domingo, 29 de diciembre de 2013

AQUELLOS MARAVILLOSOS AÑOS CON GERMÁN COPPINI EN SINIESTRO Acaba de fallecer Germán Coppini, que militó en dos de los grupos más señalados del rock y el pop español; con el primero de ellos, Siniestro Total, vivió el cantante aquellos años de inquietud creativa, aquellos primeros ochenta del siglo pasado.

Germán Coppini en Golpes Bajos
Aquellos primeros años ochenta del siglo pasado vieron una potente explosión creativa en las calles españolas. Había muchísimo movimiento artesano y casero: surgen aquí y allá sellos discográficos independientes, se editan infinidad de fanzines y chapuceras publicaciones en fotocopia, se forman grupos en cada ciudad, en cada barrio.., y por los mismos lugares que frecuentan todos los implicados en esa auténtica movida también pululan artistas de variado pelaje, fotógrafos, pintores, actores, escritores…, y gente, gente llenando la noche, gente ávida de novedad, de canciones y bandas nuevas, de conciertos, de ideas, de propuestas . Era una continua ebullición en la que casi todo valía, cresta punk y melena jipi, rock urbano y ska-reggae, cuero y parka verde, negro riguroso, tupés rockabilly, camisas techno…, todo es aceptado y todo se vive con desatado entusiasmo.


Fueron momentos efervescentes y con una juventud que por primera vez en mucho tiempo podía dar rienda suelta a sus inquietudes y gritar sus exigencias (visto desde ahora se antojan más que inocentes), de modo que en muchas ciudades españolas podía escucharse estruendo de ensayos, ensordecedoras distorsiones y golpes machacones que atronaban al vecindario. Pero aquellos locales de ensayo fueron los hornos donde se cocinaba la nueva ola del pop español. En Vigo había varios de aquellos obradores, de forma que sólo hizo falta tiempo para que empezaran a verse apetitosos bizcochos y sabrosas empanadas.

Quien estuviera entonces sabrá que Siniestro Total surge cuando varios de los miembros del grupo destrozaron un coche con tal balance. A finales de 1981 preparan su primera actuación, pero ninguno se atreve a enfrentarse al público con la sola protección del micrófono, así que llaman a un tipo que habían conocido poco antes, sabe cantar y aunque es algo raro se hace con el puesto; era Germán Coppini. La historia es tópica y difiere muy poco de otras miles que se producen en cualquier lugar donde suene rock.

Pero una cosa es Siniestro y otra lo que Germán tenía en la cabeza; lo de éste era algo opuesto al punk gamberro y divertido, ingenuamente travieso, deslenguado y desvergonzado que Julián y los otros siniestros pretendían. De hecho, en alguna ocasión presentó letras para canciones, pero fueron rechazadas por el resto del grupo al ser más bien serias y coherentes, sin puntos en común con las ocurrencias surrealistas, disparatadas y urgentes, siempre asociadas al grupo vigués. Germán era más refinado, más profundo, con ideas e inquietudes más filosóficas y reposadas. Sin embargo, dos singles y el primer Lp de Siniestro Total cuentan con él como solista con resultados contundentes; claro que entonces Germán era muy joven (más que los otros) y por tanto con gran capacidad de adaptación, y además, en aquellos años todo menor de 25 tenía algo de punk. Por eso no le resultó difícil acoplarse a las exigencias siniestras, de modo que consiguió el tono vocinglero suficiente para amenazar con sangre en ‘Hoy voy a asesinarte’, el acento gramberroide para ‘Todos los ahorcados mueren empalmados’, ‘Chochos voladores’ o la de ‘Nocilla’, la agresividad necesaria para volverse punk violento en ‘Matar hippies en las Cíes’, e incluso supo hacerse desagradable en ‘Las tetas de mi novia’ y cómicamente melodramático en ‘Ponte en mi lugar’; ¡y qué decir que de su actitud en ‘Me pica un huevo’ y, sobre todo, en ‘Ayatollah!’!; aquí Coppini se atreve con los musulmanes con descaro y naturalidad , aunque esa letra, de haberse publicado hoy, hubiera puesto al grupo en el punto de mira de la yihad; entonces no pasó nada. Sin embargo, todo tiene un único fin: el cachondeo más elemental, sin ninguna otra intención.

Germán Coppini supo adaptarse perfectamente a la chupa de cuero cargada de cadenas y pins, pero él estaba ahí de paso. Así, tras el primer álbum, entró en contacto con Teo Cardalda con el que dio forma a Golpes Bajos; ganaron un concurso (entonces se organizaban muchos) e incluso salieron en la tele, pero el cantante olvidó mencionar que también lo era de Siniestro; ante esa situación, los otros tres lo citaron en un bar y le acusaron de prestar más atención a golpes que a ellos, a lo que él respondió que pensaría sobre el asunto, pero los siniestros le espetaron de inmediato que no había nada que pensar, que no le estaban pidiendo opinión, que estaba en la calle, vamos.   

Un álbum y un par de epés son sus frutos siniestros. Pero ese punk macarra y desafiante era demasiado tosco y vulgar para Coppini, de hecho en su cabeza ya había dado el paso siguiente, que se materializó con los mencionados ‘porrazos enanos’. Su refinamiento barroco produjo excelencias como ‘Malos tiempos para la lírica’, ‘No mires a los ojos de la gente’, ‘Colecciono moscas’ y otras tantas muestras de genio poético con temáticas inquietantes. Pero para muchos su mejor creación fue ‘Cena recalentada’, una deliciosa pieza con preocupaciones y zozobras adolescentes que es cantada por el cántabro-gallego con pasión arrebatadora: “Dónde has estado, mirad que facha, qué horas son estas, vete a la cama”…, ningún joven en aquel momento dejó de oír esos reproches; y luego “Un beso en un portal un abrazo hasta mañana, qué hombre me sentía cuando a ti te acompañaba”, ¿qué quinceañero no se ve en esos versos?     

Después Germán Coppini tomó parte en otros proyectos de muy menor envergadura, por eso será siempre recordado por su desenfado juvenil y, luego, por su reflexiva madurez. ¿Dónde has estado, Germán?        


CARLOS DEL RIEGO

jueves, 26 de diciembre de 2013

DISPARATES Y ESPERPENTOS DE 2013 El mundo es muy grande y está lleno de gente, la cual suele hacer gala del rasgo más común de todos los homo sapiens que en el mundo han sido: la estupidez.

Se llama Omar Borkan y para algunos es insoportablemente guapo
Además de los protagonizados por los personajes públicos, el personal de a pie no se ha quedado manco a la hora de concebir y realizar todo tipo de disparates, enormidades, estupideces, destinos, esperpentos, locuras, necedades… Y da igual la procedencia geográfica del elemento en cuestión, así como su situación económica, edad, sexo, cultura, raza, ideología o comida favorita; a la hora de llevar a cabo la más increíble estupidez cualquier ser humano se pinta solo sin atender a cualquier otra consideración.

