A finales del año 2002 murió Joe
Strummer, líder e ideólogo de The Clash y uno de los principales nombres de la primera
hornada del punk-rock. Su influencia es evidente en infinidad de bandas de todo
el mundo. Pero lejos de los escenarios, los estudios y las cámaras, o sea, en su
vida personal, recibió unos cuantos palos
Muchas veces se tiende a pensar que la
vida de la estrella del rock es ideal, perfecta, con todo lo que desea a su
alcance. Pero la realidad es, casi siempre, muy diferente, con penas, amarguras
y tristezas idénticas al resto de los mortales. Es muy probable que Joe
Strummer vertiera todo el dolor sufrido en la música que lo hizo tan famoso. Y
tan querido. Como cantante principal, compositor y guitarrista de la banda, Joe
Strummer ejerció una gran influencia en sus compañeros, metiéndose a menudo en discusiones
políticas sobre la corrupción, la desigualdad o la injusticia en el Reino Unido
y en todo el mundo. Sus canciones, imaginativas, vitriólicas, quedan para
siempre.
Joe Strummer (John Mellor) nació en
Ankara, Turquía, en 1952, puesto que su padre era diplomático del Ministerio de
Exteriores del Reino Unido y, por tanto, fue destinado a diversos lugares del
mundo. Así, mientras sus padres iban de Egipto a Turquía, de Chipre a Alemania
o México, desde los nueve años él y su hermano David se quedaban en un
internado en Londres durante larguísimas temporadas; hubo años en que apenas
vieron a sus padres en navidad. La ausencia de éstos, sobre todo la de su
madre, dejó una honda amargura en lo más profundo del niño, tanto que décadas
después hablaba de ello con dureza y si haber perdonado ni olvidado. De hecho,
cuando su madre se moría víctima del cáncer, a mediados de los ochenta, él no
dejaba de recriminarle y recordarle los años en que lo abandonó a él y a su
hermano. Anna murió en 1986 invadida por el cáncer, el cual le había sido
diagnosticado en 1979, y en ese mmento se lo comunicó Strummer a sus compañeros
justo cuando The Clash grababan el insuperable ‘London calling’.
El hermano mayor de Joe Strummer,
David Mellor, tampoco tuvo una vida feliz, con diversos problemas psicológicos
que lo llevaron al suicidio en 1970. Este suceso también le afectó a pesar de
que David se había enrolado en el Frente Nacional, organización británica de
extrema derecha, y apenas hablaba el uno con el otro. El cuerpo de David fue
encontrado en un parque unos días después de haberse quitado la vida, siendo el
propio Joe el encargado de identificar el cadáver. “Era un nazi, no le gustaba
relacionarse con nadie…, tal vez el suicidio fuera lo único que pudiera hacer”,
dijo el músico, que tal vez sufriera más por la ideología de su hermano que por
su muerte.
Aun casado con su primera mujer, Joe
Strummer (entonces con 26 años), se emparejó con Gaby Salter, con la que tuvo
dos hijos; unos días después del nacimiento de su hija Lola, el hermano de
Gaby, internado en un siquiátrico con esquizofrenia paranoide, también se
suicidó, lo que causó gran tristeza a Gaby y afectó profundamente al propio
Strummer.
El 22 de diciembre de 2002, Joe
Strummer había salido a dar un paseo con sus perros. Cuando volvió a casa, cayó
al suelo para no volver a levantarse. Su esposa de entonces, Lucinda Tait, lo encontró
aun con vida, pero falleció a los pocos minutos. Fue un infarto fulminante,
probablemente como consecuencia de una cardiopatía congénita que nunca le había
sido diagnosticada.
Tenía 50 años y dejó una brillantísima
carrera artística, con títulos que ya forman parte de la más potente,
irreverente y protestona historia del rock.
CARLOS DEL RIEGO