miércoles, 31 de agosto de 2022

LA INSOPORTABLE NEGACIÓN QUE SUFREN LEÓN Y SU HISTORIA

 

La leyenda del pedestal es otra colosal y burda mentira, puesto que Alfonso VI nunca firmó como rey de Castilla, sino que se intitulaba Rey de León, de Galicia y, luego, de Toledo, además de Imperator Totius Hispaniae

Cuando se dividió España en 17 autonomías (aquella conjura perversa que perpetraron los políticos para multiplicar por 17 los cargos a trincar) se hizo según el lema ‘café para todos’, es decir, autonomía para todos, fuera necesaria o no, lo pidiera el pueblo o no. El problema es que, mientras algunos territorios estaban histórica o geográficamente bien marcados, otros no, consumándose entonces sangrantes injusticias. León bien lo sabe 

Los parásitos (sinónimo de políticos) que urdieron la conjura hicieron las cosas a su antojo, derivando en situaciones tan delirantes como esconder León detrás de Castilla; para completar la infamia, los inútiles gorrones trataron de hacer desaparecer de los libros la Historia de León, con lo que se ha llegado al delirio de escuchar de boca de personas ilustradas, supuestos expertos e incluso gentes que escriben de historia, disparates como “Alfonso VI de Castilla”; igualmente grupos musicales que, al presentarse en un escenario leonés, sueltan “ya teníamos ganas de tocar en tierras castellanas”; o a comentaristas deportivos meter la pata al decir “el equipo castellano-leonés” para referirse a la Sociedad Deportiva Ponferradina (¿alguien sabría decir qué tiene El Bierzo de castellano?).

Todo eso es consecuencia de aquel momento en que los caraduras decidieron por su cuenta cómo desgajar el país, convirtiéndolo en un conglomerado de reinos de taifas; esto se demuestra a diario, puesto que el reyezuelo de cada uno de esos taifas hace y deshace como si el territorio a su cargo fuera posesión personal y en implacable competencia con el resto. Cuando en los primeros años ochenta del siglo pasado despedazaron España, los jetas tuvieron la ocurrencia de opacar León y ocultarlo detrás de Castilla la Vieja, y para ello no preguntaron a los ciudadanos, no hubo referéndum, sino que obraron al estilo totalitario.

Se produjeron así agravios comparativos insoportables, insultantes; por ejemplo, se otorgó estatus de comunidad autónoma a Santander (hoy Cantabria) y a Logroño (hoy La Rioja) a pesar de que jamás en la historia ni una ni otra tuvieron entidad jurídica o política propia. El Reino de León, por el contrario, existió política y jurídicamente durante 320 años, durante los cuales fue el reino cristiano más importante de la península y, durante un siglo, el más poderoso ‘totius Hispaniae’ y más allá… Veintitantos reyes contemplan aquel reino que, entre otros muchos logros, realizó decisivos avances en el empeño reconquistador y recuperador, promulgó leyes pioneras en todo el mundo, convocó concilios y juntas a las que acudieron las máximas autoridades de la península y más allá, dejó un legado impagable en el terreno del arte… Nada fue (es) suficiente para que se considerara (se considere) a León digno de tener entidad autónoma propia; y, por lo que se deduce del agravio antes mencionado, Cantabria y La Rioja tienen muchos más méritos históricos que León (¿). Por otro lado, la cuarta parte del escudo de España representa al Reino de León; los reyes que gobernaron después de la fusión con Castilla se intitulaban, lo primero, reyes de León y luego de Castilla y otros territorios. Del Reino de León surgieron Castilla, Portugal o Extremadura (‘extremo douro’). ¡Hay que ser traidor y manipulador para despreciar todo eso y perpetrar tamaña injusticia!, es decir, hay que ser un político.

A pesar de los muchísimos logros y aportaciones del Reino de León, hoy día son muy pocos no nacidos en León, Zamora y Salamanca que tienen conocimiento de aquello, lo ignoran porque los docentes, gracias a las maquinaciones de los corruptos por definición (sí, políticos), tampoco lo saben. Por eso hay quien dice sin abochornarse ‘Alfonso VI y Alfonso VII de Castilla’, siendo que ambos fueron coronados como Reyes de León (Alfonso VI jamás se intituló rey de Castilla, sino de León, Galicia y Toledo); curiosamente no se moteja de castellana a la Reina doña Urraca de León, hija del VI Alfonso y madre del VII, de hecho, ni siquiera se sabe que doña Urraca fue la primera reina por derecho propio de la Historia de Europa.

 

Y también por la ignorancia, el desprecio y la negación de León, en la que tanto empeño han puesto desde hace cuatro décadas los envilecidos caudillos, se escucha el insultante ‘Castilla-León’, incluso a los egoístas (representantes) públicos; y cuando se trata de corregir al ignorante, éste suele decir que qué más da, que no es tan importante la conjunción copulativa; en este caso es oportuno explicar que no es lo mismo Juan José que Juan y José. ¿O sí?         

Y nunca hay que olvidar el constante desprecio de las poltronas de Castilla hacia León, de su historia y su cultura, además de la discriminación económica, política y social a que someten a lo que fue el viejo reino (baste recordar que la fiesta principal de la comunidad es cien por cien y exclusivamente castellana).

Gracias al descuartizamiento que se perpetró en aquellos años de transición, con el detestable y traidor Martín Villa como muñidor principal, la histórica región leonesa es hoy poco más que un adminículo del eje Valladolid-Burgos. 

Ya es hora de corregir esta aberración.

CARLOS DEL RIEGO

domingo, 28 de agosto de 2022

GRANDES ÉXITOS DEL ROCK CLÁSICO CON LETRA INDESCIFRABLE HASTA PARA SU AUTOR

 

Una de las letras más inexplicables de la historia del rock es la de 'Bohemian Rhapsody' de Queen

Puede entenderse como ‘rock clásico’ el que se publicó en las décadas de los sesenta, setenta y ochenta que nunca dejan de escucharse, que resisten el paso del tiempo. Los autores de las letras a veces escriben según convenga a la melodía, sin tener en cuenta el sentido de versos y frases y sin un tema de fondo concreto e identificable. Así, algunos de los máximos éxitos del rock clásico ofrecen letras tan oscuras, incomprensibles e inexplicables que, por más que se ha intentado, permanecen impenetrables  

Los fanáticos del rock suelen cantar a voz en grito y con toda la pasión canciones que el tiempo ha convertido en clásicos. Paradójicamente, a veces cantan con toda el alma versos carentes del menor sentido…, tal vez ese sea otro de los atractivos de la pieza. De hecho, hay casos en que el propio autor es incapaz de explicar de qué va esa letra. 

