martes, 23 de abril de 2024

LOS DISCOS MÁS CAROS Y MÁS BARATOS QUE LOGRARON GRAN ÉXITO

 


 El  primero de los Beatles sólo costó 400 libras y se hizo en unas pocas horas

Aunque hoy día se puede publicar un disco con un mínimo coste si se hace todo de modo artesanal, con ordenadores y toda la tecnología imaginable, la realidad es que los grandes discos siempre se han hecho contando con los mejores profesionales, estudios y herramientas. De todas formas, algunos de los discos históricos y con más éxito se han lanzado con muy escaso gasto, aunque también están los que han requerido fuertes inversiones

 

Un gran disco, un enorme éxito a escala internacional no tiene por qué precisar ingentes cantidades de dinero. De hecho, es mucho más importante el talento, la brillantez de las canciones, las ideas frescas, el ingenio…; grandes álbumes se publicaron tras gasto escueto, y por el contrario otros han salido después de invertir en todas las herramientas que la pasta proporciona. A la hora de vender y escucharse, a la hora de tener el favor del gran público no se mira cuánto costó ponerlo en el mercado. Los hay muy caros y muy baratos.

 

Uno de los discos más celebrados de la historia del siglo XX es, sin duda, ‘A night at the opera’ de Queen. Freddie Mercury pensó que había llegado la hora de hacer algo a lo grande o mejor quedarse en casa. Con esta idea, en 1975, el cuarteto se embarcó en un proyecto atrevidísimo, lo que significaba mucho dinero, concretamente 40.000 libras esterlinas, el equivalente a unos 450.000 euros de 2024. May recordaba: “Estábamos muy cerca de la bancarrota (no éramos buenos en los negocios), por lo que comentamos que si no teníamos éxito íbamos a estar endeudados. Pero fue un gran éxito, el disco de nuestra vida”.

 

Podría pensarse que el sonido de AC DC es simple, como a piñón fijo, y barato. Pero no es así. Brian Johnson (sustituto de Bon Scott) comentaba hace unos años: "Estábamos muy seguros después del éxito de ‘Back in black’, y confiábamos en que la buena suerte continuara; pero para eso había que firmar muchos cheques”. Y los firmaron. En total soltaron algo más de un millón de dólares, cerca de cuatro millones de hoy. Y la inversión fructificó, pues el ‘For those about to rock (we salute you)’ de 1981vendió millones.

 

Los Beach Boys siempre han tirado la casa por la ventana a la hora de grabar. El gran clásico ‘Pet sounds’ (1966) les llevó una cifra exagerada, 70.000 dólares, cuando lo normal era que un disco bien financiado no costase más de quince de los grandes; esos setenta mil son hoy casi 700.000. Más tarde, en 1988, Brian Wilson, líder de los Boys, publicó un disco homónimo que le costó más de un millón de pavos, cifra que actualizada se convierte en 2.5 millones; perfeccionista obsesivo, grabó y mezcló el Lp en una docena de estudios. 

 

Otro disco de la época y de parecida o superior altura artística es el ‘Sgt. Pepper´s’ de Los Beatles, para el que se gastaron 25.000 libras, cifra exorbitada en su tiempo y que hoy equivale a más de medio millón de dólares. De todos modos, vale cada céntimo gastado.

 

El ‘Sargento Pepper’ costó mucho, sí, y mucho más de lo que les costó a los Beatles su primer Lp, ‘Please, please me’, editado cuatro años antes. De hecho, es uno de los discos más baratos de la historia de los discos multimillonarios en ventas. Sólo costó 400 libras (7.000 dólares hoy). Georges Martin desveló que “en Parlophone no había mucho dinero", de modo que se dieron prisa: toda la grabación estaba terminada en menos de 10 horas.

