Si un día, por cualquier causa, este tipo llega a ser jefe de gobierno, España se llenaría de checas y gulags. |
El tal Sánchez Gordillo, alcalde de Marinaleda (Sevilla) desde
1978 (34 años montado en el carro del privilegio) sigue con su estrategia de
hacerse notar, de creerse y presentarse como el salvador de la Humanidad, y
para ello nada mejor que violar la ley. El barbudo personaje (por cierto, las
barbas tan largas recogen las partículas de saliva que se expulsan al hablar,
de forma que al secarse, invariablemente huelen que apestan; tal vez ese arma
química forme parte de su táctica, o tal vez haya que huir de la higiene para
ser buen izquierdista) es el típico iluminado que se cree en posesión de la
verdad absoluta y, por tanto, legitimado para hacer lo que quiera, para
infringir las leyes que él quiera; sin embargo, la misma acción que él lleva a
cabo, si es perpetrada por contrarios ideológicos, será para él causa de gran
indignación y lanzamiento de insultos. Este personajillo que siente devoción
por asesinos (como ‘Che’ Guevara, cuya voz grabada para siempre lo deja bien
claro) quebranta y a la vez utiliza la ley como los mafiosos más poderosos o como
los grupos terroristas organizados, puesto que siempre cuenta con el mejor
apoyo legal y político. Pasa por encima de la ley: asalta y roba, ocupa
ilegalmente o desvía un tren; pero se aprovecha de la ley, pues es alcalde y
diputado y recurre a la ley cuando la necesita…, como los asesinos y los
terroristas; es más, él se disculpa diciendo son actos simbólicos, igual que
los terroristas que dicen matar no a la persona, sino a lo que representa. En
fin, es el típico facha que señala cuándo, qué leyes y quienes las pueden
quebrar.
Aseguran que hay comunismo en su pueblo, pero los productos
de ese pueblo entran en el mercado capitalista, forman parte del engranaje
capitalista, de modo que de comunismo nada de nada. Y es que, como queda
comprobado, ningún país comunista ha tenido éxito jamás, ninguno ha funcionado,
y todos los regímenes comunistas han utilizado todos los recursos fascistas
para mantenerse en el poder; no hay que olvidar que el comunismo es un método
económico, no político, pues políticamente todo gobierno comunista es calcado a
todo gobierno fascista. Además, también es evidente que quienes se proclaman
comunistas o socialistas lo hacen desde la comodidad y libertad del capitalismo
(¿alguien se imagina qué le pasaría a un ciudadano que en un país comunista se declarara
capitalista?).
Pero desgraciadamente, el verdadero problema es que las
leyes las escriben lechuguinos apocados, y son aplicadas por jueces atentos
exclusivamente al bienestar del agresor.
En fin, este individuo tan obsesionado por las cámaras y los
focos, no es más que otro político que ha comprobado lo bien que se viaja
subido en el tren del privilegio (34 años en primera clase), de modo que su
intención es no volver a trabajar pie a tierra en la vida (evidencia de
cobardía).
Seguro que a este Gordillo le gustaría ser Kim Yong Un, el
dueño de ese paraíso comunista que es Corea del Norte. Por eso, si por algún
vuelco del destino este tipo llegara un día al gobierno central, España se
llenaría de checas, gulags y centros de reeducación.
CARLOS DEL RIEGO
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