domingo, 24 de febrero de 2013

DEF CON DOS REPITEN, INSISTEN, REITERAN El grupo Def Con Dos ha pasado de un verso vivaracho, costumbrista y divertido a un ripio repetitivo y cansino, tópico y predecible; eso sí, la parte instrumental es excelente, un hard-metal irresistible, tanto que a veces la parte vocal parece molestar

Def Con Dos ha perdido chispa en la parte vocal pero mantiene el volcán
 en su parte instrumental

Cuando a las rimas hip hop se les colocan bases de hard rock en España se piensa ante todo en Def Con Dos. En algún momento apodados los Beastie Boys hispanos, la banda formada entre Vigo y Madrid ha aparecido y desaparecido varias veces de escena, pero siempre ha regresado con su excitante propuesta. Su último álbum acaba de llegar al mercado con el explícito y desafiante título de ‘España es idiota’. El grupo vivió una retirada en el 99 para regresar en 2004 con ‘Recargando’, el disco que marca su viraje total desde los versos satíricos y costumbristas, desde lo ingenioso e imprevisible, hacia los totalmente políticos y sociales, hacia lo común y ordinario. En esa dirección editan los siguientes álbumes y, evidentemente, el novísimo ‘España es idiota’. El problema es que estos terrenos de denuncia política, de insulto al rico y poderoso, de puya al cura y al militar… están muy transitados, por lo que es extremadamente fácil caer en los tópicos y lugares comunes; y es que los textos de lo nuevo de DCD cabrían perfectamente en cualquier disco de Barricada de hace quince años, de Reincidentes, Boikot y otros que vienen repitiendo la misma de igual manera que hacen los cantantes melancólicos y afectados (los Alejandro Sanz o Pablo Alborán) desde los años sesenta del siglo XX; incluso esos versos de ‘España…’ pueden intercalarse entre los de ‘Recargando’ y siguientes sin llamar la atención.

Este nuevo lanzamiento de César Strawberry y sus secuaces presenta, por un lado, una parte vocal bastante vulgar, y por otro unas bases hard-rock verdaderamente excelentes, tanto que podría decirse que en algunas ocasiones las voces sobran, molestan. Así es, los engranajes bajo-batería-guitarras funcionan a la perfección, son demoledores, chispeantes, punzantes, de esos que te hacen enseñar los dientes y menear desesperadamente la cabeza mientras tocas rabiosamente el ‘guitar air’. Incluso hay argumentos para afirmar que la irresistible parte instrumental no se merece versos tan previsibles, simplistas y adoctrinadores, ni mensajes tan repetidos, maniqueos y uniformadores; no es que los políticos, banqueros, poderosos… no se merezcan todos esos insultos y más, sino que a estas alturas en que está dicho todo o casi todo, si se va por ahí, si se va a decir lo mismo, hay que buscar decirlo con algo más de talento, con un poco más de imaginación, con un poco de gracia, de chispa, y no quedarse en rimas más que predecibles. Y además, la mayor parte de las veces todo se hace en un tono declamatorio y aleccionador.

El tema que da título al álbum vuelve a insistir en lo malos que son los que mandan y lo tontos que somos todos los demás; ‘El cazador de elefantes’ es maniquea y atiborrada de tópicos y pensamientos mil veces repetidos; ‘Miedo y asco en Madrid’ llega a resultar en algún momento sonrojante, tanto por un vano intento de cantar algo parecido a un estribillo como por el atrevimiento de tratar de explicar cuestiones macroeconómicas; algo parecido a lo que pasa con ‘Deshaucio mental’, en la que arremeten contra el consumismo (por cierto, ellos también venden y tienen mucho merchandising) y aconsejan no consumir… Después de analizar las arengas y proclamas defcondosianas parece que hay que pedirles perdón por existir y por discrepar. Da la impresión de que estos Def Con Dos están convencidos de que con sus canciones pueden cambiar el mundo, y por tanto se sorprenden de que no pase nada con sus discos, de que no se les haga caso; es una aspiración surgida de la ignorancia, del maniqueísmo, del convencimiento de tener toda la razón, la única razón.

La crítica, el dardo, la mofa y la chanza han de tener gracia, inteligencia, lucidez, agudeza, de lo contrario todo se queda palabrería de bar, en reproducción machacona, en retórica previsible y aplaudida por quien quiere escuchar siempre lo mismo.
Pero, por otro lado, hay que volver sobre ello, ¡qué guitarras tan estimulantes, qué bajos, qué modo de aporrear parches!; sin la parte vocal esto es hard-rock de muy alta calidad.

Sea como sea, ante este disco se echan de menos textos tan geniales como los de ‘Ciudadano terrorista’, ‘El día de la bestia’, ‘Errores médicos’, ‘La culpa de todo la tiene Yoko Ono’, la desternillante ‘Tú si que eres tontorrón’ (“sólo tra-ta-ta talego”) o la insuperable ‘Sigo siendo heterosexual’ con versos gloriosos del tipo de “me gustan los hombres vestidos de romano (…) los besos y abrazos que se dan los futbolistas y los niños que cantan en misa”, y ¡qué decir de ideas como “¡exigimos el manteo sistemático y subvencionado de Sánchez Dragó!”.   

Def Con Dos extravió el camino cuando dejó de hacer con ingenio y se subió al púlpito para pontificar.

CARLOS DEL RIEGO




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