domingo, 27 de febrero de 2022

EL POP Y EL ROCK EN LA ESPAÑA DE HACE 40 AÑOS, CON LOS CARDIACOS Y SINIESTRO TOTAL

 


En 1982 Los Cardiacos seguían sin dejarse encasillar y haciendo canciones profundas y emotivas


Cuatro décadas tiene ya aquel álbum tan irreverente, divertido y políticamente incorrecto

Hace cuarenta años la música rock y pop vivía muy buenos momentos, tanto en el plano de la industria (se vendían muchos vinilos) como en el artístico. En el mundo la ‘new wave’ continuaba descubriendo novedades, y en España se vivía en plena ‘nueva ola’, la cual no se ceñía exclusivamente a la ‘movida madrileña’, sino que el resto del país aportó excelentes bandas e inolvidables canciones; Siniestro Total y Los Cardiacos son buenos ejemplos. Era 1982

Tras la dictadura y la Transición (modélica, incruenta, chispeante), España se adaptó perfectamente a la nueva situación. El Psoe de Felipe González ganó abrumadoramente las elecciones, Italia se hizo con el Mundial, los asesinos etarras seguían dejando su rastro de sangre, los que urdieron el 23 F fueron condenados a treinta años de cárcel…, pero lo más importante es que el país iniciaba un camino que ilusionaba. Una de las cosas más recordadas de aquellos años es la música, que estaba presente por todas partes: la nueva ola y la movida, la aparición de nuevos grupos cada día, la ‘validez’ de casi todos los géneros, estilos y ritmos, la proliferación de conciertos, salas y radios, la imparable presencia de la música en todas las provincias… Aquellos primeros ochenta del siglo XX fueron excelentes para el pop y el rock en España.

Quienes estaban allí en el 82 recordarán a Parálisis Permanente y su único Lp, ‘El acto’, a Alaska y Los Pegamoides con ‘Bailando’ y otras, Aviador Dro y su ‘Selector de frecuencias’, Los Secretos y su ‘Todo sigue igual’, Azul y Negro con el obsesivo ‘Me estoy volviendo loco’, Danza Invisible y sus ‘Sueños’…; no faltaba el rock duro: Barón Rojo y su ‘Volumen brutal’, Obús con ‘Va estallar el obús’, Leño con ‘Corre corre’, Los Suaves y su ‘Esta vida me va a matar’, Miguel Ríos, Luz Casal, Antonio Flores, Orquesta Mondragón…No cabe duda, la cosecha del 82 aun ofrece excelentes sabores.

Pero no todo se hacía en Madrid y en las grandes capitales, sino que en ciudades alejadas del centro también había bandas imprescindibles y canciones que no han perdido frescura e intención. Por ejemplo los vigueses Siniestro Total, que en 1982 publicaron su Lp de debut, ‘¿Cuándo se come aquí?’, y los leoneses Los Cardiacos, que lanzaron el maxi ep ‘El expreso de Bengala’. Hubo muchos más por toda la geografía española, pero estos dos son buena muestra de cómo fue el rock y el pop en castellano aquel año.

Siniestro Total (que están a punto de dejar el escenario definitivamente) irrumpen en un mercado del disco muy receptivo, no en las listas de éxitos pero sí en los ambientes independientes, que entonces tenían muchos adeptos. Siniestro es, tal vez, el grupo más ingenioso, divertido, disparatado e irreverente que surgió en aquel ambiente. Sin embargo, muchos de los temas de aquel ‘¿Cuándo se come aquí?’ no se hubieran editado hoy, pues nadie se atrevería a cantar “Ayatollah no me toques la pirola”, que sería tachada de islamófoba y racista; ni “Las tetas de mi novia tienen cáncer de mama” por machista e insolidaria, igual que “Chochos voladores”; ni “Hoy voy a asesinarte nena” por heteropatriarcal y maltratador; ni se atreverían con ‘Matar hippies en las Cíes (le corto un brazo, le arranco una pierna…)” por violenta y retrógrada; ni “Todos los ahorcados mueren empalmados” por pornográfica y mofarse de la pena de muerte; ni “Aunque estés en el frenopático te tiraré del ático” por faltar al respeto a los internos de instituciones mentales… Los quince temas que incluye el Lp serían hoy señalados y sus autores linchados en las redes. Pero en 1982 la sociedad tenía otros problemas más serios que preocuparse por los chascarrillos de unos mozalbetes ruidosos y vocingleros. Siniestro Total fue la muestra de la gran apertura de miras y libertad que había en la España de 1982, cuando la música se escribía y se cantaba sin pensar en qué dirán ni qué pensarán; no como hoy, que los autores se autocensuran y miran y remiran sus versos para no escribir algo que pueda molestar a alguien.

Los Cardiacos fue un grupo absolutamente singular e irrepetible. Fueron los primeros en publicar música de manera artesanal e independiente, o sea, sin contar con discográficas (aquella casete de 1979); también se atrevieron a hacer un ska antes que nadie; y antes que ningún otro grupo asimilaron las esencias de la ‘new wave’, pero sin quedarse anclados ahí.

