domingo, 31 de mayo de 2020

LA CANCIÓN QUE LOS STONES ESCRIBIERON Y CANTARON PARA UN ANUNCIO DE KRISPIES, Y OTRAS BATALLITAS DE ‘ROCK STAR’

Jim Morrison se negó a que The Doors hiciera publicidad, a diferencia de
Rolling Stones




Desde que la música rock fue asumida y vendida por el sistema como cualquier otro producto, son cientos las canciones que han prestado su encanto a los anuncios de televisión y radio. En otro tiempo tal cosa era una auténtica rareza, sobre todo porque los grupos de los sesenta y setenta no eran apreciados ni reconocidos por la mayoría de la sociedad. Sin embargo, The Rolling Stones escribió y grabó una canción, un ‘jingle’, expresamente para un anuncio de Krispies. Jim Morrison se negó a prestar uno de sus temas para un spot de coches
En la actualidad no hay nada más fácil que enriquecer y dar lustre a cualquier mensaje publicitario con una pieza musical que el público reconozca, aunque hay veces que la escogida no es tan reconocible, lo cual no sólo no quita atractivo sino que excitará la curiosidad de muchos oyentes. Sólo hay que pagar los diversos derechos y ya se tiene sintonía para el anuncio. En los años setenta un músico de rock hubiera considerado que ceder un tema para la publicidad equivalía a venderse. Sin embargo, los Rolling Stones no tuvieron tantos escrúpulos en los años sesenta, mientras que Jim Morrison se negó rotundo a ‘vender’ una de los Doors… El anecdotario del rock es muy rico.
Desde sus inicios los Stones han tenido una reputación de rebeldía, lo cual nunca les impidió obtener beneficio económico en cuanto se presentaba la oportunidad. Así, en 1964, cuando apenas había publicado un elepé y una docena de singles y epés, recibió una oferta de Kellog´s para escribir y cantar un ‘jingle’ con el que anunciar sus Rice Krispies. Aceptaron. Brian Jones se encargó de escribir el temita y Mick Jagger lo cantó con su inconfundible entusiasmo; se emitió en Usa durante todo aquel año. Seguro que la pasta les vino muy bien, pus aun no vendían millones. Pero lo mejor del asunto es que la canción, que tiene sonido y alma cien por cien Stone, no está nada mal, son apenas treinta segundos con un aire muy familiar para el aficionado al rock.
El marketing también tentó a The Doors, con distinto resultado. En octubre de 1968, mientras Jim Morrison estaba en Europa con su novia Pamela, una agencia de publicidad contactó con Jack Holzman, uno de los agentes del grupo, para convertir el tema ‘Light my fire’ en sintonía de un anuncio del nuevo modelo de Buick, de modo que la letra diría ‘Come on Buick light my fire’. Holzman preguntó a Manzarek, Krieger y Densmore si aceptarían 75 de los grandes a cambio de ceder el tema; intentaron ponerse en contacto con Jim, pero no lo lograron, de modo que decidieron aceptar la oferta. Pero cuando Morrison volvió se puso furioso, agarró a Holzman por la solapa y le dijo que jamás volviera a hacer algo así: “Esa canción es preciosa para mí, y aunque esté cansado de cantarla en vivo no quiero que se use para eso; no hagas esto nunca más”, le gritó. Además, estuvo días sin hablar a sus compañeros y, puesto que el spot estaba ya montado, llamó a la agencia de publicidad amenazando con destrozar a martillazos un Buick si se emitía. Nunca se vio por la tele. Puede añadirse que, después del calamitoso concierto de Miami en 1969, cuando el cantante fue detenido en el escenario por conducta lasciva y el público destrozó el equipo, se dice que al ver los daños Morrison dijo algo así como “ahora vendría bien el dinero de Buick”...  
Por muchos excesos y locuras que se cuenten del batería de los Who,  Keith Moon, siempre se quedará corto…Una de las más disparatadas se produjo cuando, durante un concierto en California en 1973, estaba tan ‘colocao’, tan borracho que se desvaneció y no había forma de que despertara. Entonces Townshend se dirigió al público y, como una azafata que pregunta si algún pasajero sabe pilotar un avión, preguntó si alguien tocaba la batería y conocía los temas. Un chaval de 19 años llamado Scott Halpin levantó la mano. Se encaramó en la batería y sí, sabía lo suficiente como para que el grupo terminara la actuación. Seguro que Scott lo ha contado miles de veces.
Y cuando el capítulo habla de drogas o mujeres se vuelve kilométrico. Por ejemplo, se dice que Rod Stewart había decidido administrarse la coca por el ano por consejo de su médico, quien le explicó los problemas de esnifarla; seguro que hay más de leyenda que de cierto, pero… James Brown protagonizó muchas majaradas; una ocurrió en 1988, cuando se presentó en una compañía de seguros situada al lado de su oficina en Augusta, apuntando a los empleados con una pistola y acusándolos de haber usado su wáter; llegó la policía, huyó en coche y fue perseguido por las calles de la ciudad, fue detenido, arrestado y condenado a tres años; iba de PCP hasta las cejas. ¡Y qué se puede decir de Ozzy Osbourne! En 1984, compartiendo gira con Mötley Crüe,  Ozzy estaba como loco porque no encontraba coca; según afirma el bajista de los Mötley, Nikki Sixx, el cantante se esnifó una raya de hormigas; Osbourne jura que no recuerda nada y, por otro lado, es difícil que Sixx estuviera suficientemente sereno para tener un recuerdo limpio… También afirman que David Lee Roth, de Van Halen, pagaba a sus asistentes y ayudantes 100 pavos por cada grouppie ‘bien dispuesta’ que le presentaran.
¡Cuántas batallitas podrían contar!
CARLOS DEL RIEGO

miércoles, 27 de mayo de 2020

LA VERGÜENZA DE LOS BEBÉS FABRICADOS EN UCRANIA QUE NO PUEDEN SER RECOGIDOS POR SUS COMPRADORES

Abundan las fábricas de personas para su venta en Ucrania


En medio de la marea mediática de la pandemia están pasando desapercibidas algunas noticias terroríficas, como el centenar (o centenares) de niños encargados a las fábricas de bebés que hay en Ucrania, y cuyos compradores no pueden ir a recogerlos a causa de la cuarentena. Es algo verdaderamente aterrador que se permita la fabricación y venta de seres humanos. Sorprendente resulta, por otro lado, que las asociaciones feministas no muevan cielo y tierra contra estos negreros y sus clientes, pues las mujeres que se prestan a tal práctica son, lógicamente, las más desfavorecidas

Se sabe que en la mayor fábrica de niños de Ucrania hay alrededor de cien que no pueden ser recogidos por quienes los encargaron, ya que la cuarentena y las restricciones les impiden viajar; pero hay en este país muchas otras factorías similares, de modo que no se sabe con certeza cuántos serán los seres humanos que los compradores no han retirado en este país. La (dudosa) legislación ucraniana y la de Moldavia son las únicas que permiten tan aberrante práctica en Europa, aunque también es legal en otros países, sobre todo en Usa, donde el alquiler y venta de personas es más caro.

