Muchas son las
mujeres que a lo largo de la historia se han vestido y actuado como hombres
para conseguir su propósito (la Monja Alférez, la Dama de Arintero, las piratas
Mary Read y Anne Bonny…). La pianista y saxofonista de jazz Dorothy Lucille
Tipton decidió hacerse pasar por hombre cuando tenía unos veinte años, al
comprobar que sólo siendo Billy podría dedicarse a la música, su verdadera
pasión. Y no se descubrió su verdadero sexo hasta su muerte, cuando contaba 74
años
A comienzos de 1989,
Billy Tipton, un veterano músico de jazz que se había pateado gran parte del
circuito de pequeñas salas de EEUU, cayó fulminado en su autocaravana en
Spokane, Washington. Su hijo William llamó rápidamente a una ambulancia para
que atendieran a su padre; cuando los sanitarios le abrieron el pijama para
intentar la reanimación se llevaron una enorme sorpresa, pues vieron que tenía
pecho de mujer…, cosa que se confirmó al bajarle el pantalón. Los médicos le
preguntaron a William si su padre se había sometido a un cambio de sexo, a lo
que el joven respondió con una negativa y el asombro pintado en su cara.
Quienes lo conocían
no daban crédito a la evidencia, Billy era en realidad Dorothy. Había tenido
cinco esposas y adoptado tres hijos, además de compartir carretera, camerino y escenario con
docenas de hombres durante décadas. Tal vez fuera fácil engañar al público,
pero tuvo que resultarle mucho más difícil que su entorno más cercano ni
siquiera sospechara. Debió ser muy convincente, pues cuando las que fueron sus
esposas, sus hijos y sus compañeros se enteraron de que Billy era Dorothy y
siempre había sido mujer se quedaron con la boca abierta y sin habla.
Billy-Dorothy nació
en Oklahoma en 1914 en una familia acomodada. Creció en Kansas City, donde
estudió piano, órgano y saxo, demostrando gran talento y capacidad artística. Su
pasión era la música, el jazz, por lo que intentó integrarse en alguna de las
bandas que se formaban en el colegio, pero siempre se le negaba por ser
Dorothy. Luego buscó trabajo en grupos y orquestas de jazz profesionales, pero
la respuesta era siempre la misma: sólo hombres (había una excepción, la
pianista de jazz y clásica Hazel Scott), pues existía una norma no escrita que
primaba a los hombres, ya que se supone que ellos trabajaban y ellas quedaban
en casa. Eran los años 30 del siglo XX.
Entonces, a mediados
de esa década, Dorothy decidió probar suerte como Billy. Se vendó el pecho y se
puso relleno (cuando alguna vez la venda quedaba al descubierto decía que se
había roto las costillas en un accidente). Dado su talento no le fue difícil
entrar en el grupo Banner Cavaliers, y lo más importante, obtuvo su tarjeta del
sindicato y la Seguridad Social. En adelante sería siempre Billy Tipton, un
gran músico. Y no le faltó trabajo, pues en los 30 y 40 del siglo XX, con el
potente respaldo de la radio, el jazz sonaba en los escenarios de las ciudades
y pueblos más recónditos de Estados Unidos.
Desde el primer
momento observó y aprendió a imitar perfectamente los movimientos de hombre, ya
fuera en escena o en el trato cotidiano con su familia y sus compañeros. Sólo
así pudo mantener su secreto. Según las biografías que se han escrito, Tipton no
pensaba que había nacido en un cuerpo equivocado ni era lesbiana; si a efectos
legales y sociales se convirtió en hombre fue sólo con el propósito de
dedicarse a la música.
Y Billy Tipton,
músico de jazz, también flirteaba con chicas. Cuando tenía veinte años empezó a
salir con una chica que había logrado éxitos en los concursos de baile (tan de
moda entonces), Non Earl Harrell, 14 años mayor que Tipton y una estrella de la
modalidad de baile maratón. Luego, con el paso de los años fue cambiando de
pareja; June, cantante, una jovencísima camarera llamada Bety Cox, una
prostituta llamada Marianne Catanach, y luego Kitty Kelly, una stripper
conocida como ‘la Venus irlandesa’, con la que adoptó a sus tres hijos (John,
Stuart y William). A finales de los sesenta se separó y se fue a vivir con sus
hijos a una autocaravana.
Para no tener
relaciones conyugales plenas con sus parejas decía que había sufrido un
accidente que le había afectado al pecho y a los genitales, o que una
enfermedad le impedía mantener relaciones sexuales; iba al baño solo cuando no
había nadie e incluso logró un certificado médico para no enrolarse en el
ejército, documento con el que justificaba su imposibilidad sexual. Sólo Cox
afirmó haber mantenido una relación sexual completa (cómo lo haría es una
incógnita, aunque se pueden suponer algunas posibilidades), e incluso declaró
que jamás sospechó que Tipton fuese mujer.
A pesar de esa merma,
sus mujeres decían que era amable y cariñoso, y que era capaz de “entrar en
intimidad” sin que ellas sospecharan. Kelly lo recordaba como “una persona
maravillosa, decente y honesta; era divertido y un gran ser humano, nos gustaba
el mismo tipo de música, nos gustamos el uno al otro”. Y también desveló que
“ahora sé que quería decírmelo, pero nunca se atrevió”. Según sus hijos, Tipton
era un padre ideal al que le encantaba ir de campamento con ellos. William,
quien vivía con él en el momento de su muerte, declaró: “Fue el único padre que
conocí. Estuvo siempre junto a nosotros. Nunca trasnochó ni se emborrachó ni
nos pegó. Teníamos una relación cercana, y como buenos amigos Íbamos al cine, salíamos
a cenar o nos sentábamos a charlar. Nunca se me ocurrió pensar que era una
mujer”. Incluso Kitty Kelly le reprochaba no ser más duro con sus hijos cuando
iban llegando a la adolescencia y se volvían más rebeldes.
Tampoco sus
compañeros de trabajo sospecharon…, excepto uno. En 1938, cuando empezó a tocar
profesionalmente, compartió escenario con un bajista llamado Wayne Benson, que
contó que “parecía un niño, no dije nada, pero siempre me pareció que tenía
maneras de mujer, y llegué a convencerme de que era una mujer. Por eso, cuando
murió y todo se desveló me sorprendió que nadie más se hubiera dado cuenta”.
Sin embargo, otro de los que tocaron junto a Tipton se quedaron perplejos al
conocer que Billy había nacido Dorothy; Kenny Richards, cantante y bajista,
dijo que “no tenía ni idea de que Billy fuera mujer, no lo supe hasta que
murió”.
A comienzos de los
cincuenta formó su propio grupo, Billy Tipton Trio, con el que grabó dos
álbumes en 1957; sonaban un poco como la banda de Benny Goodman e interpretaban
muchos de los éxitos del momento. Los discos tuvieron buena acogida, de modo
que les llamaron para tocar en un hotel
de modo estable, pero él rechazó la oferta ante el riesgo de que se
descubriera su secreto. También trabajó como promotor y agente de otros
músicos.
Desgraciadamente, al
ocultar su sexo dejó de acudir al médico, de manera que al fallecer se supo que
padecía artritis, enfisema y una úlcera gastro-duodenal que fue la causa de su
muerte; ninguna de sus dolencias había sido tratada.
Sólo dos primas suyas
estaban en el secreto desde el principio, pero nunca se fueron de la lengua.
Por desgracia, Billy no contó nada ni dejó nada escrito.
CARLOS DEL RIEGO
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