Hace cuatro décadas publicaron un maxi de cuatro temas titulado ‘El expreso de Bengala’. Se abría con el tema homónimo, que presentaba ritmo y ambiente muy novedosos y personales, y un texto que transportaba a la India en un abarrotado tren; ‘Selenita’ volvía a sorprender con su ritmo vivaracho, su saxo, su letra sideral; ‘Tango sintético’ confirmaba la excepcionalidad de la banda, tanto en letra (robots, año 3000) como en arreglos y ambiente. Y por fin, ‘Pepi Pop’, un canción absolutamente inolvidable; siempre se achacó a Los Cardiacos ser un grupo difícil de encajar, puesto que hacían poderoso rock, excelente pop, vibrante ska, apuntes tecno, textos insospechados, versiones de clásicos…, y es precisamente de esto de lo que va ‘Pepi Pop’. Con una melodía deliciosa, suavemente pegadiza, y un arreglo ligero y personal, la letra es un lamento de quien es rechazado por negarse a ser encasillado: “Pepi Pop me dijo que no, que yo no era lo bastante pop, que a Costello nunca podría llegar. Rosi Rock me gritó que yo no era lo bastante rocker, nunca dije larga vida al rock & roll (…). Jessi Jazz me explicó que estando sentado se toca mejor (…). Para Pinky Punk yo ya era mayor, con pocas heridas para ser su punky y que nunca yo me había suicidao. Nostalgia de irme sin haber zanjado esta cuestión, decidido estoy aquí en mi papel de nuevo perdedor”. No ha perdido fuerza, profundidad y carga emotiva.

¿A alguien le apetecería volver a 1982 un ratín y ver a alguno de estos grupos?

CARLOS DEL RIEGO

miércoles, 23 de febrero de 2022

EL TERRIBLE EMBROLLO DE LOS Y LAS DEPORTISTAS TRANSEXUALES Y/O TRANSGÉNERO

 


A la izquierda Iszac Henig (antes Izzi) que ha iniciado la cirugía para convertirse en hombre, pero sigue compitiendo con chicas, y a veces con bañador de hombre


Cuerpo de hombre, constitución de hombre, fuerza de hombre, pero compite como mujer

En el mundo de la natación se están viviendo situaciones insólitas y muy difíciles de asimilar que, pronto, se verán en otros deportes. No es ya que un nadador llamado Will Thomas se haya convertido en la nadadora Lia Thomas, sino que el polémico asunto se enreda más con el caso de la nadadora Izzi Henig, que está en proceso de convertirse en el nadador Iszac Henig pero sigue compitiendo con chicas. El problema tiene difícil solución si la ideología compite contra la biología

La naturaleza determina el sexo de cada persona, aunque hay quien no está contento con lo que le ha tocado y se cambia. Está en su derecho, faltaría más. Will Thomas tiene todo el derecho a llamarse Lia, pero no a competir como mujer. Ya se ha repetido mil veces que aunque se inyecte hormonas femeninas e incluso la cirugía le corte parte o todas sus partes, su cuerpo, fortaleza, densidad ósea, masa muscular, constitución, resistencia, capacidad cardiaca y pulmonar… siguen siendo masculinas, con lo que tendrá una gran ventaja compitiendo con mujeres biológicas. Afirman que sus niveles de testosterona están por debajo de los límites, pero con o sin esa hormona su cuerpo sigue siendo de macho; por otro lado, si le han amputado sus atributos masculinos, ¿cómo es que sigue generando testosterona?

Antiguas nadadoras (y atletas) estadounidenses comparan a Thomas con ‘las alemanas’ del este (la DDR), las soviéticas y ‘otras’ deportistas de los años setenta y ochenta, atiborradas de testosterona y anabolizantes, y afirman que la misma ventaja que tenían aquellas es la que tiene hoy Thomas; así, Nancy Hosghead Makar, múltiple medallista en Los Ángeles 84, afirma que si los países del Este no hubieran boicoteado esos juegos, ella nunca hubiera podido superar a las nadadoras del bloque comunista, y por eso está en contra de que un hombre convertido en mujer compita con mujeres, porque su cuerpo siempre, siempre será masculino. No es justo que Will Thomas (se estima que mide cerca de 1,90 y pesa unos 80 kilos), que nunca estuvo entre los 400 mejores nadadores en su distancia, ahora, convertido en Lia, saque hasta medio minuto de diferencia a sus rivales, e incluso supere ampliamente los récords de campeonas olímpicas como Katie Ledecky.

Los registros de los nadadores (según estudios especializados y con miles de sujetos) suelen ser entre un 11 y un 12% mejores que los de las nadadoras; las marcas de Thomas sólo han perdido un 2% respecto a las que obtenía como hombre, por lo que enfrentándose a mujeres su ventaja sigue siendo abrumadora. Como ejemplo muy ilustrativo puede señalarse que, en los 100 m mariposa de los Juegos de 2004, Phelps superó a sus rivales en un 0,08%, mientras que su registro fue un 12,5% mejor que el de la campeona olímpica. Y si Phelps se hubiera cambiado de sexo hubiera seguido siendo Phelps. En fin, Lia Thomas compite con una ventaja evidente e intolerable.

Pero la cosa se complica con el caso de Iszac Henig, una nadadora (nacida Izzi) en proceso de conversión a nadador pero que, como aún no ha recibido terapia hormonal y aunque ya ha empezado la cirugía, sigue compitiendo como chica con inmejorables resultados. Incluso en alguna de las pruebas de la competición universitaria estadounidense participó con bañador de chico en prueba de chicas, o sea, sólo con la parte de abajo, algo que resulta de lo más chocante a la vista. ¿Qué pasará con Iszac cuando vea que compitiendo contra chicos, si alguna vez lo hace, no vuelve a ganar?, ¿decidirá regresar a su condición biológica o simplemente se retirará de la competición?, ¿o exigirá competir con chicas aunque se siga llamando Iszac?  