Una de las primeras con texto incomprensible es el ‘I am the walrus, 1967, de los Beatles. En realidad todo el álbum ‘Magical mystery tour’ es un enigma psicodélico. No en vano la de ‘Yo soy la morsa’ ha sido considerada como una de las letras más absurdas jamás escritas. Así, ¿alguien pueden entender sus primeros versos?: “Yo soy él, como tú eres él, como tú eres yo y estamos todos juntos. Mira cómo corren los cerdos de un arma. Mira cómo vuelan. Estoy llorando”. Y más adelante: “El pingüino elemental cantando Hare Krishna (…) Yo soy el hombre huevo (…) Yo soy la morsa”. Y qué decir de: “Natillas de materia amarilla, goteando del ojo de un perro muerto”. Puro surrealismo. Si hay mensajes desconcertantes, esta canción los tiene todos. Muchos expertos y estudiosos de los Beatles lo han intentado, pero nadie tiene la mínima idea de qué quiere decir. El propio Lennon dijo que eso es exactamente lo que él quería; contó que al enterarse de que había profes de Literatura que estaban analizando las letras de los Beatles, se propuso escribir una que nadie pudiera comprender. Y lo consiguió; de hecho, le dijo a un comentarista: “Deja que esos gilis traten de resolver esto”. Lo que sí explicó es de dónde sacó algunos versos: se le ocurrieron tras consumir ácido y pensar en el poema de Lewis Carrol ‘La morsa y el carpintero’. Eso es todo lo que se puede aclarar. 

No es más fácil de entender el ‘Purple haze’ (1967) de Jimi Hendrix. Lo primero que dice es “Purple haze all in my brain”, que más o menos equivale a ‘neblina púrpura en mi cerebro’; y luego: “Discúlpame mientras beso el cielo (…) Me tienes alucinando, alucinando; ¿es mañana o es solo el final de los tiempos?”. Los gritos y guitarra de Hendrix enmarañan aún más la cosa, de modo que no se sabe si está feliz o triste, si es de día o de noche, si sube o baja… Y después culpa de su guirigay mental a que una chavala lo ha hechizado. Siempre se dijo que todo era producto de las drogas psicotrópicas, pero él dijo que se quedó dormido leyendo una novela de ciencia ficción (¿cuál sería?), y que cuando se despertó escribió esto; y contó que en el sueño estaba bajo el agua en medio de una ‘neblina púrpura’ (¿?) Y una vez el guitarrista desveló que el tema original tenía muchísimos más versos, y que contaban un “viaje completo por una tierra mítica”… A lo mejor el todo sí tenía sentido. 

Una de las cumbres del rock de todos los tiempos, un tema inimitable e inigualable es el ‘Bohemian Rhapsody’ (1975) de Queen. Todo seguidor de este negocio habrá cantado y voceado mil veces “Scaramouche, Galileo, Figaro” sin importar que la cosa no tiene sentido. Entre deliciosos pianos y guitarras-espectáculo, Freddie habla de un asesinato, de una despedida ‘in articulo mortis’, de personajes y referencias históricas totalmente inconexas: Scaramouche es un personaje cómico del teatro, Galileo es el astrónomo, el fandango es una modalidad del flamenco, Bismillah es ‘en el nombre de Alá’ en árabe, Belzebú es el demonio. Su autor, Freddie, jamás desveló qué es lo que quería decir con todo ese batiburrillo. Su compañero Jim Hutton especuló con que era una forma de manifestar su homosexualidad, una forma enrevesada de explicar “cuán diferente hubiera sido su vida si hubiera podido manifestarse siempre tal cual era”. Y el asesinato del que habla (“le puse una pistola en la cabeza, apreté el gatillo, ahora está muerto”) sería el modo con que Freddie acabaría con su yo heterosexual para, en el resto de la canción, reconciliarse con ese yo hétero desde su homosexualidad… Misterio, enigma, arcano que permanecerá indescifrado para siempre. 

Aparentemente sencillo es el texto del gran éxito de 1973 de Stevie Miller Band ‘The Joker’, que podría traducirse como ‘El guasón’. Parece que habla de un tipo alegre que sólo quiere tocar su música bajo el sol. Pero todo se complica cuando aparecen el ‘vaquero espacial’ y el ‘gángster del amor’, Maurice y el ‘pompatus del amor’, término (‘pompatus’) que se inventó Miller y que podría ser (según los expertos y biógrafos) una mujer fantástica que sólo existe en su cabeza… El autor escurrió el bulto cuando afirmó en una entrevista que ‘pompatus’ es “lo que tú quieres que sea”, y explicó que en cierta ocasión Paul MCartney le dijo que no importaba el sentido de la frase o lo que la letra en su conjunto quisiera contar…, si la canción funcionaba. 

Hay más, claro, como el ‘Starway to heaven’ de Led Zep, cuya intención siempre ha sido enigmática; el propio autor, Robert Plant, declaró; “Dependiendo de qué día sea, todavía interpreto la canción de una u otra manera…, y eso que yo escribí la letra”. 

En realidad, parte del atractivo de esas grandes canciones es su misterio y que nunca se desvele. Además, tampoco importa demasiado. 

CARLOS DEL RIEGO

miércoles, 24 de agosto de 2022

LEÓN 1017, ALFONSO V DE LEÓN PROMULGA LA PRIMERA ORDENANZA MUNICIPAL DE QUE SE TIENE NOTICIA

 


En presencia del Rey don Alfonso y de su mujer doña Elvira reunimonos en León en la Iglesia de Santa María todos los obispos, abades..., así comienza el Fuero de León de 1017

Se cumplen mil cinco años de la promulgación del Fuero de León, un corpus legislativo avanzadísimo para su época que puede ser considerado como el primer estatuto municipal de Europa. Fue decretado por el Rey de León Alfonso V, ‘El noble’. Este tremendo avance legislativo supuso un enorme progreso en cuanto a derechos del ciudadano, a pesar de lo cual es un hecho muy poco conocido incluso por historiadores 

Hace nada menos que un milenio y un lustro, el 30 de julio de 1017, el rey de León Alfonso V ‘El noble’ o ‘El de los buenos Fueros’ (hijo de Bermudo II ‘El gotoso’ y padre de Bermudo III ‘El mozo’) proclamaba el Fuero de León, una nueva legislación para la ciudad y para el reino cuyas avanzadas propuestas fueron luego imitadas en Europa. Con esas ordenanzas León se convertía en la primera ciudad del Medievo Europeo que garantizaba a sus vecinos una serie de derechos que no existían en ninguna otra urbe del viejo continente. Por desgracia, un hecho tan trascendental no sólo no es valorado, sino que, fuera de León, apenas unos pocos especialistas saben de él. 

