Sebastián Rodríguez mató cobardemente a Rafael Padura, y ahora, sin arrepentirse, recibe premios y medallas y acude a los paralímpicos representando a España |
Este hombre, Rafael Padura, fue vilmente asesinado por el grapo Sebastián Rodríguez,que ahora defiende la bandera de España en los paralímpicos. |
Este auténtico hipócrita se llama Sebastián ‘Chano’
Rodríguez y en el año 1984, formando parte de un comando del Grapo, asesinó de
un tiro en la nuca al empresario sevillano de 37 años Rafael Padura, que dejó
mujer y dos hijos de 12 y 9 años. Por este y otros delitos fue condenado a más
de 100 años, pero como este fanático despreciable hizo huelga de hambre durante
más de un año, quedó parapléjico, con lo que la dudosa justicia española tuvo a bien premiarle el asesinato y
la extorsión dejándolo en libertad tras cumplir la décima parte (desgraciadamente,
casos como éste en el que los legisladores y los jueces muestran una
incomprensible comprensión y empatía con abyectos e irredentos criminales, son
casi cotidianos). Hay que especificar que la huelga pretendía el reagrupamiento
de los presos del Grapo, los cuales, posteriormente, asesinaron al médico que
los atendió y curó. Estas son las credenciales de este despreciable criminal.
Luego empezó a manchar con su ignominiosa presencia canchas
deportivas, logrando muchos éxitos en distintas ediciones de los paralímpicos
(¿pensaría en algún momento pegar un tiro en la nuca a sus más directos
rivales?), por lo que incomprensiblemente recibió muchas distinciones en Vigo y
otros lugares; algunos lo califican como ilustre y ejemplar e incluso el Consejo
Superior de Deportes le dio una medalla (¿alguien recuerda la película ‘El
hombre que mató a Liberty Valance’, cuando hay quien habla de éste como
“ciudadano ejemplar”?).
Pero a su alrededor hay más hechos y situaciones que
producen vergüenza y asco hacia los legisladores y toda la maquinaria judicial.
Hace unos años el gobierno le indultó definitivamente, cosa que trató de
aprovechar este brutal asesino para entrar en política; incluso los partidos y
el ayuntamiento de Vigo pidieron el oro y el moro para el matón, pero no se
recuerda que pidieran nada para las víctimas del pistolero.
Dice ahora el espécimen que “he dejado mi vida cuatro años
para rebajar centésimas”, así que habría que preguntarle si ha mejorado sus
marcas con la vida que le arrebató a Rafael Padura También afirma que su mérito
es su “afán por seguir entrenándome”, así que estaría bien saber su opinión
sobre si cree que aquel asesinato también fue un mérito y si no tiene afán de
repetirlo. En su momento afirmó que pedía perdón a la familia, pero no hay más
que ver cómo lo hizo para persuadirse de que lo hace mintiendo y para quedar
bien, por pura conveniencia, de un modo insincero e hipócrita, pues si lo
dijera de verdad, convencido y verdaderamente pesaroso por sus crímenes,
confesaría si fue él o no quien apretó el gatillo, así como otros detalles de
aquel y otros crímenes que cometió o que facilitó o que conoció o en los que
participó, pormenores que sólo él conoce; pero no, al no sincerarse totalmente,
al no contar toda la verdad, demuestra lo falso de sus palabras y la gran
hipocresía que reina en su mentalidad. Siguiendo todas sus declaraciones queda
patente que este desalmado se ha instalado en una cómoda y cínica ambigüedad.
No hay en este abyecto personaje ni arrepentimiento ni demanda sincera de
perdón, puesto que sigue escondiendo sus actos; o sea, en realidad, el
terrorista sigue ahí, oculto como los datos que no quiere decir, y hasta que no
lo cuente todo y expulse así la maldad que lo invade desde que mató, no se
habrá enfrentado verdaderamente al terrorista y, por tanto, éste no estará
verdaderamente derrotado y seguirá formando parte de él. Sólo cuando hable y
haga frente a sí mismo y su pasado podrá liberarse y podrá ser sincero su
arrepentimiento y admitida su demanda de perdón. Además, tampoco ha declarado
que aquello fue una barbaridad, que jamás volvería a hacerlo, que entonces era
un fanático cegado por el odio…, simplemente se justifica diciendo que no se
puede cambiar el pasado. De momento es evidente que volvería a disparar, pues
en el fondo de su ser sigue habitando aquella maldad.
Incomprensible es que semejante individuo, todo un asesino,
esté representado a España en los Juegos Paralímpicos. El comité español
muestra su total falta de vergüenza y su desprecio hacia las víctimas y sus
familiares que, seguro, estarán encantados con los éxitos de este pistolero
fanático y fascista que vende tranquilamente cupones de la Once, como si su
discapacidad se debiera a enfermedad o accidente y no al intento de chantaje de
un fanático.
Asombrosamente, no se permite competir en los juegos a los deportistas
que se dopan, pero sí a los terroristas que asesinan. ¿Qué pasaría si alguno de
los asesinos de la banda Septiembre Negro que mató a los deportistas israelíes
en Munich 72 estuviera participando en estos paralímpicos?
CARLOS DEL RIEGO