Toda esta industria es absolutamente inmoral, indecente, humillante, repugnante… Está montada por las compañías negreras con el fin de ganar dinero a costa de lo que sea; reclutan a las mujeres-vientre entre los sectores más necesitados de la sociedad, a las que explotan como los proxenetas a las prostitutas, ya que unas y otras se ven obligadas a alquilar sus cuerpos al mejor postor; y todo ello para satisfacer a parejas que están dispuestas a pagar lo que sea (cuarenta, sesenta, ochenta mil, según fábricas y países) y a pasar por encima de cualquier barrera ética y moral para satisfacer sus presuntas necesidades. ¿Y los niños?, ¿y su dignidad perdida al ser encargados, pagados y recogidos como si fueran automóviles? Sin duda, el ser humano recién nacido es el último en esta sórdida y obscena práctica, ya que primero está la fábrica que se lleva la mayor parte del importe del bebé, luego la partera alquilada por una cantidad mínima, luego los pagadores que están convencidos de que tienen derecho a comprar personas; y finalmente está el niño, manejado como mercancía.

Ahora se ha presentado otro factor, el de la cuarentena, que impide que los compradores puedan retirar el ‘género’ que encargaron y pagaron en Ucrania. Y es que, además, seguro que habrá algunos de estos seudo-padres que se volverán atrás y se desentenderán del inocente, puesto que pueden haberse quedado sin trabajo y sin recursos, o haberse separado, o uno de ellos haber fallecido…, casos nada extraños y que pueden derivar en un cambio de opinión que conducirá a que ya no deseen el crío y se desentiendan de él (si esto ocurre con algunas madres, también ocurrirá con las alquiladas). ¿Qué pasará entonces con el ‘producto’ sin vender?, ¿será desechado como defectuoso o invendible?, ¿se sacarán a subasta estos huérfanos de nacimiento y vendidos al mejor postor?, ¿regalados?, ¿entregados a los orfanatos?, ¿vendidos a otros esclavistas que trafican con carne humana y que saben sacarles rendimiento económico?, ¿qué hacen con los que nacen ‘imperfectos’?

Algo que no se entiende es que las asociaciones feministas callen ante esta evidencia del machismo más extremo, que no se revuelvan contra el uso más salvaje e inhumano de la mujer, convertida en animal de granja, en gallina ponedora. Y del mismo modo organizaciones como Amnistía Internacional, Unicef o los partidos políticos que hacen bandera de la lucha contra discriminación de la mujer. Increíblemente, todos callan y aceptan que se explote a mujeres y se compren y vendan personas, las más indefensas e inocentes que puedan existir.

¿Acaso el mercadeo de seres humanos no va claramente contra lo más básico de los Derechos Humanos?, ¿O es que estos seres son menos humanos?

CARLOS DEL RIEGO

domingo, 24 de mayo de 2020

CHUCK BERRY SUPERÓ UN ENTORNO RACISTA CUANDO SACÓ SU PRIMER DISCO, ‘MAYBELLENE’, EN 1955


Portada original de la edición de 1955, cuando Berry desafió a un ambiente hostil y se lanzó a la aventura del rock & roll

