La expulsión de los judíos fue común en toda Europa, aunque sólo se conoce y se denuncia la de un país.
El de 1492 es un año
que tiene mucho que contar si se habla de Historia de España. Como casi todos
saben, además del Descubrimiento se produjeron hechos tan trascendentes como el
final de la Reconquista y la expulsión o conversión de los judíos. A menudo se
usa como combustible de la leyenda negra antiespañola este último suceso, como
si hubiera sido algo único en Europa, sin embargo, apenas se habla de las
infinitas persecuciones, cacerías, asesinatos en masa que antes habían padecido
los hebreos en toda Europa
Aquel año se promulga
el Edicto de Granada, que obliga a los judíos a convertirse o marcharse de
España. Raro será el europeo que no conozca esta expulsión, pero muchísimos
menos serán los franceses, ingleses, alemanes o españoles que tengan idea de
las diversas persecuciones y masacres que padecieron en toda Europa los
israelitas antes de aquel año. Por otra parte, es estúpido y estéril juzgar
aquellos hechos desde la mentalidad actual; hay que tener en cuenta que el
pensar de hoy se construye tras la Ilustración, con la asimilación de la
democracia, la declaración de Derechos Humanos…y también con otros factores
como medios de comunicación o ideas como la igualdad, conceptos inexistentes
entonces y que, por tanto, no se pueden exigir (es como si a uno lo multan por
aparcar hace una semana en un sitio hoy prohibido pero permitido hace una
semana). Es difícil, pero hay que tratar de ponerse en la época y no juzgar con
ideas de hoy.
Desde hace muchos
siglos los judíos que vivían en Europa fueron perseguidos y masacrados, en toda
Europa, no sólo en España. Así, en Francia se sabe de acosos y asesinatos desde
el siglo XII. A finales de ese siglo están agobiados por infinitos impuestos;
en Blois en 1171 fueron acusados de rituales criminales, de envenenar pozos y
fuentes, con lo que se echó al fuego más de treinta judíos. Antes de que
acabara ese siglo se decreta el encarcelamiento de todos los hebreos varones,
exigiéndose un rescate para su liberación; luego se anulan los préstamos
otorgados por judíos, pero no se libera a los deudores, sino que la corona
francesa se convierte en acreedor de todo lo que se debiera a los semitas;
finalmente se les confiscan todas sus propiedades y se les expulsa para, unos
meses después, permitírseles volver previo pago de jugosas cantidades. En el
siglo XIII, cuando los cruzados pasan por ciudades francesas se aprovecha para
forzar conversiones y liquidar a no menos de tres mil. Aún en ese siglo se
repite la vieja fórmula: se les requisa todo lo que tengan y se les expulsa,
dejando que vuelvan más tarde tras haber pagado buenas cantidades. En el siglo
XIV expulsan de Francia a más de cien mil judíos confiscándoseles todos sus
bienes, dejándoles llevarse lo puesto (literalmente). A finales del XV y
principios del XVI se produce otra expulsión, aunque muchos (se calcula que
unas cien mil familias) fingieron convertirse se quedaron en Francia como
criptojudíos. Cuando llegan los expulsados por los Reyes Católicos (a finales
del XV) se les permite vivir en Francia siempre que se conviertan (lo mismo que
se les exigía en España), aunque no se les permite integrarse en la sociedad y
se les obliga a vivir en auténticos guetos.
Hay que mencionar que
la Ilustración fue, en realidad, perfectamente racista y antisemita, como
demuestra el propio Voltaire en su ‘Diccionario filosófico’, en el que se lee:
“Por qué no habrán sido antropófagos los judíos. Habría sido lo único que les
habría faltado para ser el pueblo más abominable de la tierra. Vemos a los
judíos con la misma mirada con la que miramos a los negros, o sea, como razas
inferiores”. Curiosamente, nadie en Francia ha acusado a Voltaire de racista,
ni derribado sus estatuas, ni quitado su nombre a las calles. La Revolución
Francesa continuó la costumbre de quemar sinagogas y perseguir judíos. Durante
todo el XIX las publicaciones antisemitas se venden por miles; el llamado ‘Caso
Dreyfus fue una perfecta muestra. Luego, ya en la II Guerra Mundial las
autoridades francesas entregaron a las cámaras de gas alemanas a cientos de
miles de judíos.
En Inglaterra,
durante el siglo XII, se persiguió y cazó a judíos sin contemplaciones. En la
ciudad de Norwich se les acusa de haber raptado a un niño y haberlo crucificado
y bebido su sangre (‘blood libel’, le llaman, con lo que todos los de esa
ciudad fueron ejecutados.Durante ese siglo y el siguiente se produce una
minuciosa búsqueda, cacería y persecución de judíos en muchas ciudades, siempre
acusados de envenenar el agua de pozos y fuentes, producir plagas como la peste
o incluso de prestar dinero con intereses. Tanto fue que varios reyes sanearon
sus manirrotas finanzas a base de requisar y confiscar propiedades judías. A
finales del XIII fueron encerrados en la torre de Londres quinietos judíos, que
fueron ahorcados en masa.; antes de acabar esa centuria se promulga una ley por
la que todo judío que esté en Inglaterra después del 1 de noviembre de 1290
será ejecutado sin demora; se les permite marcharse con lo puesto y todas sus
pertenencias pasan a la corona.
En lo que hoy es
Alemania (el Sacro Imperio Germánico) fue tal la cacería que hubo suicidios
masivos durante la primera y segunda cruzadas. A lo largo del siglo XIII se
produjeron periódicas masacres de judíos en varios territorios. Al igual que en
Francia o Inglaterra, la Iglesia Católica local e incluso el Vaticano prohibió
y condenó con excomunión tales prácticas, pero sin que nadie les hiciera caso.
En el XIV se instituyó la figura del ‘Judenschläger’, asesino de judíos, que
anticiparon el furor antijudío unos seiscientos años. La llegada del
protestantismo (luteranismo) intensificó la caza, ya que, según Lutero, la
persecución de judíos aparece en las Sagradas Escrituras como obligación. En el
XVI y XVII hubo abundantes episodios de violencia y asesinato de miles y miles
de semitas, incluyendo los askenazís (descendientes de los judíos que en época
medieval se asentaron en Europa Central y Oriental), tres mil de los cuales
fueron ejecutados en 1612. Del antisemitismo en Alemania a partir de 1933 no es
preciso hablar…
Sin embargo, a pesar
de todo, nadie conoce, nadie juzga la persecución y expulsión de judíos en
Francia, Inglaterra o Alemania, ni acusa a esos países de intolerancia y
violencia antisemita. Muchos creen que la expulsión de los judíos fue
perpetrada exclusivamente por España (como la Inquisición, que fue invento
francés y hubo, tanto católica como protestante, en toda Europa). Nunca se verá
a autores, políticos o ciudadanos franceses, ingleses o alemanes despotricando
contra su país a causa de sucesos del pasado.
CARLOS DEL RIEGO
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