domingo, 30 de junio de 2019

EXPULSADOS DEL GRUPO POR BORRACHOS Y/O DROGOTAS



Lemmy Kilmister fue expulsado de Hawkind 'por no consumir la droga correcta', dijo, aunque luego le fue mejor con Motorhead.
Los excesos con el alcohol y otras drogas son cosa corriente en los grupos de rock, de manera que sería laborioso encontrar alguno en el que uno, varios o todos sus integrantes nunca hubieran abusado de las botellas, los polvos o las pastillas. Sin embargo, hasta en esas situaciones hay un límite, y quien lo traspasa corre el riesgo de que sus compañeros lo pongan de patitas en la calle. Tal ha sucedido muchas veces y ha afectados a grandes nombres

Es curioso, pero en el planeta del rock se permiten ciertas cosas que en otros ámbitos serían rechazadas; por ejemplo conductas relacionadas con el abuso de sustancias por las que el ciudadano corriente sería reprobado, acusado e incluso sancionado. A pesar de todo, incluso en esos ambientes existen ciertos límites, que suelen coincidir con el trabajo y la continuidad del grupo, es decir, si por causa del ‘mal estado’ de un componente del grupo se ven afectados contratos y compromisos, es fácil que los demás se planten y corten por lo sano. Esto se ha producido muchas veces en la corta historia del rock.

Un caso emblemático es el de Syd Barret y Pink Floyd. Barret ya mostraba una conducta errática en 1967, cuando el grupo grabó su primer Lp; en escena olvidaba letras y fuera de ella resultaba imprevisible, olvidaba presentarse a conciertos o grabaciones… La leyenda asegura que se metía LSD a diario y que, por tanto, vivía permanentemente alucinado; el caso es que después de no presentarse para una gira, los demás decidieron prescindir de él, dejar de contar con él, ni se molestaron en ir a recogerlo para la siguiente actuación. Luego se cuenta que apareció en el estudio mientras sus ex y su sustituto grababan ‘Shine on…’ en su memoria. Desde entonces, y a pesar de que publicó algunos discos, apenas se dejaba ver. Para la supervivencia del grupo Syd debía ser expulsado, pero la duda se mantiene, ¿lo largaron por excederse con el ácido o porque era un esquizofrénico?

También es conocido que Brian Jones, fundador de los Rolling Stones, fue defenestrado por sus colegas por pasarse. Él fue quien decidió el nombre, quien orientó el sonido inicial y, en fin, el primer líder de la banda.  Pero en poco tiempo Jagger y Richards fueron quitándole protagonismo, tanto en la parte creativa como su presencia en el estudio. Jones, que ya era aficionado al consumo de sustancias, pasó a convertirse en auténtico profesional al notar cómo iba perdiendo peso en el grupo, así que saltó hacia el caballo. A partir de ahí, además de todo lo malo que conlleva la heroína, se sucedían las acusaciones por posesión, por lo que hubo de dar cuentas y promesas al juez muchas veces. Hasta que a mediados de 1960, Jagger y, Richards le dijeron que prescindían de sus servicios y que ya tenían sustituto, Mick Taylor. ¿La ‘solución’ de Brian?, meterse más y más…, hasta que apareció ahogado en su piscina unas semanas después: alcohol, drogas variadas y el hígado hinchado como un globo, dijo el forense.

Lemmy Kilmister, motor de Motörhead, tocaba en los setenta (del 72 al 75) con un potente grupo llamado Hawkwind, en cuyos primeros años abundaron los abandonos por…, sí, droguerío. A mediados del 75 la policía de Canadá lo pilló con más de un gramo de anfeta en el bolsillo, así que lo detuvo, pasó una noche a la sombra y finalmente…, fue liberado, ya que la pasma se equivocó en la sustancia y anotó en el informe que era coca, por lo que el cargo fue desestimado. Sin embargo, después del siguiente concierto, sus camaradas lo destituyeron de su cargo de bajista y voz. El propio Lemmy comentó irónico: “si me hubieran pillado con ácido lo único que hubiera pasado es que me hubieran pedido un poco y hubiera seguido en el grupo; me despidieron por no meterme la droga correcta”. Claro que, visto lo visto, ganó al cambiar aquello por su Motörhead (título de un tema suyo para Hawkwind). Sabido es que Ian ‘Lemmy’ Kilmister murió de cáncer, aunque también padecía arritmia e insuficiencia cardíaca, ya que nunca dejó las anfetas.

Cuenta la mitología del rock que los integrantes de Black Sabbath gastaron hasta quince mil dólares más en coca que en toda la producción de su Lp ‘Vol. 4’(1972). Años después, tras una gira, Ozzy Oborne no apareció en el estudio, de hecho estuvo literalmente desaparecido durante más de un mes y medio… Recuerda el guitarrista Tommy Iommi que “Ozzy no quería otra cosa que salir y emborracharse, así que decidimos hacer algo y lo despedimos”. Contra todo pronóstico Ozzy se desintoxicó, se recuperó, lanzó álbumes en solitario y un par de décadas después volvió al micro de Black Sabbath. 

Los miembros de Metallica trasegaban tanto alguien les apodó ‘Alcoholica’. Dave Mustaine, guitarrista fundador, cumplía con el ‘requisito’, pero lo malo es que se volvía violento y, además, no se conformaba con la bebida. En 1983 despertó de una merluza descomunal, abrió los ojos y lo primero que escuchó es que ya no contaban con él, y acto seguido lo subieron a un bus que lo llevaría a Los Ángeles (estaban en Nueva York). Luego formó su propio grupo, Megadeth y tuvo éxito. El caso es que confiesa haber luchado durante décadas contra el alcohol, la heroína y los barbitúricos (15 ingresos en rehabilitación), hasta quedar ‘limpio’ desde final de siglo “gracias a Dios”, ya que se ha vuelto católico practicante y fervoroso.

También Lol Tolhurst fue fundador de The Cure junto Robert Smith en 1976, y también fue apartado de su grupo, en 1989. ¿La causa?, bebía tanto que era incapaz de tocar; fue el batería de los primeros discos y, desde 1982, teclista, pero en el álbum ‘Desintegration’ sólo se dice que toca “otros instrumentos”, aunque la realidad es que no tocó casi nada, pues estaba dominado e incapacitado por el alcohol. Su ‘amigo’ Robert Smith lo cesó. Tolhurst formó su grupo y siguió trabajando en la música. Y más de veinte años después, en 2001, regresó a The Cure, pero sólo para unos pocos conciertos, nada más. “Fue divertido, pero eso es todo, no he vuelto a The Cure”, dijo mostrando que aun no había perdonado al tipo con quien formó el grupo siendo adolescentes y luego lo dejó tirado.

El batería de Guns N’ Roses, Seven Adler, siempre tuvo problemas de abuso, sobre todo de heroína y alcohol (sus compañeros, al menos, estaban mínimamente sobrios cuando había que trabajar), lo que lo hacía impredecible, así que le dieron un ultimátum, o se cortaba un poco o a la calle, pero claro, el caballo es muy fuerte, así que en 1990, a la calle. Luego él prometió que nunca más y sus compis le hicieron firmar un contrato en el que se comprometía a no volver a tocar el polvo…, pero no pudo cumplir la promesa y ese mismo año lo pusieron definitivamente en la calle. Arrestos, clínicas de desintoxicación, violencia doméstica, enfermedad, hospital, drogas, arrestos…

Son sólo una muestra de una lista que, desgraciadamente, sería kilométrica.