Para entender mínimamente lo que aquello significó para la capital del principal reino cristiano de la Hispania del año mil hay que intentar situarse en el tiempo. Apenas iniciado el segundo milenio, bien se puede decir que el pensamiento tenía más de tardo-antiguo que altomedieval. Lógicamente, la mentalidad de la época ni siquiera soñaba con los conceptos que presiden la sociedad de hoy (derechos, democracia, igualdad…), por lo que, para comprender y situarse en la época, hay que tener presente esas carencias, del mismo modo que se entienden sus carencias tecnológicas; para hacerse idea de cómo era aquel tiempo hay que pensar que gran parte de la sociedad (excepto intelectuales y eruditos) estaba convencida de que la Tierra era plana, que desde el rey al labrador sabían tanto de higiene como de chino, que estaban idénticamente expuestos a epidemias y enfermedades, que desconocían el tenedor o que de Córdoba a Toledo se tardaban nueve días. León capital tendría en torno a los 5.000 habitantes, una centésima parte de los que tendría Córdoba, y seguro que aunque Almanzor había muerto hacía años, los leoneses temerían que en cualquier momento se presentasen allí los sarracenos, y recordarían perfectamente cómo se las gastaban. La mayoría trabajaría de sol a sol, sufriría todo tipo de necesidades y, la mayor parte del año, pasaría un frío de narices. Padecerían estoicamente todo tipo de dolores y enfermedades sin más remedios que las sangrías, los paños calientes o las pócimas de vaya usted a saber qué. No existían ideas como respeto a los animales, ecología o machismo del mismo modo que no existía la tele. Dios estaba presente en todo de la mañana a la noche, a pesar de lo cual la gente era muy promiscua, el robo y el engaño eran corrientes si se presentaba la oportunidad y la violencia era recurso general. En definitiva, aunque sea difícil, hay que tratar de situarse en aquel sitio en aquel momento para entender. 

En este contexto, un joven Alfonso entendió que había que poner un poco de orden en el reino y en la ciudad, reafirmar su autoridad, protegerse contra los musulmanes, controlar las revueltas aristocráticas, acabar con la sensación de inestabilidad y, en fin, organizar la sociedad. Reunió a los notables (la curia regia) en la antigua catedral en julio de 1017 y promulgó una serie de normas que afectaban a la ciudad y al Reino de León, a su iglesia y su aristocracia. Todas las disposiciones del Fuero de León (48 en total, 28 para la ciudad y 20 para todo el reino) están publicadas en muchas páginas de Internet. Baste destacar algunas disposiciones: Se protege y otorgan beneficios a todos los comerciantes, agricultores, ganaderos, artesanos… de la ciudad y su alfoz; es decir, se apoya la producción local. Se impone el miércoles como día de mercado y se perseguirá al que perturbe su normal desarrollo; o sea, se promueve la actividad económica. Se garantiza la propiedad y la vivienda; derechos hoy normales que hasta entonces dependían del más fuerte. Se establece la inmunidad de la esposa: “ninguna mujer de León sea presa, ni juzgada, ni procesada en ausencia del marido” (esto acababa con la costumbre de llevarse a la mujer cuando el marido deudor no estaba en casa), y también se instituye el derecho de la mujer a heredar, algo que debió ser revolucionario. 

Las normas acordadas para el resto del reino incluyen un primer paso para la separación de Iglesia y Estado, la protección de los vecinos y sus pertenencias, de la mujer y sus bienes dentro del matrimonio, ciertas garantías para el ciudadano si se veía obligado a presentarse ante los tribunales… Una de las leyes de este fuero tenía cierta gracia, es la que dice textualmente: “Si alguno hiriere a otro y éste lo denunciare al sayón del rey, el que causó la herida pague al sayón una cañadilla de vino y compóngase con el herido; y si no lo denunciare al sayón no le pague nada pero compóngase con el herido”. 

También había obligaciones: acudir a la llamada del rey cuando era preciso combatir a los infieles (excepto los recién casados antes de que engendraran), pagar impuestos (esto nunca falta en las legislaciones), y otras leyes referentes a la Iglesia. El texto terminaba con una amenaza: “Quien de nuestro o de extraño linaje intentase quebrantar esta nuestra constitución, quebradas las manos, los pies y la cerviz, sacados los ojos, derramados los intestinos y herido de la lepra, así como de la espada del anatema, padezca las penas de la condenación eterna con el diablo y sus ángeles”. 

Algunos historiadores afirman que aquello fue el germen de lo que luego serían los ayuntamientos, pues otorgaron derechos específicos a sus ciudadanos e incluso a algunos forasteros que, en algunos casos, podrían beneficiarse de esos derechos. Sea como sea, el Fuero de León supuso un enorme avance en cuanto a la protección y los derechos de los leoneses, algo que no existía en ningún otro lugar de la Europa altomedieval; de hecho, muchos códigos y disposiciones legislativas posteriores tomaron el Fuero de León como base. Y andando el tiempo, unos 170 años después, ahí mismo, en León, otro joven rey, Alfonso IX, volvió a reunir a los notables, pero también y por vez primera en la historia, a los representantes de los ciudadanos… 

Sorprende, por tanto, la escasa importancia que se da en España a un hito de tal trascendencia.

 CARLOS DEL RIEGO

domingo, 21 de agosto de 2022

EL OLVIDADO FORMATO DE LOS ELEPÉS DOBLES. ALGUNOS DE LOS MEJORES

 


Portada del 'Electric Ladyland' de Jimi Hendrix Experience' que sustituyó a la censurada en algunos países


La portada  censurada en ciertos lugares que se hizo a espaldas de Hendrix y que él odiaba

En los últimos años sesenta y en los setenta daba gran prestigio publicar un álbum doble, era casi como un rito de iniciación, como el examen para convertirse en estrella del rock. Algunos de los grandes hicieron maravillas con ese formato, aunque otros lo hicieron simplemente porque les parecía ‘necesario’ para hacerse nombre. Hoy el doble elepé ha desaparecido (salvo verdaderas rarezas) porque no se vende, porque la mayor parte sería relleno, porque cabe en un CD o porque no hace falta soporte físico

El doble de espacio garantiza el doble de oferta. Lo difícil es mantener el nivel de calidad. Algunas de las grandes figuras de la historia del rock lanzaron en los años dorados de este género musical discos inolvidables y cargados de personalidad que mostraron artistas desbordantes de talento y creatividad. A veces se aprovechaba el segundo disco para publicar canciones inéditas, rarezas, mezclas curiosas… ¡Y qué decir los exquisitos singles dobles! También solían salir en formato doble tanto los discos en vivo como los recopilatorios, pero esto tenía menos mérito. Y parte del atractivo del doblete de vinilo era la portada, que invariablemente era fácil de reconocer y con extraordinario componente artístico.

 

Se considera el primer doble de la era rock el ‘Blonde on blonde’ de Bob Dylan, editado en 1966. Nada menos que un año le llevó a Dylan dejar la producción como él quería. Lo grabó entre Nueva York y Nashville y rodeado de músicos de su grupo y de estudio. Es el disco más largo de Dylan y entre sus joyas están el ‘Highway 61 revisited’ o el ‘Bringing It all back home’, aunque contiene desde el pop más dulce hasta piezas de más de diez minutos, pasando por inspiradas melodías rock o blues. Uno de sus mejores trabajos. 

