Philomena, la madre de Phil Lynott, de Thin Lizzy, posa junto a la estatua que en Dublín recuerda a su malogrado chaval |
La figura de la madre
está presente en innumerables canciones rock; de hecho, la mayoría de los
grandes autores han escrito sobre madres, y no pocos sobre su madre. De las
mamás, de una cualquiera o de la propia, estas canciones tratan la figura
materna desde varios ángulos, dando a veces resultados excelentes
El Día de la Madre no
es una celebración inventada por unos grandes almacenes, sino que la cosa viene
de muy atrás: se sabe que en Grecia y en Roma había una fiesta para honrar a
las progenitoras. El caso es que en prácticamente todos los países existe tal
festividad. En el país del rock no hay un día designado a tal efecto, pero como
quiera que los rockeros también tienen mami, raro es el que no ha escrito
alguna que otra canción hablando de ella. Con amor o con reproche.
Entre las piezas en
las que el artista mira a su madre con todo el amor filial posible está la que
el malogrado Phil Lynot, líder de Thin Lizzy, dedicó a la suya, ‘Philomena’
(1974). Un ritmo característico de la banda y un matiz de folk irlandés adornan
una letra rebosante de cariño y nostalgia: “He sido un vagabundo salvaje, por
todos los mares (…) Ella está en casa, muchachos, en casa. No importa dónde
esté yo. Si ves a mi madre, por favor dale todo mi amor. Porque ella tiene un
corazón de oro. Tan bueno como Dios arriba. Si ves a mi madre. Dile que estoy
bien. Dile que la quiero. E intentaré escribir alguna vez”. Intensa emoción al
recordar a la mamá que está en casa, siempre esperando al hijo calavera que
toca en una banda de rock. Seguro que Philomena la escuchó muchas veces desde
que encontró a Phil inconsciente (sobredosis) en diciembre de 1985 (murió unos
días después). Philomena murió en 2019.
Dicen sus biógrafos
que Elvis reverenciaba a su madre, Gradys. Como es sabido, la primera canción
que grabó fue ‘My happiness’ (Mi felicidad) para su adorada mamá (fue en 1953,
cuando por unos centavos salías del estudio con un disco con tu voz grabada).
Varias fueron las que Elvis dedicó a la figura materna, una de las más cálidas
y melancólicas es ‘Mama liked the roses’ (1970), en la que el rey se pone serio
y, con voz profunda, entona: “A mamá le gustaban las rosas (…) Cuando el
domingo por la mañana oigo sonar las campanas, recuerdo que lloraba cuando ella
cantaba (…) Guardo la Biblia de la familia con una de sus rosas dentro (…) El
Día de la Madre le llevamos rosas a su tumba”. Aquí hay ‘feeling’ a raudales.
En otras ocasiones el
compositor tiene un recuerdo distante, frío, de la madre. James Hetfield, de Metallica,
escribió cuatro o cinco títulos pensando en ella. Ésta profesaba fanáticamente
una dudosa religión que prohibía, entre otras cosas, los medicamentos. Murió
cuando era chaval, pero su recuerdo permanece en la mente de Hetfield. En 1996
hizo ‘Mama said’ (Mamá dijo), en cuya letra aparece un chico que quiere
alejarse de las faldas de mamá y volar en solitario. Este tema, que Metallica
nunca ha tocado en vivo, tiene un ambiente ligero y una letra fuerte: “El
corazón de un hijo pertenece a su madre, pero yo debo encontrar mi camino (…)
Deja que tu hijo crezca (…) Nunca te pedí pero nunca te di. Pero me diste tu
vacío”.
‘Mother’es uno de los
títulos del álbum ‘The wall’ (1979) de Pink Floyd. Con ritmo y atmósfera de
balada, el tema se estructura como un diálogo entre un joven y su señora madre.
Él le pregunta a ella, sobreprotectora y dominante, qué opina de esto o qué le
parece aquello, incluso si debe construir un muro a su alrededor que lo proteja.
Contiene versos muy descriptivos: “Mamá te mantendrá bajo sus alas (…) Madre,
¿crees que es suficientemente buena para mí? (…) “Bebé, siempre serás mi bebé”,
dice ella al final.
Beatles hablaron de
madres en ‘Tu madre debe saberlo’ (‘Your mother should know’) para el e.p.
‘Magical mistery tour’ en 1967; escrita por McCartney, presenta una melodía
preciosa (¿cuál no?), muy inspirada, absolutamente ‘beatle’ y con arreglo un
tanto psicodélico. Habla de que la madre tiene que conocer aquel viejo éxito
aunque éste se produjera antes de que ella naciera…, tampoco hay que buscar
mucho más, sobre todo teniendo en cuenta que eran tiempos algo lisérgicos…
Jagger y Richards
firmaron también más de una con la mamá como protagonista. ‘Mother’s little
helpler’ (1965) muestra a la esposa-madre-ama de casa agotada, necesitada de la
‘ayudita’ que proporciona una pastilla o dos (o cuatro) para continuar con su
trabajo. Ella se queja: “Qué mierda es hacerse vieja”, de modo que lo mejor es
buscar esa ‘pequeña ayuda para madres’, el Valium, que al parecer no era
extraño en la dieta de muchas mamás de entonces. La canción es electrizante, con
un tono muy pop y a la vez muy rythm & blues. Harto trabajo tuvieron
siempre las madres. .
Enloquecida es el
‘Mama weere all crazee now’ (escrita intencionadamente con esas faltas de
ortografía) de los chalados Slade. Con su tono chillón y su sonido
intencionadamente sucio, el cuarteto la
publicó en 1972 y consiguió con ella otro número 1. Habla de que mamá le dijo
al chaval que el alcohol no le haría daño, pero mintió, y por eso, “Todos
estamos locos ahora”. El ambiente es etílico, con mucho jaleo y algarabía. El
‘auuuu’ del comienzo lo añadió el productor, que lo había grabado de los
ejercicios vocales que el cantante Noddy Holder hacía antes de empezar la
sesión.
Otra pieza muy
especial que gira en torno al universo madre-hijo es el ‘Crazy mama’ del gran J
J Cale. Se refiere a la madre que se pasa largas temporadas fuera de casa, de
modo que el hijo le pide insistentemente que vuelva con él. Su tono es suave y
contenido, la voz de Cale apenas se eleva por encima del susurro, el arreglo es
escueto, ligero…, y antes de que uno se dé cuenta…, ya se ha ido otra vez.
Podría añadirse el ‘Tie your mother down’ de The Queen, en la que
el chico habla de la madre de la chica, que se interfiere en sus asuntos
amorosos; el ‘Mother’ de John Lennon, en el que lamenta “tú me tuviste, pero no
yo te he tenido”; el ‘Mamy blue’, que
tanto éxito les dio en España y en todo el mundo a los Pop Tops; o el
trepidante rythm & blues ‘Hey Lawdy mama’ de Steppenwolf, que no hablaba de
madres precisamente…
Y es que madre no hay
más que una.
CARLOS DEL RIEGO
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