lunes, 30 de abril de 2012

CUARENTA AÑOS DE ZIGGY STARDUST. David Bowie publicó en 1972 una de las obras maestras del rock de todos los tiempos


Lou Reed, Mick Jagger y Bowie en 1973,
momento de apogeo glam (BettmanCorbis)

En junio de este año se cumplirán cuatro décadas desde que David Bowie publicó su magistral álbum ‘The Rise and fall of Ziggy Stardust and The Spiders from Mars’, el disco en el que el músico británico se inventaba una estrella de rock alienígena llamada Ziggy Stardust que, con su grupo The Spiders From Mars, protagonizaba una ascendencia y caída en el universo de la música rock.

El disco está considerado como la cumbre del glam-rock, género que ha ido influyendo en posteriores variaciones del rock, tanto en sonido como en estética, tanto en el punk como en la ‘new wave’, en casi todas las ramas de heavy-rock y en el rock ‘indie’. Pero si por algo ha pasado a la historia ‘Ziggy Stardust’ es por las excelentes canciones que contiene, piezas fáciles de recordar, estribillos sencillos y directos, arreglos poderosos sin renunciar a deliciosas orquestaciones..., y todo ello puesto en escena con enorme dramatismo, con gran pasión y teatralidad, incluso a veces con un punto de exageración que, a la larga, da carácter y convierte el total en irresistible. Cuarenta años después esas melodías siguen siendo mágicas, capturan, emocionan, contagian y, en fin, dejan claro que una composición brillante lo será siempre, gustará siempre, independientemente de las modas y gustos del momento.
Bowie y Mick Ronson en la
 gira de Ziggy Stardust

Pero es que, además, ‘Ziggy’ es un disco alrededor del que planean varias leyendas. Por ejemplo, el origen del nombre Ziggy, sobre el que hay diversas teorías, aunque es muy posible que estuviera inspirado en su amigo Iggy Pop. Por otra parte, al menos en aquella primera mitad de los setenta del siglo pasado, también se decía que para explicar el ascenso y derrumbe del grupo de rock en cuestión, Bowie había escrito algunas canciones pensando en otras estrellas del rock concretas; así, corría el rumor entre los más iniciados que el tema ‘Starman’ (dotado de una intensidad dramática que llega a poner los pelos de punta) había sido concebido pensando en Mick Jagger; se aseguraba que la maravillosa ‘Lady Stardust’ (melodía inspiradísima y cautivadora) era en realidad una descripción, un homenaje a Marc Bolan, el malogrado líder de T. Rex; se daba por evidente que la depresiva ‘Rock & roll suicide’ (con ese cambio de ambiente a la mitad que parece anunciar la tragedia) estaba hecha para Lou Reed; y claro, que ‘Ziggy Stardust’ hablaba de sí mismo.

Bowie ataviado con uno
de los disfraces de Ziggy
Son cuatro canciones excelentes, superlativas, encantadoras, delicias que transmiten toneladas de emoción, tanto que hacen palidecer al resto a pesar de ser temas por los que más de uno daría un brazo. Los arreglos (siempre acertados) son del propio Bowie y de quien era su mano derecha, el gran guitarrista Mick Ronson (por cierto, muy muy recomendable, pero muy difícil de encontrar, su Lp ‘Slaughter on 10th avenue’), otro auténtico genio que desgraciadamente murió de cáncer hace casi 20 años.

Lo mejor de estos discos es que perduran, que pasados los años vuelves sobre ellos y te vuelven a emocionar, que siempre tienen nuevos detalles, nuevos matices que descubrir, que siempre los escuchas con diferente perspectiva pero con la misma emoción.

Ziggy no ha perdido nada de encanto a pesar de ser ya cuarentón.
Carlosdelriego.

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