El año 2013 ha sido pródigo en mamarrachadas de todo tipo. Un joven de la India creyó al pie de la letra los mensajes de los anuncios de perfumes y similares, de modo que se aplicó unos cuantos productos de la marca Axe convencido de que las mujeres se le iban a rifar, pues algo parecido sugieren dichos reclamos publicitarios; así, convencido de las propiedades de su capa de irresistibilidad, se presentó ante una pretendida vestido sólo con cremas y potingues Axe, con resultados fácilmente esperables: gritos y escobazos; el desengañado y crédulo joven demandó a dicha firma aduciendo que, a pesar de untarse bien, las chicas se le resisten tanto como antes.

Acuciado por el banco, con la fecha del embargo y desahucio a la vuelta de la esquina, un griego se negó a que su casa y su coche pasasen a propiedad de la entidad financiera. Así, antes de que se presentaran los agentes embargadores, el heleno prefirió hundir sus naves, o sea, ni corto ni perezoso pegó fuego a la casa y lanzó su coche por un precipicio al grito de “esos hijos de perra no se llevarán nada mío”. Cuando llegaron policía y bomberos el hombre esperaba sentado, fumando tranquilamente y sabiéndose con el deber cumplido. Es la política de la tierra quemada: antes destruido que en manos del enemigo.

Hace apenas unos días, una pareja de chinos hacía sus compras en un centro comercial, aunque en realidad quien compraba era ella y él sólo transportaba. Y así una hora, dos, tres… El pobre hombre era algo así como un muestrario ambulante y multicolor de bolsas y paquetes, de modo que  poco a poco iba aumentado su mosqueo. Ella, encantada, sólo tenía ojitos para escaparates, expositores y probadores, de modo que permanecía ajena a la creciente desesperación que asaltaba a su pareja. Cuatro horas y el chino suplica a la china que dé por terminada la jornada de compras, pero ella pide un par de tiendas más. Cinco horas de centro comercial después, la chica se enfada por los continuos ruegos del chico, le grita esto y lo otro y le llama de todo. Incapaz de asumir tal castigo, la percha humana suelta su carga y sin mediar palabra se arroja a la planta baja (sección de oportunidades), palmando en el acto. No se sabe si ella recogió sus bultos y siguió de compras.       
      
Como es sabido, uno de los grandes inconvenientes de la red es el anonimato, causa de abusos, chismorreos y delitos. Esta otra también es en China. Una mujer buscó amante por Internet con ánimo de colocar un par de pitones a su marido, y así se citó en el hotel X, habitación Y, con su ocasional donjuán. Pero cuando ella abrió la puerta a su desconocido galán se quedó de piedra, pues quien acudió a su adúltera llamada era nada menos que su suegro. Y para complicar más las cosas, entra en escena el marido que, receloso y escamado, seguía los pasos a su señora. El final debió ser apoteósico, con el marido burlado enfadado con todos y atizando una a su señora otra a su padre… hasta que llegó la policía. 

En Nueva York, un profesor ha denunciado a la directora de un colegio privado por haberle despedido por ser… heterosexual. Ella, afirma el docente, es homo y no soporta a los heteros con familia tradicional (mujer e hijos), y también señala el despedido que anteriormente había puesto de patitas en la calle a otros tres trabajadores casados con mujeres y con hijos biológicos, cosa que irrita a la señora gay. El puesto del denunciante ha sido ocupado por una mujer…, sí, lesbiana.

Lógicamente ha habido muchos otros esperpentos con los humanos como denominador común, como la del chico expulsado de Arabia Saudí por ser demasiado guapo (sic), el polaco que se marchó de casa sin decir ni pio y a su vuelta (dos años después) se encontró que sus padres estaban llevando flores a su tumba (al parecer los descuidados papis identificaron erróneamente un cadáver), ¿y el medicamente que se acaba de lanzar en Brasil que cambia el olor de la ventosidad por exquisito perfume?, o el empleado de banca que se quedó dormido sobre el 2 y transfirió equivocadamente 222 millones, 222 mil…Claro que, seguramente, el mayor disparate de 2013 sea el de la NSA, la agencia estadounidense de espionaje (la denunciada por Snowden), que pretende controlar las comunicaciones (llamadas telefónicas, mensajes, correos electrónicos…) de varios miles de millones de personas en todo el mundo. Sólo un tonto tocado por la megalomanía podría pergeñar mamarrachada semejante.


CARLOS DEL RIEGO

lunes, 23 de diciembre de 2013

LOS ESPECIALISTAS DEL ROCK MELÓDICO O SOFT ROCK La baladita, la pieza lenta siempre ha tenido su espacio en el universo del rock, y tal vez por eso el soft rock siempre ha contado con legión de seguidores; dentro de este subgénero destaca por encima de todo el grupo californiano de los setenta Bread


David Gates, cantante, guitarrista, compositor y líder de Bread
Desde el primer momento hubo lugar para la canción melódica dentro del rock, de hecho sería difícil señalar algún grupo de este estilo que no haya hecho nunca una lenta, una baladita, una pieza de ritmo pausado y ambientación ligera. Sin embargo, a finales de los sesenta y durante los setenta del siglo pasado surgieron un buen número de bandas que apostaron por quitar peso al sonido, por suavizar la distorsión y ralentizar las cadencias, por rehuir las letras trascendentes y, en fin, eliminar todas las aristas, bordes punzantes e irregularidades que siempre caracterizaron al rock en su más estricto sentido. Sí, las canciones de ambiente acaramelado han existido siempre y muchas de ellas deslumbran por más tiempo que pase; sin embargo, para que una canción pausada resulte ha de estar basada en una melodía inspirada, ha de tener gracia y clase, y esa armonía que parece engarzar a perfectamente con los correspondientes receptores cerebrales…, y esto es francamente difícil, requiere mucho talento, ingenio y acierto a la hora de dar forma a la idea; y si no es así se cae fácilmente en el saco de de la música ambiental (del hilo musical) o, peor aún, en el vagón de los “miguelnosé”, “alexlumbago” o “pabloalmorrán”. 
  

A aquellos grupos que quisieron hacer rock sin rabia ni mala leche se les inventó un término, soft rock o light rock, subgénero que ha realizado una importante aportación a la causa de la música, con algunos grupos excelentes y un puñado de canciones inolvidables. La lista puede ser larguísima, pero se pueden mencionar nombres fácilmente recordables que hicieron rock ligero, como Chicago, que comenzó más cercano al jazz-rock y luego fabricó clásicos del soft, James Taylor, con su modulada y sugerente voz, Carole King, autora de suaves delicias, Gilber O´Sullivan y sus tiernas creaciones, los Bee Gees hasta lo del ‘sábado noche’, Al Stewart, que nunca dio una voz más alta que otra, el Gran Chris Rea, The Carpenters e incluso Crosby, Stills & Nash tienen espacio en este saco (cierto que casi todos trabajaron también en otros campos con buenos resultados). Por cierto, aunque muchos lo colocan en la misma estantería, lo que se llamó AOR (rock orientado para adultos), del tipo de Toto, Steely Dan, Peter Frampton…, no es en puridad soft rock por más que también ofrezca un sonido pulido y repeinado.



