Cómo resistirse a unas orugas tan jugosas |
Desde
la FAO, uno de los más inútiles
organismo de la cada vez más inútil ONU, vienen ahora recomendando al personal
que, ante la previsible (según ellos) falta de alimentos en el futuro, empiece
a probar los insectos (y arácnidos como el escorpión). Son muy nutritivos y
fáciles, limpios y baratos de producir e incluso resultan deliciosos, en fin
que todo son beneficios; lo que llama la atención es que no hayan llegado a tan
brillante conclusión antes, puesto que, que se sepa, los insectos existen desde
hace algún tiempo, y casi desde el primer momento han servido de comida en
muchos lugares. Por tanto, ¿a qué viene ahora tan estrambótica ocurrencia?,
¿acaso piensan que con ella van a resolver los problemas de alimentación en los
países más necesitados?, nada de eso, la realidad es que esta entidad se ve
obligada de vez en cuando a decir algo que llame la atención para demostrar que
está ahí, para hacer ver al contribuyente que hace algo, que el muchísimo
dinero que cuesta no es un total despilfarro.
No
hay por dónde echarle mano a este monumento a la estulticia. Se puede decir que,
según la propia ONU, el planeta produce suficientes alimentos para toda la
población actual (y más), de manera que lo que la susodicha organización
debería hacer es preocuparse por volver eficaz la distribución o tratar de
recoger y canalizar los excedentes, aportando soluciones concretas y no
limitarse a exigir a los estados “políticas solidarias” y vaguedades similares.
También cabe la objeción de que, si se empieza a manufacturar insecto de modo
industrial, seguro que la producción iría al tercer mundo mientras en occidente
se seguirían zampando chuletas; y como quiera que los crujientes bichitos se pueden
fabricar en casa, pronto estarían las viviendas infestadas de patas y antenas
sueltas, de exoesqueletos y de restos defecados, pues los insectos atraerán
inevitablemente a sus depredadores. ¡Habría que ver a estos jerarcas de vida
regalada engullendo termitas y orugas y atendiendo a su granja casera de
escarabajos! Recuerdan a aquellos fenómenos que iban de ciudad en ciudad
alertando del deterioro ambiental y aconsejando modos de evitarlo…, mientras viajaban
en avión y automóvil, vehículos que apenas contaminan.
Afirman
los iluminados de esta organización de necios ufanos que sólo hay que superar
el factor asco (sentimiento exclusivamente humano), y que no se debe ser tan
escrupuloso con el condumio, ya que en muchos lugares del mundo (España incluida)
el personal se echa al coleto gasterópodos (caracoles), y que el pescado crudo
cada día tiene más adeptos; sin embargo, a la mayor parte de la población le
repelen las babosas con concha igual que los peces sin cocinar. Por eso,
afirmar que “muchos resultan deliciosos” es como decir que todo el mundo tiene
los mismos gustos sin pararse a pensar que lo que a uno le parece delicioso a
otro le resulta repugnante, y viceversa. Además, si ya hay lugares donde se
cocinan larvas (o se engullen vivas) eso no quiere decir que haya que imitar
tal comportamiento; y por otro lado, también existen individuos que se pirran
por un buen saco de abono, gentes que se comen la tierra a puñados, humanos que
encuentran deliciosa la comida del gato o el pienso del perro, personal que se
chupa los dedos con tarántulas asadas o con ranas crudas…
¿Cuál
será la próxima necedad de entidad tan estéril como la ONU para solucionar el
problema de la alimentación?, ¿qué tal proponer zamparse a los muertos en lugar
de dejarlos como pasto de gusanos? ¿y los fetos recién exterminados y
extraídos?, al fin y al cabo, una vez fiambre, la persona no es más que carne
muerta, y si el no nacido no es (según muchos) persona, ¿qué problema habría?
Desvaríos, burradas y monstruosidades semejantes son propias de mentes
desocupadas, sobrevaloradas, alejadas de la realidad y terriblemente costosas.
¿Pero alguna vez han resuelto estos algún problema, conflicto, hambruna o
emergencia humana?
Plato
del día: una paella de moscas, chinches y grillos, hamburguesa de carne de
termita y saltamontes, revuelto de abejas y larvas de polilla, y de postre,
crujientes pinzas de escorpión con chocolate caliente y helado de cabezas de
hormigas soldado del Amazonas cubierto de huevas de cucaracha. Con tales
delicatesen ¿quién quiere una fabada, un cocido o un solomillo con patatas? Por
cierto, ¿protestarán los vegetarianos y exigirán respetar los derechos de estos
animalitos?
CARLOS
DEL RIEGO
No hay comentarios:
Publicar un comentario