En mayo de 1955 el icono de la cultura popular estadounidense Chuck Berry grababa su primer disco, ‘Maybellene’. Un humilde single que apareció en un momento de gran tensión racial en las calles de Estados Unidos y, además,  su propuesta se identificaba con una corriente que empezaban a llamar rock & roll y que era continuamente demonizada por los sectores y organizaciones más retrógradas de aquella sociedad. Pero el disco y el artista superaron todo
Cuando aparece alguna novedad hay reacción en contra. Ese sentimiento de rechazo debió experimentar la sociedad estadounidense cuando a mitad del siglo pasado aparecía algo que los jóvenes llamaban música y muchos definían como ruido. El rock había comenzado a girar alrededor del reloj algo antes, pero justo en 1955 un tipo del sur publicó su primer disco con una canción que señalaba el nuevo camino. La situación en Usa era muy poco propicia para que un negro tuviera algo que hacer publicando un disco de música calificada como diabólica por los más carcas; sin embargo, con todo en contra, Chuck Berry pone marcha un movimiento que, a partir de mayo de 1955, cambió el mundo. 
Justo hace esos 65 años la economía iba bastante bien en Estados Unidos, había trabajo y dinero. Hacía una década que la guerra había terminado y las cosas se veían con optimismo. Eso sí, la Guerra Fría estaba de lo más caliente, y tal vez por eso el gobierno detonaba bombas atómicas en Nevada casi cada semana. Por si fuera poco, comenzó la Guerra de Vietnam. También en 1955 abrió el primer restaurante de comida rápida, McDonalds.
Pero por encima de las guerras, el principal problema de Estados Unidos sigue siendo la discriminación racial y legal que padece. El racismo es moneda corriente desde hace muchas décadas, sin embargo, en 1955 se producen dos hechos que pondrán en marcha definitivamente el movimiento a favor de los derechos civiles de la población afroamericana. El ‘Maybellene’ de Berry salió en julio; en agosto, cuando el disco empieza a sonar, es asesinado el adolescente Emmet Till tras ser apaleado por dos blancos (dijeron que “silbó a una blanca”), los cuales fueron detenidos, juzgados y absueltos; y en diciembre una joven ama de casa, la señora Rosa Parks, se niega a ceder su asiento a un blanco en el autobús, es arrestada, pero los líderes de la población negra animan a boicotear a la compañía de autobuses, de modo que no subieron negros al bus en un año, hasta que cambiaron esa ‘ley’. Las cosas se iban poniendo más tensas, puesto que los grupos racistas (K K K, Asociación de Ciudadanos Blancos y similares) anunciaban violencia y represalias. Sin embargo no hubo marcha atrás y diez años después quedó legalmente abolida toda discriminación racial.
En medio de aquel clima de protestas callejeras y actos de violencia contra los negros, a Chuck Berry no se le ocurrió otra cosa que crear, grabar y publicar rock & roll. Y es que especialmente este género musical era tenido por ‘música de negros salvajes’ por las asociaciones y bandas racistas, con lo que era despreciado, vilipendiado y señalado igualmente como “algo diabólico que corrompe a los jóvenes estadounidenses”. Cualquiera hubiera dicho que lo que Berry publicaba estaba destinado al fracaso. Pero no fue así.
El caso es que Chuck, que nunca había grabado, viajó hasta Chicago para ver actuar a Muddy Waters, pero aprovechó para visitar a Leonard Chess, de Chess Records, al que le explicó que tenía canciones que tal vez le interesaran. Chess le dijo que volviera la siguiente semana con algunas de esas piezas. Berry regresó con sus compañeros (Johnny Johnson, piano, y Eddie Hardy, batería) y una maqueta con cuatro canciones, incluyendo una pieza hillbilly  llamada ‘Ida Mae’. Tras escucharlas, Leonard Chess quedó encantado con ésta, pero le pidió a Berry que cambiara el título y la letra para que no hubiera ninguna confusión ni denuncia por derechos de autor. Berry escribió una letra totalmente nueva, que iba de coches potentes y de chicas; tenía ya 29 años, pero entendió que este era el tipo de cosas que engancharían a los más jóvenes. Luego, a la hora de grabarla tuvieron que ir ideando soluciones, pensando en  nuevos ritmos y sonidos, entradas, cortes, cambios, arreglos…, por ello les costó nada menos que 36 tomas hasta que consiguieron la buena. Berrry se esforzó en pronunciar muy correctamente, muy claramente para que el público blanco no pensara que era una canción exclusivamente para negros que hablaban con acento.
Chuck no tuvo más remedio que aportar novedades en bases, modos, fondos y formas para hacer del ‘Maybellene’ algo nuevo. Y evidentemente lo logró, ya que ese fue uno de los pilares en que se basó todo el rock posterior, o sea, todo el rock. Sabido es que tuvo que ‘ceder’ derechos de autor para lograr una buena difusión, de modo que originalmente ese tema venía firmado por Alan Freed (el periodista que antes usó el término ‘rock & roll’) y otro. Pero lo que se impuso, lo que quedó como modelo es esa inclinación por la melodía y estribillo simples y pegadizos, esa entrada de guitarra trepidante e inconfundible que se convirtió en paradigma para siempre, esa gran personalidad en lo sonoro y ese pulso rítmico; además tampoco faltan el sólo de guitarra ni la letra llena de coches, chicas, velocidad.
En medio de un entorno con enorme tensión en las calles, con la política de segregación racial invadiendo gran parte de la sociedad, con la paranoia de la Guerra Fría y el miedo al comunismo, con la mitad de la población vomitando insultos contra el rock & roll por sus movimientos, su actitud desafiante, su ruido infernal…, con todo en contra, un negro se atrevió a salirse del camino que la sociedad le destinaba. Desde entonces, cada generación de músicos y grupos de rock han rendido homenaje, consciente o inconscientemente, a aquel iniciático tema, a aquel tipo que superó todo y lanzó su música. Y tuvo éxito inmediato: Marshall Chess, hijo del fundador de Chess Records, Leonard Chess, contó en 2008: “Alan Freed cumplió el trato que hizo con mi padre y pinchó varias veces el ‘Maybellene’ Al poco, mi tío llegó a casa gritando: ¿Qué está pasando? Estamos recibiendo peticiones de ese disco por miles y miles”.
La cosa ya estaba en marcha. A pesar de todo.
CARLOS DEL RIEGO


miércoles, 20 de mayo de 2020

¿POR QUÉ NO HAY ERES EN CONGRESO, SENADO, AUTONOMÍAS…?

Diputados, senadores..., parece que no se enteran de lo que pasa y de quién soporta el peso de sus nóminas


Todo tipo de empresas, pequeñas, medianas o multinacionales, sociedades o negocios de toda España han tenido que recurrir, para seguir con vida, a expedientes de regulación de empleo, a reducciones de plantillas, a despidos, a rebajas de salarios… Pero hay una organización que no ha querido enterarse del esfuerzo de la gran mayoría de los ciudadanos y ni siquiera se plantea tomar medidas semejantes: la organización política, cuyos abundantes miembros parecen aislados de la realidad, como si la cosa no fuera con ellos
Poquísimas empresas, organizaciones y negocios no habrán tenido que ajustarse el cinturón en España en los últimos meses. Para sobrevivir al episodio excepcional que atraviesa el país casi todos los gerentes o directores han prescindido de plantilla y reducido sueldos. ¿Todos?, no, los que viven y medran en los muchísimos centros de poder que conforman la administración del estado no han sufrido ni la más mínima variación en sus plantillas ni en sus nóminas. Parecen ajenos al problema general, como si se sintieran por encima, legitimados para no hacer ni un solo gesto.
¿No podría haberse decretado un expediente de regulación de empleo que redujera el número de diputados en el congreso a, por ejemplo, 100 en lugar de 350? ¿Y en el gobierno de veintitantos a diez ministros? ¿Y dejar en otros 100 los 265 senadores que integran la Cámara Alta? ¿No podría hacerse algo parecido con los gobiernos autonómicos, provinciales y municipales?
Porque todos ellos cobran rigurosamente sus sueldos íntegros, con todos los   complementos, extras y demás prebendas con que completan sus ingresos; parece oportuno recordar que senadores, diputados, ministros, directores generales y otros altos cargos cobran más que el 95% de los españoles contribuyentes. ¿No parece algo ilógico e insostenible que, salvo alguna excepción que lo ha proclamado a los cuatro vientos, no renuncien al suplemento de 1.900 pavos para transporte que perciben los que gozan de esas poltronas? Tan dados como son ellos a los gestos grandilocuentes, ¿cómo es que ningún líder, portavoz o partido ha pedido una rebaja general de emolumentos para todos los que integran la clase política? ¿No se le ha ocurrido a nadie o si les llega la idea la apartan atemorizados?
En un famoso programa de televisión propusieron a dos integrantes del congreso eso mismo: reducción de plantilla y rebaja de sueldo…, silencio total y cara de póker. Piden a los empresarios y autónomos que no despidan, que no bajen salarios, pero ninguno de los que conforman los distintos gobiernos (sobre todo nacional y autonómicos) tiene la decencia de exigir lo mismo para su gremio.
Es como si el hecho de alcanzar los más altos estamentos políticos exigiera la pérdida de la decencia, de la solidaridad con ese 95% de contribuyentes que ingresa menos que ellos pero contribuye a costear esos sueldos y complementos que ellos se niegan a recortar. En otras palabras, es inmoral, ruin, exigir a los demás lo que uno no está dispuesto a hacer. Hay países en los que no se permite que el político gane más y viva mejor que la media…
La conclusión es fácil, evidente: a la clase política el ciudadano no le importa un pimiento, y sólo lo tendrá en cuenta cuando se acerquen las elecciones. Por ello es preciso eliminar la figura del político y sustituirla por la del ciudadano metido temporalmente a labores políticas; así se dedicaría a buscar el bien común en lugar de centrarse exclusivamente en la política.
CARLOS DEL RIEGO


domingo, 17 de mayo de 2020

LO QUE LAS GRANDES ESTRELLAS DEL ROCK COPIARON A LITTLE RICHARD

Dibujo original del artista catalán Pol Borrás que muestra el espíritu de Little Richard


