Este tipo se cree un ser superior gracias a su dieta. |
Por
la boca muere el pez, en boca cerrada no entran moscas, quien tiene boca se
equivoca…, tres refranes que indican la tendencia de la persona a dejarse
decir memeces, disparates y
barbaridades. Siempre dadas al exceso, muchas figuras del rock podrían aparecer
en la antología de la sandez y la incontinencia verbal. La mayor parte de las
veces son bobadas sin mayor recorrido, tonterías de juventud o palabras gruesas
soltadas para llamar la atención; no hace mucho el productor Quincy Jones se
despachó a gusto contra grandes nombres de la historia del rock, aunque
finalmente rectificó. Pero también hay auténticos bocazas que no solamente
expelen groserías por la boca, sino que directamente ofenden, insultan o
amenazan.
Entre
estos últimos, entre los que demuestran con sus palabras que tienen un cerebro
obtuso y escaso, están dos figurones vociferantes y desaforados, dos tipos a
los que don Quijote hubiera descrito como “gente descomunal y soberbia”. Uno es
Liam Gallagher y el otro Morrisey, quienes en los últimos días (VI-2018) han
presumido en voz alta de su estulticia. El que tocaba en Oasis ha mostrado cómo
le corroe la envidia y el resentimiento hacia Queen, especialmente hacia Freddy
Mercury, a quien ha descrito como “un tonto del coño”. Pero el muy mostrenco no
se quedó ahí, sino que especificó que “realmente Queen no me gustan, no, y
aunque tengan buenas canciones siempre he pensado que suenan muy afeminadas”; y
para terminar también tuvo algo para Brian May: “su guitarra parece como si
estuviera atascada en el culo”. ¿Se puede ser más boceras? En fin, el tiempo coloca a cada uno en su
sitio, o sea, Queen seguirá vivo mientras Oasis (un grupo esencialmente
copista) pase al olvido.
Pero
el bocas máximo de la escena actual del rock, el verdadero campeón del dislate
más ofensivo, hipócrita y prepotente es el que fuera cantante de The Smiths,
Morrisey, que lleva años dejando claro su deterioro mental; la última de tan
faltoso y perjudicado personaje ha sido hacer suyos los ‘pensamientos’ más
odiosos. El sectario y fanatizante músico croó: “los veganos somos seres superiores”,
una reflexión que surge del mismo proceso mental que aquella que se gritaba en
la Alemania de 1940: “los arios somos seres superiores”, y también coincide con
el modo de pensar que llevó al Ku Klux Klan a la idea de que “los blancos somos
seres superiores”. No es que una cosa sea igual a las otras dos, pero sí es
cierto que a tales conclusiones se llega a través del mismo camino, que es el
que lleva a convencerse de tener la exclusiva de la razón, la única razón
posible y aceptable, y por tanto, a sentirse por encima de quienes se atreven a
adoptar posturas contrarias. Sin embargo, realmente no son seres superiores,
sino que padecen complejo de superioridad, que no es lo mismo. En todo caso, el
cretino cantante ha manifestado muchas veces los síntomas de ese complejo, como
cuando describió a los chinos como “una subespecie”, como cuando insultó a
Angela Merkel por acoger refugiados, como cuando apoya a gritos a políticos de
ultraderecha que expresan abiertamente su odio al extranjero (curiosamente tanto
esos políticos como el tal Morrisey tienen su residencia fiscal en el
extranjero).
Estos
son los casos más recientes y también los más ruines y rastreros. Pero en este
negocio del rock & roll, en el que la pose es tan importante (en realidad
como en cualquier otro entorno), no son escasos los ejemplos de idioteces
vocales vertidas por unos y otros, aunque suelen ser producto de una cierta
arrogancia del triunfador y/o algo de ingenuidad juvenil. Por ejemplo, el
propio Freddie Mercury dijo en 1979: “Es aburrido tener 70 años, no quiero
estar allí, habré muerto y desaparecido, no tengo ningún interés en tener 70”;
sin embargo, seguro que unos pocos años después el inolvidable y malogrado artista
ya no pensaba así, y mucho menos en 1991.
Algo
muy parecido rajó Mick Jagger en 1975: “Preferiría estar muerto que cantando
‘Satisfaction’ a los 45”. Es fácil deducir que ahora, con 75, ya no piensa lo
mismo, es decir, estará más que contento por poder seguir cantando lo que sea,
incluso esa. Robert Plant también hizo su reflexión en torno al paso del tiempo,
aunque con un tono de fatuidad: “Seis meses pasan muy deprisa si eres un genio”,
dio en 1974 refiriéndose a sí mismo, claro.
Catedrático
del esperpento es Marilyn Manson, que hace unos veinte años se sintió eminente
filósofo y estudioso del sentir humano y proclamó: “Quien piense que es feliz
debería ir al médico, pues no hay ninguna razón para ser feliz”. El muy zoquete
se cree que el resto de los mortales son como él, piensan como él, tienen los
mismos gustos, motivaciones, inquietudes, creencias, intereses, objetivos…; es
lo que suele pasar con esas criaturas que no poseen capacidad cerebral
suficiente para entender que hay otros modos de ser, de pensar, de vivir e
incluso de tocar felicidad.
Esto
es apenas un extracto, de hecho todo aficionado podría recordar otros excesos
verbales, y de los otros, de muchos de los que se dedican a esto del rock.
Curiosamente, el casi siempre desmesurado Axl Rose se mostró irónico e incluso
moderado cuando, en 1998, filosofó: “La vida apesta, pero de un modo
maravilloso”.
CARLOS
DEL RIEGO
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