Elvis fue pionero en muchas cosas, incluso en contratar un representante que se encargara de todo, el coronel Parker
¡Cuánta gente rodea
al grupo de rock cuando alcanza cierto estatus! Abogados, administradores, road
managers, asistentes, ayudantes, pipas, seguridad…, además de ingenieros,
técnicos, productores… Pero por encima de todos está el manager, el que majea
los hilos, el que tiene la última palabra, el que tiene el control de los
ingresos y los gastos, de los contratos, de las giras o de la relación con la
discográfica. Algunos de ellos fueron más allá de la mera representación legal
y llegaron a influir en la parte artística de sus clientes
Los managers representan
a artistas de todo tipo. Su trabajo es controlar y dirigir la carrera de sus clientes,
elegir lo mejor para ellos, desde los conseguirles los contratos más ventajosos
hasta sacarlos de situaciones apuradas (en las que tan fácilmente se meten las
estrellas), es decir, están muy cerca de ellos y los conocen muy bien. En el
apartado del rock & roll algunos managers han jugado papeles decisivos en
las trayectorias de los grupos y solistas más renombrados, metiendo mano
incluso en el terreno musical.
El primer manager del
rock & roll que alcanzó notoriedad fue el de Elvis, el Coronel Tom Parker
(holandés, con mucha vida, y no era coronel) . Era un auténtico lince para la
comercialización de cualquier cosa, por lo que no le fue difícil vender un
producto tan extraordinario; de hecho, es casi seguro que Elvis no hubiera
llegado tan lejos sin él. Establecía los acuerdos con tiempo y mirando
minuciosamente cada cláusula, cada frase, cada palabra, exigía las condiciones
más favorables en todos los medios comunicación (cine, televisión), controlaba
la venta de productos ‘elvispreslinianos’ y también sabía cómo contentar a las
masas, cómo darles lo que querían. Tras la muerte del rey, Parker viajó a toda
prisa a Nueva york para negociar la venta de todo lo relacionado con el finado,
sobre todo ventas e ingresos. A cambio de sus servicios el Coronel Parker
‘sólo’ se llevaba el 25% de los beneficios (más, mucho más, según algunos
especialistas).
A pesar de que el
coronel fue el primero, tal vez el más famoso de los representes de grupo de
rock sea Brian Epstein, que se encargó de convertir a los Beatles en el grupo
más importante de la historia del rock. Cómo entró en contacto con ellos es de
sobra conocido, sólo recordar que él explicaba: "Me llamó la atención de
inmediato su música, su ritmo y su sentido del humor en el escenario. Así comenzó
todo". Se encargó de la imagen de la banda y la cambió según sus
criterios; siempre tuvo un fino olfato comercial, así que se esforzó para que
la ‘beatlemanía’ no dejara de crecer y aparecer en primera página; consiguió un
excelente contrato y señaló a Georges Martin como el productor ideal;
evidentemente, en todo estuvo acertado. También fue quien decidió cambiar de
batería. Era un tipo muy brillante que determinó el devenir del grupo y, por
extensión, del pop y el rock posteriores. Tras su muerte se hizo cargo Allen
Klein, un “parásito lujurioso”, como lo calificaron ellos mismos;
afortunadamente a éste no le interesaba la música y no tuvo influencia.
Otro representante
con gran influencia fue Andrew Loog
Oldham, el primer manager de los Rolling Stones. No tenía ni 20 años cuando los
convenció para que se presentaran como ‘los chicos malos’ por oposición a The
Beatles…, una idea que funcionó muy bien. También fue el responsable de que
despidieran al pianista Ian Stewart (por ser cinco años mayor que Jagger) e
incluso aportó sus propias ideas al sonido del grupo. Pero también era un
águila para los negocios, y consiguió un excelente contrato discográfico para
sus clientes, algunos dicen que mejor que el de Epstein para Beatles (vete a
saber) Pero hacia 1967 Oldham se
enganchó a las drogas y terminó con los Stones.
Para 1965 David Jones
aun no era David Bowie. Entonces se topó con Kenneth Pitt, un tipo chapado a la
antigua que sabía mucho del mundo del espectáculo, pues había representado a
gente como Frank Sinnatra o Jerry Lee Lewis. Pitt era un gran amante de todas
las artes, algo que fue determinante en la personalidad artística del joven
Bowie, quien gracias a él encontró lazos de unión entre la música rock con el
cine o el teatro. Pitt dejó de trabajar para Bowie en 1970, pero su influencia
(tanto en lo visual como en lo musical) lo condujo al estrellato y condicionó
muchas de sus obras.
También los grupos
punk se vieron obligados a dejarse llevar por managers. Los neoyorquinos
Ramones ‘inventaron’ ese estilo a mediados de los años 70. Y su representante,
Danny Fields, fue quien lo llevó a Inglaterra. Ellos tocaban en el CBGB, Fields
sufrió un auténtico flechazo, ya que quedó perdidamente enamorado del sonido
del grupo. Estuvo con ellos unos cinco años y él fue quien eligió las icónicas
fotos de sus primeros discos (era fotógrafo), mostrando así la primera imagen
verdaderamente punk. Como dicen en su canción ‘Danny says’, él se encargaba de
la promoción, de la contratación, de los conciertos, siendo determinante para
que Ramones se convirtieran en una de las bandas más influyentes. Lo malo es
que eso no les sirvió para vender mucho.
El otro ‘gran
manager’ del punk es, claro, Malcom McLaren, que se encargó de montar enormes
escándalos con los Sex Pistols para conseguir atención, propaganda,
contratos…McLaren representaba a los New York Dolls (un antecedente), pero se
separaron, así que aprovechó gran parte de su imagen y su actitud para moldear
a The Swankers, que pronto pasaron a ser Sex Pistols. Grabaron un disco, pero
McLaren no quería seguir los cauces habituales, así que apostó por el
escándalo, el marketing del follón, la propaganda de la bronca y la
provocación. Y le salió bien, pues con ese sólo single le sacó los cuartos a
varias discográficas, que ante tanto jaleo rompían el contrato e indemnizaban.
Gracias a todo, los Pistols se convirtieron en el puntal del punk británico y,
aunque duraron poco, esas actitudes desafiantes, malhabladas e insultonas
tuvieron muchos seguidores, que formaron grupos de ese jaez. McLaren fue el
principal culpable.
Imposible no
mencionar a Kit Lambert, un aventurero con una vida trepidante que un día se
topó con The Who. Lambert fue el que los animó a Moon y demás a hacer todo tipo
de locuras en escena, nada, a saltar, romper y dejarse llevar por lo que
sintieran sin cortarse. Como es sabido, esos excesos en escena se convirtieron
en una de las características de The Who, a los que convirtió en grupo
millonario. Las drogas y el alcohol pudieron con él, ya que en 1981 (con sólo
45 años) murió, tremendamente borracho y colocado, tras una brutal pelea.
La figura del manager
es imprescindible para el grupo de rock. Y los ha habido de todos los colores, sin
embargo, fueron pocos los que tuvieron influencia directa en la parte artística
de las grandes figuras del rock.
CARLOS DEL RIEGO
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