CARLOS DEL RIEGO

jueves, 27 de junio de 2019

UN TRIBUNAL DECIDE QUE HAY PERSONAS NO HUMANAS

Los animales son animales, no humanos, y es absurdo y contra natura pretender 'desanimalizarlos' y humanizarlos.


Un tribunal argentino ha sentenciado que una orangutana es una “persona no humana” y que es sujeto de derechos, aunque no especifica cuáles son las obligaciones asociadas a esos derechos. Es una tendencia que se viene observando desde hace ya décadas: hay personas y colectivos empeñados en humanizar a los animales. Sin embargo, se diga lo que se diga y sentencie lo que sentencie el juez, un animal será siempre un animal

Son los animalistas más extremos los que pretenden asignar rasgos humanos a los animales irracionales y exigen que sean tratados como tales, o sea, exigen que tengan los mismos derechos que las personas; claro que jamás explican cuáles serán las obligaciones, los deberes que conllevan esos derechos. Lo curioso es que esa inclinación se nota también en otros ámbitos, por ejemplo en los documentales de naturaleza de la tele, en los que se dota a cazadores y presas de rasgos humanos: “el valiente ñu se defiende”, “el hipopótamo derrotado huye con su orgullo herido”, “la astuta hiena…”, “el inmisericorde león…”, pero en realidad nada de eso tiene que ver con los animales, ninguno es valiente o cobarde, orgulloso o humilde, astuto o tonto, cruel o compasivo; los animales (irracionales) sólo hacen lo que tienen que hacer y no pueden comportarse de otro modo, ya que su conducta está dictada por su instinto, por su bioquímica. El ser humano, por el contrario, tiene la capacidad de elegir, de imponer su inteligencia a sus instintos, de sujetar su bioquímica con su conciencia, de modo que sí puede ser cruel o compasivo. Finalmente también podría hablarse de quienes tratan a sus mascotas como se trata a hermanos, primos o hijos.

Luego están algunos jueces (pocos) que están dispuestos a dictar un disparate como el de esa magistrada argentina que ha sentenciado que un orangután es ‘persona no humana’. En primer lugar resulta muy preocupante que un juez tenga poder para decidir quién es persona y quién no, porque podría empezar a considerar tal cosa al perro, al caballo, al periquito, a la rata, a la mosca, al piojo…, o sea, ¿por qué esa orangutana sí y otros simios o cualquier animal no?, eso sería racismo; y llevado al extremo, podría concluir el togado que alguien es un ‘humano no persona’. En segundo lugar, si este simio es sujeto de derecho deberá someterse a las leyes; y en caso de que  las quiebre, si ataca a una persona o a otro animal ¿tendría derecho a un juicio justo con juez, fiscal y abogado? ¡Con cuánta frecuencia algunos jueces se dejan llevar por su ideología, por su vanidad y soberbia, cuántas veces (algunos jueces) se sienten los más estupendos e innovadores a la hora de redactar sus conclusiones sin darse cuenta en el irracional esperpento en el que caen!

Hace unos días se difundió la foto de unos autobuses de una ciudad española en los que se veía un cartel publicitario con un toro al que se le atribuía la frase: “Los animales no somos cosas”. Evidentemente ningún animal llegaría jamás a esa conclusión ni podría expresarla, lo que quiere decir que el colectivo animalista que estaba detrás de tan burda propaganda ha asignado al toro cualidades exclusivamente humanas, o sea, lo ha ‘desanimalizado’ y lo ha humanizado. Además, siguiéndoles la corriente, al tramposo lema podría añadírsele la coletilla “pero tampoco personas”. Y por otro lado cabría preguntar a esa organización por qué se atribuyen la representación de todos los animales… Resulta difícil tener que demostrar lo evidente.

Volviendo al simio, sorprende la ingente cantidad de dinero y recursos gastados en él: radiografías, electros, ecografías, análisis de sangre, tratamientos para fosas nasales, amígdalas y laringe, examen dental, análisis de heces…, por no hablar de los gastos corrientes, como alimentación, medicación, traslados... Se antoja inmoral que haya niños y adultos humanos argentinos que carecen de tantos cuidados y atención.

El hombre tiene la obligación de tratar correctamente y con el respeto debido a los animales, pero una cosa es el trato éticamente y moralmente correcto (incluso cariñoso con las mascotas), y otra es hacerlos pasar por personas y como tal tenerlos y considerarlos. Según el diccionario, persona es individuo de la especie humana, hombre o mujer; también habla de persona física, que equivale a persona; y de persona jurídica, que es un conjunto de personas. En fin, no hay posibilidad de que la persona sea ajena al humano, por lo que eso de ‘persona no humana’ es un contrasentido, como decir ‘circunferencia no redonda’. Simplemente no es posible porque las palabras significan lo que significan, no lo que se desea que signifiquen según lo que conviene.

CARLOS DEL RIEGO

lunes, 24 de junio de 2019

FESTIVALES DE ROCK: DEL IDEALISMO AL MARKETING

La singularidad de Woodstock no admite imitaciones, repeticiones ni comparaciones.


Los festivales de rock (y géneros afines) son lo más común del verano; tanto que su proliferación, adaptación al momento y comercialización los ha convertido ya en algo así como una verbena o, como ya se les suele denominar, un parque temático. Tal cosa se puede decir de lo que proponen para el festival de Woodstock de 2019, un batiburrillo que alterna a verdaderos clásicos del rock (añosos, claro) con personajillos de dudoso mérito que viven más de las redes sociales que de sus discos y conciertos 

Sin embargo, esta especie de romería en que se ha convertido el gran festival de rock, en sus primeros pasos tenía mucho de ritual, se entendía como un gesto de protesta, como una manera de diferenciarse de lo convencional en donde lo principal, casi lo único, era el concierto. Hoy los festivales son parte del paisaje, han sido asimilados por la mercado, envueltos en márketing y vendidos en los grandes almacenes; acudir a los grandes festivales (Woodstock 2019 incluido) ya no tiene magia y sí un punto de subordinación a la industria del entretenimiento.

Sí, las cosas han cambiado radicalmente en todos los aspectos. Esta manera de ofrecer rock en vivo nació (cómo no) en Estados Unidos. Se tiene como el primero de este género el llamado Fantasy Fair & Magic Mountain Music Festival, celebrado en junio de 1967 en una colina de San Francisco, el cual había tomado la idea de una especie de feria en la que el personal se disfrazaba con trajes de época rememorando los siglos XVII y XVIII (el Reanissance Pleasure Fair). Aquel iniciático Fantasy & Magic fue seguido unos días después por el mucho más famoso Monterey Pop, con el que se abrió definitivamente una prometedora puerta, ya que fue un enorme éxito; luego llegaron el gigantesco Woodstock y algo después el no menos emblemático Altamont, con lo que la novedad se hizo costumbre y se extendió por todo el mundo.

