Son los mismos perros con los mismos collares. |
Se
está produciendo actualmente en la arena política española una prueba
irrefutable de que nada hay más parecido a un político que otro, sin que en
ello importe pertenecer a esta o aquella formación; y de igual modo que todos
los políticos terminan por funcionar del mismo modo, que todos utilizan los
mismos recursos y estrategias, y que todos los partidos reaccionan de modo
idéntico ante las mismas contingencias y sucesos.
El
PP ha hecho uso de su mayoría en el congreso para impedir que el presidente
ofrezca explicaciones en torno al caso Bárcenas (un tipo tan de fiar como Lance
Armstrong, por ,para que los principales implicados en el caso de los Ere no se
vean en la tesitura de tener que contestar preguntas embarazosas. Actuaciones
idénticas, como dos gotas de agua, por más que los sectarios de uno y otro lado
traten de establecer diferencias.
Asimismo,
también es característico de los partidos políticos, cuando se ven ante
sospechas fundadas y acusaciones documentadas, recurrir a la táctica del embarullamiento
y el enredo, o sea, mezclar mentiras con medias verdades, contraatacar a
diestro y siniestro, recordar lo de “y vosotros más”…, en fin, buscar el totum
revolutum para despistar (igual que las cebras corren en manada imposibilitando
al carnívoro fijarse en un único individuo).
Y
si se recurre al pasado reciente sólo se encuentran argumentos que cimentan más
sólidamente la afirmación de que todos los políticos profesionales y todos los
grupos políticos se conducen de idéntica manera ante situaciones similares.
Quienes tengan cierta edad recordarán cuando, al final del felipismo, saltó el
escándalo de la financiación ilegal del Psoe, el caso Filesa, Malesa y Time
Export, y también les será fácil acordarse de cómo el partido se valió de su
mayoría para impedir que el presidente compareciera y se sometiera a incómodas
preguntas. Pues bien, el presidente Rajoy y su partido han calcado hoy (2013)
la estrategia, el modus operandi que utilizaron González y el suyo hace unos 18
años. Cambiando siglas y nombres lo escrito en la prensa de 1995 coincidiría
punto por punto con la del momento presente.
Sí,
todos tienden a echar mano a las mismas herramientas de un modo que casi puede
calificarse de lógico, pues si se está mucho tiempo en la misma actividad se
termina por coger el tranquillo a la cosa, sobre todo si, como en el caso
político, todos tienen el mismo objetivo: permanecer, quedarse, mantener el
poder o tratar de conquistarlo y, en todo caso, no volver a trabajar pie a
tierra bajo ningún concepto.
Solución:
acabar con la figura del político y sustituirla por la del ciudadano metido
ocasionalmente, temporalmente, a las faenas políticas; con ello se acabará con
ese vicio exclusivo de la actividad política que es la experiencia, pues ésta
hace que se convierta la política en un fin en sí misma, en el único objetivo.
CARLOS
DEL RIEGO
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