Pero tal vez sean los californianos Bread los que más merezcan el título de abanderados del rock menos ruidoso. Aunque se reunieron en alguna ocasión, su momento óptimo dura desde 1969 hasta 1972, con cuatro álbumes muy recomendables, sobre todo si se sabe degustar la melodía elegante y delicada. Algunos de los temas de Bread son verdaderas joyas por las que no pasa el tiempo; se trata de canciones firmadas por el líder del grupo, David Gates, un músico de formación clásica (su padre era profesor de piano) y muy dotado para la composición que supo adornar sus canciones con una pizca de sicodelia, sutiles matices folk, graciosas armonías vocales y comedidos arreglos de guitarra, teclado, cuerda... Pero por encima de todo, lo más valioso de su aportación, lo que realmente perdura, son sus melodías, a las que el paso del tiempo no hace sino mayores.

En esos cuatro años mágicos Bread despachó una docena de números uno, títulos que hoy siguen fascinando por la finura y elegancia de sus melodías, el buen gusto de los arreglos, la clase y distinción de los acabados y, en fin, lo fácil que resulta retener esas armonías. Entre las canciones imprescindibles del cuarteto de Los Ángeles está la emocionante ‘Everything I own’, auténtica maravilla cuyo dulce estribillo mantiene su magia y atractivo aunque hayan pasado cuarenta años; la enamoradiza ‘Baby I´m a want you’ con sus cambios de intensidad y su característico toque de guitarra; ‘If’, que comienza con un trémolo sicodélico y se abandona en la atmósfera más relajada; la cálida, aterciopelada, acogedora ‘Make it with you’; ‘Look what you´re done’, tan fácil de tararear; ‘Guitar man’, que a veces parece arrancarse; la estupenda y más ágil ‘Too much love’ y su sutil acercamiento al country-rock; ‘Let your love go’, que casi suena contundente, igual que ‘Down on my kenees’; o ‘Modern freedom’, con la que recuerdan que lo suyo no deja de ser rock.     
    
Y es que este estilo no sólo admite el volumen brutal, la distorsión ruidosa, los ritmos como estampida y, en fin, el sonido más salvaje, sino que también permite las buenas melodías en ambientes calmados, las voces y expresiones más educadas y acicaladas, la decoración primorosa y exquisita. 


CARLOS DEL RIEGO 

miércoles, 18 de diciembre de 2013

MICHELLE Y EVELYN: ETERNAS ENEMIGAS ÍNTIMAS Michelle Bachelet y su oponente en las elecciones de Chile, Evelyn Matthei, eran amigas desde niñas, hijas de generales; pero el padre de Michel fue torturado y asesinado por la dictadura de Pinochet, de cuya Junta Militar formaba parte el padre de Evelyn


Bachelet y Matthei, amigas de la infancia, rivales políticos, polos opuestos de la dictadura chilena
Dos Mujeres se han disputado la presidencia de Chile, algo verdaderamente sorprendente. A pesar de ello la noticia apenas aparece en las páginas de internacional de los medios nacionales, para los que cualquier asuntillo interno tiene mucha mayor consideración y espacio que cualquier desmesura producida en el extranjero, cosa que, por otro lado, es común en todas partes. Sin embargo, estas dos mujeres, Bachelet (ganadora de las elecciones) y Matthei, mantienen una relación desde niñas que va más allá, muchísimo más allá de lo estrictamente político.

Bachelet, la víctima, y Matthei, el traidor y cobarde

Las dos son hijas de militares, de generales adscritos a la fuerza aérea de Chile. Desde jóvenes, éstos habían tenido el mismo destino y habían vivido uno frente a otro durante muchos años; de este modo, las dos niñas, Michele y Evelyn, pasaron sus años infantiles jugando juntas, en casa de una, en casa de otra, en la calle de la base donde estaban destinados sus padres; estuvieron muy unidas, pues en tanto que hijas de altos oficiales de la Fuerza Aérea de Chile estaban un tanto apartadas de la sociedad civil; de hecho, Alberto y Fernando pasaban las horas debatiendo sobre lo divino y lo humano, en casa de uno o en la de otro, como colegas que se llevan bien, como amigos íntimos, con pensamiento opuesto pero unidos por una (aparentemente) sólida y profunda amistad.

Pero en septiembre de 1973 Pinochet se sintió salvapatrias y asestó su golpe de estado. Alberto Bachelet (de ascendencia francesa) era más proclive a Allende, mientras que el otro, Fernando Matthei (ascendentes alemanes), estaba más cerca de la postura pinochetista. Bachelet fue detenido varias veces, torturado y, finalmente, asesinado en la Academia de Guerra del Aire (la muerte se produjo ya en la cárcel) por algunos de sus subordinados y compañeros de armas; de esta academia era director su ‘amigo’ Fernando Matthei, que estaba en Londres cuando aquel Mussolini de los Andes sacó los tanques a la calle. No participó, por tanto, en el golpe de estado, pero sí supo inmediatamente de la detención de su ‘amigo’. Regresó a Chile en diciembre de ese año y luego formó parte de la Junta Militar que presidía Pinochet. Lógicamente conoció desde el primer momento los padecimientos de su colega, pero no movió un dedo en su favor. No hizo nada, no trató de excarcelarlo, no pidió justicia para él, no pidió clemencia para su ‘amigo’, no se atrevió a enfrentarse a los golpistas ni, por supuesto, a llevarle la contraria al del bigote y las gafas oscuras. Es evidente que tuvo miedo, pero a diferencia de lo que ocurre con los valientes, el miedo lo paralizó, le impidió actuar…, no pudo superar el canguelo y se dejó dominar por su cobardía, de modo que abandonó a su camarada cuando más lo necesitaba.

Se puede pensar que enfrentarse a Pinochet en aquellos momentos era poco menos que un suicidio, es posible que pedir por su antiguo compañero de armas le hubiera acarreado graves peligros, pero quedarse quieto, con brazos cruzados ante la desgracia de su ‘amigo’ siendo uno de los hombres más poderosos de aquel Chile, es pura indignidad, deshonor, cobardía cómplice. Si temía por su vida y la de su familia al pedir por su viejo compañero, podía renunciar a su cargo, salir del país y denunciar el trato que estaba recibiendo Bachelet y otros militares que se oponían a la dictadura pinochetista, pero no, estaba en una cómoda situación social y no quiso renunciar a ella. Por eso son burdas mentiras su declaración de que lo sintió mucho, sus continuas explicaciones de que lo pasó muy mal y que todavía hoy se aflige y entristece por lo ocurrido con su ‘amigo’; es como si el asesino trata de convencer a la víctima lo mal que se siente por lo que hace justo cuando le está clavando el cuchillo. Son disculpas, autojustificaciones, pretextos para sacudirse una responsabilidad que llevará adosada a su nombre incluso después de su muerte. No sirven las explicaciones de padre e hija ante la realidad: Fernando Matthei traicionó a quien había sido amigo suyo dejándolo tirado a pesar de que sabía que iba a ser asesinado, a pesar de que conocía las torturas y vejaciones que estaba sufriendo (aumentadas por el hecho de que fueran sus subordinados y compañeros quienes se las infligían). Es posible que el ‘amigo’ desleal no sea culpable judicialmente, pero sí lo es de vileza, de inmoralidad…, de haber seguido viviendo como si no hubiera pasado nada.

