Ringo a la guitarra |
George al bajo |
John al piano |
Se ha dicho y escrito muchas veces: no es que los Beatles vuelvan una y otra vez, sino que nunca se van, siempre están presentes. Recientemente una película tenía sus canciones como eje de la trama, ahora se reedita el Abbey road’ remasterizado con motivo de su medio siglo… En fin, todo lo que tiene que ver con el cuarteto de Liverpool siempre es noticia y siempre tiene interés a escala mundial, incluyendo anécdotas, peripecias y situaciones curiosas
Músicos, técnicos,
ayudantes y en general todos los que estuvieron a su lado son fuentes de
información que las legiones de seguidores de los Beatles devoran con devoción.
Por eso se sabe tanto de ellos, de los detalles de cada momento, de los
pormenores de este enfrentamiento o de aquella grabación. De esto, de sus
infinitas horas en el estudio podrían escribirse enciclopedias, ya que hay
infinitas y jugosas anécdotas.
Paul McCartney
siempre fue muy dado a probar con otros instrumentos, a dejar su puesto oficial
de bajista y grabar cualquier otro sonido que se necesitara, cosa que hizo
bastante a menudo; por eso fue el guitarra solista en canciones como ‘Ticket to
ride’, ‘Taxman’, ‘Sgt. Pepper’s’ o ‘Good morning good morning’, y en ‘Back in
the URSS’, ‘Dear Prudence’ y la ‘Balada
de John y Yoko’ se hizo cargo de la batería. George tocó el bajo más de una
vez, incluyendo una excelente interpretación en el tema ‘She said she said’. Y
John también grabó, además de guitarra, bajo, piano u órgano muchas veces.
‘The ballad of John
& Yoko’ fue exclusivamente obra de John y Paul. De hecho, se tiene esta
canción como la última vez que los dos trabajaron juntos y se complementaron realmente
en el proceso de composición, instrumentación y grabación. La letra es de
Lennon, pero la música es de Macca, quien retomó las formas de ‘Obladí obladá’.
Lógicamente ellos dos grabaron todo: John la voz, todas las guitarras y
percusión, mientras que Paul se hizo cargo de la batería, el bajo, el piano, la
percusión y coros.
John Lennon era un
incondicional del guitarrista de rythm & blues Bobby Parker, uno de cuyos
éxitos, ‘Watch your step’, era fijo en el repertorio del cuarteto en 1961 y 62.
El riff de ‘I feel fine’ está inspirado claramente en ese título del bluesman
de Louisiana…, claro que Led Zeppelin se lo apropió nota por nota para su 'Moby
Dick’. Por su parte, Paul siempre se ha declarado admirador de Jimi Hendrix
desde aquella primera visita del malogrado guitarrista a Inglaterra. Por eso no
tiene problema en reconocer que el puente descendente de la maravillosa ‘A day
in the life’ tiene mucho del ‘Hey Joe’ de Hendrix. El dulce ‘Martha, my dear’,
por su parte, es cien por cien Paul, y él lo grabó todo excepto las partes
orquestales: varias pistas de piano, bajo, todas las guitarras, batería y otras
percusiones.
En ‘Lovely Rita’ utilizaron peines de bolsillo
envueltos en papel higiénico (del que había en los estudios) para registrar una
serie de ‘efectos especiales’. Al parecer el papel higiénico era “muy delgado”,
ya que “todo en la compañía EMI era de lo más barato”, afirman los que
estuvieron allí en aquel momento, e incluso recuerdan que “enviaron a Mal Evans
(un ayudante y amigo del grupo) al baño para que lo trajera”, según el ingeniero
Scott Freiman.
Lo que suena justo
antes de la guitarra flamenca que se escucha en ‘Bungalow Bill’ es un mellotrón,
instrumento singular que se toca sin tocar nada. Los fans de los Beatles han
especulado a veces sobre quién tocó esa guitarra en el inicio de ese tema, pero
según el mencionado Freiman, la cosa fue muy simple: “alguien fabricó una nota con el mellotrón y luego
se disparó un bucle de guitarra flamenca”. Eso fue todo. Curioso resulta
también que John y George cantaran el muy francés ‘Frere Jacques’ que se
escucha al fondo en ‘Paperback writer. Y el estrepitoso ‘Godd morning good
morning’ se inspiró en un anuncio de copos de maíz…, incluyendo el canto de un
gallo.
Los Beatles usaron
por primera vez el mellotrón en 1967 en la asombrosa ‘Strawberry fields
forever’. Ese sonido tan evocador, con el que cualquier fan de los Beatles
identificaría dicha canción en menos de dos segundos, está asociado para
siempre al ‘Strawberry…’; Paul se encargó de darle al dichoso mellotrón y a los
timbales, John toca guitarras, piano y percusión, George se atreve con el ‘swarmandal’
(que es una especie de arpa india) y Ringo se limita a sus tambores. En todo
caso no cabe duda de las intenciones sicodélicas del tema, así como del ansia
de los integrantes del grupo por explorar nuevos caminos; de hecho, Georges
Martin y el ingeniero Geof Emerick también experimentaron con la técnica (la
que había entonces), añadiendo, uniendo, regrabando…, en un acto que se ha
definido como “una genial hazaña sónica con precisión quirúrgica”. En fin, esa
canción fue un nuevo camino abierto por The Beatles (otro más), ya que anuncia
y adelanta lo que va a ser el rock progresivo.
Y seguirán dando de
qué hablar. Seguro.
CARLOS DEL RIEGO