el cual ya estaba en vías de ser un superventas de todos los tiempos. La letra habla de lo fabulosa que es la aventura que Christine estaba viviendo con un miembro del personal de gira del grupo (un técnico de iluminación), algo que seguramente no le parecía demasiado bien al bajista, su ex John McVie. “Conociendo a John, seguramente pensó que la canción hablaba de uno de los perros de Chhristine”, contaba divertido Mick Fleetwood.   

Aunque su sonido, arreglo y producción son muy propios de los años ochenta, la exquisita ‘Everywhere’ (1987)  no ha perdido la virtud de llamar la atención tantos años después. Nuevamente cuenta con una melodía cautivadora, unos coros magníficos y un adorno muy original, elegante, sofisticado. Habla de lo que supone enamorarse de repente, vertiginosamente, tanto que todoslos que te rodean se preguntan qué te pasa. 

Igual que la anterior, ‘Little lies’ (1987) destaca por su producción estilosa y atractiva y, siempre, por su primorosa melodía. Es puro pop, pero también se agradecen sus tonos rock. Viene a decir que, a veces, las mentirijillas resultan ser mejores que la verdad: “Dime dulces mentirijillas”. 

Christine McVie escribió muchas y muy buenas canciones más, pero estas cuatro están entre los grandes éxitos no solo de Fleetwood Mac, sino de la historia del rock. La prueba es que se siguen vendiendo, emitiendo, radiando. Christine (casi a la vez que Jerry Lee L.) ya vive en el olimpo del rock. 

CARLOS DEL RIEGO

miércoles, 30 de noviembre de 2022

JAPÓN, MÁS CRUEL Y SANGUINARIO QUE LA ALEMANIA NAZI Y LA URSS

 


Decapitación de un soldado australiano

 

Muchos chinos, a los que odiaban y menospreciaban, fueron enterrados vivos por los japoneses
Nanking, dos adolescentes violadas, apuñaladas y con una botella y una caña en sus vaginas

La II Guerra Mundial se hizo verdaderamente mundial en 1942. Aunque Japón había iniciado su imperialismo agresivo, racista y cruel cinco años, no fue hasta diciembre del 41cuando medio mundo declaró la guerra al otro. Desde Manchuria (noreste de China) hasta Malasia y las Filipinas, el Imperio del Sol Naciente perpetró las más escalofriantes atrocidades que se puedan imaginar, en algunos casos peores que lo ocurrido los campos de concentración nazis y soviéticos 

Mucho se ha hablado y escrito sobre los crímenes de la Alemania nazi, y también acerca de los de los soviéticos y sus gulag, pero muy poco de las infinitas monstruosidades cometidas por Japón desde finales de los años treinta hasta su derrota total en 1945. Las estimaciones más aceptadas señalan que el ejército nipón, en su despiadada expansión por Asia, masacró a no menos de 23 millones de chinos y otros 30 millones entre birmanos, vietnamitas, indonesios, malayos, filipinos, camboyanos… A ello habría que añadir los cientos de miles de soldados aliados capturados, esclavizados y asesinados en aterradores crímenes de guerra. Lo sorprendente es que, 80 años después de las bombas atómicas y la rendición, aun hay quien ve a  Japón como una víctima. 

No se pueden olvidar salvajadas como las del Escuadrón 731, que llevó a cabo experimentos de todo tipo con personas, como sacar desnudo al preso en el frío de Siberia y echarle agua para congelarlo y luego cortarle fácilmente brazos y piernas, o inyectarle sangre de animal y todo tipo de gérmenes, e incluso hacer vivisecciones (abrirlo en canal) sin anestesia. Tampoco los abundantes casos de canibalismo, incluyendo las veces en que al desdichado se le cortaban trozos de carne de los muslos o las nalgas, las freían y, aun vivo, se las comían delante de él. ¡Y qué decir de lo que se conoce como Masacre de Nanking o Violación de Nanking!, donde no hubo límites para las barbaridades ejercidas por los japoneses (antes de leer sobre esto es preciso mentalizarse), como demuestran las muchas fotos que hicieron ellos mismos para demostrar su ‘valentía’. Y torturas, robos y saqueos, la prostitución forzada de miles de mujeres para ‘consuelo’ de la soldadesca… Famosos se hicieron los capitanes que hicieron una ‘competición’ en la que el objetivo era cortar cien cabezas con una katana de un solo tajo; hasta los periódicos se hicieron eco del torneo. 