Desde entonces las cosas han cambiado mucho, en todo, tal vez lo único que no ha variado es la sensación que han de experimentar los artistas al ver el gentío. Aquellos primeros festivales de los sesenta del siglo XX tenían como fines principales llamar la atención sobre el nuevo movimiento que ya se llamaba hippy, dar a conocer aquello de paz y amor, las flores en el pelo y la ropa estrafalaria y colorida, la conveniencia de los alucinógenos y el amor libre, el rechazo a la guerra y a las reglas de la sociedad materialista…, todo ello envuelto en las más diversas variedades de rock. No faltaba el ‘buen rollo’ entre el personal, con mucho ‘haz el amor y no la guerra’… En fin, que aquellas primeras congregaciones de hippies eran la materialización del ideal ‘sexo, drogas y rock & roll’, nada más, nada menos.

Además, los pioneros Fantasy Fair y Monterey (éste promovido por John ‘Mamas & The Papas’ Phillips) tuvieron fines solidarios y los beneficios se dedicaron íntegramente (teóricamente) a instituciones benéficas; se tiene por muy cercana a la realidad la cifra de 200.000 asistentes a cada uno de dichos eventos. De todos modos, la intención de los organizadores tenía poco que ver con el beneficio económico y mucho con sus ansias de libertad psicodélica, de armonía, de vivir en comuna sin reglas, sin ataduras, sin compromiso, sin obligación; y como quiera que en aquellos años aquel movimiento cultural (que fue de los primeros en eso de la contracultura) era la novedad absoluta, contaron con masivas asistencias. Lógicamente, con aquellas bases ideológicas, las marcas comerciales no tenían sitio. 

Hoy las cosas son distintas. Los grandes espectáculos musicales con extensos carteles surgen por todas partes y, al menos en su mayoría, congregan a muchos miles de espectadores que acuden menos atraídos por los nombres de los artistas que por la promesa de gran mogollón. En realidad, echando un vistazo a los programas de algunos de estos certámenes está claro que es imposible presenciar todo: hay varios escenarios, actuaciones simultáneas o una tras otra casi inmediatamente. Sí, en los festivales del siglo XXI impera la masificación en todo, artistas, público, marcas comerciales se mire hacia donde se mire, actividades de ocio, restaurantes y, en fin, todos los servicios que se tienen en cualquier parte. Estos festivales-romería, estos parques temáticos son un poco como el bufé de los restaurantes chinos, en los que todo termina sabiendo igual. Grupos, guitarras y baterías, cantantes melódicos alternando con bandas extremas, punk y copla, heavy y rumba, hip hop y ska-reggae, marketing, refrescos y pitanza, operadores de telefonía e internet, marcas de coches, bancos…, todo se congrega, todo confluye, todo forma parte del espectáculo, todo termina teniendo el mismo sabor a marketing y mercadotecnia. Totum revolutum. 

En Woodstock, e incluso en aquellos primeros ‘enrrollamientos’ de la España de los primeros setenta del siglo pasado, existía el sentimiento de asistir a un rito, de diferenciarse del resto, de formar parte de algo diferente y muy lejano a lo que pasaba y a lo que se pensaba fuera del recinto. Y con “buen rollo tío”. El rock era entonces verdadera contracultura, puesto que la mayoría de la población no es que lo rechazara, es que ni lo tenía en cuenta: la sociedad aún no lo había asimilado.

No es que lo de ahora sea mejor ni peor, es simplemente distinto, es lo que lógicamente corresponde a cada momento: lo que fue Monterey sería imposible hoy, y los de hoy serían impensables entonces. Pero, por encima de todo, la mayor diferencia entre unos y otros reside en los artistas, y por eso no es posible la comparación: en los festivales de los veranos de los últimos sesenta del siglo XX tocaron gigantes del rock como Jimi Hendrix, The Who, The Rolling Stones, Crosby Stills Nash & Young, Janis Joplin, Creedence Clearwaer Revival, The Doors, Canned Heat… El ‘Woodstock 50’ de 2019 mezcla estrellas auténticas (un tanto ajadas, claro) con raperos y otras razas de dudosa relación con el rock y con lo que se pretende recordar. 

CARLOS DEL RIEGO

jueves, 20 de junio de 2019

¿EL PASO DEL PALEOLÍTICO AL NEOLÍTICO SUPUSO PÉRDIDA DE CALIDAD DE VIDA?

Así debieron ser las primeras las primeras 'ciudades'.


Se daba a conocer hace unos días (VI-19) el sensacional descubrimiento de los restos de cientos de pobladores de una de las primeras “comunidades protourbanas” de que se tiene noticia, Catal Huyuk (asentamiento descubierto en Turquía hace unos sesenta años). Analizados esos huesos se han hallado evidencias de enfermedades, heridas y violencias. En torno a estos y anteriores hallazgos se ha desarrollado una teoría que sentencia que con el paso del Paleolítico al Neolítico el hombre perdió calidad de vida. Una afirmación más que discutible

La cosa viene de años atrás: expertos, no tan expertos y aficionados han concluido que cuando el ser humano pasó del Paleolítico al Neolítico perdió calidad de vida, es decir, cuando hace unos diez mil años dejó de vivir de la caza y la recolección y se convirtió en agricultor y ganadero, cuando abandonó el modo nómada por el sedentarismo, empezó a vivir peor. Los estudios sobre los esqueletos de Catal Huyuk han devuelto a la actualidad esta idea que, sin embargo, resulta muy fácil de rebatir.

En primer lugar parece de lo más absurdo y anticientífico trasladar un concepto tan moderno como ‘calidad de vida’ a una época en la que, con absoluta seguridad, nadie conocía y nadie había siquiera imaginado; es como decir que las neolíticas eran sociedades machistas y antidemocráticas. En segundo lugar, no se tiene la más remota idea de lo que hace diez mil años se entendía como mejora de las condiciones de vida, es decir, el concepto actual de ‘calidad de vida’ tendría en aquellos tiempos tanto significado como el de ordenadores cuánticos. Puede añadirse que actualmente no se tiene el más mínimo indicio de prueba de cuáles eran los deseos y pensamientos del hombre de hace diez milenios, por lo que no se tiene conocimiento probado de cómo era su mentalidad, motivos, preferencias, angustias, intenciones...