En 1968 Jimi Hendrix Experience sorprendió con ‘Electric Ladyland’, su tercer álbum. Para muchos es su propuesta más rica, más innovadora, más brillante, incluso algún periodista dijo que es “una sobrecarga de ideas musicales surgidas de su mente”. Mezcla rock y blues, jazz, soul, funk, e incluso folk, siempre con una naturalidad pasmosa, con una amplísima gana de texturas y matices, con una visión amplia e incluso futurista de la música rock. Disco imprescindible para los que exigen algo más, incluyendo su polémica portada. 

Ese mismo año The Beatles sorprenden con un doble disco sin fotos ni ilustraciones en la portada, la cual era totalmente blanca, y también sin más título que ‘The Beatles’, aunque es conocido como el ‘doble álbum blanco’. Es un disco que nunca deja de sorprender, una obra artística que, por mucho que se haya escuchado, siempre ofrece algo nuevo. Es sabido que cada uno iba con sus canciones y los demás eran como su grupo de acompañamiento; por eso, es un álbum que refleja el estado y la personalidad de los cuatro, sus inquietudes, sus recuerdos… Imprescindible. 

Doble cargadísimo de intención es el increíble ‘Tommy’ de The Who, de 1969. Pete Townshend llamó a este cuarto álbum del grupo ‘ópera rock’, concepto que muchos aprovecharon posteriormente con menos talento y fortuna. Como todo conocedor sabe, Tommy es un chaval que presencia una escena inapropiada, que despierta al sexo y a su nueva ‘visión’ de la realidad (ni ve ni oye), y que descubre que es un fenómeno de las máquinas de pin-ball. Fabulosas e inolvidables canciones, melodías poderosísimas, guitarras acústicas o distorsionados asombrosas, ritmos pletóricos, voces inigualables… Nadie volvió a hacer una ópera rock de esta altura, ni siquiera ellos mismos con el excelente ‘Quadrophenia’. 

El 'Exile on main St.' (1972) de los Rolling Stones tiene una producción que huye del sonido limpio, al contrario, busca el revoltijo, el desorden, la malicia…, que es precisamente el sonido del hartazgo de ser estrella del rock, de las drogas sin control, del cansancio. En todo caso hay, ante todo, blues y rythm & blues al más puro estilo Stone. Uno de sus mejores y más personales trabajos. 

‘Physical Graffiti’ (1975) es el álbum más extenso de Led Zeppelin, y contiene tanto pistas nuevas como descartes de discos anteriores. Tal vez por eso parezca un doble desigual, pero el grupo se las arregla para dar a todo un tono épico que resulta perfecto para el mastodóntico sonido. Dicen que es lo más Zeppelin que han hecho. 

‘The Wall’ (1979) de Pink Floyd es otro doble que nunca olvidaría el amante del rock. Roger Waters, el ideólogo del disco y de casi todos, toma sus recuerdos infantiles como principal inspiración para hacer canciones para el recuerdo; habla de sí mismo como una estrella del rock cargada de problemas, neuras, obsesiones y fuertes emociones. 

No se puede olvidar el fantástico ‘All things must past’ (1970) de George Harrison. En su tercer disco en solitario el ex beatle aprovecha melodías, ideas, conceptos de sus dos últimos años con su grupo, demostrando que su categoría como compositor estaba a la altura de los otros dos. En su primerísima edición era triple (el primero de la historia del rock), con el tercer disco dedicado a improvisaciones. 

‘Sandinista!’, de The Clash (1980) sería, tal vez, el último gran poli-disco, puesto que no es doble, sino triple. Su principal característica es la enorme variedad estilística y de asuntos a tratar, principalmente política y guerra. Es un disco muy completo, con tomas de todo tipo, con pistas alternativas y auto-versiones. El magnífico tema de apertura, ‘The magnificent seven’, está interpretado al estilo hip-hop neoyorquino, pues en aquella época Strummer y compañía estaban fascinados con toda aquella movida. 

En la era dorada del vinilo el doble era siempre algo muy especial. Además, a veces se vendía a precio de Lp normal. 

CARLOS DEL RIEGO

miércoles, 17 de agosto de 2022

LAS ZAPATILLAS MÁGICAS: LA MENTIRA DEL ATLETISMO

 

Con las zapatillas mágicas se han batido récords que se consideraban casi imbatibles, como el de 400 vallas
Las ventajas que proporcionan las mágicas zapatillas van mucho más allá de lo razonable, hasta volverse trampas consentidas

Este año han coincidido los campeonatos del Mundo y de Europa de atletismo a causa de los aplazamientos por covid. El atletismo es el deporte más natural, el deporte en estado puro: correr, saltar y lanzar. En el mundial fue muy sorprendente la cantidad de récords que se conseguían, pero la cosa se explica por las ‘zapatillas mágicas’ que, incomprensiblemente, la federación ha admitido, y que son en esencia lo que se llama ‘dopaje tecnológico’

 

El Mundial de Atletismo, celebrado el pasado julio, fue una sucesión de récords mundiales, europeos y nacionales, además de gran cantidad de mejores marcas del año y personales. Y no sólo se mejoraban registros en finales, sino que se conseguían incluso en las eliminatorias, en las primeras rondas. Los comentaristas (y los periodistas en general) se felicitaban por las excelentes marcas que se estaban logrando, pero ni una sola vez hicieron la menor referencia a las ‘zapatillas mágicas’ que calzaban todos los que batían récords. 

Este calzado deportivo que tanto ha elevado el nivel de los atletas consta, más o menos, de dos capas de espuma activa con aire comprimido entre una y otra; y a ello se añade una placa de fibra de carbono muy flexible. Esa combinación proporciona al atleta un impulso suplementario, puesto que el conjunto se comprime y se expande rápidamente, dando la sensación de empuje, de rebote en cada zancada. Es decir, la zapatilla regala décimas y centímetros, de modo que bien puede hablarse de dopaje tecnológico. Algo parecido sucedió con los bañadores impermeables de los nadadores (los jaked, de poliuretano), hasta que resultó sospechoso que en unos meses se batieran 126 récords del mundo (en el mundial de 2009 cayeron 43) y la federación de natación los prohibió. 

Permitir el uso de este tipo de zapatilla, aunque la federación de atletismo se haga el sueco, es dopaje, trampa, mentira. Es como si a los nadadores se les permiten aletas en los pies y todo el mundo aplaude los grandes registros que logran. Es como si se permite a los estudiantes pasar de curso con media docena de suspensos y las autoridades celebran cómo se ha elevado el nivel educativo (¿será posible que esto ocurra?). Evidentemente, utilizar estas ‘herramientas’ para engordar las estadísticas y batir marcas, y luego felicitarse por ello, es una gran estafa, una burla a la razón, un pueril autoengaño. En fin, las zapatillas mentirosas devuelven un impulso que el corredor no genera. 

