Seguro que nadie puede decir qué aviones perpetraron este bombardeo. Y es que los hechos de hace 80 años han de ser cosa de historiadores y no de jueces. |
Pues sí, al parecer no tienen nada mejor que hacer. Según el
juzgado y el juez de Barcelona, no hay ninguna causa que investigar, juzgar y
solucionar, no hay ninguna persona a la que resolver su problema y, por eso,
hay que dedicar recursos humanos y materiales en buscar culpables centenarios.
Según dice la noticia, la Audiencia de Barcelona obligará a la investigación y
esclarecimiento de los hechos ocurridos entre 1937 y 1939…, lo que
evidentemente es un brindis al sol, una acción vana, un gasto de tiempo que
podían dedicar a agilizar los muchos procesos que tienen empantanados desde
hace años y que, evidentemente, deberían tener preferencia. ¿Acaso no hay ningún
crimen más reciente que investigar?
Una vez en marcha el proceso ¿a quién van a acusar?, ¿a
Italia para que pida perdón?, ¿es que existe en el mundo alguna nación, ciudad
o territorio, partido o ideología política, ejército o estado que no sea responsable
de todo tipo de crímenes en su pasado más o menos remoto? Según explica la
nota, se intentará averiguar si alguno de los pilotos que arrojaron las bombas
sigue vivo, en cuyo caso se pedirá su extradición, pero claro, si tenía 25 años
en 1937 (cuando se produjeron los primeros bombardeos) ahora tendrá 100, lo que
impide toda acción contra él. El comunicado también habla de acusar a Italia de
una acción ilegal de una potencia con la que no se estaba en guerra, y también de
que no respetó tratados y convenciones; hay que recordar que en España hubo
presencia militar de otros países (Alemania, Unión Soviética), y eso de que fue
un acto que no contempló los documentos y convenios internacionales al
respecto…, que se mencione una guerra en la que uno de los bandos (no ya los
dos) respeta la Convención de La Haya, Ginebra o similares, que se señale una
guerra tan civilizada que las matanzas se producen siguiendo escrupulosamente
la normativa. No, nada de eso existe ni existirá, pues desgraciadamente la
guerra es muerte indiscriminada, brutal, ciega, y ningún ejército se ha
arriesgado ni se arriesgará jamás a perder guerra, batalla o escaramuza por
contemplar la normativa internacional sobre las contiendas armadas; y si algún
jefe militar incumple sus órdenes por aquel motivo será acusado, al menos, de
alta traición, lo que en tiempo de guerra significa el paredón.
Por otro lado, los pilotos que arrojaron las bombas (que son
los ahora buscados) cumplían órdenes, o sea, si se hubieran negado hubieran
sido ellos los ejecutados; en todo caso habría que buscar y juzgar a quien dio
aquella orden, del mismo modo que se juzga a quien ordena el fusilamiento y no
a los integrantes del pelotón, pues si estos rehúsan disparar pasarán
directamente al paredón a acompañar a los reos.
Este tipo de iniciativas muestra un trasfondo político más
que evidente, puesto que los bombardeos sobre ciudades durante la guerra
española los perpetraron los dos bandos; los ataques ejecutados por los
nacionales son de sobra conocidos (Guernica, Barcelona, Madrid, Durango…), pero
no así los cometidos por los aviones republicanos (Córdoba, Zaragoza, Cabra,
Valladolid, Cáceres…), de modo que no tienen sus víctimas la misma
consideración que las que cayeron bajo las bombas franquistas.
Nadie niega la barbarie cometida por esos aviadores italianos
y por, en general, todos los que tomaron parte activa en la guerra, pero sí que
sería bueno que la empatía fuera idéntica para con todos los inocentes muertos,
estuvieran donde estuvieran.
En todo caso, ¿merece la pena poner en marcha un sistema tan
costoso (jueces, funcionarios, policías, abogados, fiscales…) para conseguir
una simple declaración?, ¿no sería mejor prestar atención a todo lo que ocurre
actualmente? Los jueces (al menos muchos de ellos) protestan por el atasco que
tienen, y sin embargo gastan tiempo, personal y dinero en revisar hechos
ocurridos hace casi 80 años (cosa que debe dejarse al historiador, no al
político ni al juez). Y con todo ello ¿qué se va a conseguir?, nada o algo
rayano en la nada, por lo que habría que exigir a esos empleados públicos la
responsabilidad de haber despilfarrado dinero del contribuyente en nada a
sabiendas de que nada se iba a obtener.
CARLOS DEL RIEGO
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