Por otro lado, si dieron el paso de la cueva o la cabaña provisional a la construcción sólida sería porque les pareció beneficioso; si dedujeron que era mejor tener el ganado controlado en rebaños que salir a cazar varias veces por semana fue porque le vieron ventajas; si entendieron que era más práctico y fácil sembrar y cosechar que depender de lo que se encontraban por ahí debió ser porque pensaron que su vida sería así más segura. En resumen, aunque nunca se pararan a reflexionar sobre el asunto, aquellos grupos humanos dieron el paso de tribu nómada a sociedad urbana, y al hacerlo dejaron de ser otra especie animal incorporada a la naturaleza y siempre dependiente de ella (con su nicho ecológico, sus depredadores y sus presas como cualquier otro animal) para buscar la seguridad que proporciona poder controlar el entorno. Y si así lo hicieron no fue porque decidieran vivir en peores condiciones, ya que el ‘invento’ de la agricultura y la ganadería se extendió con (relativa) rapidez por todo el planeta, cosa que indica que en todo el mundo vieron las ventajas de cultivar y pastorear, lo que condujo a instalarse definitivamente, a construir agrupaciones de casas, o sea, a ‘inventar’ la aldea, el pueblo, la ciudad. Además, nadie presionó a los grupos paleolíticos para que adoptaran los nuevos modos, sino que todos se convirtieron por deseo propio; y por otro lado, ningún agricultor renunció a sembrar para volver a depender de lo que se encontrara, es decir, no debieron encontrar tan perjudicial el nuevo modelo.

Sea como sea, es sin duda una idea absolutamente conservadora, retrógrada incluso, esa que proclama que era mejor vivir como un animal dependiente de la naturaleza que convivir en un asentamiento definitivo controlando los procesos agrícolas. Cierto que hubo problemas, ¿cómo no iba a haberlos si no se había inventado la autoridad municipal, si no se habían inventado las leyes ni la obligación de cumplirlas para conseguir la convivencia, si no se habían inventado soluciones como calles o alcantarillas? A pesar de todo es evidente que vieron más ventajas que inconvenientes.

Y a ello se puede añadir la cuestión puramente intelectual. Y es que, de haber continuado viviendo en las cavernas cazando y recogiendo frutas, el desarrollo mental de la persona se hubiera detenido, con lo que no hubieran aparecido ideas tan luminosas como la escritura o la rueda, que surgen en entorno ciudadano, ya en la Edad de los Metales.

No dejar de sorprender que expertos e intelectuales del siglo XXI hablen de las bondades del Paleolítico y de los problemas surgidos en el Neolítico; es evidentemente absurdo que estudiosos y pensadores que se tienen por progresistas se conviertan en regresistas extremos, ya que reniegan del evidente progreso que, en todos los campos, supuso la agricultura y la aparición de la ciudad. Es preocupante que los que se dicen progresistas elogien el regreso total. Es algo así como el mito del buen salvaje y la perversa civilización, sin embargo, la aportación al avance de la Humanidad de las sociedades urbanizadas (en pensamiento, tecnología, arte…) es muy superior al de las culturas nómadas.

CARLOS DEL RIEGO

domingo, 16 de junio de 2019

PAUL McCARTNEY, 77 AÑOS DE VIDA, 60 DE ESTRELLA MUNDIAL

Aun con 77 años, el tío sigue teniendo mucho rock & roll dentro.


El gran Macca cumple estos días (18-VI-19) 77 añazos, casi sesenta de los cuales como estrella de alcance mundial. Pocos personajes habrá más conocidos en todo el planeta, y así viene siendo desde que, con su grupo, lanzó sus primeros discos, en aquellos primeros años sesenta del siglo pasado. Parece momento oportuno para echar un vistazo hacia atrás y recordar algunos momentos de tan abigarrada biografía

Paul McCartney es, sin duda, uno de los grandes personajes de la cultura del siglo XX. A poco de convertirse en octogenario, parecen muy lejanos aquellos años sesenta que lo convirtieron en leyenda, ya que puede afirmarse que Paul es una estrella de la cultura desde hace casi seis décadas, las cuales han dado mara mucho… 

Llegada cierta edad, las aventuras y batallitas juveniles o adolescentes se recuerdan con nostalgia y una sonrisa comprensiva. Los Beatles dieron sus primeros pasos en el Kaiserkeller de Hamburgo (1960), pero un día recibieron una oferta mejor del Top Ten Club de la misma ciudad y la aceptaron; el dueño del primero quiso vengarse y denunció a George por ser menor y tocar sin permiso. Por su parte, Paul y Pete Best fueron a recoger sus cosas del piso, que también era del jefe del Kaiserkeller, y para jorobarlo clavaron un condón en la pared y le prendieron fuego. Al enterarse, el hostelero denunció a Paul y Pete por intento de incendio, por lo que el bajista fue detenido, se pasó varias horas en comisaría y fue deportado.

Sabido es que fue Bob Dylan quien, en 1964, les ofreció unos canutos de maría, pues entendió mal un verso de una de sus canciones y se convención de que era fumadores empedernidos. Al parecer fue Paul el que mejor asimiló el humo, ya que declaró que entonces fue la primera vez que “realmente pensé”. Con el paso de los años ciertas sustancias se hicieron notar en algunas canciones, como ‘Got you get into my life’ (‘Tengo que meterte en mi vida’). Y parece que así lo hizo, ya que Macca siempre tuvo un canuto a mano…, hasta 2015, cuando declaró que había dejado los porros, ya que no quería dar mal ejemplo a sus hijos, explicó. No hay que olvidar que había sido detenido varias veces en otras partes del mundo por idéntica causa. Como aquella en 1980 cuando fue arrestado en Japón por posesión de unos 200 gramos de marihuana en la maleta; la pena allí por esa cantidad era de siete años de cárcel, aunque dada la notoriedad del personaje ‘sólo’ pasó nueve días a la sombra y fue deportado; dice la leyenda que una vengativa Yoko Ono fue la que dio el soplo a las autoridades, ya que no soportaba que John ‘mancillara’ el hotel de Tokio donde ella y John vivieron sus días más apasionados.

Sí, es imposible hablar de Beatles o de cualquiera de sus integrantes sin que aparezca la sombra de Yoko Ono. Siempre será acusada de ser la causante de la disolución, y si es cierto que no fue factor determinante, seguro que algo ayudó a la desbandada. En los últimos tres años de vida del cuarteto, explicaba McCartney que “nos sentíamos un poco incómodos, casi amenazados por Yoko, que siempre estaba allí durante las grabaciones, sentada en los amplificadores; nosotros lo aceptamos, pero no demasiado bien”. Luego pensó que “si John ama a esa mujer, está bien, hay que aceptarlo y superar cualquier animadversión”. Hoy declara que su relación es “muy buena” con Ono. Fuera como fuese, aquella presencia debió contribuir lo suyo al choque de egos e intereses artísticos que los llevó al final.

Ya en solitario, Paul logró varias veces reverdecer la sensación de llegar al número uno, como con su disco ‘Band on the run’. Sin que se sepa muy bien por qué, Paul y sus Wings decidieron grabarlo en Lagos, capital de Nigeria; fue en 1973, año de enorme inestabilidad política que se sumaba a la violencia cotidiana en las calles, la corrupción generalizada, el gobierno dictatorial…; y además era verano, o sea, plena época de monzones. No puede extrañar que una noche Paul y Linda fueran asaltados y los ladrones les robaran lo que llevaba encima, incluyendo las primeras maquetas de algunas canciones del disco; al poco, en el estudio, Paul sufrió un desmayo que parecía un infarto, pero sólo fue un espasmo provocado por los muchos humos que se metía entre pecho y espalda. Y para rematar la ‘feliz idea’ de grabar en Nigeria, el icono de la música nigeriana Fela Kuti lo acusó públicamente de apropiarse y robar  música africana; el exbeatle lo llevó al estudio para que viera y escuchara por sí mismo, de modo que Kuti rectificó: “no, por supuesto que no nos robas”.