¿Y por qué la Federación Internacional de Atletismo permite este modo de dopaje? Pues por la misma razón que la de fútbol (y otras federaciones nacionales) llevó su mundial al desierto, por dinero, por muchísimo dinero. El presidente de la federación de atletismo es el ex atleta inglés Sebastian Coe, que hasta hace unos años era ‘embajador’ de Nike, que curiosamente es la más beneficiada de la homologación de las ‘zapatillas mágicas’ (otras marcas ya se han subido al carro). En realidad, los diversos organismos y federaciones deportivas son verdaderos nidos de corrupción, como ha quedado demostrado tantas veces. 

Habrá quien diga que en otros deportes también se han producido novedades tecnológicas en los materiales; por ejemplo, las raquetas de tenis de hoy son de fibra de carbono, mejores que las de ayer, que eran de madera, igual que los cordajes, cierto, pero las nuevas cuerdas y marcos no otorgan el control o velocidad que el jugador no tuviera ya (eso es cosa de la tensión del cordaje), aunque sí que han beneficiado a los codos de los tenistas.

Por otra parte, si se normaliza el uso de las ‘zapatillas mágicas’, no sólo se volverá cotidiano lo de batir récords, sino que la cosa no quedará ahí, ya que en poco tiempo se presentarán otras zapatillas mucho más mágicas… 

Una cosa es aprovechar la tecnología razonablemente y otra admitir avances que proporcionan registros irreales, marcas que proceden de décimas y centímetros regalados, ya que el atleta sólo los consigue gracias al efecto trampolín que aporta ese calzado. Hasta hace muy poco la consecución de un récord mundial de atletismo era algo extraordinario, muy difícil de ver, mientras que si se sigue consintiendo el dopaje tecnológico será algo ordinario.

 CARLOS DEL RIEGO

domingo, 14 de agosto de 2022

‘GREASE’ TRAJO MALA SUERTE A SUS ACTORES PROTAGONISTAS

 


La mala suerte persiguió a muchos de los protagonistas de 'Grease'

Una de esas películas que siempre atraen público nuevo es ‘Grease’, cuya protagonista Olivia Newton-John acaba de fallecer. Sus canciones y sus bailes, su ambiente juvenil, sus personajes, las pandillas, los coches, el rock & roll… Esta sátira de las películas para adolescentes de la década de 1950 se convirtió, casi desde su estreno (1978), en un icono de los setenta del siglo pasado que jamás pasa de moda. ‘Grease’ fue un éxito total, mundial, pero para los actores que la protagonizaron fue gafe, les trajo muy mala suerte

Hay veces que grandes películas arrastran fama de ser gafe, ‘Grease’ (de la que se vuelve a hablar por la muerte de Olivia Newton-John, aunque nunca deja de verse por la tele) es una de ellas. Esta peli, por lo que ocurrió después, echó una especie de conjuro maléfico sobre los actores protagonistas, los cuales se vieron afectados, desde el estreno, por graves enfermedades, accidentes y muertes, por lo que se tiene a ‘Grease’ por una peli maldita. 

Olivia, ‘Sandy’ en la película, era cantante y actriz, pero desde que protagonizó ‘Grease’ sólo hizo otras dos películas antes de 1992. Y es que ese año fue duro de verdad para la artista australiana nacida en Inglaterra con antepasados judíos alemanes. Ese año el cáncer acabó con su padre y, unas semanas después, también a ella le diagnosticaron un tumor en el pecho, y sólo un día después del dictamen médico le practicaron una mastectomía. Todo parecía ir bien durante unos años, pero El cáncer no se iba. Lo intentó todo, tratamientos y operaciones, pero ella sabía que el desenlace no estaba lejos. Su inolvidable sonrisa (su despedida en la peli, a bordo del coche volador) y su reconocible voz se apagaron el 8 de agosto del presente 2022. 

John Travolta, que tenía 24 años cuando hizo ‘Grease’ (Olivia contaba ya 30), ya era todo un personaje gracias a ‘Fiebre del sábado noche’. Su primer hijo, Jett, padecía diversos problemas de salud desde su nacimiento, en 1992. De niño sufrió la ‘enfermedad de Kawasaki’, un mal que produce la inflamación de los vasos sanguíneos, entre otros síntomas; además, tenía asma y sufría frecuentes convulsiones. A pesar de todo, Travolta lo llevaba con él a todas partes, pues siempre decía que necesitaba tenerlo cerca. Cuando Jett tenía 16 años la familia estaba de vacaciones en las Bahamas; mientras tomaba un baño, una convulsión hizo que el chico se golpeara la cabeza, muriendo casi en el acto. Fue el desenlace más duro para el actor, y para cualquiera. 

El amigo más íntimo de Danny Zuko era Kenickie (a quien Danny sustituye en la carrera de coches) interpretado por Jeff Connway. Tendente al consumo de cocaína y alcohol desde hacía años, Connway sufrió un accidente en el rodaje de ‘Grease’ (en la escena del tuneado del coche, cuando cantan ‘Greased lightning) que le produjo dolor de espalda crónico y a veces paralizante; por ello empezó a consumir también potentes analgésicos. Según cuentan sus amigos y familiares, su trabajo le provocaba invariablemente fortísimos dolores de espalda, que frecuentemente desembocaban en parálisis. Explican también que al principio usaba los medicamentos correctamente, pero que poco a poco iba aumentando las dosis. Hasta cinco veces le operaron la espalda, y se sometió muchas más a rehabilitación; su manager declaró que esta vez estaba haciendo un “esfuerzo sincero para mantenerse limpio y sobrio, y estoy seguro de que sin ese maldito dolor de espalda lo hubiera conseguido”. En 2011 Conway se vio afectado por neumonía y sepsis (respuesta extrema del cuerpo a una infección), agravada por los opiáceos, lo que llevó a los médicos a inducirle un coma. Su situación era tan desesperada que un par de semanas después los familiares le retiraron el soporte vital. Estuvo casado con Rona Newton-John, hermana de Olivia, que murió de cáncer cerebral en 2013. 

Dennis Cleveland Stewart interpretaba al ‘malo’, el jefe de la pandilla de Los Escorpiones, el que tiene la cara picada de viruelas y por eso se llama en la peli Leo ‘Cara de cráter’ (repitió en ‘Grease 2’). En 1993 contrajo el sida, pero como era extremadamente tímido y retraído (a diferencia de su personaje), sólo se lo contó a sus amigos más íntimos, y empezó a relacionarse con su familia y pareja de modo muy cuidadoso, tratando de mantener siempre la distancia.

Murió al año siguiente por alguna de las infinitas complicaciones asociadas al sida. En aquellos años tener sida era como tener cáncer: muerte inminente. 