Cuando empezó a hablarse de los deportistas trans de hombre a mujer todo el mundo estaba de su parte y veía con buenos ojos su participación en la competición femenina; sin embargo, viendo cómo son las cosas, tanto las propias competidoras como diversos grupos feministas se han posicionado totalmente en contra de que los convertidos en ellas mediante cirugía y bioquímica tomen parte en pruebas para mujeres. Suelen proclamar que los hombres han encontrado la manera de “robarnos las medallas”.   

El lío es enorme, con posturas encontradas y con los diversos estamentos estadounidenses (allí es donde más avanzado va el problema) estudiando el asunto desde todos los puntos de vista: legal, deportivo, médico, social…, incluso ideológico.

Cada persona es libre de elegir qué ser, incluso cuando no le gusta dónde la ha situado la naturaleza. Sin embargo, en terrenos como el deportivo, es injusto que la subjetiva visión ideológica se ponga por delante de la objetiva realidad biológica.

CARLOS DEL RIEGO

domingo, 20 de febrero de 2022

CUARENTA AÑOS DEL CONCIERTO CON RAYOS Y TRUENOS DE LOS STONES EN MADRID

 


El ambiente en el Calderón el 7 de julio del 82


Uno de las imágenes de aquel concierto, Jagger envuelto en la bandera española

Cada cual mantiene en su memoria su concierto favorito, aquel que resultó inolvidable. Seguro que muchos de los que vieron a los Rolling Stones en el estadio Vicente Calderón de Madrid en julio de 1982 dirían que aquel fue el mejor concierto que recuerdan. Hubo motivos

Los Jagger, Richards y compañía estaban aun en muy buena forma en 1982, cuando actuaron en Madrid con motivo del Mundial de Fútbol España 82. Como era habitual en aquellos tiempos, la selección española fue eliminada a las primeras de cambio, dejando un recuerdo amargo a los futboleros. Pero las 80.000 personas que acudieron a ver a los Stones mantienen un recuerdo potentísimo de aquel mágico momento que fue más allá del rock. El próximo mes de julio se cumplen cuatro décadas de aquel concierto, el de la tormenta con rayos y truenos. 

El día era muy caluroso, sofocante, más de lo normal en un 7 de julio. A la entrada del estadio se formaban largas colas a causa de los cacheos a muchos de los asistentes, pero ni el calor ni otras incomodidades asustaron a nadie. La sesión comenzó con la actuación del excelente grupo americano J Geils Band, que estuvieron sensacionales, muy apropiados para la ocasión, pero el intensísimo calor, el demoledor sol que caía sobre el público impidió el reconocimiento que sin duda se merecían. Llegó un momento en que la gente no sabía cómo combatir la asfixiante temperatura; los servicios del estadio se mostraron insuficientes para atender tal demanda de agua, formándose colas kilométricas, de modo que el personal no dudó en tomarla de las cisternas. Cuando más apretaba el sol, en el escenario aparecieron unos operarios con grandes mangueras con las que lanzaron agua a presión para refrescar a una acaloradísima y excitadísima audiencia, que recibió el regalo con gran alboroto.

Y de repente, en apenas unos instantes, cuando los 80.000 asistentes estaban literalmente empapados en agua y sudor, unas nubes gruesas y pesadas cubrieron el cielo y en escasísimos segundos se levantó un viento fortísimo, un auténtico vendaval que amenazaba con echar abajo las enormes telas de colores que cubrían las gigantescas torres de altavoces a ambos lados del escenario. El brusco cambio de temperatura retrajo a todos los asistentes, que súbitamente se encontraron con la ropa empapada y azotados por el viento. La tormenta no tardó en estallar, truenos y relámpagos incluidos. Y ese fue precisamente el momento escogido por el grupo para saltar al escenario.

Parecía que todo estaba previsto, incluso el concierto comenzó con unos minutos de retraso. Y en el preciso momento en que los músicos subieron a escena se produjo un instante para el recuerdo. Visto desde una grada lateral muy cercana al escenario, cuando los Rolling Stones salieron, los no menos de 40.000 espectadores que cubrían el césped se levantaron al unísono y dieron, todos a la vez, dos pasos hacia adelante mientras un atronador rugido puso millones de pelos de punta. Fue como si todo el público fuera uno. La enorme masa de gente actuó sincronizada produciendo un efecto escalofriante, imborrable.

A la salida, quienes allí estuvieron se sintieron afortunados al darse cuenta de que habían asistido a un momento irrepetible, algo para contar, una de esas cosas de las que uno se vanagloria: “Yo estuve allí en aquel momento”, ese momento inolvidable, emocionante, excitante, único, ese momento en el que muchos miles de personas se olvidaron de todo lo físico y, como en un éxtasis colectivo, reaccionaron movidos por una común e irresistible atracción. 

¿El concierto en sí? Muy bueno, con muchos de los grandes clásicos de la banda, incluyendo el ‘Satisfaction’, que Jagger cantó envuelto en la bandera española. Todo ello produjo un recuerdo muy potente.