Hoy, el general infiel y su hija siguen excusando la inacción, la traición, de manera que Evelyn Matthey insiste en que mantiene su amistad con Michelle Bachelet, pero no hay que ser muy listo para entender que no pueden ser igual los sentimientos de antes y los de después de septiembre de 1973. Afirman quienes están cerca de las dos que se llevan relativamente bien, que se tratan con fría cordialidad, aunque seguro que al mirar a su rival político, Michelle ya no verá a Evelyn como su amiga de la infancia, sino como la hija del cobarde traidor que miró hacia otro lado cuando su padre estaba siendo torturado. 
   

CARLOS DEL RIEGO

domingo, 15 de diciembre de 2013

LA MTV: DE LA APUESTA POR LA CREATIVIDAD A LA INMERSIÓN EN LA VULGARIDAD Hace más de tres décadas se puso en marcha la televisión musical, la MTV, que dio imagen a lo que estaba pasando en los escenarios con mayor espíritu explorador; hoy esa cadena se ha convertido en otro contenedor


El dúo The Buggles y su vídeo fueron los primeros en aparecer en la MTV, en 1981
Cuando apareció la MTV fue todo un impacto entre quienes sentían pasión por la música rock; nombres de leyenda alternaban sus vídeos en la nueva cadena, podía verse lo último de Ramones (de los primeros clps emitidos) y de Michael Jackson, allí salían las bandas más vanguardistas del momento y allí tenían reflejo las nuevas tendencias: la ‘new wave’, el afterpunk, los nuevos románticos, el techno…, y también se daba cancha a la vieja guardia, desde los Stones al heavy…, es más, hubo algún momento en que daba la impresión de que había que pasar algún tipo de filtro de calidad para que alguien viera su nombre en la esquina inferior izquierda de la pantalla. En los primeros ochenta del siglo pasado, que es cuando MTV nace y da a conocer su novedosa propuesta, era una auténtica gozada sentarse a dejarse sorprender por las canciones y los clips de los grupos más nuevos, y también los de los clásicos; se comentaban las virguerías de las imágenes y se celebraban las melodías más recientes, se hacía uno con los caretos, tocados, indumentarias y locuras de todos los que pululaban por aquella jungla multicolor. ¡Cómo explicar la convulsión que supuso entre todos los interesados el vídeo de New Order ‘Tru faith’ o el  ‘Once in a lifetime’ de los Talking Heads! Era algo novedoso, atrevido, imaginativo, original, llamativo, vistoso… De aquella ‘emeteuve’ (así se pronunciaba en España) ya no queda nada.



La más reciente barrabasada de la otrora cadena musical ha sido premiar a la cada día más desnuda (de ropa y de inteligencia) Miley Cyrus, quien, por otro lado, más parece una interna de un campo de concentración que una chica de calendario de taller de automóviles. Pero si se piensa bien, una cosa lleva a la otra. La elección de esta adolescente mimada como artista más popular del año es, ante todo, una evidencia de la mediocridad en la que se reboza la cadena. Y esto es así porque todo aquel que se siente artista pero está huérfano de talento o mérito tiende siempre a lo mismo: sexo y/o violencia, que son los últimos recursos de los mediocres para llamar la atención. La Cirus no pierde oportunidad para mostrar su delgadez grimosa, adolescente, flaca, pues ha comprobado que este tipo de actitud otorga más celebridad que cualquier campaña de marketing ‘normal’ (de hecho, eso de despelotarse es puro marketing) y, por supuesto, que cualquiera de sus canciones. Del mismo modo, la MTV ha debido ser invadida por ramplones y mezquinos ejecutivos que han llegado a la conclusión de que los ‘realitys’ atraen público, más que la música (además, para esto ya tienen otras cadenas, infumables en un 90% de su emisión); y como quiera que la televisión que emite realidad (aunque ésta esté orientada) sólo tiene seguimiento si contiene sexo y/o violencia (si no hay cama, palos e insultos la cosa no funciona), aquellos genios de la comunicación y la vulgaridad han llenado la cadena de programas-basura, tratando de emular a contendores como A-3 o T-5.   

La MTV ha sacrificado toda propuesta de creatividad en aras del marketing, todo atisbo de innovación se dosifica por orden de los ejecutivos, todo lo que se emite, en fin, se hace ahora en función de los criterios de los expertos en manipulación de masas. Durante los primeros años de este proyecto de televisión musical, la intención de sus dueños era ganar dinero (lógico, como todos) ofreciendo lo que estaba sucediendo en el universo del rock y similares, mientras que hoy, con la llegada a la cumbre de los estudiosos de los mercados, la pretensión es la misma, pero para ello se atiende exclusivamente a lo que opinan esos trileros y se prescinde totalmente de cualquier criterio artístico, vanguardista o de calidad. Y es por esto que ahora protagonizan la MTV gentes sin el menor mérito, talento o valor, igual que los que copan sus premios.

Por cierto, alguien debería organizar un premio a los mejores premios del año para así cerrar el círculo del absurdo.   


CARLOS DEL RIEGO

jueves, 12 de diciembre de 2013

SE BUSCAN VOLUNTARIOS PARA IR A MARTE Y NO VOLVER Todos los medios informativos en cualquiera de sus modalidades daban cuenta de un ‘proyecto’ anunciado por una empresa llamada Mars One que, en esencia, afirma que en cinco años enviará robots a Marte para que preparen la llegada de colonos terráqueos a dicho planeta otro lustro más tarde. ‘Hay gente pa tó’

Esta especie de cárcel de aspecto retrofuturista esperaría a los incautos que 
se embarcaran en esta ocurrencia 
Los responsables de esa empresa, que afirman contar con casi 200.000 voluntarios dispuestos a emprender tan incierta aventura, aseguran que el proyecto es como el que emprendió  Colón; en realidad, antes de iniciarse la gesta del Almirante de la Mar Océana hubo quien lo calificó de majadería, pero los que sabían de qué iba la cosa (los Pinzón) la entendieron posible e interesante; lógicamente, eso de irse a Marte tiene poco que ver con lo de los osados navegantes de hace medio milenio, baste decir que a éstos nunca les iba a faltar el aire y, en caso de venir mal dadas, siempre podían dar media vuelta. En fin, que una cosa es explorar recovecos de casa, de la Tierra, y otra muy distinta aceptar un riesgo elevadísimo y una inaceptable probabilidad de desastre.