Su pareja en la peli era la estrepitosa Cha-Cha di Gregorio, Annette Charles, que hizo más teatro que cine y televisión. En 2011 fue ingresada en el hospital aquejada de dificultades respiratorias, y allí le diagnosticaron cáncer de pulmón aunque nunca había fumado. Apenas un mes después Annette Charles, la explosiva Cha Cha, falleció. 

Dinah Manoff interpreta a Marty Parrushino, una de las chicas de la pandilla, la que distrae al presentador del concurso de baile antes de empezar. Su hijo Dashiell Mortell iba también para actor y ya estaba en un grupo de teatro. En 2017 volvía a casa en coche con sus colegas, y seguro que iban deprisa a pesar de que la carretera estaba en malas condiciones por las recientes nevadas. Se había producido un accidente, por lo que el coche que tenían delante aminoró bruscamente, el conductor no pudo frenar a tiempo y chocó violentamente, pero entonces llegó por detrás un camión que tampoco pudo frenar y redujo el coche en el que iba el hijo de la actriz (que quedó debajo del camión) a un revoltijo de hierro y restos humanos; en total se vieron involucrados nueve coches. Dashiell tenía 20 años. 

Sí, la enfermedad, el accidente, las drogas y demás desgracias afectan a casi todo el mundo, pero lo de esta película parece cenizo. 

CARLOS DEL RIEGO

miércoles, 10 de agosto de 2022

LOS ASTURES, EL ÚLTIMO PUEBLO LIBRE DE LA ANTIGUA HISPANIA

 

 

Así podía lucir un guerrero astur


Los astures estaban muy hechos a la violencia (Imagen, Despertaferro)

Fueron los astures, junto a los cántabros, los últimos pueblos de la península que sucumbieron al empuje de las legiones romanas. Astura es como los clásicos llamaron al río Esla, y astures los que habitaban en las riberas y cercanías del Astura. A comienzos del primer milenio antes de Cristo la zona estaría habitada por diversos pueblos íberos, que luego asimilaron gran parte de la cultura celta. Los historiadores clásicos informaban de la existencia y costumbres del pueblo de los astures (al parecer se pronuncia ‘ástures), y se sabe que estaban allí en el VI a. de C.

Suele decirse que los astures fueron el último pueblo libre de la península, ya que desde que fueron derrotados por Roma (19 a. de C.), los habitantes de la vieja Hispania fueron invadidos y ocupados casi sin interrupción durante el siguiente milenio y medio. Aquellos habitantes de la actual provincia de León (desperdigados también por Asturias, Zamora y el este de Galicia) eran un pueblo muy primitivo, con tradiciones, costumbres y creencias arcaicas, sobre todo comparándolo con los pueblos de la ribera mediterránea. 

Eran tribus basadas en estructuras familiares, se asentaban en lugares algo elevados y fáciles de defender (la principal ciudad astur fue Lancia, cerca de León capital). Las mujeres eran las verdaderas propietarias y, por tanto, las que se quedaban con la herencia y decidían las esposas para sus hermanos; además existía la costumbre de la ‘covada’, que consistía en que nada más dar a luz, la mujer se levantaba del lecho y lo cedía al marido para que cuidara él  al recién nacido…, se suele explicar que con ese gesto el hombre se sentía padre legítimo, aunque es imposible saber la verdadera razón. 

Se dedicaban a la agricultura y la ganadería, aunque no tanto como a la guerra y la rapiña; así, cuando la naturaleza no daba lo suficiente (o aunque lo diera) salían a arrebatárselo a otras tribus a sangre y fuego. Y si se veían perdidos, sólo se daban una opción: el suicidio. Debían ser gentes duras como rocas, con sus tradiciones guerreras por encima de todo; por ejemplo, si las cosas iban mal en la batalla, las madres mataban inmediatamente a sus hijos para que no se convirtieran en esclavos (práctica que también se daba en Grecia), y se cuenta que un hombre vio encadenados a su padre y a sus hermanos, los cuales le suplicaban que los matara…, cosa que hizo. También cuentan las fuentes clásicas que, tras la derrota ante Roma, los supervivientes fueron crucificados, pero no por ello dejaron de cantar himnos de guerra. Por otro lado, parece que eran muy hospitalarios y recibían bien al viajero. 

Explican los autores antiguos (Estrabón, Plinio, Diodoro, Trogo Pompeyo, Tito Livio) que su principal fin en la vida era la libertad, por lo que estaban dispuestos a perder la primera antes que la segunda. Podían dormir en el suelo sobre un lecho de pajas o ramas, comer una sola vez al día, beber de cualquier charco o enjuagarse los dientes con orina; al parecer, metían trozos de cerdo en tripas y luego lo secaban y ahumaban (botillo del Bierzo). Se hacían pan de bellota, que era tan duro como su propia existencia, y por eso casi siempre estaban dispuestos a viajar a las llanuras a quitar el grano de trigo a sus habitantes…, después de haber matado y quemado hasta agotarse.

Tenían sus mitos y sus dioses, como Marti Tileno (nombre romano, del que deriva el del Monte Teleno; el original astur era Cossus) o Bodo (nombre cien por cien autóctono), a quienes sacrificaban animales y, claro, prisioneros. Sus sacerdotes (¿druidas?) adivinaban el futuro observando el vuelo de la corneja, el temblor del fuego o los sinuosos movimientos de las culebras. También llevaban a los enfermos a los lugares sagrados, donde curaban o morían; a veces a los niños enfermos los ahumaban (eso valía para todo). Los criminales eran despeñados por un barranco o apedreados hasta la muerte. 

Habitaban en pallozas, construcción que, al parecer, hunde sus raíces en el Neolítico, con muros de pizarra sin ventanas y con cubierta (teito) vegetal. Sus armas eran ligeras y manejables, espada, daga, lanza y hacha, escudo y casco de bronce, honda y falcata ibérica, que era una espada de filo único y forma muy característica (en hoja y enmangue) que tuvo que llegar importada de otras partes de la península. 

Su cultura y civilización desparecieron cuando, finalmente y tras siglos de intentarlo, Roma logró derrotarlos. Para ello el emperador Augusto empleó nada menos que siete legiones: la I y II Augustas, la III Macedonica, la IV Alaudae, la IX Hispanica, la X Gemina y la VI Victrix; junto a ellas, las tropas auxiliares, en total un ejército de unos 70.000 hombres. Unas atacaron hacia el Bierzo y Lugo, otras desde Asúrica Augusta y la ribera del Órbigo hacia el norte, hacia el mar Cantábrico siguiendo las orillas del Esla. Aun así, los romanos sufrieron lo indecible, pues eran maestros en batallas en campo abierto, mientras los astures recurrían a la guerra de guerrillas. Por eso, tras la batalla solían crucificar a todos los supervivientes, en su mayoría heridos y moribundos; a veces ‘sólo’ les cortaban las manos, como cuenta el topónimo Mampodre (macizo montañoso), que viene de ‘manus podare’, o sea, manos cortadas.

