Beatles fueron los primeros en dejar de usar tópicos románticos en sus letras. En la imagen, manuscrito de Lennon del tema 'A day in the life', vendido por más de un millón
Aunque resulte difícil de creer, aun
se escriben canciones con el verso ‘no puedo vivir sin ti’ y otros que vienen a
decir lo mismo. Debe ser la frase más repetida en la historia de la música pop,
puesto que desde se empezaron a vender discos hasta la época actual hay autores
que la siguen incluyendo en sus composiciones, y cantantes que la siguen
cantando…, sin que les entre el mínimo sonrojo, casi como si estuvieran cantando
algo diferente
‘No puedo vivir sin ti’, ‘Si tú no
estás no quiero vivir’, ‘Sin ti me siento morir’, ‘Sin ti mi vida no tiene
sentido’, ‘Sin ti no sé vivir’, ‘No quiero estar sin ti’, ‘Te necesito para
vivir’ y otras de muy parecida especie aparecen en canciones pop y rock desde
que estos géneros existen. Deben ser miles, tal vez decenas de miles las
melodías que utilizan el muy manoseado ‘no puedo vivir sin ti’. A pesar de ello
y por increíble que pueda parecer, hay hoy (julio 2022), autores y compositores
que no dudan en incluir expresiones como aquellas; y si siguen repitiendo ese
verso una y otra y otra vez es porque hay público que lo sigue consumiendo, ya
sea envuelto en pop, en canción ligera, rock, funk, reguetón y, en general, en
cualquier estilo musical.
En los comienzos de esto del rock y el
pop los autores apenas se salían de las letras que sabían que iban a funcionar,
es decir, las que hablaban de chico-chica, amor y desamor, pasión o como quiera
llamarse a las relaciones sentimentales. Los Beatles (que puede decirse que son
la principal referencia) comenzaron escribiendo canciones de este tipo, algo
lógico teniendo en cuenta que eran los primeros sesenta y ellos eran cuatro
chavales de apenas veinte años. Sin embargo, como en muchos otros aspectos
(musicales o no), los cuatro de Liverpool no dejaron de innovar, de avanzar, de
evolucionar, de manera que muy pronto decidieron quitar protagonismo a las
canciones de chico-chica; no es que dejaran de hacerlas, sino que ampliaron
notablemente los temas sobre los que componer y cantar. Baste recordar que en
el fabuloso ‘Revolver’ (1966), Jhon y Paul accedieron a que fuera una canción de
George la que abriera el álbum porque ya no iba de amores juveniles, de hecho
hablaba de algo tan poco romántico como los impuestos (‘Taxman’); a partir de
ese momento (ya había habido algún precedente) la temática de los temas que
firmaban los compositores de los Beatles se abrió hasta el infinito. Así, antes
de la separación escribieron sobre la amistad, sobre cielos sicodélicos con
diamantes, sobre viajes mágicos y misteriosos o campos de fresas, sobre el paso
del tiempo y la llegada de la vejez, sobre ese ‘doctor’ que hacía magia y sobre
‘maría’ (más o menos veladamente), y hablaron de dinero, de la felicidad como arma,
de sucesos varios, sobre el sexo, la revolución o la dureza del camino, contra
el racismo o, en fin, acerca de asuntos de menor trascendencia como las morsas,
martillos, submarinos o jardines de pulpos. Y al lado de esos asuntos, también
metían deliciosas canciones de amor, aunque ya sin rastro de aquellos versos
tan tópicos y manidos.
Durante los años sesenta muchos grupos
contemporáneos de los Beatles seguían escribiendo mayoritariamente acerca de
amores juveniles con mucho ‘no puedo vivir sin ti’, y aunque hubo excepciones
(Dylan, Fogerthy, Gaye), las listas de éxitos estaban copadas por letras de ese
jaez. Y siguió ocurriendo así en gran parte de los años setenta, puesto que
muchas bandas de rock grueso, heavys y progresivos, centraban sus letras en
temas sentimentaloides, a veces de la manera más cursi y empalagosa. Entonces
llegó el punk, que rompió con el negocio del ‘sin ti no sé vivir’…, pero sólo
momentáneamente.
En las décadas siguientes la temática
del rock se ha diversificado, pero no así la del pop y géneros más blandos,
donde el ‘no puedo vivir sin ti’ se multiplica y se reproduce sin que quienes ejercen
el oficio de escribir sean conscientes de que están repitiendo un tópico, un
estereotipo sobado, trillado y vulgar.
Sesenta años después de que los
Beatles ‘inventaran’ el concepto de pop y rock, resulta incomprensible,
desconcertante, que haya autores que sigan recurriendo a tan manoseado verso y
continúen dedicando sus canciones a las relaciones romántico-sentimentales;
sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de materias y cuestiones que hoy se
plantean para escribir una canción. Pero si sigue funcionando…
CARLOS DEL RIEGO