CARLOS DEL RIEGO

jueves, 17 de febrero de 2022

LA CARA OSCURA DE BARTOLOMÉ DE LAS CASAS SEGÚN SUS COLEGAS

 




Fray Bartolomé de las Casas ya fue señalado en su tiempo como 'un fabulador sin fundamento' por sus colegas

Mucha polvareda ha levantado el biznieto del legendario jefe apache Gerónimo, Alfonso Borrego, que desmonta en sus vídeos y conferencias las bases de la leyenda negra. Ésta nace a partir de los escritos de fray Bartolomé de las Casas. Sin embargo, y aunque muchos crean a pies juntillas lo que dice, los otros cronistas de Indias lo contradicen y señalan sus mentiras e hipocresías

La obra ‘Brevísima relación de la destrucción de las Indias’, publicada en 1552, fue la base de eso que se llama la leyenda negra; el dominico fray Bartolomé de las Casas la escribió buscando la defensa del indio, siendo notorios sus esfuerzos y desvelos en favor de los indígenas americanos, aunque es menos sabido que fue soldado conquistador (y mató indios), encomendero, obispo, buscador de oro… Lo que sus colegas cronistas dejaron escrito acerca de sus virtudes como historiador y como persona no deja bien parado el fraile. No se trata ya de las exageraciones que contiene ese libro, como la de que en la isla la Española vivían quince millones de indios (¿) y que estaba surcada por más de treinta mil ríos (¿); ni tampoco se trata de revisar las contradicciones en que cae, como cuando señala que al ir costeando la isla de Cuba no se vieron indicios de presencia humana (o sea, estaba escasamente poblada) para años después olvidarse de lo dicho y denunciar que los españoles mataron a doce millones de indios (lo que indicaría que estaba muy poblada); también es contradictorio e incoherente que pidiera al emperador Carlos que, para aliviar el esfuerzo de los indios, se trajeran negros de África (luego rectificó, pero ya le habían hecho caso), o de que clamó contra la esclavitud de los indios pero no dijo ni una palabra de la existencia de esclavos en toda Europa, o de que no mostrar la mínima atención a los barcos portugueses cargados de africanos que llegaban a América. Ni siquiera se trata de demostrar sus groseros errores, como describir a los indios como “mansos y buenos” cuando se sabe que eran sociedades tremendamente violentas y sanguinarias. De lo que se trata, en fin, es de comprobar qué decían de él sus colegas, los otros cronistas de Indias que vivieron aquella aventura.

El asturiano Gonzalo Fernández de Oviedo (1478-1557), que gozó del don de la oportunidad y presenció hechos de enorme trascendencia histórica, se convirtió en uno de sus enemigos al dejar constancia escrita de la catástrofe en la que desembocó la idea de Las Casas de colonizar pacíficamente. La cosa fue más o menos así: el fraile reclutó a trescientos españoles para que ocuparan un territorio en la actual Venezuela, se casaran con nativas y trabajaran la tierra; pero al llegar se encontraron con que ya había allí españoles que incluso habían fundado un pueblo (le llamaron Toledo). Entonces el “colérico clérigo” (como el propio fray se define) les ordena que se vayan inmediatamente, a lo que se niegan; el fraile dice que va a Santo Domingo a presentar la reclamación ante las autoridades, y le acompañan los españoles que estaban antes, dejando solos a los recién llegados que, al poco, fueron exterminados por los indios. El caso es que Oviedo dio a conocer el hecho, e incluso explica que Bartolomé se encerró en un convento en La Española, de donde salió ordenado para evitar dar explicaciones. Por contar eso, Las Casas convirtió a Oviedo en uno de sus principales enemigos.

Después, López de Gómara (cuya obra se basa en la de otros, pues nunca estuvo en América y no conoció a ningún protagonista de la conquista, ni siquiera a Cortés, en contra de lo que se lee en Wikipedia) se hizo eco de la historia de los labradores muertos por los indios, de modo que también entró en la lista negra de fray Bartolomé. Éste lo acusó de haber escrito al dictado de Cortés; sin embargo, Gómara nunca dice que Cortés le contó esto o aquello a pesar de que todo historiador busca la propia credibilidad destacando que recibe sus informaciones de primera mano, de modo que el soriano Francisco López de Gómara (1511-1566) hubiera estado encantado de escribir  “esto me lo dijo el propio Hernán Cortés”, cosa imposible porque nunca lo tuvo delante.

Pero tal vez sea Fray Toribio de Paredes (1482-1569) quien más detalladamente describe a Las Casas. Este fraile zamorano adoptó al llegar a México el nombre de Motolinia, que en náhuatl significa pobreza, haciendo honor a tal apodo durante toda su vida. Cuenta que, en 1539, “con unos poquillos cánones que el de Las Casas oyó, él se atreve a mucho, y muy grande parece su desorden y poca su humildad”, y añade “porque él procuró saber sino lo malo y no lo bueno, ni tuvo sosiego en esta Nueva España, ni aprendió lengua de indios, ni se humilló ni aplicó a les enseñar”. En una carta a Carlos I en 1555 Motolinia denuncia la conducta de Las Casas y lo tacha de hipócrita que predica una cosa y hace otra muy distinta, que al llegar a Tlaxcala traía “de veintisiete a treintaisiete indios” para que le cargasen su equipaje y que no les pagaba por su trabajo. Y cuando Las Casas se negó a bautizar a un indio que había llegado de muy lejos para tal fin, Motolinia le dijo: “padre, todos vuestros celos y amor que decís que tenéis a los indios se acaba en traerlos cargados (…) que solo vuestra caridad traéis cargados más indios que treinta frailes”… Todos los que lo conocieron destacan que Toribio de Paredes, Motolinia, era íntegro y honesto, por lo que su testimonio es muy creíble.

