Dibujo original del artista catalán Pol Borrás que muestra el espíritu de Little Richard |
Otro gigante del rock
& roll, otro superviviente de las primeras horas ha abandonado el escenario
definitivamente, el gran Little Richard. El señor Tiempo no distingue entre
grandes estrellas y ciudadanos de a pie, de modo que tarde o temprano envía a
la Parca a recoger a todo el personal. La diferencia es el legado que dejan
unos y otros, la influencia y la huella que cada uno entrega a los que quedan y
a los que vendrán después. Y ahí es donde está el verdadero valor de Richard
Penniman, cuya herencia pervive en grandes estrellas del rock. Y pervivirá
Sin la menor duda,
Little Richard ha sido uno de los auténticos constructores del rock & roll.
A él se deben infinidad de modos de expresar lo que esa música quiere
transmitir. De hecho, algunas de las máximas estrellas del género confiesan
abiertamente que sí, que trataron de imitar al incontenible Ricardito. Sobre su
vida y obra hay infinidad de información disponible (puede revisarse en este
mismo blog el texto titulado ‘Los 86 añazos del arquitecto del rock & roll,
Little Richard’), de modo que parece más conveniente recordar lo que otros
grandes del rock han tomado de él.
Conocida es la devoción
de Paul McCartney por el exuberante artista de Georgia, al que conoció, junto a
sus tres compañeros, cuando tocaban en Hamburgo. Desde el principio el beatle
comprendió que estaba ante alguien único, y muy pronto trató de copiarle tanto inflexiones
y recursos vocales como su pasión desbordante. Macca recordaba en 2001: “Él me
dijo varias veces ‘no olvides que yo ten enseñé todo lo que sabes’, y yo le
contestaba, cierto Richard, cierto”. Incluso reconoció haberle copiado los
rituales previos a un concierto: “Cuando éramos unos chavales, en Hamburgo, un
día entramos en su camerino antes de un concierto y allí estaba, la cabeza
inclinada sobre una tetera con agua
hirviendo y tapada con una toalla. Él inhalaba profundamente. Desde
entonces repito aquello antes de cantar”.
Mick Jagger debió
quedar absorto al descubrir los movimientos y presencia escénica de Richard, y
no dudó en tratar de reproducir esos movimientos, esa forma de mostrarse ante
el público. Además, los morritos del cantante de los Stones son un remedo de
los pucheros que Ricardito ofrecía al espectador. También se reconocen posturas
y gestos sexualmente ambiguos en Jagger desde los años sesenta, cosa que ya
hacía Little Richard en los cincuenta, demostrando que el mejor rock no exige
exhibirse como un machote… “Cuando estábamos de gira con él me fijaba en sus
movimientos todas las noches, aprendiendo también cómo entretener e involucrar
al público; siempre fue muy generoso con sus consejos. Hizo una gran aportación
a la música popular”, explicaba Mick Jagger, quien tras conocer la muerte de
uno de sus maestros no dudaba en reconocer: “Fue la mayor inspiración de mis
primeros años, y su música todavía tiene la misma energía salvaje cuando la
tocas ahora que cuando se infiltró por primera vez en la escena musical, a
mediados de los cincuenta. Te echaré de menos, Richard, que Dios te bendiga”.
¡Y qué se puede decir
de su forma de atacar el piano! Entre otros pianistas, Elton John cogió del
señor Penniman esa forma de arremeter contra las teclas, siempre poderosa, como
queda patente en temas tan contundentes como ‘Crocodile rock’ o en el toque de
‘Honky cat’. Igualmente en lo estrafalario e inconfundible del vestuario de
escena, el inglés imitó al estadounidense. “Sin duda, tanto musical y vocal como
visualmente, él fue mi mayor influencia. Y sus canciones todavía suenan
frescas…, los primeros segundos del ‘Tutti frutti, siguen siendo los más
explosivos de la historia del rock”.
También hay bastante
Little Richard en el piano de Stevie Wonder, quien desde niño se fijaba en él.
Así, en su temprano éxito ‘Uptight (Everything’s allright)’ de 1965, cuando
Wonder apenas tenía 15 años, ya aparece una vistosa y jovial combinación de
blues, soul y góspel en el teclado, un auténtico ‘tutti grutti’ bullicioso y
vital que tenía su origen en Ricardito.
¿De dónde procederían
los grititos picanes de Prince? Sí, de los excesos vocales de Richard, que a
veces daba la sensación de estar poseído por algún espíritu burlón y descarado.
Y pasa lo mismo con el aspecto, con la presencia en escena, ya que Prince Roger
Nelson le copió tanto el modo de vestir (ropa exagerada y provocadora) como el
gusto por el contorno de ojos, ya que uno y otro jamás se dejaban ver sin
retocarse convenientemente. Ah!, y también se percibe gran similitud en el
peinado, abultado pero controlado, tendencia que Richard inició.
Y muchos otros
grandes de este negocio imitaron al enorme Ricardito ese toque teatral, la
chulería y descaro con que se enfrentaba al público. Y si las grandes estrellas
lo han copiado sin disimulo, habrán sido miles los que hicieron, hacen y harán
rock & roll con algo de Ricardito siempre presente.
Keith Richards
sentenció: “Él es el auténtico espíritu del rock & roll”. Amén.
CARLOS DEL RIEGO
FOTO polborras.com
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