Otro gigante del rock & roll, otro superviviente de las primeras horas ha abandonado el escenario definitivamente, el gran Little Richard. El señor Tiempo no distingue entre grandes estrellas y ciudadanos de a pie, de modo que tarde o temprano envía a la Parca a recoger a todo el personal. La diferencia es el legado que dejan unos y otros, la influencia y la huella que cada uno entrega a los que quedan y a los que vendrán después. Y ahí es donde está el verdadero valor de Richard Penniman, cuya herencia pervive en grandes estrellas del rock. Y pervivirá  
Sin la menor duda, Little Richard ha sido uno de los auténticos constructores del rock & roll. A él se deben infinidad de modos de expresar lo que esa música quiere transmitir. De hecho, algunas de las máximas estrellas del género confiesan abiertamente que sí, que trataron de imitar al incontenible Ricardito. Sobre su vida y obra hay infinidad de información disponible (puede revisarse en este mismo blog el texto titulado ‘Los 86 añazos del arquitecto del rock & roll, Little Richard’), de modo que parece más conveniente recordar lo que otros grandes del rock han tomado de él.
Conocida es la devoción de Paul McCartney por el exuberante artista de Georgia, al que conoció, junto a sus tres compañeros, cuando tocaban en Hamburgo. Desde el principio el beatle comprendió que estaba ante alguien único, y muy pronto trató de copiarle tanto inflexiones y recursos vocales como su pasión desbordante. Macca recordaba en 2001: “Él me dijo varias veces ‘no olvides que yo ten enseñé todo lo que sabes’, y yo le contestaba, cierto Richard, cierto”. Incluso reconoció haberle copiado los rituales previos a un concierto: “Cuando éramos unos chavales, en Hamburgo, un día entramos en su camerino antes de un concierto y allí estaba, la cabeza inclinada sobre una tetera con agua  hirviendo y tapada con una toalla. Él inhalaba profundamente. Desde entonces repito aquello antes de cantar”.
Mick Jagger debió quedar absorto al descubrir los movimientos y presencia escénica de Richard, y no dudó en tratar de reproducir esos movimientos, esa forma de mostrarse ante el público. Además, los morritos del cantante de los Stones son un remedo de los pucheros que Ricardito ofrecía al espectador. También se reconocen posturas y gestos sexualmente ambiguos en Jagger desde los años sesenta, cosa que ya hacía Little Richard en los cincuenta, demostrando que el mejor rock no exige exhibirse como un machote… “Cuando estábamos de gira con él me fijaba en sus movimientos todas las noches, aprendiendo también cómo entretener e involucrar al público; siempre fue muy generoso con sus consejos. Hizo una gran aportación a la música popular”, explicaba Mick Jagger, quien tras conocer la muerte de uno de sus maestros no dudaba en reconocer: “Fue la mayor inspiración de mis primeros años, y su música todavía tiene la misma energía salvaje cuando la tocas ahora que cuando se infiltró por primera vez en la escena musical, a mediados de los cincuenta. Te echaré de menos, Richard, que Dios te bendiga”.
¡Y qué se puede decir de su forma de atacar el piano! Entre otros pianistas, Elton John cogió del señor Penniman esa forma de arremeter contra las teclas, siempre poderosa, como queda patente en temas tan contundentes como ‘Crocodile rock’ o en el toque de ‘Honky cat’. Igualmente en lo estrafalario e inconfundible del vestuario de escena, el inglés imitó al estadounidense. “Sin duda, tanto musical y vocal como visualmente, él fue mi mayor influencia. Y sus canciones todavía suenan frescas…, los primeros segundos del ‘Tutti frutti, siguen siendo los más explosivos de la historia del rock”. 
También hay bastante Little Richard en el piano de Stevie Wonder, quien desde niño se fijaba en él. Así, en su temprano éxito ‘Uptight (Everything’s allright)’ de 1965, cuando Wonder apenas tenía 15 años, ya aparece una vistosa y jovial combinación de blues, soul y góspel en el teclado, un auténtico ‘tutti grutti’ bullicioso y vital que tenía su origen en Ricardito. 
¿De dónde procederían los grititos picanes de Prince? Sí, de los excesos vocales de Richard, que a veces daba la sensación de estar poseído por algún espíritu burlón y descarado. Y pasa lo mismo con el aspecto, con la presencia en escena, ya que Prince Roger Nelson le copió tanto el modo de vestir (ropa exagerada y provocadora) como el gusto por el contorno de ojos, ya que uno y otro jamás se dejaban ver sin retocarse convenientemente. Ah!, y también se percibe gran similitud en el peinado, abultado pero controlado, tendencia que Richard inició.
Y muchos otros grandes de este negocio imitaron al enorme Ricardito ese toque teatral, la chulería y descaro con que se enfrentaba al público. Y si las grandes estrellas lo han copiado sin disimulo, habrán sido miles los que hicieron, hacen y harán rock & roll con algo de Ricardito siempre presente.
Keith Richards sentenció: “Él es el auténtico espíritu del rock & roll”. Amén.
CARLOS DEL RIEGO

 FOTO  polborras.com  

miércoles, 13 de mayo de 2020

ANÉCDOTAS Y ESCENAS DE LOS ÚLTIMOS DÍAS DE LA GUERRA EN BERLÍN

Una mujer haciendo una escasísima  comida en una calle berlinesa ante la ansiosa mirada de sus cinco hambrientos hijos