Todo ello contra las poblaciones asiáticas. Pero los soldados aliados capturados no lo tenían mejor. El australiano Russell Braddon estuvo cuatro años prisionero en varios campos de la jungla, y sobre ello escribió su ‘La isla desnuda’. En este libro se describe muy bien qué hacían los japoneses con los soldados enemigos capturados. En 1942 cayó en manos niponas Singapur, de donde se llevaron no menos de sesenta mil prisioneros. Con ellos formaron una larguísima fila para atravesar la jungla, a pleno sol, sin agua, sin comida, sin descanso; los utilizaban como detectores humanos de minas, y cuando se detenían a reposar los japoneses, a los prisioneros los ataban como una recua a pleno sol. Se cruzaron con algunas ambulancias de aliados, las cuales fueron atacadas y asesinados sus ocupantes, sanitarios y heridos. En una ocasión se toparon con una brigada ciclista japonesa, la cual se detuvo ante la cuerda de presos para insultar, escupir, dar de culatazos, de patadas y puñetazos, y para atravesar a unos cuantos desdichados (británicos, australianos, indios…) con sus bayonetas, sables o katanas. En otra ocasión se toparon con un anciano chino, al que prendieron fuego al pelo después de aporrearlo entre docenas de ‘valientes’, luego le echaron un caldero de agua hirviendo y finalmente gasolina…, todo ello acompañado por las incesantes y sonoras carcajadas de los soldados japoneses. 

Después de unos 300 km por la selva, los metieron en vagones de ganado hasta Kuala Lumpur; fue un día y medio tan hacinados que tenían que estar de pie, sin comida ni agua y, dado que muchos tenían disentería, diarreas incontrolables. Al llegar, los habitantes de la ciudad los recibieron a patadas y salivazos, amenazado por los japoneses. Aun peor fue el desfile que hicieron flanqueados por cientos de picas coronadas con cabezas de chinos. Al llegar a la prisión (Pudu) los metieron, como a sardinas, en habitaciones vacías, donde permanecían días enteros, donde comían, dormían, hacían sus necesidades y morían. Los heridos eran rematados: varios testigos declararon cómo ametrallaron a 135, los atravesaron con sus espadas, los quemaron y sobre los restos pasó un tanque adelante y atrás varias veces. Los prisioneros convivían con serpientes muy venenosas, mosquitos como puños, piojos y moscas verdes sobrevolando y dándose atracones… El hedor debía ser mareante. Y lo de los piojos, insoportable; los desdichados descubrieron que la mejor manera de ‘lavar’ la ropa (no tenían agua) era colocar camisas, zapatos y pantalones cerca de los hormigueros, ya que las hormigas acababan con los parásitos. Y además de las palizas, siempre estaban la malaria, la disentería, las fiebres, las heridas sangrantes, las llagas supurantes, el hambre y la sed y  la falta de cualquier medicina.           

Cuando se los llevaron para construir un tren a través de la jungla el trato no mejoró. Al llegar se les dejó bien claro que conservarían la vida mientras trabajaran, y que cuando no fueran productivos serían fusilados. Muchos prisioneros, desesperados, cuando llegaba el tren se tiraban a los raíles, hasta el punto que a veces las ruedas patinaban; los buitres se daban grandes festines, puesto que al escuchar el silbato del tren se colocaban a la espera del banquete… Los cuerpos (cadáveres o moribundos) eran enterrados a poca profundidad, de modo que a la primera lluvia se iba la tierra y aparecían restos humanos por todas partes, que eran consumidos por los buitres (una vez derribaron uno de una pedrada y se lo comieron sin que lo vieran los nipones). Los heridos y enfermos (todos tenían llagas, úlceras, heridas, desnutrición, enfermedades tropicales) eran amontonados (literalmente) en covachas cercanas para que murieran.  