Asimismo, Bernal Díaz del Castillo (en torno a 1492-1584) desdice y niega varias veces las afirmaciones de Bartolomé de las Casas con muy sólidos argumentos, pero mostrando siempre un gran respeto. En realidad, casi todos los cronistas de Indias que hablan del “clérigo colérico” lo tachan de soberbio, aprovechado, exagerado, incoherente, fabulador y tendente a la rabia. Y ello a pesar de que en la corte española siempre le hicieron caso: Carlos I promulgó a instancias suyas en 1542 las ‘Leyes Nuevas’ para “el buen tratamiento y conservación de los indios” (como ya había hecho su abuelo Fernando de Aragón en 1512 con las Leyes de Burgos). Cisneros y otros altos cargos eclesiásticos enviaron a América, tras escuchar a Las Casas, varios frailes para que velaran por el bienestar del indio; dicho sea de paso, fray Bartolomé escribe que se le nombró Defensor y procurador universal de todos los indios, sin embargo, de este nombramiento no hay ni rastro en los archivos y ningún otro autor hace la más mínima mención de tal cargo. Asimismo, se organizó en 1550 un gran debate en torno al asunto de los indígenas, la ‘Junta (o Controversia) de Valladolid’. Es decir, sus denuncias no sólo fueron escuchadas, si no que se tuvieron muy en cuenta para combatir los abusos.

Sorprende que un autor tan cuestionado por sus colegas y del que hay tantos testimonios adversos haya sido la base de algo tan duradero como la leyenda negra. Alfonso Borrego, biznieto de Gerónimo, niega esa leyenda y sostiene que a los españoles hay que darles las gracias, no exigirles pedir perdón.

(Actualización de marzo de 2017)

CARLOS DEL RIEGO

domingo, 13 de febrero de 2022

BREVE HISTORIA DE LA PIRATERÍA EN LA MÚSICA

 


El fonógrafo y los cilindros de cera, comienzos del siglo XX, hicieron las primeras copias pirata

La piratería de música tiene hoy menos relevancia que hace unos años, puesto que prácticamente cualquier canción está disponible gratuitamente en cualquier momento y en cualquier lugar; ya no hay que ‘poseerla’ para poder escucharla, como sucedía cuando la música exigía un soporte físico

Actualmente la música, al igual que otras propiedades intelectuales, está protegida por los derechos de autor. Este concepto surge inicialmente en el año 1790, aunque sólo protegía a los escritores y sus libros y a los dibujantes de mapas y de gráficos. La música escrita (la partitura) comenzó a ser mínimamente protegida en 1831. Luego, cuando la música empieza a grabarse se produce un conflicto, puesto que hay discusión sobre quién tiene más derechos sobre la grabación, si el compositor o el intérprete. 

En el siglo XIX era común imprimir y vender canciones con letras y melodías populares, pero en poco tiempo se hacía lo mismo con las obras de los compositores del momento. Es decir, la piratería nacía aun antes de que fuera posible la grabación y reproducción de música. Thomas Edison inventó el fonógrafo en 1877 (aprovechando y desarrollando ideas de otros), el cual permitía registrar sonidos y luego escucharlos. Poco tardaron los más ‘emprendedores’ en darse cuenta de que podían tomar cualquier partitura, grabarla ellos mismos, hacer copias y venderlas sin que el autor percibiera ni un céntimo. Cuando la tecnología mejoró (del papel de aluminio sobre un cilindro se pasó al cilindro de cera) y se empezó a popularizar la grabación y reproducción de música, quienes escribían canciones, óperas, sinfonías, sonatas… se dieron cuenta de que cualquiera podía ganar dinero con sus obras, grabándolas y vendiéndolas sin siquiera pedirle permiso y sin ver ningún beneficio. Y así empezó el gremio de autores a exigir nuevas leyes que protegieran sus creaciones. Se sabe de un trabajador del Opera House de Nueva York que en 1900 compró un fonógrafo Edison por 30 dólares y empezó a grabar las actuaciones escondiendo el aparato en la caja del apuntador.

Curioso es el hecho de que Edison procurara que nadie pudiera aprovechar sus patentes para desarrollarlas y crear nuevos artilugios, es decir, él pretendía una especie de monopolio de todo aparato que pudiera tener relación con sus inventos. Pero a la vez, se atribuía obras ajenas, sobre todo cuando copiaba negativos de películas extranjeras y les estampaba su nombre con los consiguientes beneficios económicos. En fin, Edison también pirateó.

Por otro lado, en algún momento la piratería resultó muy beneficiosa. Cuando los músicos de jazz y de canción tradicional empezaron a grabar sus interpretaciones, muchos aficionados copiaron esas grabaciones en los cilindros de cera, con lo que las piezas musicales pervivieron, ya que los originales eran pronto descatalogados y los ejemplares que quedaban se deterioraban inevitablemente hasta volverse inaudibles; además, las empresas que grababan y producían no tenían ningún interés en archivar y conservar sus grabaciones, por lo que muchas habrían desaparecido para siempre de no haber sido por los piratas. No es atrevido decir que la piratería ha salvado muchas obras musicales.