Los fantasiosos ideólogos de la mencionada empresa han debido hacer unos cálculos de auténtica ciencia-ficción, pues las dificultades a las que habrían de enfrentarse están fuera del alcance de la tecnología actual, es decir, cuentan con que se producirán avances significativos y determinantes para su propósitos en los próximos años, pero el caso es que los progresos científicos son imprevisibles; en fin, desde antes de empezar ya están jugando a la lotería.

Lo bueno es que las previsiones para el hipotético viaje son a cinco y diez años, o sea, que no hay que esperar demasiado para, desde entonces, poder echar un vistazo al día de hoy (13-12-13) y comprobar en qué ha quedado esta ocurrencia.

Los que están dispuestos a embarcarse en esta especie de Titanic (siempre habrá gente para todo) seguro que ya han tenido en cuenta  que sería un viajecito de casi 60 millones de kilómetros, que duraría en torno a un año y que a su llegada se encontrarían absolutamente solos, en medio del ambiente más hostil a que persona alguna se ha enfrentado nunca, y sin posibilidad de ayuda. Y como los temerarios irían en grupitos de cuatro (cada dos años partiría una nave), cualquier problema médico, electrónico, de cálculo, de mal funcionamiento de aparatos que se presente, o alguna de las infinitas contingencias e imprevistos que surgirán, conducirían inevitablemente a la catástrofe. Si los astronautas de verdad han de ser atendidos médicamente cuando regresan de misiones espaciales de varios meses, si apenas se pueden tener en pie a pesar de que no van más allá del porche de la Tierra, ¡cómo llegarían estos domingueros del espacio a Marte!

Pero bueno, en caso de que todo saliera como en las novelas y cuentos de Asimov, una vez en el rojo destino los imprudentes peregrinos deberían recluirse en espacios pequeños, vivir en unos pocos metros junto a los robots ayudantes, expuestos a cualquier pérdida, accidente, avería, desgaste inesperado, carencia imprevista (¡piensan extraer agua del subsuelo!) … Y a ello hay que añadir el siempre espinoso tema de las relaciones personales, que en espacio mínimo y siempre rozando con los mismos compañeros producirá una fricción que fácilmente desembocará en siniestro total.¡ Ah!, y la intención es no volver, de manera que quienes se empeñen en semejante desatino, si consiguen llegar a destino, habrán de asumir algo parecido a una cadena perpetua, en Marte, pero en una cárcel. ¿Aventureros temerarios?, ¿gentes insatisfechas que “no encuentran la alegría en esta Tierra y la buscan más allá de las estrellas”?, ¿incautos soñadores?, ¿corderitos camino del matadero? Afortunadamente para ellos pasarán todavía varias décadas hasta que ese anhelo de visitar otro planeta sea factible.

La cosa, en fin, parece broma o sandez, y la duda está en saber si los que han propalado esta paparrucha no son más que unos inocentes ilusos que viven en el País de las Maravillas o, por el contrario, tienen intenciones escondidas.

Carl Sagan, Isaac Asimov o Fred Hoyle se morirían de risa si no estuvieran muertos.     

CARLOS DEL RIEGO

lunes, 9 de diciembre de 2013

ZZ TOP Y STATUS QUO, HERMANOS DE SANGRE No, no es que los tejanos y los británicos tengan los mismos gustos, influencias e intenciones musicales, no es que ‘La Grange’ se parezca a ‘Gerdundula’, sino que si se observa la propuesta artística con la que los dos grupos se han hecho un nombre en la historia del rock, se pueden encontrar no pocos nexos y simetrías.

Las barbas más célebres e identificables.

Ningún seguidor del rock tardaría más de un segundo en identificar
 esta pose y este grupo.
Surgidas en la década de los sesenta del siglo pasado, las dos bandas nunca han abandonado el escenario, de modo que aun hoy siguen perfectamente activas; lo curioso del caso es que ninguna ha hecho nada por evolucionar, nunca han sentido el impulso de reinventarse, de modo que apenas han mostrado en sus décadas de existencia grandes transformaciones estilísticas, modificaciones drásticas de sonido o cambios de ritmos o instrumentaciones. Lo que sí han realizado ZZ y Status es un ajuste permanente de sus bases, de sus sistemas, de su carácter en una palabra, y así, una y otra banda ha conseguido un sonido absolutamente identificador, una especie de manierismo que hace que ningún interesado en el asunto tenga dudas a la hora de identificar a quién pertenece ‘Tush’ o de quién es ‘Mystery song’; es más, tanto los de Houston y como los de Londres han alcanzado una sólida perfección en sus maneras y recursos, logrando auténticas piezas maestras del rock ya en sus épocas de madurez, como puedan ser ‘Gimme all your lovin´’ o ‘Whatever you want’, temas tan asociados al trío de las barbazas y al cuarteto en formación rockera (los tres guitarristas alineados y moviendo las guedejas a la vez) como la lengua a los Stones o las gafitas a John Lennon.



Asimismo los unos y los otros muestran una estructura parecida en muchas de sus canciones: un comienzo con un riff de guitarra en solitario que, inmediatamente, va seguido de toda la potencia sónica de la banda; luego los dos grupos confeccionan algo así como un rock & boogie más bien sencillo, a veces casi esquemático, pero demoledor, eficaz, contagioso, fácil de asimilar y con ingredientes clásicos y académicos, o sea, guitarras poderosas y distorsionadas, baterías ágiles y rocosas, poco espacio para grandes demostraciones de virtuosismo, casi nulo aporte de arreglos ajenos a sus integrantes y presencia escénica personal e inconfundible. También comparten una reverencial pasión por los clásicos, cosa que demuestra el hecho de que nunca hicieron ascos a una buena versión, como la que el trío hizo del ‘Dust my broom’ de Robert Johnson y el cuarteto del ‘Rockin´ all over the world’ de John Fogerty.


Evidentemente los barbados y los rasurados han firmado algunos títulos emblemáticos para los iniciados en el rock más clásico, piezas legendarias como el ‘Blackdoor medley’ (“… Carmela, Carmela, Carmela…”) o el ‘Down down’, y gracias a ellos han conseguido traspasar épocas y generaciones, han vendido millones y se han convertido en auténticos iconos del rock. 

Claro que también existen no pocas diferencias entre estos dos nombres de leyenda, empezando por las influencias específicas de su entorno, pues unos estaban más impregnados de rock sureño, de Allman  Brothers y los Creedence, y los otros tenían más de ‘Mersy beat’, de los Beatles y los Hollies. En fin que ZZ nunca hubieran hecho ‘Blue for you’ y Status jamás podrían haber concebido ‘Fandango’.

Y todo parte de que estos dos supervivientes de las épocas gloriosas y heroicas del rock fueron alimentados por la misma fuente: el blues, que posteriormente ambos moldearon a su gusto hasta convertirlo a veces en blues-rock, a veces hard-blues, pero manteniendo siempre, machaconamente, obstinadamente, su fidelidad al linaje, a la sangre.