La lista de masacres, atrocidades y monstruosidades que con toda ferocidad y satisfacción, con todo racismo y desprecio cometieron los ejércitos japoneses en Asia es interminable, y cada una más horrorosa que la anterior. Sorprende que aun haya quien sienta empatía por aquel ejército, por aquella nación que jaleaba la violencia. Ocurrió hace ochenta años. 

CARLOS DEL RIEGO

domingo, 27 de noviembre de 2022

WILKO JOHNSON, EL GENIAL GUITARRISTA QUE SE REBELÓ CONTRA EL ROCK DE SU TIEMPO Y CONTRA EL CÁNCER


El estilo singular, vertiginoso, de Wilko Johnson produjo un gran impacto tanto entre el público como en músicos posteriores

La noticia era esperada desde hace casi diez años. Wilko Johnson, el genial guitarrista y compositor, sucumbe al cáncer que le fue diagnosticado en 2013. Cualquiera que tenga un mínimo interés en esto del rock & roll habrá disfrutado con el estilo ‘espídico’ de Wilko en sus diversas etapas. Su forma de tocar resulta inconfundible, tanto que en su momento consiguió romper con los viejos esquemas y abrir la puerta a la evolución, al punk y la new wave 

En 2013 le diagnosticaron cáncer de páncreas y le dieron menos de un año de vida. Wilko decidió aprovechar ese tiempo y se buscó y encontró cómplices. Pero un año después le dijeron que la cosa podía no ser tan inmediata si se le extirpaba ese tumor; así, le retiraron nada menos que tres kilos del abdomen y le dieron unos cuantos años más. En fin, podría decirse que Wilko Johnson sobrevivió diez años a su destino. Pero finalmente ha caído. Lo mejor es colocar el ‘Stupidity’ en el plato y subir el volumen. Ahí está Wilko Johnson. 

Wilko Johnson ha sido uno de los guitarristas de rock más fácilmente identificables gracias a sus modos entrecortados, a su estilo electrizante, trepidante, vertiginoso, siempre en el filo de la navaja. Como es sabido, casi nunca utilizó púa, por lo que era capaz de llevar, él solo, el ritmo y el punteo simultáneamente. Siempre dijo que se había inspirado en la técnica de Mick Green, el guitarrista del pionero Johnny Kidd & Los Piratas. Cuando Dr. Feelgood irrumpe en la escena británica, en la primera mitad de los años setenta, el rock estaba un tanto acomodado en el progresivo más indulgente, el sinfónico más pretencioso y el heavy más previsible; pero cuando sale su fantástico primer disco (‘Down by the jetty’) el público se da cuenta de que hay algo más, que se puede hacer algo diferente con las mismas guitarras y baterías. Así, Wilko y aquella magnífica banda de rock & blues desbrozaron y limpiaron de pompa y exceso el rock roll, volviéndolo más lógico, más auténtico, pero sin perder ferocidad, al revés, con más colmillo. Y esta idea de Wilko y los suyos fue aprovechada por el punk y la new wave para dar el siguiente paso en la trayectoria del negocio. 

Entonces, en el 75, cuando apareció el mencionado primer Lp, la prensa especializada catalogó a los Feelgood como ‘pub rock’, un término que a Wilko (a quien describen sus allegados como “un hombre extremadamente inteligente y sensible”) no le pareció nada bien: “Nunca me gustó eso de ‘pub rock’, puesto que no describe un tipo de música sino un lugar, el pub, donde podían actuar bandas de folk, rock, blues, jazz, country…, cada una con su estilo y muy diferentes entre sí”. 