 

Era 1970 y un nuevo grupo debutaba en disco, Black Sabbath’, para lo cual la disquera les había entregado 1.000 libras; cien para cada integrante de la banda: “Me sentí millonario”, dijo Ozzy Osbourne al recordarlo, y añadió que “gasté parte en comprar unos zapatos, porque entonces no tenía ni para calzado”; de modo que para pagar el disco sólo quedaron 600 libras. Realmente aprovecharon la pasta, pues el disco salió con ese presupuesto.

 

El primer Lp de Bob Dylan vio la luz en 1962 (con propias, tradicionales y versiones) tras un proceso rapidísimo: Dylan conoció al productor Jhon Hammond en septiembre del 1961, firmó con Columbia Records el mes siguiente, y otro mes más tarde, los días 22 y 23 de noviembre, grabó todo el disco en apenas seis horas, tres cada día; y en marzo del 62 estaba en la calle. Los costos del disco ‘ascendieron’ a 402 dólares.

 

Elvis Costello grabó su primer Lp ‘My aim is true’ en 1977, cuando aun trabajaba como informático en una empresa de cosméticos. Pero para entonces él sólo pensaba en la música, de modo que muchos días le decía al jefe que estaba enfermo y no podía ir a trabajar, aunque lo que hacía era componer, ensayar y grabar. “Todo el disco lo grabamos, produjimos y mezclamos en sólo seis sesiones de cuatro horas cada una”, explicó Costello. En total algo menos de mil libras (unas cinco mil de la actualidad).

 

También fue rápido y barato el primero de Ramones. En apenas una semana de estudio y unos seis mil dólares de inversión, su primer Lp (1976) estaba listo para fábrica. Incluso la sesión de fotos de la que salió la de la portada sólo costó 125 dólares.  

 

Evidentemente se pueden hacer discos históricos con un gran presupuesto o con una mínima inversión, porque al final, mucha o poca pasta no influye en la calidad y repercusión de la música.

 

CARLOS DEL RIEGO

 

miércoles, 17 de abril de 2024

LA SUERTE DISPAR DE LOS HIJOS MESTIZOS DE LOS CONQUISTADORES FRANCISCO PIZARRO Y DIEGO DE ALMAGRO

 


Doña Francisca Pizarro Yupanqui, hija de Francisco y sobrina de Atahualpa, en una estatua en Trujillo

No fueron pocos los capitanes que adquirieron fama en la conquista de América y se casaron con mujeres nativas; sus hijos mestizos adquirieron renombre y la Historia los recuerda. Como es lógico, los soldados imitaron a sus jefes. La conquista de Perú la idearon Francisco Pizarro y Diego de Almagro (junto al clérigo Hernando de Luque), cuyos hijos mestizos corrieron suerte muy dispar

 

Pizarro y Almagro se asociaron para conseguir todo lo necesario para explorar y conquistar el Imperio Inca (el Birú, Perú). Pero por causas diversas (poder y cargos sobre todo) terminaron siendo enemigos mortales. Así, se formaron dos bandos, pizarristas y almagristas. Los primeros detuvieron y ejecutaron a Almagro; el hijo de éste, Diego Almagro ‘el mozo’, junto a unos cuantos almagristas, se vengó irrumpiendo en casa de Pizarro en Lima y lo cosieron a estocadas y puñaladas; Almagro ‘el mozo’ fue nombrado gobernador y al poco detenido, juzgado y ejecutado…

 

El conquistador Diego de Almagro se casó con una india de Panamá bautizada como Ana Martínez, de cuya unión nació en 1522 el mestizo Diego Almagro ‘el mozo’. No tendría ni quince años cuando se unió a su padre en Perú y, no mucho después, se metió de lleno en las guerras fratricidas entre su padre y Francisco Pizarro. Tomó parte en diversos combates y batallas con los indios y, al ser ejecutado su padre, decidió ir contra Pizarro; en 1541 entró en su casa y, junto a otros conspiradores, dieron muerte al conquistador de Perú. Entonces, Almagro ‘el mozo’ fue proclamado gobernador de Lima (tenía veinte años), con el apoyo de los enemigos de Francisco Pizarro (que no eran pocos) y alegando ser el sucesor legítimo de su padre Almagro ‘el viejo’. Sin embargo, los pizarristas y el ejército imperial lo derrotaron en la batalla de Chupas, en la que el joven Almagro se batió valientemente. Fue juzgado, condenado y ejecutado por el mismo método (estrangulamiento en el poste y posterior decapitación) y por el mismo verdugo que su padre. Apenas dos décadas vivió Diego Almagro ‘el mozo’, pero es oportuno subrayar que siendo mestizo alcanzó el cargo de gobernador, algo sólo posible en un imperio, el español.