También se sabe de aquella noche de marzo de 1976 en la que Paul y John estuvieron a punto de volver a tocar juntos. Un ejecutivo de la televisión NBC lanzó en directo una especie de broma que empezó diciendo: “Los Beatles es lo mejor que nos ha pasado, no es sólo un grupo musical, sino parte de nosotros”, para a continuación añadir “La NBC me autoriza a ofrecer este cheque de 3.000 dólares para que vengan juntos a nuestro programa”. Ni que decir tiene que, de haber aceptado, el cheque hubiera tenido más ceros. El caso es que John y Paul estaban viendo el programa en el piso que aquel tenía en Nueva York (en el edificio Dakota); divertido, John bromeó: “Deberíamos ir, sólo estamos tú y yo, nos repartiríamos la pasta a medias”. Paul contestó que no, que estaban “de vacaciones y eso es trabajo, así que no”. Sin embargo, otra versión dice que John y Paul vieron con buenos ojos aquella posibilidad, pero no fueron juntos a la tele porque Yoko se negó, porque se puso pétrea como una esfinge y dijo que eso no iba a pasar (otra vez la sombra japonesa).
Se dice que, después del éxito monstruoso de ‘Trhiller’ (y tras haber realizado varias colaboraciones), Michael Jackson le preguntó qué hacer con tanta pasta. Paul le contestó que lo mejor era invertir en la compra de derechos de canciones famosas que, previsiblemente, iban a sonar durante años. Jackson le hizo caso y compró el 50% del sello Northern Songs, que poseía, entre otros muchos, gran parte del catálogo de Los Beatles. Paul se sintió traicionado, engañado, y quiso recomprar aquellos derechos, pero Jackson se negó, por lo que el exbeatle le retiró el saludo y lo trató de traidor.

En todo caso, Paul McCartney sí que invirtió bien: es propietario de los derechos de sus canciones, así como de parte de las que escribió y grabó con Beatles (con la compañía MLP, McCartney Productions Ltd.); y también de muchos otros títulos que van desde el rock & roll clásico (como el ‘That´ll be the day’ de Buddy Holly o el ‘Blue suede shoes’ de Carl Perkins), hasta piezas tan emblemáticas como ‘Hello Dolly’ (inolvidable la versión de Louis Armstrong), pasando por temas que fueron éxito en los años, 30 y 40 del siglo XX. En fin, que cada vez que suena una de su propiedad en la radio, en la tele, en el cine, en una cancha deportiva o en un concierto, Paul ingresa.

CARLOS DEL RIEGO

miércoles, 12 de junio de 2019

EL DESEMBARCO DE NORMANDÍA Y EL PAPEL DE LA UNIÓN SOVIÉTICA EN LA DERROTA DE ALEMANIA


El ejército rojo contó con miles de tanques donados por Estados Unidos, concretamente el M4 Sherman 936 estaba comandado por el prestigioso coronel Dimitry Fedorovich Loza.

Como cada comienzo del mes de junio se recuerda en todo el mundo el ‘Desembarco de Normandía (VI-1944), aquella operación militar que supuso el final de la ocupación de Europa por los nazis y la seguridad del fin inminente del III Reich. Curiosamente, sin embargo, hay criaturas que niegan que aquella batalla liderada por USA fuera significativa para el transcurso de la guerra y que la derrota de Alemania se debió exclusivamente a la Unión Soviética 

Casi todos los historiadores y especialistas serios y rigurosos consideran el masivo desembarco en Normandía (con Estados Unidos al frente) a comienzos de junio de 1944 como un momento decisivo en el transcurso de la II Guerra Mundial. Pero también hay opiniones (procedentes más de la ideología que de documentos, cifras, hechos) que sostienen que, en realidad, aquello fue una nadería, algo insignificante que apenas tuvo incidencia, ya que el Ejército Rojo fue quien hizo todo el trabajo y quien realmente ganó la guerra. Lo mejor es revisar una serie de datos que desmienten esas opiniones.

Es cierto que la Unión Soviética fue el país que más bajas sufrió, el que ‘más muertos puso sobre la mesa’. Sin embargo, las cosas no son tan simples. Muchos miles de los soldados del Ejército Rojo fueron reclutados entre el campesinado que nunca había salido del pueblo para, apenas un par de semanas después, estar en el frente. A ello hay que añadir que toda compañía, cuerpo de ejército o batallón contaba con sus comisarios políticos, cuya única misión era disparar a quien no combatiera con el suficiente ardor, a quien diera un paso atrás, a quien hiciera amago de huir…; además, los soldados sabían que rendirse, retirarse o caer prisionero significaba una condena para su familia (se sabe de un tanquista represaliado por salir de su tanque en llamas); así, ejércitos enteros eran lanzados a pecho descubierto contra las posiciones alemanas, que los abatían por miles hasta agotar la munición, y a continuación se enviaban más y más tropas… Igualmente, las purgas de Stalin acabaron con infinidad de oficiales y suboficiales veteranos y expertos en combate y en mando de tropa, los cuales fueron sustituidos por militares con mucha más ideología que capacidad y conocimiento. Y no hay que olvidar que Stalin azuzó la competencia entre sus generales (Zhukov, Konev, Rokossovsky) para llegar antes a Berlín, lo cual supuso que uno quería anticiparse al otro e improvisaba un ataque sin comunicárselo a los demás, lo cual redundaba en bajas por fuego enemigo y amigo. Todo ello multiplicó el número de muertos, pero ¿qué le importaban los muertos a Josif Stalin?

Es innegable que la Unión Soviética tuvo una importancia determinante en la derrota de Alemania, pero nunca hubiera podido empujar tanto desde el este sin que se avanzara también desde el oeste. Y además, el Ejército Rojo no hubiera sido capaz de llegar antes a Berlín sin la ayuda de Estados Unidos, que regó de recursos a sus aliados, URSS incluida, mediante lo que se conoce como Ley de Préstamo y Arriendo.

Dentro de este programa (‘Lend-Lease Act’ en inglés) USA distribuyó más de 50 mil millones de dólares en material de guerra entre sus aliados (se estima que equivalen a unos 800 mil millones actuales) a lo largo de los últimos cuatro años de la guerra. Inglaterra fue la que más recibió, más de 30 mil millones, y luego la URRS, que fue subvencionada con más de 11 mil millones en equipos y suministros bélicos. El desglose de lo recibido por los ejércitos de Stalin fue, groso modo, 15 mil aviones, 7 mil tanques, 8 mil cañones, 131 mil ametralladoras, 11 mil revólveres y pistolas y 345 mil toneladas de explosivos; 50 mil jeeps, 35 mil motos, 375 mil camiones y casi 4 millones de neumáticos; 2 mil locomotoras, 11 mil vagones y medio millón de toneladas de raíles; 2,5 millones de toneladas de petróleo, 1 millón de toneladas de productos químicos, víveres, cable telefónico,  cuero, botas, barcos y maquinaria naval, metales diversos, equipos de radio… Se dice que muchas puntas de avance soviéticas se hicieron a bordo de vehículos Chevrolet y Studebaker. Lógicamente, la Unión Soviética no pagó nada…, y USA tampoco lo reclamó.
Nikita Jruhchev, sucesor de Stalin, dejó escrito en sus memorias que varias veces habló con el propio Stalin sobre el asunto, y que éste le había dicho que “… si los Estados Unidos no nos hubieran ayudado no habríamos ganado la guerra. Si hubiéramos tenido que luchar contra la Alemania nazi uno contra uno no podríamos haber resistido la presión de Alemania y habríamos perdido la guerra”. Y concluye Jruhchev: “Entonces estuve de acuerdo con él, y hoy lo estoy aún más”.