En lo que sí estuvo de acuerdo siempre fue en la convulsión que supuso la aparición de Dr. Feelgood: “Sacudimos al personal, lo hicimos plantearse cosas; éramos mucho más agresivos que los grupos a los que el público se había acostumbrado. En fin, creo que dimos un susto a todos, al público, a las discográficas, a los otros grupos…” 

Con los Feelgood sacó cinco álbumes superlativos (Wilko compuso todas las canciones excepto las versiones de clásicos del rock), pletóricos de energía, de blues-rock hiperenergético, de rock & roll desnudo y guitarrero. ¡Cómo resistirse a la potencia, al vigor, al hechizo del Lp ‘Stupidity’, al trepidante ritmo de ‘Roxette’, al blues incendiario del ‘Back in the night’ o a la energía ilimitada del ‘She does it right’! Luego, en 1977 Wilko Johnson se separó de Dr. Feelgood: “Pero no me fui, me echaron”, declaró el artista, quien añadió: “Dijera la prensa lo que dijera, yo quería continuar en la banda, pero la relación con Lee Brilleaux (cantante) se había vuelto muy tensa; Lee era un tipo encantador, pero las discusiones en torno a las canciones (forma, sonido, autor) llegaron a ser demasiado acaloradas”.  

Para entonces el punk había hecho su ruidosa aparición, y como dijeron entonces, el “rock & roll sin grasa” de los Feelgood era el modelo. “Dicen que hay miles de personas tocando la Fender gracias a Joe Strummer, de los Clash, cierto, pero hay que decir que Strummer se puso a ello gracias a mí; y yo me puse a tocar gracias a Mick Green”. Luego, ya fuera de la emblemática banda, Wilko Johnson se enroló en el grupo de Ian Dury, al que dio un toque de personalidad y carácter; luego inició su carrera en solitario acompañado por el bajista de Dury, el magnífico Norman Watt-Roy. Y luego llegó el cáncer y la sentencia a muerte en diez meses. 

Él recordaba: “En realidad aquella experiencia me condujo a uno de los mejores años de mi vida…, en muchos sentidos. Eso de enfrentarme a la muerte, sentarme cada día a las tantas de la mañana pensando ‘qué mierda, voy a palmar cualquier día’. Esto es algo que hay que experimentar para entenderlo. Pero no todo fueron esos pensamientos, sino que casi siempre estaba de buen humor y con el espíritu alto. En fin, miraba alrededor y me decía ‘estoy vivo y es tan hermoso’. Además, hubo cosas muy divertidas durante el año en que contaba los días que me quedaban: los directos, las colaboraciones, la grabación con Roger Daltrey… Durante un concierto en el festival Fuji Rock noté que todo el público me miraba sabiendo que mi muerte estaba muy próxima, así que pensé que de ningún modo podía equivocarme”.   

Estuvo al pie del cañón hasta el último día. Eso era lo que lo hacía feliz: “Sí, soy un fulano miserable, puesto que los únicos momentos en que soy realmente feliz, absolutamente feliz es cuando estoy en el escenario o en el estudio con la guitarra colgada. Mientras pueda seguir, seguiré. Muchos o pocos, la música llenará los años que me queden”, explicó en 2017. 

Wilko Johnson no fue una estrella del rock (no iba de eso), pero sí una figura imprescindible. Tocó mucho en España, donde siempre se le recordará con admiración y cariño. 

CARLOS DEL RIEGO


miércoles, 23 de noviembre de 2022

CUANDO EL ÁRBITRO YERRA SE CONVIERTE EN LO PEOR DEL DEPORTE

 

Los fallos de los árbitros afectan de modo determinante e injusto al marcador, y suelen producir incontrolables reacciones

En la mayoría de las grandes citas deportivas se producen tremendos errores de los árbitros, los cuales afectan de modo determinante al marcador final. Los fallos arbitrales que más llaman la atención y más controversia despiertan son los del fútbol, pero en casi todos los deportes el marcador definitivo depende de las decisiones arbitrarles. En resumen, muchísimas veces el encuentro deportivo está condicionado por los yerros de los jueces y comisarios 

Cierto que el deporte está muy manipulado por sus directivos, casi siempre codiciosos, inmorales y corruptos (como se comprueba viendo a qué países se les conceden grandes acontecimientos deportivos). Cierto que el dopaje es una trampa que utilizan muchísimos deportistas. Pero una vez comenzado el encuentro deportivo son los árbitros, jueces, referís o comisarios los que tienen la última palabra, por lo que, por lógica, se suceden gruesas equivocaciones. 

