Perfecta imagen de la situación, los gobernantes muy cómodos varios metros sobre el suelo sin hacer nada por los ciudadanos que se hunden
Así es, todos los
gobiernos de todos los países del mundo (con alguna excepción), de cualquier
ideología o partido han gestionado con enorme negligencia la pandemia y, por
tanto, son culpables de las escalofriantes cifras de muertos y damnificados. Y
ello es así porque una de las principales obligaciones de todo gobernante es
velar por la salud pública, y es evidente que no han cumplido con su obligación
Puede parecer
exagerado o injusto, pero lo cierto es que las cantidades de fallecidos por el
virus que se dan como oficiales (que seguramente serán falsas) demuestran que
los políticos y partidos gobernantes han actuado con desidia e incompetencia
hasta que ya era tarde, incluso algunos siguen así. El gobernante tiene el
deber ineludible de proporcionar a la población seguridad, enseñanza…, y por
encima de todo velar por la salud y procurar el bienestar de los ciudadanos.
Cobran por esa responsabilidad, pero no han cumplido (hay excepciones, claro,
como en Nueva Zelanda).
¿Y por qué no han
atendido a una prioridad tan evidente como la amenaza de una pandemia de estas
características? La respuesta está clara, porque están en su mundo, en el de la
política, el cual está a varios años luz de la realidad, muy lejos de la calle,
del ciudadano y sus problemas. Los gobiernos los integran políticos vitalicios
cuya única preocupación es hacer política, lo cual quiere decir que todo
hubiera sido igual (o muy parecido) en caso de que la pandemia hubiera pillado
a otros partidos en el poder, todos hubieran actuado más o menos igual porque,
en realidad, todos los políticos se ven inevitablemente impulsados a hacer lo
mismo: política, su único objetivo. Es decir, lo que les preocupa es mantener o
conquistar el poder, maniobrar ante la opinión pública, pensar estrategias para
las próximas elecciones, encargar costosísimas campañas de autobombo y de
propaganda para tapar vergüenzas propias y destacar las del rival, colocar a
gente de confianza en los puestos más apetecibles y de poder para tener cuanto
más control mejor…A esto estaban cuando se conocieron los primeros casos y a
ello están muchos gobiernos en la actualidad.
Tal han perpetrado
todos los políticos que componen todos los gobiernos de todo el mundo. A finales
de 2019 los medios de comunicación ya hablaban de la extraña epidemia que se
había desatado en una provincia china. Desde ese momento la noticia empezó a
ocupar más y más espacio en prensa y redes. A comienzos de 2020 los organismos
internacionales avisaron de lo que se venía encima: la OMS, la Unión Europea,
la ONU… lanzaban alarmas muy preocupantes que, incomprensiblemente, los
gobiernos ignoraron, relegándolas para dedicar tiempo, esfuerzo y dinero a lo
suyo, a la política. Las consecuencias son los millones de muertos y las
economías destrozadas.
Y todos los gobiernos
actuaron igual, y algunos peor, pues tampoco hay que olvidar que hubo
presidentes y ministros que negaron la gravedad del virus, lo cual seguro que
indujo a muchos ciudadanos a ‘pasar de todo’, con los resultados por todos
conocidos. Y en no pocos casos han tratado de desviar la atención con
propuestas innecesarias y tremendamente inoportunas; como ese alcalde de una
capital del noroeste que mandó, en pleno confinamiento, pintar calzadas y
aceras de una calle…, sería como si el capitán del Titanic ordenara, tras
chocar con el iceberg, pintar las habitaciones. Delirante, típico de quien vive
lejos de la realidad.
Si los políticos que
componen los gobiernos hubieran cumplido su obligación habrían actuado desde el
primer momento, desde las primeras evidencias, con lo cual las cifras de
muertos hubieran sido mucho menores. E igualmente, si los gobernantes fueran los gerentes de
empresas privadas, sin duda serían acusados de negligencia criminal. Pero son
políticos profesionales y vitalicios.
CARLOS DEL RIEGO
Enhorabuena por tu blog. Qué bien lo describes. Es lo más triste de todo que si hubieran arrimado el hombro unos y otros y menos comparecencias vergonzantes donde no resolvían nada salvo su penosa autopropaganda y haber puesto el asunto en manos de los que sí sabían lo que hacer y no se les escuchaba hasta que ya fue demasiado tarde. Nuestro destino está en manos de incompetentes y lo han demostrado una vez más.
ResponderEliminarEs delirante, una emergencia sanitaria ha sido gestionada por políticos..., y en todo el mundo. Y dirán que tienen expertos. En fin.
EliminarMuchas gracias