En la segunda semana de mayo de hace justo 75 años Europa celebraba el fin la II Guerra Mundial (en Asia aún duraría unos meses). Incluso la mayoría de los alemanes lo festejaba, pues los últimos meses habían sido terribles (como siempre ocurre con los que pierden guerras), especialmente para los berlineses. La capital alemana sufrió un asedio durísimo en los estertores del régimen nazi, aunque no menor que el sufrido por los países que éste había invadido; sus habitantes aguantaron como pudieron, e incluso hicieron chistes
Toda la población de Alemania fue sometida a la locura fanática de los jerarcas nazis, que estaban dispuestos a sacrificar a toda la población obligándola (durante los últimos meses de la II Guerra Mundial, hace 75 años) a una resistencia inútil, suicida. Así, reclutaron a todo varón de entre 15 (incluso menos) y 55 años (o más); los militares profesionales llamaban a esto ‘potaje’, porque combinaba verduras frescas con carne rancia. En Berlín la gente no tuvo otro remedio que resignarse a vivir casi siempre bajo tierra, en refugios de todo tipo, entre los que estaban los túneles del metro; sin embargo, el degenerado de Hitler ordenó que estos fueran inundados para que no pudieran ser usados por el ejército ruso, y ello sin detenerse a considerar cuántas personas morirían ahogadas. Baste decir que el führer afirmó que si Alemania iba a perder la guerra el pueblo alemán no merecía seguir viviendo, así que dio la orden de destruir toda construcción industrial, sanitaria, civil…
‘La tribu de los sótanos’ es como llamaban a quienes pasaban la mayor parte del día en aquellas catacumbas. Cuentan que cada refugio tenía su propio descerebrado (es decir, nazi) que decía que había que confiar en el führer, sin embargo, cada vez se usaba menos este término y más un desengañado “ese” para referirse al gran genocida. Asimismo, los berlineses desarrollaron en los sótanos y subterráneos numerosas manías y creencias, como pensar que colocarse de un determinado modo protegía contra los efectos de las bombas. Se cuenta que un soldado convaleciente asustaba aun más a los desesperados mientras caían las bombas: “Tenemos que ganar, porque si perdemos y el enemigo nos hace la mitad de lo que nosotros hemos hecho en los países ocupados, en tres semanas no quedará un solo alemán vivo”. Lógicamente, al terminar el bombardeo la gente se desahogaba, reía histéricamente e incluso algunas mujeres se atrevían a exclamar “¡Mejor un ruski (ruso) sobre el vientre que un “amis” (angloamericano) sobre la cabeza!”  
El pueblo de Berlín no perdía el sentido del humor, como demuestran algunos dichos que circulaban por sus calles y subsuelo en los últimos días de la guerra. Por ejemplo, con jocosa resignación, decían a modo de eslogan “aprenda ruso rápidamente”; o cuando empezaron a comprender la imposibilidad de salir con bien de tan tremenda ocasión se susurraban unos a otros “la lucha no terminará hasta que Goering quepa en los pantalones de Goebels”, ya que aquel era gordo y éste raquítico.
También corrió por toda la capital el dicho “la única promesa que ha mantenido Hitler es la que hizo antes de subir al poder: dadme diez años y no reconoceréis Alemania”. Y ciertamente así fue. Menos jocoso es el hecho de que muchos y, sobre todo, muchas esperaban a que los rusos derribaran la puerta de su casa para suicidarse, pues sabían lo que les esperaba, especialmente a ellas... Además, a los soviéticos les gustaba gastar bromas por teléfono, de modo que una vez que se habían adueñado de la casa y tomado el botín, se divertían cogiendo el teléfono y marcando cualquier número para, cuando alguien contestaba, amenazar en un tosco alemán, cosa que debía acongojar bastante… No puede extrañar que los vecinos del arrasado Berlín (que eran mayoritariamente mujeres, niños y viejos) empezaran a referirse a su ciudad como “La pira funeraria del Reich”.
Sin embargo, no eran pocos los que procuraban mantener su rutina diaria aunque en la práctica no hubiera ni transportes ni centros de trabajo, y sí enormes riesgos. Brillaron entonces muestras de ese sentimiento alemán de respeto a la legalidad hasta extremos demenciales. Es conocido un hecho muy elocuente: Con la ciudad destruida, sin servicios ni autoridades civiles, sin organismos oficiales o instituciones en funcionamiento, prácticamente sin estado, un funcionario con varios soldados protegía un almacén donde aún había avituallamientos y suministros imprescindibles; las orugas de los T-34 rusos hacían retumbar el suelo a unos cientos de metros cuando un grupo de berlineses se llegó hasta ese almacén para pedir que se repartieran los víveres entre la población; sin embargo, el burócrata al mando exigió una autorización firmada o no entregaría nada; el desesperado personal le insistió y le hizo ver que los rusos llegarían en una hora y todo caería en sus manos. Nada, el chupatintas se negó y amenazó con disparar. Los berlineses se fueron. Un rato después, con los tanques soviéticos a unos metros, el cuadriculado oficinista optó por pegar fuego al almacén para evitar que los suministros fueran aprovechados por el enemigo… En resumen, aquel necio covachuelista prefirió quemarlo todo antes que repartirlo entre sus compatriotas, pues los necesitados ciudadanos no presentaron el correspondiente papel firmado por la autoridad competente (algo que ya no existía). 
Otro mostró su ‘legalismo por encima de todo’ cuando escribió una carta al ayuntamiento exigiendo que le devolvieran la bicicleta que le habían requisado para la ‘Volkssturm’ (aquella milicia formada por adolescentes-verdura fresca y sexagenarios-carne rancia). El caso es que el cabeza cuadrada envió su exigencia por escrito a pesar de que no había servicio de correos y el consistorio no era más que un montón de escombros.
Un día apareció un caballo destripado por una bomba en plena calle; los vecinos se disponían a trocearlo cuando apareció un uniformado preguntando si el animal había sido sacrificado siguiendo las estrictas normas dictadas por el Reich para el sacrificio de animales…
 A pesar de todo, de las carencias y la desesperación, de la derrota inminente y de lo que les esperaba con los rusos a punto de hacerse dueños de la ciudad, la gente deseaba normalidad y rutina, como demuestra el hecho de que sobre los restos calcinados de un tanque alguien pegó un cartel anunciador en el que se ofertaban clases de baile.
¿Ellos se lo buscaron?, probablemente, sin embargo, había que ver quién se hubiera atrevido a elevar la voz contra las bestias nazis
CARLOS DEL RIEGO