 

Francisco Pizarro se casó con la hermana de Atahualpa, Inés Huaylas Yupanqui (Quispe Sisa antes de bautizarse), con la que tuvo dos hijos, Francisca Pizarro Huaylas Yupanqui, y Gonzalo, que murió muy joven (ambos reconocidos como legítimos por el emperador Carlos). Francisca no tenía ni siete años cuando, en 1541, su padre Francisco fue asesinado; al parecer Francisca y Gonzalo estaban en la casa, pero poco antes de la llegada de los asesinos la cuñada de Francisco Pizarro, Inés Muñoz, logró sacarlos y esconderlos. Aquella noche pudo ser la última de la mestiza Francisca, pero la suerte estuvo de su parte. Años después recibió la herencia de su padre, lo que la convirtió en una de las personas más ricas de Perú. Su gran fortuna y el hecho de ser una princesa inca debió convertirla en un gran partido para los no pocos aventureros que podían imaginar casarse con ella y proclamarse rey de un reino independiente…, o al menos así debió pensarlo alguien en España, puesto que la invitaron a venirse a la metrópoli. Llegó a Sevilla y luego a Trujillo, la tierra de su padre, donde fue acogida con todo el cariño con que se acoge a un familiar querido al que hace años que no se ve.              

 

Cuando tenía 18 años, Francisca se casó con su medio tío Hernando Pizarro, que ya tenía 46; tuvieron cinco hijos, alguno de los cuales ‘casó muy bien’. Al morir Hernando hacia 1580, la ya rica mestiza recibió otra cuantiosa herencia. Tenía entonces 46 años y, pasando por encima de las ideas de la época, se casó con el marqués de Puñonrostro, Pedro Arias Portocarrero, mucho más joven que ella. Vivió como una gran señora, patrocinó grandes construcciones en Trujillo, se trasladó a Madrid y se convirtió en una asidua de la corte de Felipe II. Murió en Trujillo en1598 a los 63 años. 

 

Trayectorias vitales totalmente contrapuestas tuvieron los hijos mestizos de dos conquistadores que ya están en la Historia. Almagro ‘el mozo’ fue la cruz, Francisca Pizarro Yupanqui la cara. Pero ambos vivieron como cualquier español de la época, sin que su condición mestiza les supusiera el mínimo menoscabo o prejuicio.

 

CARLOS DEL RIEGO

 

lunes, 8 de abril de 2024

LAS GRANDES ESTRELLAS DEL ROCK QUE SUFRIERON LA MAYOR TRAGEDIA: LA PÉRDIDA DE HIJOS


Cuatro años tenía Conor, hijo de Eric Clapton, cuando murió al caer desde el piso 53

 

Aunque bajo los focos puedan parecer otra cosa, es evidente que las estrellas del rock son idénticas al común de los mortales y, por mucho dinero que tengan, sufren las mismas enfermedades, accidentes y desgracias. De hecho, algunos han tenido que superar la más insuperable de las tragedias: la muerte de un hijo. El hecho de tener que enterrar a la propia descendencia, dicen los que han pasado por ello, es lo peor, lo que nunca se olvida ni se supera. Algunos de los más importantes de la historia de rock lo saben bien

 

Cuando una persona pierde a su cónyuge se queda viuda, y huérfana cuando mueren sus padres, pero no hay palabra que defina cómo se quedan los papis cuando pierden hijos. Grandes nombres del universo rock han tenido que pasar por tan trágico episodio y, seguro, con el mismo pesar, amargura e incluso sentimiento de culpa que cualquiera.