En realidad, hasta el año 1972 no empezó la ley a considerar un crimen el pirateo de música, puesto que antes de la popularización del casete no existía la copia masiva, o sea, la piratería organizada; había quien compraba el vinilo y se lo grababa en cintas de casete para uso personal o para regalar a los amigos; “grábame este disco” o “hazme una cinta con música heavy” eran peticiones muy comunes entre colegas. Pero rápidamente se pasó de copiar para compartir con los amigos a copiar para vender. A finales de los setenta y principio de los ochenta la cosa se perfeccionó con las pletinas para dos cintas de casete (las recordadas C-60 ó C-90), con lo que se podían hacer copias de copias; eso sí, perdiendo calidad con cada nueva grabación. Las cintas piratas (que copiaban incluso la portada original) eran cosa común en mercadillos. Entonces la industria lanzó aquel eslogan: “Las grabaciones caseras están matando la música y son ilegales”, pero el mensaje tuvo escasa eficacia; es más, en un guiño a las grandes compañías y a los consumidores, algunas independientes publicaron cintas con la cara B vacía, con lo que venían a decir a los compradores que ya que iban a copiar, que lo hicieran en una de sus casetes, mientras a las discográficas les sugería que no había solución.

Al llegar el CD la piratería vivió su gran apogeo, pues tenían los ‘manteros’ en sus mantas copias de los discos de más reciente publicación a una mínima parte de su precio y con calidad digital. Con la llegada del MP3 e internet la piratería rompió todas las barreras al no precisar ni siquiera soporte físico. A finales del siglo pasado surgieron las plataformas que permitían compartir música entre los usuarios a través de un servidor central (recuérdese Napster). Tras años de pelea en los juzgados el servidor fue cerrado y, aunque sus dueños no fueron acusados de piratas, sí lo fueron de facilitar la piratería. La cosa, hoy, no tiene nada que ver con los ‘años dorados de la copia pirata’. You Tube, Spotify y otras permiten escuchar lo que sea cuando sea, de modo que ya no merece la pena bajarse (copiar) música. Aun así sigue robándose música.

Sea como sea, el Lp y el single, los vinilos, no sólo conservan el encanto de lo añejo y (si están en buen esado) muy buen sonido, sino que son la forma de escuchar la música que realmente se posee, pues quien sólo la tiene en un dispositivo electrónico, en realidad no tiene nada. Además, cuando se coloca el disco en el giradiscos el oyente escucha lo que quiere, ya que con el ordenador, la tablet o el móvil, el oyente ni siquiera tiene que saber qué busca o qué quiere escuchar, puesto que los algoritmos se lo dicen. Y obedece.

CARLOS DEL RIEGO

miércoles, 9 de febrero de 2022

¿SON LOS JUEGOS OLÍMPICOS DE INVIERNO PEKÍN 2022 O LOS DE BERLÍN 1936?

 


Así es el desayuno, comida y cena de los atletas en cuarentena por el covid, que permanecen encerrados y aislados en habitaciones pequeñas, sucias y sin equipamiento

El poder de atracción de los Juegos Olímpicos es algo que los políticos y los gobiernos comprendieron hace mucho, sobre todo los dictatoriales, que los han  aprovechado para mostrar una falsa cara amable y abierta. Los gerifaltes del partido nazi utilizaron los Juegos de 1936 con fines políticos y propagandísticos, algo que están repitiendo punto por punto los gerifaltes del partido comunista chino 86 años después

Los juegos de Berlín 1936 habían sido otorgados a Berlín en 1931, menos de dos años antes de que Hitler tomara el poder. Pronto los máximos jefes e ideólogos del partido nazi (el NSDAP, Partido Nacional Socialista Obrero Alemán), vieron en los Juegos Olímpicos una oportunidad perfecta para presentar al mundo los logros y beneficios de su política e incluso la superioridad de la ‘raza alemana’. Con el ministro de propaganda Joseph Goebbels al frente, elaboraron un extenso plan para que nada les estropeara la maniobra; retiraron de la circulación a todo el que pudiera ser sospechoso de contradecir los postulados nazis, dieron instrucciones a la población para que fuera lo más amable posible con los atletas, periodistas y visitantes, cesaron los actos y propaganda antisemita, desapareció toda violencia callejera…; y para no tener que dar explicaciones por la ausencia de atletas judíos en el equipo alemán se falsearon sus resultados con el fin de que pareciera que habían sido descartados por motivos deportivos. Y había unanimidad en la prensa, pues todos los periódicos desafectos habían sido cerrados o incautados. Pero todo era una máscara, como pudo comprobarse muy poco después.