domingo, 10 de mayo de 2020

DAVE GREENFELD, DE STRANGLERS, FLORIAN SCHNEIDER, DE KRAFTWERK, LOS PIONEROS TAMBIÉN MUEREN

Dave Greenfield en los primeros años de Stranglers
Florian Schenider. O su robot


Casi de la mano se han ido el teclista de The Stranglers y el fundador de Krafwerk. Dave Greenfield integró una de las bandas de la primera hornada del punk inglés, aunque pronto evolucionó. Florian Schneider fundó (junto a Ralf Hütter) la primera banda verdaderamente techno de la historia. Ambos tienen el mérito de haber sido auténticos exploradores, pues se aventuraron por lo desconocido. Quienes luego avanzaron por los nuevos caminos jamás lo hubieran hecho sin ellos. Pero los descubridores también mueren
Dos personajes imprescindibles de la historia del rock parecen haber tomado a la vez el autobús conducido por La Parca. Dave Greenfield fue el teclista del único grupo punk que contaba con teclista, lo cual viene a significar que ya tenían intención de hacer algo más; de hecho, más que punk y más allá del nombre de la banda, Stranglers parecían destinados a la ‘new wave’ y al rock elegante y refinado y no tanto a las asperezas punk. Florian Schneider, empujado por su curiosidad e inconformismo, no quiso un grupo convencional, sino que junto a su compinche Hütter se arriesgó a penetrar por donde no había camino, abandonó la autopista general del rock y abrió un carretera novísima y rebosante de posibilidades. Además, tiene el honor de protagonizar una de Bowie, ‘V-2 Schneider’.
Mucho se puede contar de ambos, pero se antoja más elocuente recordar tres temas determinantes de sus respectivas carreras, tres piezas en las que dejaron su sello, su personalidad, su talento.
DAVE GREENFIELD
‘No more heroes’ (1977). Resulta muy difícil calificar este tema como punk, pues tiene mucho arreglo, presenta algo tan insólito para el género como el órgano (elemento a cargo de Greenfield que proporciona singularidad a la banda), pasajes instrumentales y una letra que va más allá de tópicos y maniqueísmos. El texto aconseja desprenderse de la figura del héroe a la vez que lamenta la pérdida de figuras fuertes en la cultura; menciona personajes por los que Cornwell (autor) tenía una gran admiración, como el líder anarquista Leon Trotsky, el cómico Lenny Bruce, el falsificador de arte Elmyr de Hory y… ¡Sancho Panza! “Cuando salió  nos negamos a firmar autógrafos y aconsejábamos que cada uno fuera su propio héroe”, explicó Cornwell.
Golden Brown (1981). Esta deliciosa canción que engancha irremediablemente desde la primera escucha tiene mucho de Dave Greenfield. Cuentan que surgió cuando éste experimentaba con una secuencia de teclado: “Estaba trabajando en una canción titulada ‘Second coming’ con Jet Black (batería) cuando se me ocurrió algo que no encajaba en el tema; curiosamente, ese algo finalmente se convirtió en Golden Brown”.  Luego, al aplicarse sobre la canción, mientras Greenfield perfeccionaba las texturas sonoras con órgano, sintetizador y clavecín, Hugh Cornwell escribió la letra. Ésta siempre resultó ambigua y equívoca, pues su autor pasó años negando las persistentes acusaciones de que trata del consumo y venta de heroína; sin embargo, finalmente el guitarrista admitió en 2001: "Trata de heroína y también de una chica", la cual era la novia de Cornwell y al parecer tenía la piel marrón dorado. De todos modos, el gran atractivo de ‘Golden brown’ es precisamente esa combinación de teclados que ideó y ejecutó Dave Greenfield.
‘European female’ (1982). Todo el Lp ‘Feline’ viene a ser un intento de hermanar elementos del norte de Europa, como sintetizadores y baterías electrónicas (algo muy Kraftwerk, dicho sea de paso), con componentes del sur, como guitarras españolas. El tema se refiere a la mujer europea en general, aunque personalizada por una bailarina francesa, Anna, novia del bajista (Burnel). La frase "Estaremos juntos mil años" parodia los mil años que iba a durar el III Reich, pero en un entorno romántico. Los sintetizadores y órganos de Greenfield  dan a la canción una atmósfera estilosa, plena de encanto y clase: “Se me ocurrió algo en mi antiguo sintetizador para apoyar la melodía, y creo que tanto los teclados como la melodía son muy espontáneos; en fin, son solo dos acordes con diversos arpegios sobre ellos. Es simple, pero encaja”. Lástima que haya ingleses que no quieran a la mujer llamada Europa.
FLORIAN SCHNEIDER
‘Autobahn’ (1974). Se tiene esta pieza como la raíz de la que surge el tronco techno que dará lugar a muy diversas ramas: ‘electro-pop’, industrial, techno-dance, house, acid techno, sinth-pop… Además es la primera de ese estilo que apareció en las listas, tanto en Usa como en Inglaterra; en otras palabras, su aparición supuso un choque para el público, que jamás se había topado con algo parecido. Utiliza vocoder, sintetizadores y otros artilugios electrónicos, que serán comunes en muchos otros géneros, empezando por los llamados ‘nuevos románticos’, que fueron de los primeros en basarse en el invento de Kraftwek. Sí, es la primera en muchos aspectos. Dura 22 minutos y viene a reproducir un viaje por autopista. Florian y Ralf contaban: “No necesitamos muchas palabras, solo gestos, dibujos, notas…Usábamos apenas palabras clave como coches, llantas, asfalto, paisajes…”. La voces se convertirían en otro signo de identidad: “Se llama Sprechsingen", que significa hablar y cantar. Nadie había imaginado todo esto hasta que llegaron Florian y Ralf
‘The Robots’ (1978). Las letras hacen referencia a la robótica (palabra inventada por Isaac Asimov), y a cómo los humanos usan los robots a su antojo. Incluye frases en ruso: "Я твой слуга (Ya tvoy slugá, Soy su sirviente),  Я твой работник" (Ya tvoy rabótnik, Soy su trabajador)”, y versos cien por cien robóticos: “Estamos cargando nuestras baterías y ahora estamos llenos de energía". Cuando la tocaban en vivo la banda solía ser reemplazada por robots idénticos a ellos, los cuales parecían repetir. “Somos los robots. Estamos programados. Sólo para hacer todo lo que quieras". Todo ello sobre un ambiente electrónico y minimalista que, gracias a sus texturas, líneas melódicas y efectos sonoros, resulta muy evocador y reconocible.   
‘Computer world’ (1981). La canción, construida sobre un ritmo muy ligero, es una reflexión acerca de la ubicuidad de las computadoras en todas las facetas de la sociedad moderna: dinero, comunicación, policía… En realidad, esta pieza es un vaticinio, un adelanto de todo lo que vino después de la mano de la electrónica, de los ordenadores, de los móviles. Así, el texto señala que todo, absolutamente todo, va a depender de los ordenadores y la electrónica: “Interpol, Banco de Alemania, FBI, Scotland Yard. Negocios, Números, Dinero, Gente. Crimen, Viajes, Comunicación, Entretenimiento”…, todo, todo está hoy computerizado, Y Florian lo profetizó.
CARLOS DEL RIEGO

miércoles, 6 de mayo de 2020

CÓMO LA IDEOLOGÍA ESCLAVIZA A LA PERSONA

La ideología termina por convertirse en un tirano que dicta a la persona lo que hay que pensar, hacer y decir