Para empezar podría decirse que es preciso tener un tanto de osadía, de soberbia, de vanidad e incluso de narcisismo para erigirse en el encargado de impartir justicia sabiendo que, con total seguridad, va a fallar, con lo que va a decidir erróneamente. Así, el encargado de impartir justicia va a cometer gravísimas injusticias (involuntariamente en el mejor de los casos) que afectarán de modo determinante al resultado final. El árbitro habrá influido (inocentemente tal vez) de manera decisiva en el tanteador, lo cual es una aberración, una manipulación, un fraude, un timo. 

Seguro que ante ese razonamiento hay quien argumenta que también los jugadores se equivocan y fallan, cierto, pero es que son ellos, los deportistas, los que tienen que decidir el enfrentamiento con sus aciertos y sus errores, y en ningún caso las decisiones del juez debe afectar al desenlace; si esto sucede es una estafa, generalmente involuntaria, pero estafa . 

En los campos de fútbol se ven decisiones calamitosas, mucho peores ahora que se cuenta con tecnología, puesto que al final la sentencia tiene bastante de opinión, de apreciación, de subjetividad y, desgraciadamente, de disparidad de criterios (ante idéntica situación hoy se señala una cosa y mañana su contraria); además, cuantos más árbitros más fallos. Pero es que el disparate arbitral se ve en infinidad de modalidades deportivas. En baloncesto y balonmano se sancionan o se dejan de sancionar acciones que llevan al aficionado a preguntarse “¿cómo no habrá visto eso si estaba a un metro?, ¿qué habrá interpretado?”. En un reciente campeonato de atletismo, en la salida de una carrera de velocidad, los jueces dieron salida nula y descalificaron a una participante; ésta reclama, van al vídeo y comprueban que no fue ella la que se movió antes de tiempo, con lo que la recalifican; lógicamente, con la concentración arruinada, esa esprínter quedó muy lejos de su marca y de su expectativa; por tanto, se puede afirmar rotundamente que esos jueces defraudaron, estafaron, manipularon el resultado de la prueba. 

¿Acaso usted no se equivoca nunca?, suele ser la principal alegación que usan los árbitros cuando se les señala lo que perjudican sus desaciertos. A lo que podría responderse que sí, que errar es propio de la persona, pero que no todos tienen el cuajo suficiente para meterse a impartir justicia sabiendo que se van a equivocar y, por tanto, a cometer groseras injusticias. Para esto, para erigirse en juez a sabiendas de que cometerá injusticias, hay que tener ese punto de egolatría, soberbia y narcisismo. 

Alrededor del universo del deporte hay todo tipo de sinvergüenzas, unos están ahí para llenarse los bolsillos (la Fifa, la Uefa, el Coi…) y otros se medican fraudulentamente para ganar (los deportistas). Pero peor que esos sinvergüenzas son los que se sienten capacitados para administrar justicia sabiendo que cometerán graves injusticias y, aunque sea involuntariamente, manipulan el resultado final.  

CARLOS DEL RIEGO

domingo, 20 de noviembre de 2022

LA PLAGA DE LA ‘CANCELACIÓN’ AMENAZA SERIAMENTE AL ROCK

 

Spotify y otras plataformas han retirado una canción de Patti Smith porque ingluye la palabra 'nigger'

La censura siempre ha estado en contra del rock & roll, entre otras cosas porque la censura representa el poder y lo políticamente correcto, mientras que el rock se identifica con la rebeldía contra lo establecido y contra los poderosos. Por eso la lista de canciones que han sido perseguidas por los censores del buenismo de moda es larga. Por unas cosas o por otras los inquisidores de la corrección siempre encuentran víctimas que llevar a la hoguera. Lo más reciente es la cancelación que ha sufrido una de Patti Smith en Spotify y otras plataformas 

La libertad de expresión está hoy amenazada, amedrentada, reducida. Eso es algo innegable. No se puede hacer un chiste sin que alguien se sienta ofendido (generalmente en nombre de otros), y hay que tener mucho cuidado al escribir una canción (o cualquier cosa) porque algún colectivo podría sentirse aludido. El negocio del rock sufre ese recorte de libertades atemorizado por el ataque de los censores e inquisidores que tratan de imponer su visión del mundo. Más allá de las canciones que hablan de sexo y drogas, la lista negra de las supuestas ‘ofensas’ se ha ampliado. 