Sí, la URSS tuvo una gran importancia en la derrota nazi, pero sin USA la cosa hubiera sido muy distinta.

CARLOS DEL RIEGO


domingo, 9 de junio de 2019

ESTRELLAS DEL ROCK QUE SE VIERON EN LA RUINA

Jerry Lee Lewis, 83 años, ha sido perseguido por la Hacienda estadounidense casi toda su vida, y llegó a tener más de 20 acreedores, hasta que se declaró en quiebra y lo embargaron.


De vez en cuando se sabe de personajes que estuvieron en la cima y que luego se ven en situación de necesidad; muchos deportistas y no pocos músicos, actores y artistas de toda especie caen con cierta facilidad en el despilfarro y el descontrol, y suelen terminar en la ruin ruina.  En los mercados del rock & roll se ha dado tal fenómeno muchas veces, afectando la bancarrota incluso a estrellas que se pensaban por encima de asuntos financieros

La cosa suele afectar más a quien alcanza el éxito durante un breve espacio de tiempo, puntualmente, pero también golpea a algunos con muchos años de experiencia en este negocio; músicos de gran prestigio que han ganado sumas enormes y que, por una causa u otra, de repente se ven con las cuentas corrientes en rojo, las propiedades embargadas y otras preocupaciones de índole económico.  

El eterno Jerry Lee Lewis ha sido considerado casi desde sus inicios como uno de los grandes pioneros del rock & roll. Sin embargo, desde el punto de vista económico siempre ha estado escaso de fondos, con deudas y, lo que es peor, con Hacienda siempre en su chepa. A finales de los años setenta del siglo pasado el fisco le reclamaba 275 de los grandes, y como no tenía con qué hacer frente a ese pago fueron a su casa los inspectores y se llevaron más de cincuenta piezas para subastar; pero la cosa no fue bien, no despertó mucho interés y se recaudaron menos de cien mil $. Apenas cinco años después fue acusado de evadir impuestos, pero eludió la cárcel por los pelos; meses después la Hacienda de Usa (IRS) regresó a su casa para llevarse lo que fuera: una moto acuática y un toro mecánico. A finales de los ochenta su deuda ascendía a dos millones a Hacienda y otro a más de 20 acreedores entre abogados, hospitales, hoteles…, lógicamente se declaró en bancarrota. Desgraciadamente, la vida le ha golpeado más duro que la economía: está el escándalo de su matrimonio con la chica de 13 años, la muerte de su hijo de 3, la de su otro hijo de 19, la de sus esposas… No parece una vida feliz.

El gran David Crosby (inolvidable con The Byrds, imprescindible con Stills y Nash y Young) parece haberse estado buscando su propia ruina durante años. Sus desgracias siempre han procedido de la terrible combinación de drogas, armas de fuego y automóvil. El caso es que el tío se la pega con el coche, viene la poli y le descubre con la nariz manchada de coca y una pipa en la guantera; meses más tarde repite, pero en una disco en lugar del coche; a mediados de los ochenta le dejan el libertad condicional tras conducir borracho y sin carnet; meses después estrella el coche ‘colocao’ hasta las cejas y con la pistola entre los trastos de manejar el polvo. Multas, sanciones, pagos y drogas y alcohol lo llevaron a la cárcel y a la bancarrota total. En 1985 vivía en la habitación que un amigo le prestaba, quien también le dejaba la ropa. Crosby (77 años) calcula que habrá despilfarrado no menos de 25 millones.  

Lo curioso es que hay ocasiones en que el deudor se declara en bancarrota como medida para eludir pagar, pero no porque esté realmente en quiebra. Así lo hizo Tom Petty en 1979 (y luego otros colegas), quien ideó esa estrategia para librarse del contrato abusivo con su discográfica (en un enrevesado asunto de venta de derechos de una disquera a otra sin contar con él). Petty había vendido muy bien sus dos primeros álbumes y sus correspondientes singles, pero con los papeles en la mano la compañía se quedó con casi todos los beneficios (él declaró que había firmado ‘coaccionado y engañado’). Y entonces grabó y publicó otro Lp al margen de la discográfica, la cual lo denunció y le obligó a pagar más de medio millón, así que se declaró en bancarrota sin estarlo realmente; lo malo es que la demandante le prohibió incluso actuar. Pero la situación tampoco era buena para la empresa, y dado que Tom Petty ya era una gran estrella y podía vender mucho más, los ejecutivos se lo pensaron mejor y dieron un giro total a su estrategia: le firmaron un nuevo y jugoso contrato, esta vez sin letra pequeña.

Uno de los discos más vendidos de la historia del rock, el ‘Rumours’ de Fleetwood Mac debería haber pagado las facturas de todos sus integrantes el resto de sus vidas. Pero no fue así, al menos no para todos. Ocho años después de aquel bombazo, Mick Fleetwood, batería y fundador, se declaró en bancarrota; su principal problema es que él no firmó ninguna de las canciones, por lo que su parte de las ventas fue mucho menor que la de sus compis que sí componían. De todos modos, ganó ‘pasta gansa’, pero se la gastó en coches, casas de lujo, equivocadas inversiones, fiestas y mujeres, aunque no (demasiado) en drogas. Y cuando el grupo dejaba de trabajar porque cada uno hacía sus cosas en solitario, Mick ingresaba poco para sus necesidades. Y así ha estado durante décadas, tanto que hace unos años declaró que no recordaba cuántas veces se había declarado en bancarrota.

Mucho se habló del caso del cantautor canadiense Leonard Cohen. Durante los años noventa del siglo XX vivía de las rentas de sus éxitos pasados, sacando discos cada cinco o seis años y tomándose las cosas con mucha calma (incluso se retiró a un monasterio), ya que estaba convencido de que en sus cuentas corrientes había números de con siete cifras. Pero un día, en los primeros años de este siglo, se enteró de que le quedaban unos cien mil dólares y bajando. Su manager Kelley Lynch se había quedado con gran cantidad e incluso había ingresado más vendiendo derechos sin que Cohen se enterara; aquel se defendió acusándolo de vivir a todo lujo y que por ahí se había escapado el dinero, pero Cohen demostró que Lynch había cargado facturas a su cuenta, la última apenas una semana antes de descubrirse el pastel. Lógicamente lo despidió, pero el tiparraco aun intentó sacar pasta de la cuenta de Cohen. Sus abogados (para pagarlos tuvo que hipotecar su casa) calcularon en unos 9 millones de dólares lo que Lynch la había trincado. Así que se declaró en quiebra y, en 2005, ya con 71 años, volvió a grabar y a la carretera para tratar de levantar cabeza. Murió diez años más tarde.