En situaciones excepcionales, como la presente, se manifiestan de modo más evidente las emociones, las inquietudes y, más que nada, las ideologías políticas. Éstas, sin embargo, independientemente del momento y la situación,  terminan por apoderarse de la mente de la persona hasta esclavizarla, de modo que el individuo se regirá por su ideario político, pensará y hablará en función de la doctrina política
Vuelve a ser oportuno aquel pensamiento del alemán Ernst Jünger (1895-1998) que señala: “El primer paso para alcanzar la libertad es sacudirse las ideologías políticas”; y no debía estar lejos de la verdad dicho escritor, filósofo y naturalista, puesto que los soviéticos lo acusaron de protonazi y los nazis de anarcomarxista. Esta reflexión viene a decir que la ideología política llega a convertirse en un dictador que domina a la persona y la obliga a pensar, actuar y hablar según los parámetros de la creencia. En otras palabras, el hombre cede su capacidad de opinión y su libertad de decisión al dogma político, que piensa y decide por él.
Pueden mencionarse infinidad de ejemplos que muestran cómo la ideología impune su criterio. En agosto de 1939 se firmó el pacto Ribbentrop-Molotov, mediante el cual Hitler y Stalin ‘se hicieron amigos’. Los ultraderechistas y los comunistas de toda Europa quedaron anonadados al conocer el acuerdo nazi-comunista. Pero sólo hubo desconcierto en los primeros momentos, pues en poco tiempo lo asumieron y lo defendieron. Así, aunque unos días antes de la firma los pronazis echaban pestes con toda violencia contra comunistas, socialistas y ‘rojos’ en general, ahora hablaban con indulgencia e incluso simpatía de los compañeros soviéticos. Igualmente, los comunistas de Europa occidental que hasta ese momento odiaban a muerte a nazis y a cualquiera con pensamiento conservador, ahora se la ‘envainaban’ y en sus periódicos más combativos pintaban al führer como un amigo; por eso los comunistas franceses no se opusieron a la invasión nazi de su país (Sartre, Beauvoir, Aragón, Picasso no fueron molestados por la Gestapo a pesar de manifestarse  abiertamente comunistas). Sin la menor duda, tanto los ideólogos del comunismo y del fascismo como sus militantes y simpatizantes debieron vivir un gran dilema, ya que la ideología les dictaba hasta ese momento que ‘los otros’ son los malos, pero tras el sorprendente pacto la ideología les dijo que ahora ya no son los malos, y que ahora es obligatorio obedecer a los que mandan (los guardianes de la ideología), que dicen cómo hay que pensar. Y como manifestar dudas o críticas (aunque íntimamente las sintieran) iría contra la idea y, además, sería muy mal visto por el grupo, la persona se sometió al nuevo modo de pensar. En definitiva, la ideología los había esclavizado.
Otro ejemplo más cercano. Un tipo mató a otro porque llevaba la bandera española en los tirantes. Quienes comparten ideología con el matón apenas dijeron nada, apenas condenaron el hecho, si acaso lo justificaron, aceptaron los ‘razonamientos’ del agresor y se expresaron con frases como “nadie tiene derecho a matar a nadie, pero…”, utilizando ese ‘pero’ para disculpar, para excusar, para justificar. Puede imaginarse que la cosa hubiese sido al contrario, que un tipo matara a otro porque llevaba la bandera republicana en los tirantes; entonces quienes comparten ideología con la víctima jamás hubieran utilizado el ‘pero’, sino que hubieran calificado el hecho como intolerable, criminal…, sin peros Es, en fin, la ideología quien dicta cómo pensar y hablar de ese hecho.
En el momento actual (V-20), la doctrina vuelve a ser la que decreta que hay que defender a un gobierno a pesar de que su gestión de la epidemia haya disparado la cifra de contagiados y muertos hasta los veintitantosmil (reales serán bastantes más) así como la cifra de sanitarios infectados y muertos (récord mundial); hay que defenderlo a pesar de las dudosas compras de material que bien pueden calificarse, al menos, de chapuceras; a pesar de la ruina económica a la que ha conducido al país por su pésima gestión… A pesar de todo, los que tan mal han hecho las cosas (los números son los que son) cuentan con que sus correligionarios obedezcan sin rechistar a lo que les diga la ideología, que es la que rige su pensar, decir y hacer.
Si hoy estuviera el partido contrario en el gobierno, los que defienden al actual se rasgarían las vestiduras, se quedarían sin palabras insultantes ante esas mismas cifras. ¿Por qué?, porque es la fe ciega en la idea la que les dicta lo que tienen que decir en cada caso. Dicho de otro modo, si el microbio hubiera llegado con un gobierno de otro color, quienes lo comparten se hubieran sentido obligados por dictado de su ideología a defenderlo a pesar de los miles de muertos, mientras que la ideología de los del color contrario les impondría revolverse. Y todos obedecerían (obedecen) como corderitos sumisos a la dictadura que ordena y manda en pensamiento.        
Los militantes y simpatizantes acérrimos de los partidos políticos perdonan las mentiras de sus líderes (en mayor o menor medida según el grado de ideologización en que esté el individuo), de manera que a pesar de que dichos líderes mientan, se corrompan, digan hoy blanco y mañana negro, a pesar de todo, esos militantes obedecen, pues la idea política, tirana de su mente, les dice:”tu a callar y aplaudir”.  
Es propio del hombre tener ideas, códigos morales, pero controladas, sujetas por la razón y la moralidad, porque si las ideas no están bajo control, si no tienen contrapesos éticos, terminan por convertir al hombre en esclavo. Así lo pensaba un pensador odiado por los dos extremos políticos.
CARLOS DEL RIEGO

domingo, 3 de mayo de 2020

GRANDES TEMAS ROCK PENSADOS PARA LAS MADRES

Philomena, la madre de Phil Lynott, de Thin Lizzy, posa junto a la estatua que en Dublín recuerda a su malogrado chaval