El tema ‘Rock & roll nigger’ (1978) de Patti Smith ha sido retirado por Spotify, Apple Music, Amazon…, al considerar intolerable que se utilice el término ‘nigger’, que es una forma despectiva de referirse a los hombres y mujeres cuyos ancestros están en el África negra (¿estará bien así?). Y eso que la canción no va de razas, sino de artistas o personajes tratados con desprecio por la sociedad. Por otra parte, también los Rolling Stones se han visto obligados a retirar de su repertorio el clásico ‘Brown sugar’, ya que podría referirse a una jovencita dulce y de tez oscura, lo que es un pecado mortal para la inquisición biempensante; lo curioso es que hasta ahora siempre se dijo que se refería a drogas, y por eso estuvo varias veces al filo de la censura. 

Cientos de canciones de la historia del rock podrían ser ‘canceladas’ por idéntica razón, ya que los compositores siempre han utilizado términos gruesos, irreverentes y a veces despectivos sin que, hasta ahora, les importara un pepino el azote de los jueces de la corrección. Incluso ha habido casos en que la censura vio intenciones que los autores ni siquiera habían imaginado. 

The Who publicó en 1965 uno de sus grandes títulos, ‘My generation’. Pues resulta que en fecha tan temprana ya existía la figura del ofendidito en nombre de otros: las lumbreras de la BBC entendieron que el característico ‘My ge ge ge generation’ era una burla y una ofensa a las personas que tuvieran problemas de tartamudez. Roger Daltrey debió quedarse pasmado al conocer lo que los vigilantes de la moral habían entendido, puesto que el cantante se había inspirado en el tema 'Stuttering Blues' que John Lee Hooker presentó en 1953 y en el que utilizaba ese recurso. Eso es todo. Como es sabido, el tiempo colocó la canción en el lugar que se merece, para vergüenza de los puritanos. 

Veinte años después Dire Straits publicó otra pieza icónica, el ‘Money for nothing’, que fue un gran éxito y que resiste el paso del tiempo. En el año 2011 el Consejo Canadiense de Estándares de Radiodifusión consideró que no debería permitirse la transmisión de esta canción, ya que en la segunda estrofa  utiliza varias veces el término ‘faggot’, que equivale a ‘maricón’, por lo que varios años después de su aparición el tema fue prohibido en la radio de ese país. La letra explica cómo un ignorante dependiente de una tienda de electrodomésticos mira un vídeo de la MTV y reacciona con ese insulto al ver a los tipos estrafalarios que salen. Es decir, las hordas del pensamiento único tratan de silenciar, de coartar, de achantar, de prohibir… Parece que Canadá se ha erigido en juez absoluto de lo que está bien o mal, en bandera de lo que se permite y lo que se prohíbe. Lo demuestra el hecho de que allí, en el país del Gran Norte, no hace mucho organizaron cancelaciones de obras literarias que incluían quemas de libros al estilo de las Juventudes Hitlerianas. 

Pero aun hay algo peor que la persecución de la libertad de expresión (que lógicamente también tiene sus límites), y es que los propios grupos de rock obedezcan fielmente, mansamente, a los dictados de los gobiernos, de la corrección social, de lo bien visto. Se observa que, desde hace tiempo, grupos de rock, de heavy, de punk incluso, utilizan en sus letras lenguaje inclusivo, patean la lengua con palabros impronunciables del tipo de ‘tod@s’ o ‘chicxs’ y siguen al pie de la letra las corrientes que imponen gobiernos y, en fin, el puritanismo oficial. 

Alguien dijo que si el rock no molesta es que se ha convertido en pop, en canción melódica. 

CARLOS DEL RIEGO