La foto de contraportada del primero de los Clash es de la manifestación que originó el tema 'White riot', disturbio blanco |
Los disturbios,
algaradas o revueltas callejeras se han convertido en algo habitual en muchas
sociedades occidentales; de hecho, no hay semana en la que no lleguen imágenes
de enfrentamientos entre policía y manifestantes alborotadores en las calles de
grandes ciudades. Este fenómeno también ha sido tratado por el rock, e incluso hay
canciones que tienen su origen en una de esas protestas que terminan con sangre
y violencia
Los motivos de las
revueltas son casi infinitos: económicos, raciales, políticos, organismos
internacionales (como el FMI)…, hay gran variedad. Resulta curioso observar
(dicho sea de paso) que casi siempre las quemas de contenedores, coches o
tiendas tienen lugar en países desarrollados. El caso es que la protesta
callejera ha movido a muchos autores de rock a escribir sobre ello. Los grupos
punk son muy dados a llamar al personal a quemar la calle, pero en realidad se
trata el tema desde cualquier género del rock. Y también hay canciones cuyo origen está en alguna manifa-algarada
concreta.
Imposible no
acordarse de los Clash y su debut discográfico, titulado precisamente ‘White
riot’, que viene a ser ‘Revuelta blanca’, 1977, su primer single. El tema tuvo
su controversia y varias historias que contar. Joe Strummer y sus colegas estuvieron
presentes en unos disturbios con carreras y palos en Londres en agosto de 1976;
era una especie de carnaval caribeño y todo iba bien hasta que alguien denunció
que un carterista le había robado, la policía registró al caco y el registro
fue ‘positivo’, así que lo detuvo y se lo llevaba a comisaría; pero entonces
alguien gritó que la ‘policía racista’ se llevaba a un hermano, con lo que se
montó una bien gorda: jóvenes blancos y negros atacaron a los polis al grito de
‘racistas’. Tras las carreras y mamporros, la cosa terminó con más de 150
heridos (la foto de contraportada del primero de los Clash es de aquella
movida).
En esta canción Joe
Strummer (que escribió otras letras incendiarias contra gobiernos, discográficas
y el sistema en general) trata de decir que los jóvenes blancos tendrían que
ser más combativos contra el gobierno, al que califica (independientemente de
cuál sea) de represivo, es decir, anima a los blancos a echarse a la calle como
lo hacen los negros y llevar a cabo ‘acciones directas’. En todo caso, el
malogrado cantante y guitarrista se vio obligado a declarar que el tema no
exaltaba la violencia y de ningún modo era racista. “Quise decir que los
blancos no son tan contundentes como los negros porque están más acomodados y
viven mejor”, explicó. Sin embargo, cada vez que sonaba en directo este ‘Motín
blanco’ el público (siempre punk) respondía con peleas, estragos y violencia,
por lo que los dueños de los locales donde actuaban les rogaban que no tocaran
esa canción, pero Strummer la tenía fija en el repertorio. Así, al terminar un
concierto, Strummer dijo que tocarían ‘White riot’ como primer bis, pero
entonces Mick Jones (coautor) protestó en voz alta diciendo que estaba harto
del tema y de las peleas que siempre ocasionaba, la discusión entre uno y otro
aumentó de tono, se calentaron e insultaron hasta que Joe estampó un potente e
inesperado directo en el rostro de Mick…, poco después éste se colgó la
guitarra y calladamente volvió a escena; a los pocos segundos de empezar el
bis, Mick, con un ojo vendado y la nariz hinchada, los dejó colgados, se largó y dejó que sus
compañeros terminaran el concierto como pudieran…
Pero ¿qué dice este
tema que tanto dio de sí? Repite varias veces “Disturbio blanco, quiero
disturbio, disturbio blanco, mi propio disturbio”. Y también: “Los negros
tienen muchos problemas y no les importa tirar ladrillos (‘brick’), pero los
blancos van a la escuela donde les enseñan a ser lerdos” (‘thick’). Todos hacen
lo que les dicen porque no quieren ir a la cárcel”. Sorprende que esta letra
ocasionara pelea dentro y fuera del escenario.
El ‘Street fighting
man’ (‘Luchador callejero’) de los Rolling Stones tiene un origen parecido. Jagger
y compañía acudieron a una manifestación contra la guerra de Vietnam en Londres
en 1968, pero los ánimos se caldearon, la gente se envalentó y cundieron los
típicos palos, destrozos y carreras; los músicos ahuecaron el ala, claro,
aunque dijeron que no fue por cobardía sino para no distraer al personal (¿).
Lo más sustancioso de la letra dice: “Es la hora de la lucha en la calle (…)
pero qué puede hacer un pobre chaval sino cantar en una banda de rock &
roll”. En fin, el tema también une ánimos para el combate callejero con la
experiencia vivida.
Casi todos los grupos
surgidos en la primera oleada punk (durante la segunda mitad de los setenta)
estimularon la lucha callejera en las letras de sus canciones, que vomitaban letras
encendidas en tono iracundo y actitud desafiante. Buen ejemplo son los norirlandeses
Stiff Little Fingers, que más o menos significa Deditos Tiesos y, seguro, se
refiere al típico y desafiante gesto… Ya en su primer Lp, ‘Material inflamable’
(1979) hablaban de incendiar la calle o de los choques violentos en ciudades
como Belfast, y siempre con modos gruesos y excitados. El tema que abre el
disco es ‘Suspect device’, dispositivo sospechoso, el cual dice explícitamente:
“El material inflamable está implantado en mi cabeza, es un dispositivo
sospechoso que dejó 2000 muertos, sus soluciones son nuestros problemas (…)
Asegúrate de que nos jodan a todos (…) nos la meten hasta el fondo (…) No les
creas, no les creas (…) Es hora de que caigan esos bastardos ¿Por qué no
podemos tomar el control?”. Y al final deja bien claro: “Somos un dispositivo
sospechoso si hacemos lo que nos dicen. Soy un dispositivo sospechoso que el
ejército no puede desactivar. Eres un dispositivo sospechoso que no pueden
rechazar. ¡Les estallaremos en la cara!”. En realidad, casi todos aquellos
punks venían a decir lo mismo de modo simple y directo. Hoy ya no se ven tan
escandalosos.
La misteriosa e
hipnótica ‘Gohst town’ (1981) de The Specials surge de una gira del grupo por
Inglaterra en la que vieron cómo estaban quedando las ciudades más importantes
(Londres, Liverpool, Bristol…) por la crisis y después de los violentos
disturbios callejeros. El autor, Jerry Dammers, quiso reflejar esa situación
triste y desoladora con el ambiente enigmático e incluso siniestro de esta
‘Ciudad fantasma’. La letra también es muy elocuente: “Esta ciudad parece una
ciudad fantasma (…) los grupos ya no tocan, demasiadas peleas en la pista de
baile (…) ¿Por qué la juventud tiene que luchar contra sí misma? (…) Ya no se
puede seguir, la gente se está cabreando”. Casualmente el single alcanzó el
número uno en Inglaterra el mismo día que la policía usó gas para disolver una protesta
violenta en Liverpool.
Hay más, claro, y
cada iniciado en el tema podría recordar varias.
CARLOS DEL RIEGO
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