Alguien dijo que no es que la Historia se repita, pero sí que rima. Han pasado 86 años y los versos con que se escribe la Historia Olímpica riman a la perfección, sólo que el ´führer’ se llama Xi Jinping. Cuando se dieron los Juegos de Verano a Pekín en 2008 dijeron que eso serviría para que el gobierno de China comenzara a abrir el puño, que empezara a observar los derechos humanos, que diera a la población las libertades y derechos políticos y sociales de un estado libre, que desapareciera la censura y apareciera la libertad de expresión…

Pero los hechos han demostrado que nada de eso se ha producido, al contrario, según dicen las organizaciones internacionales los ‘centros de reeducación’ están abarrotados y cualquier posible disidente está fuera de circulación. Un buen ejemplo es la ex tenista Peng Shuai, que hace unos meses desveló haber sido violada por un ex ministro; desapareció y sólo aparece para desdecirse en sospechosas comparecencias, pero como cuentan quienes pasaron por los centros de detención, con total seguridad ‘ha sido sometida a tratamiento’, y su familia está retenida y amenazada, de modo que la ex jugadora no puede decir más que lo que le han dicho que diga. Podría hablarse del artista crítico Ai Weiwei, que fue acusado de subversión, evasión de impuestos, pornografía y cualquier cosa que se les ocurriera; después de torturarlo (sobre todo psicológicamente) y ante el clamor internacional, lo dejaron marchar, pero seguro que la familia que dejó en China vive bajo amenaza. ¿Y Li Wenglian, el médico que avisó del peligro del coronavirus, detenido bajo acusación de propagar falsos rumores?

Un evidente acto de propaganda fue el encendido del pebetero, que llevó a cabo un miembro de la etnia uigur; sin embargo, las organizaciones solidarias estiman que unos dos millones de uigures permanecen encarcelados en los ‘centros de reeducación’, donde se los trata con extrema crueldad y se procede incluso a su esterilización. Algunos supervivientes que han llegado a occidente declaran que continuamente les repiten: “ser uigur es un crimen, no son seres humanos”.

Los periodistas son vigilados continuamente e incluso ha habido casos en que los policías y comisarios chinos interrumpían las grabaciones; y las redes sociales (las que están abiertas) y canales de internet son supervisados permanentemente. Todo está bajo control del dictatorial gobierno. Y todo lo que se muestra al mundo es falso. Incluso la nieve es falsa.

La narración de Berlín 1936 rima con la de Pekín 2022. 

CARLOS DEL RIEGO

domingo, 6 de febrero de 2022

‘MALDICIONES’, SUPERSTICIONES Y COINCIDENCIAS INQUIETANTES EN EL MUNDO DEL ROCK

 


Dice la leyenda que Robert Jhonson pactó con el diablo, y de aquello surgió 'Crossroad', una canción 'maldita'

Eso de los misterios y los enigmas inexplicables tiene mucho tirón, siempre atrae sea en el entorno que sea. Surgidos de las entrañas del rock no son pocos los episodios y coincidencias que dan lugar a que se hable de maldiciones, de creencias supersticiosas, aunque la mayor parte de las veces no sea más que eso, coincidencia, sin nada que ver con la brujería. De todos modos, el asunto puede resultar seductor

A lo largo de la corta historia del rock se han producido múltiples casos que algunos señalan como inexplicables, aunque otros como simple casualidad. El ‘misterio’ más inquietante en el mundillo del rock es el llamado ‘Club de los 27’, ese que cuenta todos los grandes músicos que murieron justo a esa edad; y es que, además de Brian, Jimi o Jim, militan en ese luctuoso club no menos de una veintena de figuras de la música rock; pero, por otro lado, seguro que hay tantos, o casi, que palmaron a los 26, 28, 29…  

El seminal bluesman Robert Johnson (que también murió a los 27) suele ser citado cuando se habla de música y cuando se habla de ‘pactos con el Diablo’. Según la leyenda Johnson se reunió con el Diablo en un cruce de caminos, vendiéndole su alma a cambio de convertirse en el mejor guitarrista y cantante de blues. El jefe del Infierno cumplió su parte, pero con trampa, puesto que Johnson (1911-1938) sólo fue reconocido como enorme guitarrista y bluesman genial después de morir. Pero no acaba ahí el ‘pacto’, pues Satanás exigió algo más a cambio de la presencia del artista en la historia de la música: el tema que escribió sobre aquel cruce de caminos, el que tituló así, ‘Crossroad’ (1937), mantiene la ‘maldición’, ya que los más importantes grupos que se atrevieron a hacer una versión, como Lynyrd Skynyrd o Allman Brothers Band, padecieron grandes desgracias, como es sabido; igual que Eric Clapton, que osó versionear ‘Crossroad’ con Cream y en solitario para, luego, perder a su hijo pequeño, que se mató al caer por una ventana. Seguro que no pasará nada, pero a la hora de escoger un clásico para adaptar, mejor no mirar a ese cruce.      

Una de las fechas más negras del libro del rock es el 3 de febrero de 1959, cuando se produjo el accidente de avión que acabó con la vida de Ritchie Valens, Big Bopper y Buddy Holly. A pesar de todo, aquella gira no se suspendió, sino que se buscaron sustitutos para los finados. El elegido para reemplazar a Holly fue el cantante Ronnie Smith, quien tras el último concierto fue ingresado en una clínica psiquiátrica y se suicidó unos años más tarde. Más vale no ponerse en el traje y las gafas de Buddy.   