Hay más casos, como el del cantante texano Meat Loaf, quien siempre sospechó que vendía mucho más de lo que su discográfica le decía, cosa que pudo demostrar en los años noventa gracias a las nuevas tecnologías; demandó a la compañía por millones y fue demandado por ésta por muchos más, hasta que no le quedó más remedio que declararse en quiebra total para evitar más demandas, aunque perdió prácticamente todo, incluyendo su casa y los derechos sobre sus discos. Otro estadounidense que se vio obligado a optar por la declaración de bancarrota es el polémico Ted Nugent; parece que el tipo era muy espléndido con todos y tenía un bolsillo fácil en los años setenta, cuando vendía millones; pagaba sustanciosas gratificaciones a músicos, agentes, representantes, ‘roadies’ (pipas), contables, abogados…; además, también gastó ingentes cantidades en inversiones disparatadas, como la cría de unos caballos bastante raros (‘clydesdales’), un hotel en una de las ciudades con mayor índice de delincuencia de Usa (Flint, Michigan) o una granja de visones, todo lo cual fracasó estrepitosamente; para 1980 tuvo que declarar la quiebra, aunque no tardó demasiado en recuperarse.

CARLOS DEL RIEGO

jueves, 6 de junio de 2019

¿CUÁNDO SE TOMA CONCIENCIA DE ESPAÑA COMO NACIÓN?



A la llegada de los romanos había vascones donde está Navarra, várdulos y caristios donde Vascongadas, y cántabros, astures..., pero no catalanes
En otros tiempos se decía que España era el país europeo que antes tomó conciencia de serlo. Sin embargo, en las últimas décadas no sólo se niega  dicha afirmación, sino que se ha retrasado siglos su constitución como ente político, e incluso hay quien afirma (contra toda evidencia) que sigue sin existir. Un ex presidente vasco ha vuelto a sacar el tema
Manuscrito de las Cartas de Cortés. En la octava línea se lee '...nera que quando salio destos rreynos de españa'. Y justo debajo '... paso a la ysla española'. Era sobre 1520 y ya existían conceptos como España y españoles.

El ex-presidente vasco Ibarreche afirma (VI-19) que hace 2000 años no existían ni Francia ni España pero sí los pueblos vasco y catalán. En primer lugar es ignorante equiparar una tribu de hace dos milenios con un estado-nación moderno. En segundo lugar, la primera noticia indiscutible del uso del término Cataluña es en un texto de 1117, lo que indica que se vendría utilizando desde algún tiempo atrás, pero no hace dos mil años. Finalmente, sí es cierto que hubo vascones, asentados en lo que hoy es Navarra, y várdulos y caristios donde está País Vasco, pero también había carpetanos, vetones, astures, cántabros, turdetanos, lusitanos, celtas, íberos…, pueblos o tribus de la península a la llegada de los romanos; lo que no aparece es ninguna tribu, nación o pueblo catalán. En todo caso, lo que demuestra este personaje es su añoranza por la tribu, por el espíritu tribal que, seguro, es herencia del Paleolítico Inferior y al que, al parecer, desea regresar.

Pero entonces, ¿cuándo se tienen conciencia de la existencia de España y de españoles? Durante años los libros de texto afirmaban, erróneamente, que España existe como tal desde la unión de las coronas de Castilla y Aragón, pero esa unión no fue real, efectiva, de hecho y de derecho hasta la entronización de Carlos I. Y es precisamente durante el reinado de éste cuando se vuelven de uso corriente los términos España y españoles, lo que indica que ya se tiene conciencia de nación y de pertenencia a ella. Hay historiadores que retrasan la toma de identidad jurídica y política hasta la llegada del primer Borbón, Felipe V, a comienzos del siglo XVIII, pero se basan casi exclusivamente en cuestiones legislativas y políticas; de todos modos, ya con el Emperador Carlos el poder y la ley afectaban por igual a todos los territorios que hoy conforman el país (también a los de ultramar, pero eso es otro asunto).

Un dato muy significativo es el hecho de que a los nuevos territorios americanos continentales, una vez finalizada la conquista de México-Tenochtitlán, se les empezó a denominar La Nueva España, y a partir de 1535 se creó oficialmente el Virreinato de Nueva España. Parecen indicios bastante razonables de que ya existía el concepto de España, pues si no fuera así, ¿a qué venían esos nombres para las nuevas tierras americanas?

Cortés escribió a Carlos I varias ‘Cartas de la conquista de México’, normalmente llamadas Cartas de relación, la primera fechada en julio de 1519 y la quinta en septiembre de 1526. La tercera, en mayo de 1522, se titula elocuentemente: “Carta tercera enviada por Fernando Cortés, capitán y justicia mayor del Yucatán, llamado la Nueva España del mar océano, al muy alto y potentísimo César y invictísimo señor Don Carlos, emperador semper augusto y Rey de España, nuestro señor” (a lo largo del texto se repiten términos parecidos infinidad de veces). Si no existía la idea de España, ¿a qué se referirá Cortés al decir la Nueva España o Rey de España? Objetivamente, esas palabras señalan inequívocamente que existía noción de país llamado España, que estaba arraigado y que era de uso cotidiano.

Algo parecido se puede decir de la obra de Bernal Díaz del Castillo ‘Historia verdadera de la conquista de la Nueva España’. Y tanto éste como Hernán Cortés narran continuamente lo que les sucede a los españoles, no a los castellanos, aragoneses o vascos, y por ello en sus libros se leen frases como “éramos muy pocos españoles”, “aquella noche murieron muchos españoles”, “… hacíamos a algunos españoles se metiesen en celada”. Cuando cuentan el episodio en el que un soldado escaló el volcán Popocatépetl para recoger azufre (con que hacer pólvora), Bernal especifica que era canario, mientras que Cortés dice “…entrando un español setenta o ochenta brazas, atado a la boca abajo…”, y acto seguido dice que en adelante espera “que nos provean de España”. Al hablar Bernal de sus compañeros suele señalar su lugar de procedencia, y al final de su libro se detiene a enumerar a todos, dejando claro de qué parte de España es cada uno, pero cuando habla del contingente siempre, sin excepción, se refiere a españoles.

Si a aquel territorio se le llamó desde tan pronto ‘Nueva España’, si en aquellos libros escritos en el siglo XVI (el de Cortés desde 1519 hasta 1526; Bernal debió terminar el suyo hacia 1568) se refieren continuamente a esos términos, es fácil deducir que el concepto de España ya estaba más que arraigado, asumido, interiorizado, e igualmente la denominación de españoles.

Todo ello indica que España tenía que existir entonces, por fuerza, en el sentir, en la conciencia del pueblo, de todos los pueblos que la integraban. 
CARLOS DEL RIEGO



domingo, 2 de junio de 2019

BOB MARLEY Y LOS CINCO HITOS QUE MARCARON SU VIDA

La imagen de Bob Marley es más que un símbolo, es equivalente a reggae.

