Parece que los años han acabado con la enemistad entre Keith Richards y Elton John, aunque las sonrisas parecen algo forzadas
Como en cualquier
otro negocio o actividad, en el del rock también se producen enemistades,
rencores e inquinas entre colegas. Y las causas son idénticas a las de otros
ámbitos. Las estrellas del rock sólo son personas y, como tales, sujetas a las
típicas debilidades humanas, envidias y celos profesionales, tirrias
personales, desprecios, ideologías…
Los protagonistas del
mundillo del rock compiten entre sí de igual modo que los profesionales de otras
industrias, pero los encontronazos y las disputas son dialécticas, de modo que rara vez han llegado
a las manos (como cuando Chuck Berry sacudió un puñetazo a Keith Richards en
Nueva York en 1981). En realidad hay muchas estrellas del rock, no todas
afortunadamente, que son unos charlatanes deslenguados que se dejan decir las
mayores estupideces, y esa suele ser la causa principal de enemistad.
Lógicamente la mayor parte de los roces se producen en el seno de cada grupo,
de hecho, no hay grupo famoso que no haya dado famosas peleas a la prensa. Las
antipatías entre los que no comparten camerino son menos frecuentes, pero las
hay bien sonoras.
Morrissey, ex
cantante de The Smiths, ha largado contra muchos otros músicos de rock. De
hecho, en el ambiente se le tiene como un auténtico bocazas que siempre anda
haciendo gala de su estulticia; así, se recuerda cuando pidió ‘apalear’ a los
Beckham por ser horteras e incultos; cuando dejó evidencia de su pensamiento
totalitario y soberbio al decir que “los veganos somos seres superiores” o
cuando llamó a los chinos “subespecie”. El caso es que de sus desvaríos y
engreimiento no se salvan sus colegas, como Robert Smith, líder de The Cure. En
una entrevista, conociendo la ojeriza que les profesaba, un periodista le
preguntó: “¿A quién matarías antes, a Mark E. Smith, de The Fall, o a Robert
Smith, de The Cure?”, a lo que el descerebrado ex cantante respondió: “Básicamente
los mataría a los dos”. Robert Smith (un tipo de lo más discreto cuando se quita
el traje de estrella del rock) se limitó a señalar que “Nunca me gustó
Morrisey”. Éste, rabioso por tamaño insulto y echando espumarajos por la boca,
graznó: “Robert Smith es un payaso gordo y maquillado que llora sobre una
guitarra”. Cuando alguien, como es el caso del ex Smiths (curiosa la
coincidencia de nombres), rabia contra todo y contra todos es síntoma de que el
origen de su malestar es él mismo.
Michael Jackson y
Prince están considerados dos de los más grandes artistas estadounidenses de
todos los tiempos. De hecho, desde un punto de vista artístico, muestran no
pocas coincidencias. Fueron rivales y nunca amigos, aunque rara vez se hizo
pública su enemistad. A finales de los años ochenta del siglo pasado se conoció
una grabación en la que Jackson hablaba de lo que pensaba de Prince: “Detesto
que me comparen con Prince. Yo me he hecho a mí mismo y desde pequeño no he
dejado de trabajar. No es justo que me comparen con él, pues aunque él lo crea,
yo no soy su adversario. Espero que deje de verme así, pues tarde o temprano se
sentirá dolorido…, es el tipo de gente que podría suicidarse…, o algo así”.
Posteriormente Jackson añadió que, además, Prince se había comportado de modo
“grosero y desagradable con mi familia”. Tal vez en el otro barrio hagan duetos.
De muy atrás viene la
enemistad entre Keith Richards (¡qué tendrá este tío que está en todos los
saraos!) y Elton John, puesto que se vienen criticando y despotricando el uno
del otro, a través de la prensa, desde hace décadas. El endurecido guitarrista
dijo bien alto que “no echaría de menos” al pianista cuando se retirase. En
1997 Richards reprochó con desprecio a John por reutilizar el tema ‘Candle in
the wind’, que había escrito en 1973 a Marilyn Monroe, para convertirlo ahora en
homenaje a la recién fallecida princesa Diana de Gales. Elton respondió
iracundo “Sería terrible ser como Keith Richards, es un tipo patético. Es como
un mono con artritis que trata de subir al escenario y parecer joven. Respeto a
los Stones, pero habrían sido mucho mejores si lo hubieran echado hace años. Es
un imbécil desde hace mucho”. Va a ser difícil verlos tocando juntos alguna
vez.
Otros rockeros con
menos años de carrera también han encontrado enemigos entre sus compañeros de
profesión. Muy sonoro fue el cruce de palabras entre los de Nirvana y los de
Guns N´ Roses. Todo empezó cuando, en 1992, Axl Rose invitó a Nirvana (de quien
siempre se proclamó admirador) a hacer una gira juntos, sin embargo, Kurt
Cobain despreció la proposición porque, dijo, “Axl Rose es un vendido”. Éste no
tardó en devolver el golpe contra Cobain y su esposa, Courtney Love,
llamándolos “jodidos drogadictos”, y añadiendo, como un golpe bajo, que el hijo
de ambos había nacido con minusvalías a causa de su drogadicción. La cosa
siguió cuando, en los premios de la MTV de aquel año, Courtney Love le pidió
con ironía a Rose que fuera el padrino de su hija; El cantante de los Guns
respondió echando fuego por la boca: “Cállate perra o te arrastro por el
suelo”… La guerra terminó al morir Kurt Cobain, e incluso algunos ex Nirvana
han cantado junto a Rose y su banda.
Claro que lo que
trasciende y se conoce tiene que ser una mínima parte de lo que hay por ahí.
CARLOS DEL RIEGO
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