Si el rock pudiera representarse con una imagen, ésta de Alvin Lee sería perfecta. |
Hace unos días (6-III-13) murió el músico británico Alvin
Lee, quien ostentó el oficioso título de ‘guitarrista de rock más rápido’
(curiosamente esos días también se fue el atleta italiano Pietro Mennea, el último
blanco en poseer un récord de velocidad).
Como saben todos los que llevan décadas vibrando con el
rock, Alvin Lee fue el cantante, guitarrista, compositor del legendario grupo
Ten Years After.
Durante la época dorada del rock (los años setenta del siglo
pasado) el heavy y similares tenían, además de sus propios y eternos
atractivos, ese plus de la clandestinidad, ese sabor que da el conocer algo que
otros no. En aquel contexto se estrenó en España la película ‘Woodstock’, de
obligada visión y encendidos y admirados comentarios entre todos los iniciados;
y allí, en tan emblemático escenario, entre las máximas estrellas del género,
apareció un grupo británico de reciente formación, Ten Years After; Alvin Lee
presenta el tema ‘I´m going home’ e inmediatamente inicia un punteo
escalofriante a la velocidad de la luz, dejando asombrados, admirados, al medio
millón de personas que estaba allí y, luego, a los millones que han visto el
documental que se hizo sobre aquel inolvidable festival. A partir de ese momento
el guitarrista entró en la historia del rock con el título de de campeón de
velocidad, de modo que el deseo de todo el mundo de verlo en vivo lo llevó a
pasarse larguísimas temporadas de escenario en escenario.
En aquellos momentos de máximo esplendor del rock duro y
pesado, los que estaban al cabo del día solían discutir sobre guitarristas y
baterías, sobre grupos y elepés, pero casi todos admitían que si Eric Clapton
era el mejor, Alvin Lee era el más veloz; a veces había quien discrepaba y
colocaba a Ritchie Blackmore a la misma altura, poniendo como ejemplo el
incendiario sólo del ‘Highway star’ en el ‘Made in Japan’…, pero al final todos
los amantes del rock reconocían disfrutar tanto con uno como con otro.
Asimismo, en las discotecas de la España de los setenta sonaban, alternando con
las horteradas, piezas del rock más cañero y actual, ocurriendo algo muy
curioso en la pista de baile. Ésta estaba casi siempre ocupada por chicas y
chicos vestidos a la moda bailando los éxitos de los 40 y semejantes, pero
cuando el ‘pincha’ cambiaba de ritmo y ponía un rato de rock, la pista se
llenaba de guitarristas imaginarios que parecían en éxtasis, tipos con pelo
largo que se contorsionaban mientras agitaban la cabeza tocando el ‘air
guitar’, unos hincándose de rodillas en pleno solo, otros haciendo el paso del
pato made in Chuck Berry, estos saltando enardecidamente por el figurado
escenario y aquellos agitándose enardecidamente como si su vida dependiera de
ello. Y uno de los temas que inevitablemente atraían al personal bajo las luces
sicodélicas y las bolas espejadas era el ‘I´m going home’, con el que se
rememoraba al gran héroe de la guitarra, al coloso de la velocidad insuperable;
en esos instantes todos estaban poseídos por el rock, todos eran Alvin Lee.
Apenas estuvo siete años al frente de Ten Years After (de
1967 al 74), pues luego él siguió por su cuenta mientras el resto de la banda
se quedaba con el nombre, publicando en tan poco tiempo nueve álbumes; el
segundo, ‘Undead’, se grabó en vivo con cinco canciones kilométricas, entre
ellas el histórico ‘Voy a casa’. El estilo agresivo y casi siempre arrebatado
solía tener como contrapunto evidentes matices de jazz, de blues y rythm, cosa
que se nota en casi todos los discos. Otras de sus grandes creaciones fueron la
exquisita ‘Love like a man’, la fabulosa ‘Bad secene’ y su continuación ‘Two
time mama’ (ambas en el estupendo Lp ‘Ssssh’), el irresistible rythm &
blues ‘Hear me calling’, la preciosa ‘I´d love to change the world’… En todas
hay pasión, enorme vehemencia, mucha clase, inspiración, virtuosismo y, sobre
todo, rock de máxima categoría, de ese que lleva al buen rockero al frenesí;
todo con una omnipresente y genial Gibson en manos del héroe de la guitarra por
excelencia.
¿Llegaste por fin a casa Alvin?
CARLOS DEL RIEGO