Los astures del lado norte de Picos de Europa, al parecer, nunca dejaron de sentirse astures, y de ahí Asturias.

CARLOS DEL RIEGO

domingo, 7 de agosto de 2022

ÉXITOS DE 1962 QUE NUNCA PASAN DE MODA

 


Muchos títulos de 1962 nunca dejan de sonar, como el 'Oye como va' de Tito Puente

Hace sesenta años muchos de los presentes aun no habían llegado, y la música pop y rock apenas emitía sus primeros balbuceos. Todo lo que fue (es)  aquella música era pura novedad, desde las composiciones a los conciertos, pasando por las grabaciones o las ediciones de discos, todo estaba por ‘inventar’. A pesar de ello, el rock de hace seis décadas ya era capaz de dejar títulos para la historia, canciones que, tanto tiempo después, siguen resultando excitantes y llenas de vida 

La música no tenía en 1962 tantos competidores como hoy, apenas el cine, la incipiente televisión o el fútbol, mientras que en la actualidad la música que se consume (sea como sea) tiene que rivalizar con una lista casi infinita de posibilidades de ocio. Tal vez esa sea una de las causas por las que para el año 2082 nadie recordará ni una sola de las canciones de 2022, pero seguro que siguen escuchándose algunas de 1962. Un repaso rápido deja títulos inmortales. 

Sí, Beatles debutaron aquel año y dejaron su iniciático ‘Love me do’. Hoy parece un tema un tanto ingenuo, simple, fácil, pero hay que situarse en su época. Además, el cine, la radio y la televisión la recuperan periódicamente para deleite de ‘beatlemaníacos’ de toda edad y procedencia. 

Elvis producía números uno casi sin parar en aquellos años, puede decirse que hasta que llegaron los anteriores era el rey de las listas. Uno de sus éxitos de aquel año era el ‘Return to sender’, que tiene la tensión sensual y explosiva de aquel Elvis. La pegadiza melodía combina un saxo arrollador y la voz del rey. Escucharla es disfrutar. Pase el tiempo que pase. 

Uno de los títulos que jamás han dejado de obligar al personal a ‘retorcerse y gritar’ es ‘Twist & shout’, que estrenaron los Isley Brothers (es curioso que muchos de los posteriores grandes iconos del rock ‘tiran’ de esta canción una y otra vez) aunque luego la reimpulsaron Beatles. Unos meses antes un grupo poco conocido la había grabado con producción de Phil Spector, pero no gustó a nadie (“la jodiste”, le dijo el autor, Bert Russell), así que se la ofrecieron a los Isley Brothers, cuyo arreglo fue una bomba, un éxito total, tanto que los Beatles copiaron exactamente ese arreglo. 

Otra pieza que enamora a primera escucha, otro gran clásico facturado en 1962 es ‘Tell him’, de The Exciters. Aunque era un cuarteto negro (tres chicas y un chico), la canción tenía mucho más de pop que de soul. Escrita también por Bert Russell, fue grabada por dos artistas diferentes, pero no pasó nada. Entonces, Leiber y Stoller le dieron una vuelta y una nueva producción y se la ofrecieron a este cuarteto de Nueva York. El éxito mundial fue tal que se grabaron numerosas versiones en otros tantos idiomas, español incluido. Seis décadas después mantiene ese encanto de lo que perdura, como demuestran las pelis, los anuncios y las infinitas versiones que han aparecido. 

Ya entonces los Beach Boys probaban a mezclar surf y armonías vocales (y eso que sólo uno, el batería Denis Wilson, practicaba el surf). En esas publicaron el ‘Surfin´ safari’, una canción que señala algunas de las mejores playas californianas para cabalgar las olas y apunta esos juegos de voces que tan evocadores resuenan. Fue un éxito total (número uno en muchos países y no pocas versiones locales) a pesar de lo difícil que era vender en todo el mundo. El hechizo vocal no pierde intensidad. 

El enorme ‘bluesman’ John Lee Hooker publicó el irresistible ‘Boom boom’, que sigue siendo modelo de blues electrizante. Él mismo recordaba de dónde salió ese tema. “Tocábamos en un bar en Detroit donde trabajaba una camarera llamada Luilla. Yo siempre llegaba tarde, muchas veces cuando la banda ya estaba tocando; así, al llegar yo, ella siempre me decía ‘boom, boom, llegas tarde otra vez’. Un día me di cuenta de que ese era un gran título para una canción. Lo estuve pensando y dándole vueltas sin parar, y aquel día me fui a la cama con ‘boom boom’ en la cabeza. Al levantarme al día siguiente ya tenía la idea de la canción”. 

Tremenda es ‘The Loco motion’, un ritmo y una melodía que gusta a la primera. La escribió el siempre brillante dúo Goffin & King. En el 62 Gerry y Carole estaban casados y tenían una hija y una niñera llamada Eva. Un día vieron a Eva bailar con la niña y Carole tuvo la idea de la melodía; Gerry dijo que sonaba como una locomotora y se puso a escribir la letra. Llevaron a Eva al estudio y grabaron una maqueta. Pensaron entregar la canción a alguno de los solistas de moda, pero el productor dijo que le parecía muy bien la voz y estilo de Eva, así que hicieron una grabación con todo lo que entonces había al alcance (en mono, eso sí) y lanzaron el primer disco de Little Eva. “Lo malo es que nos quedamos sin niñera”, dijeron Carole y Gerry. 

También ese año salió el trepidante instrumental ‘Green onions’, de Booker T & The MG´s. Cuentan que el grupo estaba en el estudio esperando al cantante rockabilly Billy Lee Riley, y para entretenerse se pusieron a tocar; al productor le gustó tanto lo que estaban haciendo que decidieron publicar el nuevo tema; pero no tenían cara B, así que Booker T Jones dijo que tenía una melodía al piano, se la mostró con órgano y así apareció ‘Green Onions’. Jones dijo: “Parece muy sencilla de tocar, pero si no estás concentrado…, no es tan simple”. 

Quienes peinen canas recordarán la canción ‘Speedy Gonzalez’ de Pat Boone, que se convirtió en el tema de unos dibujos animados de un ratón mejicano que corría como una bala, Speedy Gonzalez. El ‘laaa, la la la la la’ de ‘Crocodile rock’ de Elton John es calcado al de Speedy Glez. 

Y el gran Tito Puente lanzó su ‘Oye como va’ (aunque había algún precedente), un cálido y cercano ritmo que años después Santana llevó al éxito en medio mundo; desde entonces se han grabado cientos de versiones. Por ello, Puente siempre se sintió muy agradecido a Carlos Santana, ya que a su cuenta corriente llegaban año tras año los derechos de autor. 

¿Quién no ha bailado o tarareado alguna de estas sexagenarias? 