CARLOS DEL RIEGO

jueves, 5 de diciembre de 2013

LA CARA DURA DE LOS POLÍTICOS NACIONALISTAS Las verdaderas intenciones de los políticos que vocean separatismo hay que buscarlas en su deseo de mando, de ser los caudillos. Y lo hacen sin esconderse, con todo el descaro y desvergüenza del mundo.


Hay que tener mente estrecha para suponer que ser más pequeño es mejor
Desde todos los organismos internacionales insisten en que la secesión de territorios conllevaría su expulsión automática de los mismos, de modo que el territorio separado sólo sería admitido si lo aprueban todos los integrantes de dichas instituciones; llegado el caso, el seguro veto dejaría a esos hipotéticos e imposibles nuevos países al margen de los pactos y asociaciones supranacionales. Sin embargo, los ideólogos de las políticas separatistas creen y hacen creer, o se engañan y pretenden engañar a su población de que las cosas serían maravillosas, que todo se solucionaría y todos serán más felices desgajándose del país al que hoy pertenecen.
Actualmente los que meten más ruido son los gobernantes de Cataluña y Escocia, los cuales han sido advertidos de que decisiones unilaterales como las que pretenden sólo les acarrearían problemas, muchos, diversos y trascendentes. Da la impresión, por otro lado, que las ambiciones soberanistas de algunos politicastros de Bélgica o Bolivia (hasta no hace mucho tan vocingleros como aquellos) están cediendo a la realidad, a la lógica, aunque siempre habrá alguno que haga del separatismo la razón de su vida, y siempre encontrará quien le siga.

Según esos mandamases de mente estrecha y visión empequeñecedora, “todos en este país deseamos ser una nación independiente”, pero la realidad a pie de calle suele diferir muchísimo de la apreciación que de la misma tienen los que viven en el universo de la política. En 1992 los políticos de la antigua Checoslovaquia llevaron a cabo una maniobra que, básicamente, fue la partición del país sin preguntar al pueblo; es decir, los dirigentes pensaron que la gente quería ser o checa o eslovaca, no checoslovaca, lo supusieron o quisieron suponerlo, pero el caso es que actuaron sin preguntar a los legítimos dueños del país, a los poseedores de la soberanía nacional. Puede que si se hubiera hecho el correspondiente referéndum hubieran ganado los partidarios de dividir, pero puede que no, y entonces les hubieran quitado el caramelo de la boca, el caramelo de los puestos y sillones, de los ministerios y subsecretarías, de los cargos y destinos en que ya pensaba toda esa patulea de caraduras que se siente con derecho a vivir en la acotada parcela del privilegio toda la vida; no hay que olvidar que dos estados supone doble de maquinaria gubernativa y funcionarial. Por eso, por evitar el riesgo de negativa, no se consultó al único depositario de la toma de decisiones: la población, toda la población del país. Es una muestra de cómo los que viven cinco metros por encima del suelo manejan y maniobran al margen del bien general. Por cierto, este caso no tiene nada que ver con los de Cataluña y Escocia (de hecho cada caso es único y sin paralelismo con otros).   

En definitiva, lo que quieren los caudillos de la disgregación es gobernar ellos sin tener que dar cuentas, hacer y deshacer a su antojo, manejar los dineros públicos a capricho, imponer las leyes que les venga en gana…; no olvidemos que en aquella parte de España hoy se puede multar a quien no utilice el idioma obligatorio, o que los que ocupan poltrona gastan enormes cantidades en ‘embajadas’ y viajes vanos a la vez que dejan sin fondos servicios imprescindibles. En fin, que si se vieran libres de poderes y estamentos superiores…

En realidad, esas intenciones de independencia para poder disponer a su antojo, para manipular e imponer, ya se habían visto anteriormente; por ejemplo en El Libertador, en Simón Bolívar, a quien la igualdad de la población, los indígenas o la propia democracia eran conceptos que le traían sin cuidado, y así lo demostró cuando en la reunión conspiratoria para escindir la Gran Colombia de la metrópoli, prefirió ausentarse y no tener que votar por un estado democrático; o en su testamento, donde aboga por la desaparición de partidos políticos. No, Bolívar quería exclusivamente el poder para él, para hacer y deshacer según sus deseos en toda Sudamérica y al margen de Madrid (lo curioso es que la población se fiaba de las instituciones, magistrados y funcionarios españoles y huía como de la peste de los criollos). Eso es exacta y exclusivamente lo que pretenden los doctrinarios de la desunión: el poder, pues en caso de conseguir su propósito dan por hecho que serán los jefes supremos, la nueva aristocracia.

La vieja guardia de la Transición Española explica hoy que, entonces, con la promulgación del Estatuto de Cataluña los políticos de allí se dieron por satisfechos; sin embargo, los gerifaltes nacionalistas, al igual que los adolescentes, cuando consiguen algo ya empiezan a pedir más, y así sucesivamente, nunca están satisfechos, pedir está en su naturaleza (en la de adolescentes y nacionalistas patrioteros y xenófobos cuya opinión difiere de la de la población).

Y en fin, resulta más que chocante que se desee ser más pequeño, aislado, intrascendente e irrelevante en un mundo que tiende a la unión, a formar entes mayores y más potentes. Pues eso es, finalmente, lo que pretenden los cabecillas: ser el pez gordo en el estanque pequeño.


CARLOS DEL RIEGO

lunes, 2 de diciembre de 2013

ALEJANDRO SANZ: EL MISMO DISCO DE SIEMPRE, EL MISMO GRAMMY DE SIEMPRE A poco informado que esté, el ciudadano sabe que este año, como todos, Alejandro Sanz se lleva varios premios Grammy Latino; es algo que se repite tanto como sus propios discos y canciones.

Los Grammy para Alejandro Sanz se repiten tanto como sus discos y canciones
Recientemente Alejandro Sanz recibió su enésimo premio Grammy Latino. Aunque se trate de unos galardones totalmente dirigidos por y para el marketing y centrados en los artistas que gustan o residen en Miami, aunque cada edición premie a 40 ó 50 concurrentes en las más variadas y pintorescas categorías (como ‘Mejor álbum de pop contemporáneo brasileño’), aunque en realidad tenga muy poco que ver con la realidad de la música en los países y comunidades hispanohablantes, al final tiene que ser poco gratificante recibir el premio por sistema, como hace Alejandro Sanz, que siempre se lleva un buen número de medallas a pesar de que viene fabricando el mismo disco desde hace varias décadas.
El más reciente álbum del cantante, el décimo de estudio, es el que le ha proporcionado esos nuevos homenajes, sin embargo, podría ser cualquiera de los anteriores, de hecho casi todas sus canciones giran en torno al mismo tema: la chica, y lo hace siempre de modo afectado y lacrimógeno, con intención melodramática, maneras artificiosas y afectadas, cargado de tópicos, ambiente lechuguino e infestado de melindres y cucamonas.
Algunos de sus versos, ripiosos y cojitrancos, tomados de canciones escogidas al azar: 

“Tú eres esa mujer
por quien me siento ese hombre capaz de querer,
viviendo cada segundo la primera vez,
sabiendo que me quisiste
y todo aquello que me diste”.