Si se pregunta por los jamaicanos más célebres habrá quien también mencione a los sprinters olímpicos, pero nadie se olvidaría nunca de la figura de Bob Marley, tal vez el principal motivo de orgullo y el gran símbolo de la isla. En mayo de 1981 dejaba este mundo, pero también dejaba aquí un sinfín de grandes canciones, una imagen inconfundible y, en fin, un estilo ya adoptado en todo el planeta. En el aniversario de su muerte se pueden señalar claramente los hitos que decidieron su vida   

En mayo hizo 38 años de la muerte del gran Bob Marley, todo un icono de la música, uno de los máximos representantes de Jamaica (tal vez el más importante) y, sin duda, la imagen del reggae. Marley siempre será equivalente a reggae y viceversa. Como el noventa por cien de sus compatriotas (seguro que más) su vida surge en medio de la pobreza, creció en la marginalidad y siempre vio muy de cerca la violencia de la calle. Como músico, su estilo se difundió de modo imparable por todo el mundo (gracias, eso sí, a músicos ingleses que se enamoraron y dieron ‘cancha’ y visibilidad al reggae), se convirtió en estrella del rock y como tal recorrió el mundo.  

Penetrado por una profunda religiosidad y una gran inquietud política y social, Bob Marley tuvo una infancia y juventud duras, como la práctica totalidad de los jamaicanos de su tiempo. Su origen es de sobra conocido: Cedella, su madre, descendiente de esclavos, fue seducida y engañada con halagos y promesas por el capitán Marley, blanco, que la dejó embarazada y salió por pies; 17 años, sola, embarazada de un mestizo, soltera y en la pobreza total, recaló en el  barrio más miserable y marginal de Kingston, donde eran diarias las peleas, palizas, asaltos, puñaladas, robos, violencia; en ese ambiente Bob encontró tiempo para aprender a tocar la guitarra, y en 1963 formó un grupo, Wailing Wailers… Una historia tantas veces repetida, nada excepcional.

El primer momento clave de su vida. A mediados de los sesenta se casó con Rita y, al poco, decidió ir a ver a su madre, que había emigrado a Estados Unidos. No le gustó lo que vio: la forma de ser de la gente, su vida, el materialismo y, sobre todo, el racismo… Volvió espantado y cuando se reencontró con Rita se llevó otra enorme sorpresa. Resulta que mientras estaba en USA, el emperador de Etiopía, Haile Selassie, visitó Jamaica desatando la locura rastafari en la isla, todo el mundo se ‘convirtió’, incluyendo Rita, que dejó boquiabierto a Bob con sus nuevas rastas; en poco tiempo también él abrazó la nueva creencia, y con tanto entusiasmo que reestructuró su forma de entender y hacer música, reunió a sus Wailers y con ellos (y otros) sentó las bases del reggae. Bob Marley empezó a ser Bob Marley. Dice una leyenda que los grupos jamaicanos de entonces hacían ska, trepidante ritmo de ascendencia hispano-caribeña, pero que muchas veces hacía tanto calor que apetecía bajar el ritmo, y lo que era ska pasó a ser reggae.    

El segundo hito de su vida es su irrupción en los mercados internacionales, que se produjo gracias a que una gran estrella se fijó en él. Para 1973 ya se había hecho un nombre, pero el año siguiente Eric Clapton lanzó una versión del ‘I shot the sheriff’ que impactó en las listas más importantes, lo que hizo que todo el mundo buscara más de ese tal Marley (algo parecido ocurrió con los orígenes del rock & roll: hasta que artistas blancos no lo difundieron, la cosa no prosperó). En la segunda mitad de los setenta Bob Marley ya era un artista con buena prensa y buenas ventas en el extranjero y un ídolo en Jamaica.

El tercer punto de referencia. Su enorme prestigio y popularidad hizo que, en 1977, los políticos jamaicanos trataran de acercarlo a sus partidos de cara a una campaña que, por otro lado, estaba resultando muy violenta. Se negó, pero lo que sí hizo fue anunciar un concierto para calmar los ánimos, sin embargo, uno de los políticos se apuntó el tanto (¡qué raro!), así que Bob se ganó la enemistad de los otros; en diciembre de ese año, dos días antes del concierto, unos facinerosos entraron en su casa a tiros y lo hirieron a él, a Rita y a otras dos personas de gravedad (se recuperaron). Bob tuvo suerte, pues una de las balas pasó cerca de su corazón. Y el día señalado superó su miedo, subió al escenario y dio el concierto… Pero el suceso le persuadió de que era mejor irse a vivir a Londres.

El siguiente hecho decisivo es la llegada al éxito definitivo. En su expatriación voluntaria se centró en su noveno álbum, ‘Exodus’, así titulado por el Éxodo bíblico, por su salida de Jamaica, por su la creencia rastafari de ‘regreso’ a Etiopía. Como es sabido, el disco fue la confirmación de gran estrella del rock. Eso sí, en Londres lo detuvieron por posesión de maría; ¿qué podía esperarse? Lo curioso es que fue la única vez que se le acusó de tal cosa; quizá conociendo el factor ritual de la hierba en la creencia rastafari las autoridades decidieron hacer la vista gorda. Cuando volvió a Jamaica dio otro concierto, multitudinario y entusiasta, en el que subió a los políticos rivales al escenario. ¡Qué momento!

El último y definitivo hito de su vida se produjo en 1977. Es sabido que a Marley le encantaba el fútbol y tenía la costumbre de organizar partidillos con los músicos y toda la tropa que llevaba estando de gira. Durante uno de esos partidos alguien le dio en el pie, lo llevaron al hospital y, bajo la uña del dedo gordo, vieron una mancha fea, oscura, pero se pensó que no sería más que el lógico moratón. Sin embargo ese dedo iba a peor, así que se le volvió a examinar a fondo y se detectó un melanoma (cáncer de piel, muy grave), pero al estar tan localizado parecía fácil la solución: se corta el dedo y se acabó el mal. Desgraciadamente las creencias del artista le empujaron a rechazar la amputación, de modo que intentó otros tratamientos que, lógicamente, fueron inútiles. En 1980 la ‘cosa’ era ya imparable, aceptó que le cortaran el dedo, pero ya era demasiado tarde, el cáncer se había extendido. Al volver a Jamaica el avión hizo escala en Florida, donde Bob Marley fue ingresado de urgencia, pues en pleno vuelo su estado se hizo más que alarmante. Murió allí, y a Jamaica sólo llegaron sus restos. Sólo tenía 36 años y estaba en plena madurez artística. Evidentemente, tomó una pésima decisión al negarse a perder un dedo del pie y ganar la vida.

Cinco puntos de referencia que marcaron su trayectoria vital y artística, cinco decisiones, cinco momentos clave que determinaron la historia de Bob Marley, el gran icono del reggae. Se preguntó ‘Is this love’ mientras invitaba a ‘Jamming’ y recomendaba melancólico ‘No woman no cry’.

CARLOS DEL RIEGO