 

Bob Geldof será siempre recordado por los conciertos benéficos que organizó en los años ochenta del siglo pasado, y también por ser el autor de la inquietante e irresistible ‘I don´t like mondays’. Pero los focos y las cámaras no lo libraron de las tragedias familiares. En el año 2000 su ya ex mujer (lo fue de 1986 al 96), Paula Yates (famosa presentadora de tv), fue encontrada muerta por sobredosis de heroína. Paula y Bob tuvieron tres hijas, más otra que Paula había tenido tuvo con Michael Hutchence, cantante de INXS, quien se había suicidado tres años antes. Una de las hijas de Paula y Bob, Peaches, inició una carrera como modelo aun siendo adolescente; pero en 2014, con 25 años, fue encontrada muerta igual que su madre, por sobredosis de heroína, dejando dos nietos a un desconsolado Bob Geldof.

 

Considerado uno de los mejores guitarristas de la historia de este negocio, Eric Clapton sufrió el insoportable golpe de la muerte de su hijo Conor. Éste vivía en Nueva York con su madre, Lory del Santo (su ‘novia’ del 85 al 89 mientras aun estaba casado con Pattie Boyd). Eric había ido a verlo y pasar unos días con Conor, que tenía cuatro años. Según el informe oficial, una de las señoras de la limpieza del piso de del Santo abrió una ventana cuando, de repente, Conor entró corriendo alocadamente (como hacen los niños de esa edad) y se precipitó por esa ventana del piso 53. El guitarrista, como es lógico, quedó devastado, aunque no recayó en sus múltiples adicciones. Las terapias y el trabajo como compositor, como músico, le ayudaron a vivir con esa pérdida. Como todos los aficionados a esto saben, Clapton le escribió a su niño muerto la emocionantísima ‘Tears in heaven’, cuyo primer verso dice “¿Te acordarás de mi nombre cuando te vea en el cielo?’.

 

Uno de los grupos emblemáticos, imprescindibles, del mundo del rock fue Led Zeppelin, que se separó en 1980 tras morir el poderoso batería John ‘Bonzo’ Bonham en 1980 a los 32 años. Esta fue la causa de la lamentada desbandada…, sin embargo podría haber otro motivo. Tres años antes, cuando el grupo estaba de gira por EE UU, el cantante solista Robert Plant recibió la noticia de la muerte de su hijo, Karac, de sólo cinco años, debido a un virus. La gira se suspendió y Plant volvió inmediatamente a Inglaterra tras recibir la desgarradora noticia por teléfono. Profundamente afectado, Robert cesó toda actividad durante un año, en el que apenas vio a sus compañeros. Sólo Bonham fue a visitarlo y fue el propio batería quien lo convenció para volver a Led Zep. Por eso, se tiene por este episodio como determinante para la separación de la banda, puesto que Plant se sintió herido, resentido con Jimmy Page y John Paul Jones,  quienes no le dieron un mínimo apoyo emocional, como si no les hubiera importado demasiado la tragedia de su compañero; por eso, al morir Bonham, Plant lo tuvo claro: nunca más volvería a montar en ese zepelín. En recuerdo de su desdichado hijo Karac, Plant escribió la preciosa canción ‘All my love’ (1979), que muchos consideran la última gran canción de la banda y una de las pocas en las que Page no participó como autor.