Los de otra dicen:
“No pidas más que yo sea tu dueño mi amor,
intentaré parar la vida un instante
para estar contigo, si puedo”.

Y estos:
“Enséñame tus manos, esas con las que nos acariciamos 
y hoy nos hacemos tanto daño, tanto daño amor”.

Y otra más:
“Vengo del aire
que te secaba a ti la piel, mi amor”.  


Estos son los términos que más abundan en la producción cancioneril del, al parecer, siempre atribulado bardo, instalado desde el primer momento en la nube de la reiteración machacona de manufacturas de usar y tirar.

Lo del apartado musical de las composiciones del exitoso vecino de Miami también tiene lo suyo. Más que cantar lo que hace es declamar, con registro vocal limitado y monótono, extendiéndose en larguísimos estribillos (si es que se pueden llamar así), carentes de inspiración y gracia y evidentemente enfadados con cualquier insinuación de melodía. Y todo ello basándose en dos o tres modelos, moldes perfectamente troquelados de los que salen las canciones, a las que luego se dan los ajustes pertinentes para ser envueltas y presentadas como exija el momento; el chaval le ha cogido el tranquillo a la cosa y puede ir sacando discos hasta el infinito, y todos podrían ser el próximo o el anterior.

Seguro que no vende tantos discos y descargas como su discográfica anuncia, pues cada día se despacha menos música, pero también es evidente que tiene legión de seguidores-consumidores, y por eso es preciso ponerle otra condecoración con la que halagar el gusto y el ego del consumidor, apremiándole así a comprar. Porque al final, lo que hace Alejandro Sanz es fabricar productos de consumo en los que lo más secundario es el aspecto creativo. Eso sí, mientras haya a quien le guste, ojalá siempre haya cantantes de este tipo. Al fin y al cabo, gracias a ellos se puede distinguir a quien tiene verdadero talento.    


CARLOS DEL RIEGO

jueves, 28 de noviembre de 2013

TÓPICOS, ENGAÑOS Y CHAPUZAS DEL CINE El cine cuenta historias, algo que ha interesado al ser humano desde el Paleolítico. Pero el caso es que hay veces en que los guionistas y directores no se esfuerzan lo suficiente y recurren a tópicos y tics, a auténticas chapuzas, a manipulación, al disparate.


En La guerra de las galaxias, curiosamente, la república está dirigida por
 la reina Amidala o la princesa Leia
Si la peli en cuestión no tiene tono engolado y profundo se puede perdonar, pero si va de seria o trascendente, la cosa puede volverse decepcionante e incluso ridícula. No se trata de los clásicos errores o ingenuidades tan propias de las primeras décadas del siglo XX, como aquella de Bela Lugosi en la que secuestra a los buenos (él era el malo, claro, un chino malo) y los encierra en una habitación en la que hay… ¡un teléfono!; se trata de topicazos que se repiten insistentemente hasta que el buen observador consigue adelantar la acción, de trampas y manipulaciones que llevan al espectador a hacerse preguntas de imposible respuesta, o de situaciones verdaderamente disparatadas e incomprensibles, pues no hay que olvidar que incluso en la ciencia ficción o en la comedia alocada y delirante ha de haber siempre un nexo con la realidad, por minúsculo que sea, para que la cosa resulte mínimamente creíble y no se caiga en la estupidez y la ocurrencia sin gracia. Tampoco se trata de que los personajes nunca (salvo que sea necesario para el guión) hacen sus necesidades, que el prota se pelea con media docena de malos y no se despeina, sale del agua y cinco segundos después está totalmente seco o recibe varios directos al rostro y, con apenas un hilillo de sangre, se recupera inmediatamente de una panadera y se levanta a sacudir como si tal cosa; tampoco se trata de que siempre hay sitio para aparcar a la puerta, que la chica siempre se cubre con las sábanas al levantarse aunque esté sola o que con un solo porrazo se haga perder el sentido al incauto; y qué decir de los cigarrillos y copas de licor que, en segundos, aumentan y disminuyen milagrosamente.  

Este tipo de deslices son comprensibles y fáciles de entender y admitir, pero la cosa cambia cuando los encargados de contar la historia no saben cómo solucionar un problema narrativo y recurren a cualquier chapuza con la esperanza de que el espectador no repare en ello.

Todo amante del cine podría enumerar un buen número de tópicos que se llevan viendo en pantalla desde que se inventó el sonoro. Suelen terminar siendo graciosos, entrañables, como ese de la peli de terror en la que el más listo advierte “no os separéis, pues el bicho sólo ataca si estáis solos”, pero a las primeras de cambio uno se distrae con un ruidito y se separa sin decir ni pío, con resultado fácil de prever. Y en una de guerra, el que enseña la foto de la mujer y los hijos puede darse por muerto. En dramones folletinescos, si una embarazada se acerca a una escalera se adivina que caerá por ella con consecuencias trágicas. También es casi norma que todos los personajes de la cinta, por muy analfabetos, palurdos o rastreros que sean, tienen una dicción perfecta, un léxico riquísimo y preciso y una dentadura reluciente, cosa en la que suelen coincidir con matones y gánsteres de todo pelaje.

Por otro lado, la manipulación y el fraude narrativo son inadmisibles en películas donde prima el intelecto, donde el razonamiento lógico y deductivo resulta imprescindible en la proposición y la trama. Un ejemplo se da en ‘El silencio de los corderos; cuando el caníbal es transportado, va inmovilizado y escoltado por cincuenta policías, pero cuando hay que darle de comer está en una habitación apenas esposado a un barrote y con sólo dos polis vigilándole, los cuales han de entrar en la jaula y acercarse peligrosamente a él…, mientras en el vestíbulo del edificio hay docenas de maderos mano sobre mano. Asimismo, en ‘Seven’ se indica al comienzo que habrá siete asesinatos, uno por cada uno de los pecados capitales, sin embargo, si se cuentan, son ocho, uno de ellos sin relación con pecado alguno, o sea, los guionistas y directores cambiaron las reglas a mitad de partido, por lo que se puede afirmar que el espectador ha sido manipulado (en esta película hay otros patinazos severos e incomprensibles). En ambos casos los encargados de contar la historia han optado por no esforzarse y buscar una solución fácil y descabellada, en lugar de estrujarse el coco hasta hallar una salida que respetara la inteligencia del mirón.