CARLOS DEL RIEGO

miércoles, 3 de agosto de 2022

LA GUERRA POR EL PODER, MILENARIO DEPORTE MUNDIAL QUE ESPAÑA NUNCA DEJA DE PRACTICAR

 

La guerra entre compatriotas, que siempre es por el poder, se viene sucediendo desde hace milenios en todo el mundo.

Muchas veces se ha dicho que la política de partidos enfrenta a la población. Y debe ser así, puesto que es evidente la polarización de la sociedad actual. Desde hace siglos, milenios, la gente se ha dado de palos con sus compatriotas por el poder sobre un territorio (grande o pequeño); ese ha sido el gran objetivo y el principal motivo de la eterna lucha. En todos los países ha ocurrido lo mismo, exactamente lo mismo, incluyendo a España

El deseo de poder debe ser como una droga que lleva a quien la prueba a hacer lo que sea por conseguirla. El ansia de mandar sobre un espacio y unas gentes han sido la causa de infinidad de conflictos en todo el mundo a lo largo de los siglos. La vieja Hispania ha sido escenario de gresca interna desde hace milenios, pero no más que el resto de naciones y territorios del planeta. 

La biografía de España muestra que gran parte de sus naturales no han dejado de darse mamporros entre ellos desde la Edad de Piedra, como revelan las pinturas prehistóricas del arco mediterráneo español. Más adelante, en época de romanos, luego godos y bárbaros, la cosa continuó a la gresca. Y en esas llegan los musulmanes a sangre y fuego, y mientras los reinos cristianos los combaten, nunca dejan de cruzar sus espadas entre ellos. En el siglo XIV un hermanastro mató a otro para quedarse la corona, y algo parecido ocurrió en el siglo siguiente. En la conquista de América los españoles estuvieron zurrándose, conspirando y matándose entre ellos continuamente; durante la peripecia de Hernán Cortés se produjeron varias sublevaciones y enfrentamientos, alguno de los cuales es muy elocuente: Cortés envió a Cristóbal de Olid, uno de sus capitanes, a explorar y poblar una zona, pero al poco éste se levantó contra el conquistador y se adjudicó las nuevas tierras, así que el conquistador de México mandó a otro de sus lugartenientes para sofocar la rebelión, pero al llegar la expedición de castigo no encontró al díscolo, pues éste, a su vez, había ido a sofocar otra revuelta, otro alzamiento protagonizado por uno de sus segundos… Francisco Pizarro hubo de luchar contra sus compatriotas tanto como contra los incas; Almagro y sus partidarios pelearon contra los Pizarro varias veces, hasta que Francisco lo derrotó y lo ejecutó…, cosa que los almagristas vengaron presentándose en casa del conquistador de Perú y metiéndole veinte estocadas entre pecho y espalda. Todo por el poder. 

Cuando los españoles salen de América, las nuevas repúblicas apenas pasan un año sin conflictos civiles. Dictaduras, revoluciones, atentados, guerrillas, corrupción infinita, sublevaciones militares, nuevas dictaduras, matanzas entre paisanos, más revoluciones…, tal ha sido la historia de Iberoamérica en los últimos dos siglos. Conquistar el mando es el único objetivo. 

En la metrópoli la cosa no era distinta. La Guerra de las Comunidades (lo de los comuneros de Castilla) tuvo un origen económico, aunque también fue un intento de las aristocracias urbanas por mantener privilegios y poderes medievales. La Guerra de Sucesión enfrentó a dos pretendientes a la corona española, lo que llevó a sangrientas batallas entre españoles (ayudados por franceses, ingleses, holandeses…). Los ‘pronunciamientos’ masónicos contra Fernando VII, las Guerras Carlistas, los levantamientos de la Primera República (se proclamaron independientes los cantones de Almería, Sevilla, Salamanca, Cartagena)…, el caso era acceder al poder fuera como fuera y aunque fuera sobre un territorio mínimo.  La Segunda República y la Guerra Civil reavivan la lucha entre españoles. Y todo esto fijándose sólo en lo que tiene mayor relieve histórico, o sea, sin detenerse en los infinitos motines, sargentadas, cuarteladas, motines, pronunciamientos y sublevaciones de toda clase que siempre tuvieron el mando (mucho o poco) como objetivo. 

Pero no hay que pensar que esto es cosa de exclusiva de españoles. En absoluto. La guerra a muerte entre compatriotas se viene produciendo en todos los países del mundo, sin excepción, desde que se tiene noticia. Por ejemplo Francia; tras los romanos, los galos, merovingios, francos, germánicos y otros pueblos se matan entre sí en pos del poder, de la jefatura, de la corona; luego están las crudelísimas guerras de religión o la Revolución Francesa (que fue una lucha fratricida), lo de Napoleón, la comuna de París, la guerra entre franceses que hubo durante la primera y la segunda guerras mundiales. En Inglaterra se vienen atizando entre ellos desde los tiempos de los normandos y los sajones, igual que entre ingleses, irlandeses, escoceses…; el gordinflas de Enrique VIII no se conformó con decapitar esposas (bueno, ‘sólo’ dos) sino que se divirtió matando a todo inglés que le llevara la contraria; la toma del poder por parte del puritano Oliver Cromwel (que prohibió la risa, el teatro, la música) produjo masacres de ingleses, irlandeses, escoceses…, y católicos fueran lo que fueran, incluso decapitaron al rey Carlos I; más recientemente, los ingleses nunca han dejado de aplastar irlandeses (precisamente el 3 de agosto de 1916 ahorcaron al héroe nacionalista Roger Casement), y la lucha sangrienta entre irlandeses e ingleses (todos hijos de la Gran Bretaña) no ha cesado hasta hace unos pocos años. Estados Unidos, a pesar de que apenas tiene dos siglos y medio de vida, ya ha visto una sanguinaria guerra civil, por no hablar de la lucha entre estadounidenses blancos, negros e indios que parece no tener fin. 

La historia de los países africanos o asiáticos es la historia de la guerra interna de cada uno de ellos. Las matanzas de chinos a manos de chinos han producido millones y millones de muertos, igual que las de los pueblos africanos desde que allí sólo había tribus… 

La lucha fratricida es una constante en todo el mundo desde que se ‘inventó’ el poder, la jerarquía, el dominio. Hoy el deseo irreprimible por mandar utiliza otras armas, otras herramientas tal vez menos sangrientas (al menos en occidente, pues en otras partes sigue en vigor el palo), pero el combate por el poder continúa produciendo enfrentamientos, conflictos y hostilidad entre paisanos. Alguien dijo que la política de partidos mata la democracia y perjudica al país; y es así porque los partidos trabajan para sí, para su propio beneficio, como empresas, y sólo tienen un objetivo: el poder, el mando, y eso siempre provoca enemistad, discordia y, claro, violencia. 

CARLOS DEL RIEGO