 

Roy Orbison estaba en el lugar adecuado en el momento justo cuando el rock & roll daba sus primeros pasos. En 1968 Orbison disfrutaba de su fama y prestigio con una gira por Inglaterra. El inconfundible cantante ya había perdido a su esposa, Claudette, en un accidente de moto en 1966. Sus hijos habían quedado en su casa de Hendersonville, Tennessee, al cuidado de sus abuelos mientras su padre estaba de gira. En septiembre de 1968 se declaró un incendio en la casa del cantante en el que perecieron sus hijos Roy Dewayne de diez años, y Anthony King de seis (el pequeño Wesley, de tres, sobrevivió). Los siguientes años fueron muy duros para Roy Orbison, pues a la terrible falta de sus hijos se unió su decadencia física (problemas cardiacos, digestivos y respiratorios) y profesional, ya que sus discos dejaron de venderse. Resurgió en los años ochenta, pero a finales del 88, con 52 años, su corazón se paró. Demasiados golpes.   

 

Puede añadirse a la irreverente cantante irlandesa Sinead O´Connor, quien murió en 2023, apenas año y medio después del terrible suicidio de su hijo Shane, de 17 años; ingresado en un centro siquiátrico por desequilibrios mentales y riesgo de suicidio, el desdichado Shane encontró el modo de quitarse la vida, dejando una profunda herida en la cantante, que apenas lo sobrevivió 18 meses. 

 

Por mucha fama y dinero que tuvieran, nadie se cambiaría por ninguno de ellos.

 

CARLOS DEL RIEGO

 


lunes, 1 de abril de 2024

LOS PROBLEMAS DE QUIENES NO TIENEN VERDADEROS PROBLEMAS

 

Hay criaturas convencidas de que estas acciones son eficaces contra la emergencia climática

Cuando alguien busca problemas a los que enfrentarse es que no tiene verdaderos problemas. En los últimos lustros han aparecido preocupaciones en la gente que hasta hace poco no existían. En las sociedades occidentales, en las que (más o menos) se han resuelto las necesidades vitales de la población, parte de ésta busca desesperadamente  problemas a los que enfrentarse y con los que satisfacer sus ganas de luchar, porque parece necesitar algo perverso (catástrofe, apocalipsis, holocausto) a lo que combatir, puesto que no precisan ya sacrificarse por lo elemental

 

Hay hoy en el llamado primer mundo grupos de personas que están convencidas de un próximo holocausto nuclear y otros que ‘denuncian’ una conspiración planetaria para convencer a la población de que la tierra es redonda cuando, ‘en realidad’, es plana; e igualmente los que sostienen que las vacunas contra el covid fueron un arma letal empleada para eliminar población; los persuadidos de que el mundo está cerca de una apocalipsis climática; y los que creen que la estela de vapor de los aviones es un producto tóxico para ‘fumigar’ a todo el mundo.  

 

No es nueva pero sí que ha cobrado auge últimamente la creencia en el preparacionismo. Sí, los preparacionistas son los ciudadanos que están plenamente convencidos de que pronto habrá una catástrofe a escala planetaria (bélica, nuclear, climática, energética…) y por ello se preparan para afrontarla. Así, se han construido refugios subterráneos a prueba de bombas, con protección antinuclear, herméticos y, lógicamente, abastecidos de todo lo necesario para subsistir mucho tiempo sin salir. Conservas, miles de latas, combustibles, baterías y muchísimas otras provisiones abarrotan el refugio que, creen, un día les salvará la vida. El problema es que, incluso las latas de conservas, pasados unos años no se pueden consumir; y otras cuestiones, como qué hacer con desperdicios y excrementos, cómo almacenar agua para muchos meses o años, cómo lidiar con los problemas sicológicos y de relación con otros ‘refugiados’, con la claustrofobia o las horas de ‘nada que hacer’.

 

Lo de los que creen que la Tierra es plana, los terraplanistas, parece haber perdido algo de actualidad, lo que no quiere decir que haya perdido creyentes. Esta paranoia es muy curiosa, puesto que sus adeptos aun no han explicado el por qué: ¿por qué hay quien se empeña en hacer creer a la población mundial que la Tierra es redonda cuando realmente es plana? Y da igual que se les explique que en España es de día cuando en Australia es de noche, como puede comprobarse con, por ejemplo, el Open de Australia de tenis, que allí es de noche y aquí de día; suelen decir que todo es un montaje para engañar… Así, vuelve a plantearse ¿por qué y quién ganaría con esta confabulación?

