Lou no no sonrió cuando fue joven.. |
De mayor su gesto fue aun más adusto |
Separados por apenas unos días se han ido dos
cantantes, dos hombres que dedicaron prácticamente toda su vida a la música, el
estadounidense Lou Reed y el español Manolo Escobar. Tienen eso en común, pero
si se profundiza un poco en una y otra personalidad, en una y otra obra, se
deduce fácilmente que uno era las antípodas de otro, y no sólo en el aspecto
artístico.
Lou nació en la capital del mundo, en una Nueva York
donde bullían vanguardias artísticas de todo tipo y donde la experimentación
era un valor; junto a ello, la decadencia, las drogas, la sexualidad exacerbada
y desinhibida…, en fin, la búsqueda del lado salvaje. Manolo era de Almería y
nunca se preocupó por existencialismos ni filosofías, celebraba la vida en cada
canción y su máxima causa de inquietud es que su novia fuera a los toros en
minifalda. El neoyorquino representaba la rebeldía, el inconformismo, la
protesta, la denuncia, la angustia, la letra profunda y doliente, mientras el
andaluz se expresaba despreocupado, sonriente, contento, agradecido y
transmitiendo mensajes optimistas, banales y con poca enjundia.
Esta fue la máxima expresión de alegría de Lou Reed |
La infancia de Manolo, aunque fuera en aquellos
oscuros y menesterosos años (nació unos meses después que la II República),
parece haber sido razonablemente feliz, por el contrario, la de Lou no debió
ser tanto, a juzgar por los esfuerzos que hizo su padre para ‘curarle’ su
presunta bisexualidad. Tal vez ahí radique el comienzo de la disparidad, la
base de tan distintas formas de afrontar la vida y la música. Luego está,
claro, el entorno; en aquella España hubiera sido impensable la protesta y la
denuncia, la vanguardia elegante y multicolor, la desinhibición sexual o la
experimentación. En Nueva York estaba Andy Warhol y su cohorte marcando los
ritmos coloreados de las modas plásticas y musicales; en España resultaba
difícil salirse del gris uniforme. Tal vez por eso puede resultar
contradictorio que allí donde no había cortapisa para expresión artística y
vital, Lou Reed siempre mantuviera tonos pesimistas en sus partituras, y que
aquí, donde todo tenía horizontes más cercanos y había que tener cuidado con lo
que se decía o cantaba, la melodía casi siempre sonaba dichosa y con escaso
pesar más allá del amoroso. Por si fuera poco y para abonar más su tendencia al
pesimismo, el autor de ‘Perfect day’ jamás gozó de reconocimiento en su país. Y
la otra cara: como otro factor de su sempiterno buen humor, el que cantaba
‘Viva el vino y las mujeres’ (su máximo de drogas y sexo) disfrutó el éxito
masivo casi desde el primer día.
Desde sus comienzos Manolo Esocabar regaló sonrisas y optimismo |
Echando un vistazo a los títulos y temáticas de Lou
Reed se comprueba que el tipo estaba siempre triste, insatisfecho, infeliz, atormentado:
‘Caminando por el lado salvaje’, ‘Vicious’, ‘Heroin’, ‘Esperando a mi hombre’
(camello), ‘Canción triste’, ‘Mata a tus hijos’… Por contra, Manolo Escobar
trinaba con el intrascendente ‘Porompompero’, ensalzaba la maternidad con
‘Madrecita María del Carmen’, celebraba españolismo con ‘Y viva España’ y, en
fin, contaba con orgullo cómo tenía de reluciente su desaparecido carro; poco
existencialismo metafísico, escasa angustia vital, nada de oscurantismos o
caídas por el tobogán de la perversión o el vicio. ¿Sería posible imaginar a
Manolo Escobar cantando con una mueca de disgusto y a Lou Reed con gesto de
alegría?
Hasta sus últimos momentos mantuvo el rostro alegre. |
Al final, ¿cuál de los dos artistas vivió más feliz
y satisfactoriamente? Al de Almería se le recordará con una enorme sonrisa en
su cara, mientras que es prácticamente imposible ver una foto de Lou Reed en la
que esté sonriendo. Cierto que hay mucha gente en el mundo que vibra con el
‘Rock & roll animal’ o el ‘Transformer’ y que se horroriza al oír ‘Mi reina
gitana’ (aunque también habrá quien encuentre insufrible al neoyorquino y disfrute
con el español), pero música aparte, ¿cuál de los dos pasó una vida más grata y
amable?, ¿qué trayectoria por este mundo es más deseable, la del infeliz y
atormentado gran creador o la del siempre dichoso e intrascendente intérprete?
CARLOS DEL RIEGO
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