CANTANTES BABOSOS |
¿Quién no ha reparado con visión crítica en las letras de muchas de las canciones de más éxito? Quienes lo hayan hecho no dejarán de ver que, en realidad, todas hablan de lo mismo: “qué haré yo cuando tú no estés”, “mi alma se quedará sin vida si te vas”, “el frío me invade cuando te veo con él”, “te necesito más que el aire”, “sin ti me siento morir”, “por ti haría lo que fuera”..., y así casi hasta el infinito.
Lo que sorprende es que esto siga gustando, que el mismo discurso, el mismo contenido siga consumiéndose (la mayor parte del público consume música como si fueran bolsas de patatas), variando sólo el envoltorio.
Integrantes de algunos grupos de rock señalaban que lo difícil a la hora de escribir una canción es el tema, el “sobre qué voy a cantar”, y que una vez que estaba clara la cuestión no había más que ponerse a ello; incluso alguno iba más allá asegurando que los autores de música para cantantes “babosos” lo tenían mucho más fácil, pues el asunto ya está pensado. Por cierto, “babosos” era un término que se usaba en la década de los ochenta del siglo pasado para determinar a los cantantes siempre afectados, llorosos por su desdicha, abrumados por el desengaño amoroso y, en todo caso, absolutamente monotemáticos, pero no tenía la connotación insultante del término, es decir, se quería decir que babeaba y lagrimeaba cantando sus tópicos rosa (como el mil veces utilizado “mi vida no tiene sentido sin ti”), no que fuera tonto o simplón.
CANTANTES BABOSOS |
Curiosamente, ese tipo de letra (la de “por tu amor estoy dispuesto a todo”) suele reflejar el comienzo de una relación apasionada, los primeros chispazos de amores viscerales, animales, irracionales, incondicionales..., que casi siempre desembocan en maltrato, en tragedia. Y es que preguntando a quienes han protagonizado hechos de este jaez en la vida real casi siempre subrayan que “al principio estábamos absolutamente enamorados”, afirmaciones que coinciden con el consabido “me moriré si me dejas” de las canciones de los cantantes afligidos y melancólicos.
En fin que cuando estos artistas cantan piezas musicales como las mencionadas (“te quiero tanto que me duele el alma”), lo que hacen es anticipar situaciones indeseables. Por ello, no estaría mal que algún autor retomara los personajes de sus piezas antiguas y contara cómo acabó todo.
“Ya estoy harto de perderte sin querer,
arranca este dolor porque sin ti no sé vivir,
se me parte el alma y se me abren las heridas,
mi vida eres tú y si te vas vendrá la oscuridad,
quisiera poder besar tu boca y emborracharme de tus labios,
arráncame el corazón, arráncame la vida si te vas”.
Esto no es la letra de una canción, sino que cada verso está tomado al azar de una pieza de un cantante de actualidad; son palabras que ilustran pasiones irrefrenables, pero que, vistas y analizadas en profundidad, tienen poco que ver con el amor y sí con la pasión, puesto que este tipo de canciones no son románticas, sino canciones-culebrón, productos ideales para su venta masiva a públicos que consumen teleseries, revistas ‘rosa’, programas de cotilleo, ‘realitys’... Eso sí, sin ellas la oferta musical sería más pobre. Y quienes cantan este tipo de canción merecen todo el respeto.
Carlosdelriego.
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