La figura de la madre está presente en innumerables canciones rock; de hecho, la mayoría de los grandes autores han escrito sobre madres, y no pocos sobre su madre. De las mamás, de una cualquiera o de la propia, estas canciones tratan la figura materna desde varios ángulos, dando a veces resultados excelentes
El Día de la Madre no es una celebración inventada por unos grandes almacenes, sino que la cosa viene de muy atrás: se sabe que en Grecia y en Roma había una fiesta para honrar a las progenitoras. El caso es que en prácticamente todos los países existe tal festividad. En el país del rock no hay un día designado a tal efecto, pero como quiera que los rockeros también tienen mami, raro es el que no ha escrito alguna que otra canción hablando de ella. Con amor o con reproche.
Entre las piezas en las que el artista mira a su madre con todo el amor filial posible está la que el malogrado Phil Lynot, líder de Thin Lizzy, dedicó a la suya, ‘Philomena’ (1974). Un ritmo característico de la banda y un matiz de folk irlandés adornan una letra rebosante de cariño y nostalgia: “He sido un vagabundo salvaje, por todos los mares (…) Ella está en casa, muchachos, en casa. No importa dónde esté yo. Si ves a mi madre, por favor dale todo mi amor. Porque ella tiene un corazón de oro. Tan bueno como Dios arriba. Si ves a mi madre. Dile que estoy bien. Dile que la quiero. E intentaré escribir alguna vez”. Intensa emoción al recordar a la mamá que está en casa, siempre esperando al hijo calavera que toca en una banda de rock. Seguro que Philomena la escuchó muchas veces desde que encontró a Phil inconsciente (sobredosis) en diciembre de 1985 (murió unos días después). Philomena murió en 2019.
Dicen sus biógrafos que Elvis reverenciaba a su madre, Gradys. Como es sabido, la primera canción que grabó fue ‘My happiness’ (Mi felicidad) para su adorada mamá (fue en 1953, cuando por unos centavos salías del estudio con un disco con tu voz grabada). Varias fueron las que Elvis dedicó a la figura materna, una de las más cálidas y melancólicas es ‘Mama liked the roses’ (1970), en la que el rey se pone serio y, con voz profunda, entona: “A mamá le gustaban las rosas (…) Cuando el domingo por la mañana oigo sonar las campanas, recuerdo que lloraba cuando ella cantaba (…) Guardo la Biblia de la familia con una de sus rosas dentro (…) El Día de la Madre le llevamos rosas a su tumba”. Aquí hay ‘feeling’ a raudales.
En otras ocasiones el compositor tiene un recuerdo distante, frío, de la madre. James Hetfield, de Metallica, escribió cuatro o cinco títulos pensando en ella. Ésta profesaba fanáticamente una dudosa religión que prohibía, entre otras cosas, los medicamentos. Murió cuando era chaval, pero su recuerdo permanece en la mente de Hetfield. En 1996 hizo ‘Mama said’ (Mamá dijo), en cuya letra aparece un chico que quiere alejarse de las faldas de mamá y volar en solitario. Este tema, que Metallica nunca ha tocado en vivo, tiene un ambiente ligero y una letra fuerte: “El corazón de un hijo pertenece a su madre, pero yo debo encontrar mi camino (…) Deja que tu hijo crezca (…) Nunca te pedí pero nunca te di. Pero me diste tu vacío”.
‘Mother’es uno de los títulos del álbum ‘The wall’ (1979) de Pink Floyd. Con ritmo y atmósfera de balada, el tema se estructura como un diálogo entre un joven y su señora madre. Él le pregunta a ella, sobreprotectora y dominante, qué opina de esto o qué le parece aquello, incluso si debe construir un muro a su alrededor que lo proteja. Contiene versos muy descriptivos: “Mamá te mantendrá bajo sus alas (…) Madre, ¿crees que es suficientemente buena para mí? (…) “Bebé, siempre serás mi bebé”, dice ella al final.
Beatles hablaron de madres en ‘Tu madre debe saberlo’ (‘Your mother should know’) para el e.p. ‘Magical mistery tour’ en 1967; escrita por McCartney, presenta una melodía preciosa (¿cuál no?), muy inspirada, absolutamente ‘beatle’ y con arreglo un tanto psicodélico. Habla de que la madre tiene que conocer aquel viejo éxito aunque éste se produjera antes de que ella naciera…, tampoco hay que buscar mucho más, sobre todo teniendo en cuenta que eran tiempos algo lisérgicos…
Jagger y Richards firmaron también más de una con la mamá como protagonista. ‘Mother’s little helpler’ (1965) muestra a la esposa-madre-ama de casa agotada, necesitada de la ‘ayudita’ que proporciona una pastilla o dos (o cuatro) para continuar con su trabajo. Ella se queja: “Qué mierda es hacerse vieja”, de modo que lo mejor es buscar esa ‘pequeña ayuda para madres’, el Valium, que al parecer no era extraño en la dieta de muchas mamás de entonces. La canción es electrizante, con un tono muy pop y a la vez muy rythm & blues. Harto trabajo tuvieron siempre las madres. .
Enloquecida es el ‘Mama weere all crazee now’ (escrita intencionadamente con esas faltas de ortografía) de los chalados Slade. Con su tono chillón y su sonido intencionadamente sucio,  el cuarteto la publicó en 1972 y consiguió con ella otro número 1. Habla de que mamá le dijo al chaval que el alcohol no le haría daño, pero mintió, y por eso, “Todos estamos locos ahora”. El ambiente es etílico, con mucho jaleo y algarabía. El ‘auuuu’ del comienzo lo añadió el productor, que lo había grabado de los ejercicios vocales que el cantante Noddy Holder hacía antes de empezar la sesión.
Otra pieza muy especial que gira en torno al universo madre-hijo es el ‘Crazy mama’ del gran J J Cale. Se refiere a la madre que se pasa largas temporadas fuera de casa, de modo que el hijo le pide insistentemente que vuelva con él. Su tono es suave y contenido, la voz de Cale apenas se eleva por encima del susurro, el arreglo es escueto, ligero…, y antes de que uno se dé cuenta…, ya se ha ido otra vez.
Podría añadirse el  ‘Tie your mother down’ de The Queen, en la que el chico habla de la madre de la chica, que se interfiere en sus asuntos amorosos; el ‘Mother’ de John Lennon, en el que lamenta “tú me tuviste, pero no yo te he tenido”;  el ‘Mamy blue’, que tanto éxito les dio en España y en todo el mundo a los Pop Tops; o el trepidante rythm & blues ‘Hey Lawdy mama’ de Steppenwolf, que no hablaba de madres precisamente…
Y es que madre no hay más que una. 
CARLOS DEL RIEGO