Keith Richards a punto de tirar la tele por la ventana del 'hotel del jaleo' |
Los años sesenta
fueron cruciales para el rock & roll, que convivió con la guerra y el
primer antibelicismo, con hippies, amor libre, locuras, drogas y con su propia
evolución. Además, en aquella década surge el concepto de estrella del rock, el
cual viene acompañado de leyendas y auténticas locuras que pronto serán típicas
de esa figura. En la ciudad de Los Ángeles es donde se sitúan aquellos primeros
excesos que tanto abundarán desde entonces
Y si aquel es el
decenio en el que surgen tópicos y características asociadas para siempre al
rock y a sus grandes figuras, los setenta significarán su asentamiento
definitivo y, a menudo, la época de los mayores excesos y las grandes leyendas
de los héroes del rock. Por otro lado, una de las mecas del rock & roll
siempre ha sido Los Ángeles, California, lugar de nacimiento de grupos y
artistas legendarios y de los infinitos y llamativos sucesos asociados a ellos.
En fin, si estabas en Los Ángeles y no ibas a ciertos locales a dejarte ver
haciendo cualquier disparate no eras estrella del rock.
Todo el que está
interesado en este negocio habrá oído hablar de un tugurio de gran ‘reputación’
llamado ‘Whiskey a go go’, escenario de enormes desvaríos y extravagancias. En
1966 The Doors tenía contrato para tocar unas cuantas noches en este local; en
la última, a la hora señalada todos estaban listos para saltar a escena menos
Jim Morrison, que no aparecía, de modo que Ray, Robbie y John decidieron
empezar confiando en que el cantante llegaría en cualquier momento. Sin
embargo, unas canciones después hicieron un descanso para ir a buscarlo al
hotel, donde lo encontraron en pelotas y en pleno subidón de ácido. Lo
vistieron, lo llevaron al local y lo pusieron ante el micrófono. Dice la
leyenda que entonces, en medio de un gran ‘viaje’, Morrison empezó a improvisar
una canción, ‘The end’.
Cuenta la mitología
del rock que los dueños de hotel Continental Hyatt House (apodado ‘Riot House’,
o sea, la casa del jaleo) se sienten algo defraudados si la estrella de rock
que allí se hospeda no la monta. También dicen que fue precisamente allí donde
guitarristas y baterías iniciaron la moda de destrozar habitaciones y
mobiliario. Entre los que hicieron honor a los cotilleos están los miembros de
Led Zeppelin, a los que les encantaba alquilar íntegramente el piso superior
para así no reprimirse ante la presencia de otros huéspedes. Por ejemplo,
aseguran que Jhon ‘Bonzo’ Bonham consiguió subir una moto y la condujo por los
pasillos con ruidosas aceleraciones y frenazos catastróficos. En una ocasión un
guitarrista local que los conocía subió a visitarlos, y cuando se abrieron las
puertas del ascensor vio una chica desnuda corriendo y riendo, luego otra,
luego otra…, y detrás, dos sátiros, John Paul Jones y…, claro, ‘Bonzo’ Bonham.
Uno de los grupos
asociados inevitablemente a la excentricidad e incluso el esperpento es Mötley
Crüe, banda de ese estilo mestizo que tanto éxito tuvo en los primeros ochenta,
el heavy-glam. Su guitarrista Nikki Sixx contó en una entrevista: “Una vez até
a una chica en el baño del ‘Whiskey a go go’ con una cuerda de guitarra, pero
antes de hacer nada fui a ver a Tommy para ponerme un buen ‘tiro’ de coca, lo
malo es que con el colocón se me olvidó lo que estaba haciendo antes…
Afortunadamente encontraron rápidamente a la chica y estaba bien, aunque enfada
conmigo por haberle dado plantón”. Otra protagonizada por Sixx: después de una
de las fiestas salvajes que por allí se celebraban, Sixx se fue con Slash, de
Guns n’ Roses, a ponerse lo que tuvieran a mano, que era “heroína, pastillas,
cocaína y toneladas de alcohol”; no es raro que el guitarrista de Mötley Crüe
perdiera el conocimiento; cuando llegaron los doctores estaba en parada cardíaca,
y durante un par de minutos le practicaron las maniobras de reanimación sin
resultado, de modo que puede decirse que en esos dos minutos estuvo
técnicamente muerto; por último le pusieron una inyección de adrenalina y su
corazón volvió a funcionar…
El mismo hotel donde
los Zeppelin conducían motos por el pasillo, el ‘Hyatt’, era donde solían
hospedarse los Rolling Stones. En 1972, con una borrachera de las que tumbarían
a un elefante, Keith Richards se sintió empujado a seguir la tradición de romper
algo, así que cogió un televisor y lo tiró por la ventana. Lo bueno es que todo
ello fue registrado por el fotógrafo Robert Frank, que lo grabó en video. El
arrebato de Richards se convirtió en un clásico, de modo que a partir de
entonces lo de tirar la tele por la ventana se convirtió en una moda entre los
aspirantes a estrella…, como si el éxito exigiera tal gamberrada.
Otra discoteca
angelina con muchas batallitas que contar se llamaba ‘Pandora´s Box’. Al
parecer, los parroquianos de este local tenían la costumbre de arremolinarse cerca
de la puerta, en plena calle y de madrugada, medio desnudos, gritando y
cantando y, por supuesto, borrachos y colocados hasta las cejas. Tanto debía
ser el jaleo que se estableció una especie de toque de queda que prohibía el
ruido a partir de cierta hora. Un día de noviembre de 1966 los alborotadores
seguían gritando, vomitando y haciendo todo tipo de escandaleras después del
toque de queda, así que llegó la policía, lo que tensó los ánimos pero la cosa
no pasó de cacheos e identificaciones. A la noche siguiente apareció el
personal con carteles y pancartas exigiendo el fin del toque de queda, algo que
también se había reclamado a través de las emisoras de radio; allí se congregó
una multitud de ‘fiesteros’ entre los que había desde soldados licenciados
hasta jóvenes que estaban ‘inventado’ el movimiento hippie, pasando por
estudiantes y currantes…, eso sí, casi todos puestos hasta arriba de droguerío
y alcohol; incluso aparecieron por allí actores como Peter Fonda o músicos como
Sonny & Cher. Las autoridades (en aquella época poco dadas a ceder)
cortaron por lo sano y clausuraron el local. Fin del problema…, hasta que
volvió a abrir.
Bien podría decirse
que aquellas fueron las primeras gamberradas-chifladuras que han caracterizado
a muchos de los que han triunfado en este negocio.
CARLOS DEL RIEGO
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