 

Aunque parezca agua pasada, la realidad es que aun hay mucha gente que acusa a gobiernos, empresas farmacéuticas, médicos, químicos, farmacéuticos (miles de personas)… de haber administrado vacunas asesinas cuando se vacunó a la población contra el covid. Por eso, cuando alguien muere repentinamente, los paranoicos de las vacunas aseguran (sin conocer el caso más que por la prensa, sin autopsia, sin conocimientos médicos) que se debe a la vacuna contra el coronavirus. Y a ésta le achacan no sólo muertes súbitas, sino asesinatos, suicidios, infartos, ictus…, incluso accidentes de tráfico, incluso incendios. Hay muchos seres racionales que no atienden a razones ni razonamientos, ni siquiera aunque los especialistas (médicos y farmacéuticos sobre todo) se lo expliquen con argumentos científicos.  

 

Algo parecido son los ‘fumigacionistas’, que son quienes están persuadidos, más allá de toda lógica, de que las estelas de vapor que dejan los aviones de pasajeros son en realidad gases muy perjudiciales para la población, por lo que suelen decir que están ‘fumigando’ al personal. Como el resto de creencias disparatadas, cualquier especialista podría explicar fácilmente lo imposible de ese riesgo. Esos aviones viajan a unos diez kilómetros de altura, lo que significa que lo que ‘fumiguen’ no caerá en el sitio donde se vaporice el supuesto producto químico, ya que los vientos y corrientes que hay a esa altura pueden llevar las partículas a cualquier sitio; de hecho, gran parte del gas que se suelte a tal altura puede tardar muchos años en llegar a tierra, incluso puede pasarse siglos a merced de todo tipo de brisas y movimientos de masas de aire. Así, si algún avieso ‘genio del mal’ ideara tal cosa, él mismo podría ser víctima de los gases, ya que nunca se sabe cuándo y dónde pueden llegar a caer las partículas de gas liberado a esa distancia sobre el nivel del mar.

 

Clásicos de la paranoia más esperpéntica son los ‘ultraecologistas’, que están dispuestos a pegarse a cualquier superficie (incluso al asfalto) o atentar contra obras de arte para “llamar la atención de la ‘catástrofe climática’ que está a punto de suceder”. Lo sorprendente es que los adeptos a esta paranoia están convencidos de que con esas acciones su ‘causa’ gana adeptos, cuando la realidad es que genera la repulsa de la mayoría (y puede ocasionar sentimientos contarios: “¿ah sí?, pues ahora contamino más”) y, por otro lado, hace caer en el desánimo a muchos otros (“bah, para qué voy a hacer nada si ya estamos condenados”). Y a quienes ponen en duda este dogma ultra se les tacha de ‘negacionistas’, sin embargo, quienes niegan la evidencia son los extremistas fanatizados, puesto que los gurús y sacerdotes climáticos llevan décadas amenazando con desgracias, apocalipsis climáticos, catástrofes a escala planetaria a pesar de que, invariablemente, nunca se cumplen los plazos dados, al contrario, se llega a la fecha señalada y no pasa nada, ni se deshielan los polos, ni se inundan las ciudades costeras ni otras profecías. Las consecuencias de la ‘emergencia climática’ de la que tanto avisan no llegan nunca. Y da igual que haya muchos científicos que nieguen la emergencia (en google se puede buscar “1609 científicos niegan cambio climático”).  

 

Cuando tienen satisfechas sus necesidades primarias, hay criaturas que necesitan otras necesidades, otros problemas, otros desastres con los que satisfacer la necesidad y el impulso de rebelarse contra algo. Y así se apuntan a cualquier chifladura que la mente pueda imaginar, y no les valen las razones o explicaciones: su dogma está por encima. Es curioso que en países del Tercer Mundo no aparecen estos fenómenos: tienen verdaderas problemas.

 

CARLOS DEL RIEGO