Los siempre estrafalarios Kiss han cometido la herejía del play back, y en más de una ocasión la tecnología los traicionó
Ya en los setenta se hablaba de que tal grupo utilizaba cintas pregrabadas en los conciertos, lo cual era una gran herejía en los ambientes del rock más académico. Desde entonces no pocos han tirado de esa pequeña trampa para que su actuación luciera más, aunque siempre tratando de que no se enterara nadie. Averías, tropiezos o descoordinación han dado lugar a situaciones en las que el público descubre el pastel, para bochorno del artista. La cuestión es si para conseguir ofrecer el mejor sonido en vivo es lícito usar pregrabados
En otros ámbitos distintos al del rock (como el de la llamada canción ligera) se suele escuchar habitualmente algún instrumento que no toca nadie sin que la cosa pase de anécdota; incluso se han dado casos de ‘play back’ en directo verdaderamente bochornosos. Pero en el mundillo del rock & roll eso de que el grupo de encendidos rockeros meta algo registrado previamente en el estudio se entiende como falta de autenticidad, como concesión comercial, sacrilegio. Distinto es el caso de Queen, que cuando iba a hacer en vivo una de sus canciones con docenas de voces, advertían que en ese pasaje, sólo en ese, se ayudarían con pregrabados. En el otro extremo, en lo que fue pura estafa, está el ya conocido caso de Milli Vanilli.
En 1978 tras un concierto en Nueva York, se acusó a la Electric Light Orchestra de haber enriquecido su ya de por sí barroco sonido con pistas de estudio. La cosa se resolvió entre abogados y sin que trascendiera nada. Por aquella época, al terminar un concierto, los miembros de Kansas dejaron de tocar mientras aún sonaban los últimos compases.
Uno de los integrantes de Motley Crue, Nikki Sixx, dijo hace unos años que ellos venían usando desde 1987 secuencias enteras, coros y voces adicionales para “completar el sonido”; también dijo que ellos no lo ocultaban, “a diferencia otros…”. Los siempre llamativos Kiss pasaron cierta vergüenza cuando en un concierto en Bélgica el batería perdió el ritmo, se cruzó, disparándose entonces una pista vocal sin nadie al micro. Y es que no es tan extraño que se produzcan pequeñas averías que llevan a pasar un mal rato, puesto que manejando el ordenador está una persona, un especialista, pero…
“Queremos que el sonido sea lo más deslumbrante posible, que todo redunde en un espectáculo grandioso”, suelen alegar los que abiertamente enriquecen la música en directo con trozos en ‘play back’. Se dice que tras la irrupción de la Mtv muchos grupos querían un sonido perfecto y estaban dispuestos a todo para conseguirlo. Y cuando unos empezaron a hacerlo y a sonar como en el disco, otros decidieron no quedarse atrás, así que… De este modo, si hay una parte imposible en vivo no se renuncia a ella, sino que se añade; y de igual modo si el pasaje es complicado y con peligro de meter la pata. “Hay más posibilidades tecnológicas que nunca, y todos están tratando de ofrecer más que los demás, por ello se recurre a todo”, explicaba un manager y productor con mucha experiencia. Además, “si necesitas un saxo o un violinista para un par de momentos es mucho más barato meterlo grabado”.
Por el contrario, otros músicos de rock entienden que en directo sólo puede sonar lo que hagas en el escenario. Joe Lynn Turner, ex solista de Rainbow entre otros, afirmó rotundo que “Si usas pistas para acompañar el sonido de directo escenificas una pantomima y no estás siendo honesto. Te estás engañando y estás engañando al público. Si no puedes hacerlo en vivo no engañes”. Más categórico fue Ian Gillan, de Deep Purple, quien definió las pistas pregrabadas como auténticas “trampas, y conozco a muchos que las hacen; antes eran las drogas las que minaban el rock, ahora también las grabaciones añadidas”. Igualmente piensan otros, que insisten en que un concierto en vivo tiene que ser en vivo todo el tiempo. En todo caso es un tema incómodo para los que se dedican a esto.
De hecho, los pequeños fallos y ausencias de este o aquel arreglo es lo que proporciona encanto y exclusividad al concierto. Sí, pueden notarse algunos vacíos respecto al disco, pero eso no quita valor sino que demuestra lo genuino, lo verdadero.
CARLOS DEL RIEGO