Algunas películas célebres exhiben partes cuyo mensaje o situación es verdaderamente absurdo, inconcebible. Así, en ‘La guerra de las galaxias’ los buenos son los de la república, pero curiosamente ésta está dirigida por la princesa Leia en la primera trilogía y la reina Amidala en la (flojísima) segunda trilogía; o sea, se trata de una república monárquica… En la fabulosa ‘El hombre que mató a Liberty Valance’, Vera Miles está a punto de casarse con John Wayne, pero no deja de gritarle y tratarlo con desprecio a lo largo de toda la película (excepto en una ocasión), resistiendo el pobre Tom estoicamente los desplantes; es más, en una ocasión ella le reprocha que todo lo soluciona con las armas, pero cuando se entera de que James Stewart (Ranson Stodard) va a enfrentarse a Valance (Lee Marvin) colt en mano, corre a suplicar a Tom que lo solucione con su revólver… En el ‘King Kong’ de 2005 hay una parte verdaderamente calamitosa; cuando todos huyen de la isla perseguidos por el gran gorila, la chica se pelea con sus salvadores porque no quiere que disparen al monito a pesar de que está liquidando gente a diestro y siniestro, y forcejea con quienes quieren llevarla al barco, puesto que ella desea que la dejen volver con su secuestrador, dando a entender que la neoyorquina de veintipocos prefiere quedarse en la isla con el mono; se trata de un caso extremo y esperpéntico de síndrome de Estocolmo, y el colmo es que no dice una palabra acerca de los que han muerto para salvarla, y sin embargo echa la lagrimita cuando el simio cae adormecido por el somnífero.

Otro caso distinto es el de los  filmes de época, que suelen caer frecuentemente (casi siempre) en el error fácil de hacer pensar y actuar a los personajes como si todo se desarrollara en la actualidad, algo parecido a lo que sucede en las de ciencia ficción, en las que todos viven, razonan y actúan tal y como se hace en el momento de filmar.
De todos modos, todo ello sea bienvenido cuando la peli logra lo importante, transmitir una emoción, una sensación, pues eso es lo que queda finalmente.

CARLOS DEL RIEGO


domingo, 24 de noviembre de 2013

HETERODOXOS, BICHOS RAROS Y PERDEDORES La gran mayoría de los grupos y solistas que han existido no han dejado huella; unos por tratar de salirse del camino ya trazado, otros por sus extravagancias y actitudes de lunático, y otros por no se sabe qué. Muchos de ellos, sin embargo, tuvieron mérito


Uno de los bichos más raros de la historia del rock, The Residents.
Es curioso pero existe una fascinación, una atracción románica, casi poética, por la figura del perdedor, el derrotado, el que nunca vio cumplidas sus ilusiones. La historia de la música rock está abarrotada de vencidos, de hecho, la mayoría de quienes han probado fortuna en este negocio jamás consiguieron asomar la cabeza ni se dejaron ver por las listas; algunos de los que se quedarán para siempre en el anonimato  no hicieron mérito suficiente, pero hay otros que sí aportaron, que sí tuvieron destellos de inspiración y que, por tanto, se merecían mejor trato por parte de la prensa, el público o la industria. 

Cada espectador tendrá en su memoria a aquel grupo o cantante que, hace una eternidad o el año pasado, tuvo un destello en el que pocos se fijaron, pero que él mantiene entre sus recuerdos sin saber muy bien por qué.


El capítulo de heterodoxos, de esos que quisieron ante todo salirse de lo común, está bien poblado, y aunque algunos lograron llamar la atención para convertirse en leyenda o nombre de culto, la mayoría pagaron cara su osadía y dejaron muy escasa huella. Y en todos los géneros ha habido disidentes. Por ejemplo, dentro del rock & roll y rockabilly se puede recordar a The Meteros, la trepidante banda británica (“sólo The Meteors es puro psichobilly”, decían) que lleva en activo desde 1980 y que, a pesar de haber publicado docenas de álbumes y haber recorrido miles de escenarios, jamás han pisado uno de primera división. Sus compatriotas King Kurt también se acercaban al rock & roll, pero lo suyo era más disparatado, enloquecido, divertido, y aunque hicieron algún amago, lo cierto es que jamás contaron con el favor del gran público. Woodentops es otra banda de largo recorrido que fabrica un pop-rock enérgico, sorprendente y llamativo, muy distinto a los estándares habituales y que, seguramente por eso, jamás se ha comido una rosca en el ‘show biz’. La poesía musicada de Anne Clark nunca salió de los ambientes más intelectuales a pesar de su extensísima producción. Igual que el sonido elitista, cristalino y delicado de la guitarra de Vini Reilly al frente de su Durutti Column, que goza de encendidos elogios pero jamás ha tenido recompensa. También se puede recordar a Scritti Politti o a Japan cuando se hace alusión a los que arriesgaron sin que su apuesta resultara ganadora. La lista es mucho más larga y todos tienen en común un atrevimiento casi suicida que, finalmente, definitivamente, los relegó a papeles muy secundarios a pesar de su indiscutible valía. ¿Alguno español?, ¿alguien se acuerda de Lavabos Iturriaga?

Bichos raros los ha habido siempre. No se trata de los que, como los anteriores, tratan de distinguirse sin salirse de los límites, sino de esos que no quieren tener nada que ver nadie, y que optan por el camino del disparate, del absurdo, de lo feo y desagradable incluso. Lógicamente, la repercusión de este tipo de bandas ha sido prácticamente nula. Aquí caben los increíbles The Residents, uno de los mayores misterios de la historia de la música del siglo pasado; sus integrantes nunca han revelado sus identidades, ni se han dejado fotografiar (salvo con disfraz), ni han concedido entrevistas ni, en fin, han querido tener nada que ver con la industria; su nombre procede de la peripecia de una maqueta que enviaron a una editorial, la cual fue rechazada y, ante la falta de un nombre en el remite, pusieron ‘To the residents’; han editado docenas y docenas de discos desde los primeros años setenta y siempre han permanecido en el anonimato, pues han señalado que sólo desde la oscuridad, ajeno a expectativas e influencias, puede el artista mantenerse puro; ¿su estilo?, disparatado y de difícil audición, sobre todo tras unos minutos de escucha. Pero lo máximo en el terreno del desvarío, el delirio o la locura con algún nexo con la música es lo de Whitehouse; baste señalar que uno de sus discos en directo apenas dura diez o doce minutos, pues al cabo de ese tiempo el público, enfurecido, asaltó el escenario con intención de romperlo todo y sacudir a los músicos; lo suyo es la provocación por la provocación. En el capítulo de bichos raros entran los Test Dept, Throbbing Gristle, o alemanes como Can, Amon Dull II o Einstürzende Neubauten… Por cierto, aquí encajan como un guante los españoles Los Iniciados.


Perdedores con encanto los ha habido siempre, algunos tocaron el éxito pero acabaron derrotados, y otros nunca lograron un reconocimiento a su mérito. ¿A alguien le suenan nombres como The Jazz Butcher, The Three Johns, The Origin, Bruce Woolley, SPK (nacido en un siquiátrico y con suicidios en su corta trayectoria), Big Pig o incluso The Flying Burrito Brothers? Pues todos ellos hicieron aportaciones valiosas, discos verdaderamente recomendables sin exceder los límites del rock o el pop. ¿Uno español que decidió permanecer en su “papel de nuevo perdedor”? Los Cardiacos.
Y es que, en realidad, la decepción de ilusiones y expectativas es lo más abundante dentro de este caprichoso universo.


CARLOS DEL RIEGO