La propaganda racista acusa de todos los males a los 'inferiores'. Este cartel culpa a los judíos de provocar la guerra |
Un vídeo publicado por el ayuntamiento de Barcelona demuestra de modo indiscutible la ideología racista y xenófoba que impregna a todos los líderes del separatismo golpista catalán; en el vídeo el machista habla español y el antimachista habla catalán. Evidentemente, el propósito del montaje es identificar el machismo y los machistas con los que hablan español, es decir, con todos los españoles menos los catalanes que sólo hablan catalán. En realidad, este tipo de propaganda ha sido recurso de todos los racistas de que da cuenta la Historia
La propaganda
ideológica contra colectivos, razas o creencias ha sido algo constante en todos
los totalitarismos. Y a ello responden las intenciones de los que han montado
ese vídeo distribuido desde el ayuntamiento de Barcelona, en el que quien habla
español es un machista indeseable, mientras que quien habla catalán es un
defensor de la dignidad de la mujer (como si el maltrato o el asesinato de
mujeres estuviera tan erradicado de Cataluña como la viruela).
Esa forma de utilizar
imágenes manipuladas para asociarlas a un mensaje concreto ya lo hizo ‘Der
‘Propagandareichminister’, Her Joseph Goebbles. Este indecente personaje
combinaba, en películas minuciosamente preparadas, judíos y animales, ahora
judíos e inmediatamente un nido de ratas infectas. De este modo gran parte de
la población (sobre todo los más jóvenes) terminaba por identificar ‘Die Juden’
con animales asquerosos. Los propagandistas del mencionado ayuntamiento (para
gran regocijo de toda la parroquia independentista-golpista) han tirado del
mismo manual que usó aquel criminal en aquella Alemania.
Y también se pueden
encontrar similitudes entre lo que hoy dicen los líderes del ‘procés’ y lo que
entonces proclamaban en la prensa los líderes del Reich. Así, el President
Torra desprecia abiertamente a
los españoles no catalanes y a los catalanes que hablan español con palabras
tan racistas y xenófobas como: “La pijería española, sensación de inmundicia”,
o “Son bestias carroñeras con una tara en el ADN”. En un texto publicado en la
prensa afín en 2012, titulado ‘La lengua y las bestias’, escribía: “Ahora
vuelves a mirar a tu país y vuelves a ver hablar a las bestias. Carroñeras,
víboras, hienas. Bestias con forma humana”. En 2014 se rebajó anotando: “Se
puede considerar al español como un elemento de raza blanca en franca evolución
hacia el componente racial africano-semítico. El coeficiente de inteligencia de
un español y un catalán, según el Ministerio de Educación y Ciencia, da una
clara ventaja a los catalanes” (no es ‘coeficiente’, sino cociente de
inteligencia).
La propaganda nazi
vomitaba: “Son grupos de indeseables y enemigos del estado los judíos, gitanos,
inmigrantes, marginados, incapacitados, tullidos… No son arios, son racialmente
inferiores”. Y el mencionado Goebbels escupió en uno de sus discursos: “Hay que
acabar con los degenerados y subhumanos judíos y comunistas”. Y a quienes se
atrevían a llevarle la contraria los tachaba de “estentóreos y furiosos
subhumanos, animales que escupen veneno a los que habría que erradicar y
destruir”.
Es decir, Torra
insulta a otras personas con términos como “bestias carroñeras con forma
humana”, y el ministro de propaganda usa palabras como “degenerados,
subhumanos”. ¿Hay o no hay similitudes entre las palabras de uno y otro? ¿Y lo
de señalar como inferiores a otras razas?
Claro que en España ya hubo en el siglo XIX un líder
racista convencido y orgulloso de serlo, Sabino Arana. Este sujeto dejó por
escrito su profundo sentimiento racista (además de tribal e incluso endógamo)
con diatribas como: “Es preciso aislarnos de los maketos. Nosotros los vascos
evitemos el mortal contagio (…) Purifiquemos nuestras costumbres, antes tan
sanas y ejemplares, y hoy tan infestadas y a punto de corromperse por los
venidos de fuera”. Y también: “La espantosa invasión de los maketos que traen
consigo la blasfemia y la inmoralidad”. Incitaba a la violencia: “A los maketos
se les debe despachar de los pueblos a pedradas (…) Más que hombres semejan
simios, poco menos bestias que el gorila”. Incluso exigía odiar: “Para amar el
euskera tenéis que odiar a España”; “Nosotros odiamos a España con nuestra alma
(…) No hay odio que sea proporcionado a la enorme injusticia que con nosotros
ha consumado el hijo del romano” (¿). Igualmente, su xenofobia, su rechazo al
extranjero quedó claro: “¿Cuándo llegarán todos los vizcaínos a mirar como
enemigos suyos a todos los que los hermanan con los extranjeros?”.
En fin, puede deducirse que quienes tienen modos de pensar
similares terminan por utilizar la misma metodología.
CARLOS DEL RIEGO
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