Fleetwood Mac ha visto desfilar unos cuantos guitarristas tras la marcha del fundador, Peter Green, quien abandonó por serios problemas mentales. Luego, en 1972, el guitarrista Danny Kirwan se volvió literalmente loco, pues se autolesionaba en directo o se burlaba de sus compañeros en escena; el pobre arrastró serios problemas mentales el resto de su vida (murió en 2018). Bob Weston y Bob Welch, que también tocaron la guitarra para Fleetwood Mac, murieron en 2012, el primero por un aneurisma de aorta y el segundo se suicidó. Lindsey Buckingham parece que se va librando…

Muy curiosa es la ‘maldición del encendedor blanco’. Parece que entre las pertenencias que llevaban encima cuando murieron Jimi Hendrix, Jim Morrison, Janis Joplin y Kurt Kobain había un mechero blanco. Los guitarristas y cantantes de rock deberían encender sus cigarrillos con cerillas, por si acaso.

John Lennon fue algo así como un ‘esclavo’ del número 9, pues ese número parece que marcó algunos de los hitos de su vida. Nació el 9 de octubre del 40 y murió el 8 de diciembre del 80, pero en Liverpool ya era día 9. Los Beatles fueron ‘descubiertos’ el 9 de noviembre del 61, e hicieron su célebre actuación en el Ed Sullivan Show el 9 de febrero del 64. John conoció a Yoko el 9 de noviembre del 66 y el grupo se separó luego de 9 años de vida. Seguro que sólo fueron casualidades, pero seguro que el tema ‘Number 9’ del ‘Álbum blanco’ no surgió por casualidad.     

El dúo de surf-pop Jan & Dean grabaron en 1964 el tema ‘Dead man´s curve’, la curva del hombre muerto, que se refería a una curva muy peligrosa en alrededores de Los Ángeles donde se habían producido muchos accidentes mortales; los temas principales de las canciones de Jan & Dean eran las chicas, la playa y los coches. Lo inquietante es que, dos años después, en esa misma curva, Dean Torrence estuvo a punto de morir al salirse de la ‘dead man´s curve’ el coche que conducía.   

Casi nadie cree en maldiciones y brujas, pero haberlas…

CARLOS DEL RIEGO

miércoles, 2 de febrero de 2022

EL PERVERSO ENTRENADOR DEL RAYO VALLECANO FEMENINO Y LA ACTRIZ WHOPPI GOLDBERG, UNIDOS POR LA IDOTEZ

 


El imbécil pervertido que se cree que se hace grupo violando en masa a 'una'

Poco se está hablando de las palabras que ha vomitado el nuevo entrenador del equipo de fútbol femenino del Rayo Vallecano, un sujeto que responde al nombre de Carlos S. Resulta que este elemento grabó unos audios en los que explicaba que lo mejor para hacer equipo, para conseguir unidad es “agarrar a una y cargárnosla todos juntos”, o sea, está aconsejando la violación en grupo. Lo que es inconcebible es que no esté denunciado. La actriz Whoppi Goldberg ha declarado que la matanza de judíos por los nazis no fue racismo

El indeseable instigador de la violación explicaba de viva voz que había que hacer como los jugadores de la Arandina (que violaron a una menor): “Hay que agarrar a una, que sea mayor de edad para evitar problemas, y cargárnosla ahí todos juntos”. Ahora, claro, ante el revuelo levantado, dice que se arrepiente. Sin embargo, si barbaridad semejante la dice abiertamente, aterra pensar lo que dirá y hará en el ámbito privado, puesto que esas palabras lo que hacen  exactamente es animar a violar “a una”.

Podría preguntársele a este pervertido que si para llevar a cabo esa violación grupal que tanto desea le vale su madre, su mujer, su hermana, su hija, o tiene que ser la madre, mujer, hermana o hija de otros. ¿Qué pensarán de él y qué le habrán dicho las mujeres que lo rodean, hermanas, hijas, madre, esposa?   

Con toda seguridad semejante degenerado es también un perfecto estúpido, ya que sólo los más tontos son incapaces de calcular las consecuencias de sus actos o sus palabras, y es evidente que este tiparraco tiene menos cerebro que un calcetín. En todo caso, debería ser acusado de incitación a la violencia sexual contra la mujer y a la violación en grupo. ¿Se atreverá a presentarse ante sus jugadoras?, ¿será consciente de que, cada vez que hable, su interlocutor, hombre o mujer, lo mirará como se mira a un violador?   

Igualmente, la actriz Whoppi Goldberg también se dejó decir una salvajada monstruosa; la señora vino a decir en su programa de televisión, ‘The view’, que la masacre de millones de judíos en la Alemania nazi “no fue una cuestión de raza”, sino que fue una “cuestión de blancos contra blancos”. Nuevamente se ve a una tonta que no es capaz de calcular las consecuencias de lo que dice. Poco tiempo después publicó palabras de arrepentimiento, pero ya era tarde, y además, esas disculpas a través de las redes suenan a lágrimas de cocodrilo, a excusas falsas, ya que si pensaba eso antes, seguro que lo sigue pensando. Asimismo es evidente la ignorancia de la protagonista de ‘El color púrpura’, puesto que los nazis eran racistas por definición y por convicción, es decir, no sólo mataron a judíos, sino a negros, gitanos y a todo el que no tuviera la piel del color correcto. No fue una cuestión de blancos contra blancos, sólo un tonto analfabeto (tonta analfabeta en este caso) puede soltar una perversión de ese tamaño. Dicho sea de paso, Goldberg es un apellido cien por cien judío.

Dos tontos que personifican la estupidez. Uno es un promotor de la violación, la otra una racista. Y ambos lo demuestran voluntariamente con sus palabras. No se puede ser, además de lo otro, más imbécil.

CARLOS DEL RIEGO