Una de las muertes más sospechosas, dentro del planeta del rock, es la de Brian Jones, aún sin aclarar. |
A
veces el palo de la muerte de alguien cercano viene acompañado del recargo de
la sospecha. De este modo, cuando la desgracia no tiene una explicación clara y
convincente, cuando a los informes oficiales les faltan respuestas, los
allegados del finado han de vivir con un insoportable y permanente resquemor,
una incertidumbre que pone al pensamiento a dar vueltas, una y otra vez, en
torno a lo que pudo ocurrir, a lo que le pasó a él o ella aquel día fatídico.
Esto ha sucedido a varios músicos de rock.
Una
de las muertes más dudosas de la historia del rock es la que protagonizó,
seguro que de modo indeseado, el fundador de los Rolling Stones, Brian Jones.
La cosa empieza cuando en 1969 sus compañeros del grupo lo ponen de patitas en
la calle. Y termina unas semanas después al ser descubierto su cadáver flotando
en la piscina de su casa. La noche de autos la pasó con su novia Anna y otra
pareja (Frank y Janet) en casa. Luego hay varias versiones. La amiga que lo
encontró, Janet, dijo en principio que debió lanzarse a la piscina puesto de
drogas hasta las cejas y…; después añadió que Jones y su amigo se pusieron a jugar
como tontos en el agua a medianoche y, eso sí, después de doparse abundantemente;
y más tarde explicó que, en realidad, ella vio antes a Frank con muy mala cara
y temblando y, después, el cadáver flotante de Jones. Posteriormente, la novia
del músico, Anna Wohlin, afirmó estar convencida de que Frank debió matar a
Brian involuntariamente mientras jugaban en el agua. La cosa se complica cuando
un especialista publica que, en su lecho de muerte, Frank confesó el crimen a
un chófer de grupos de rock. Y para rematar el puzle, un investigador acusó de
la muerte de Brian Jones a dicho chófer. Una cosa más, al parecer, la autopsia
reveló que las cantidades de alcohol y drogas halladas en el cuerpo del finado
no eran tan elevadas como declararon los testigos. No cabe duda, es una muerte
sospechosa.
Todo
conocedor de este gremio sabe que Jim Morrison llegó a su fin en 1971 en París,
y también que nunca hubo una explicación definitiva. De entrada, el cantante
murió el 3 de julio y su representante lo comunicó días después; de hecho, hubo
periodistas que, en ese intervalo, escucharon rumores y preguntaron, pero les
dijeron que Jim tenía un problemilla de salud, que estaba descansando y no se
le podía molestar. El certificado de defunción infirmó que había sufrido un
ataque al corazón, aunque no se realizó autopsia. Su esposa, Pam, declaró que
lo vio toser y escupir sangre mientras se daba un baño; sin embargo, Morrison
no había presentado ningún síntoma, al contrario, parecía sano los días
anteriores, y además, la mujer dijo no haber estado presente en el momento de
la muerte. Luego, un fotógrafo contó que el representante le había confesado
que el solista de Doors esnifó gran cantidad de heroína creyendo que era coca.
Lo último que se ha dicho sobre el asunto es lo que declaró la cantante
Marianne Faithful (relacionada con varias estrellas del rock), la cual afirmó
que uno de sus antiguos novios le había pasado a Jim Morrison ‘caballo’ casi
puro, casi sin cortar... Y otra vez no se practicó autopsia, por lo que no hay certeza
para este ‘The end’.
Más
interrogantes plantea el caso de Richey Edwards, guitarrista y letrista de
Manic Street Preachers. Sus antecedentes muestran depresión y tendencia a la
autolesión. Un día de febrero de 1995 desapareció de un hotel. Sin más. Menos
de un mes después la policía encontró su coche en un puente utilizado por los
suicidas, pero no su cuerpo. Trece años después, ante la falta total de pistas,
se le dio oficialmente por muerto. Pero él había dicho varias veces que nunca
había pensado en suicidarse, además, no se tiene conocimiento de intentos
anteriores (algo muy habitual en casos de suicidio); asimismo, días antes
retiró importantes sumas de dinero de sus cuentas; también se ha sabido que el
coche ya estaba donde fue encontrado unas doce horas antes de lo que se
pensaba, detalle que plantea más cuestiones insolubles, de momento. Son ya 23
años de dudas.
Otra
desaparición enigmática es la de Phillip Taylor Kramer, bajo, teclados y voz de
Iron Butterfly (los de ‘In a gadda da vida’) de 1974 a 1977. Al deshacerse el
grupo Kramer estudió Ingeniería Aerospacial y entró en el Departamento de
Defensa de Usa, ideó un sistema de guiado de misiles, creó una empresa de
investigación tecnológica, desarrolló técnicas de compresión de datos e investigó
la fibra óptica; es más, tras su muerte se supo que trabajaba en un sistema de
reconocimiento facial y en el ordenador cuántico. Era lo que se dice un genio
de la ciencia. Con su empresa en bancarrota acudió a una cita con un posible
financiero en el aeropuerto de Los Ángeles en febrero de 1995. Entonces, la
policía recibió una llamada suya en la que afirmaba su intención de suicidarse,
y sólo añadió que OJ Simpson era inocente (??). Su empresa estaba casi en
quiebra, sí, pero nunca había mostrado síntomas de desequilibrio, no trasegaba
de nada y estaba enamorado de su familia. Se especuló que había intereses en
callarlo y que por ello fue secuestrado; se dijo que su desaparición era
cuestión de seguridad nacional… En 1999 sus huesos fueron descubiertos dentro
de su camioneta en el fondo de un cañón en California. El informe oficial
determinó el suicidio, pero su padre gritó a los cuatro vientos que el
músico-científico le había dicho varias veces que se sentía acosado y que
aunque lo dijeran, jamás se quitaría la vida… ¿Hay para sospechar? Phillip
Taylor Kramer, en fin, merece recuerdo y reconocimiento.
Otro
‘suicidio’ sospechoso es el de Bobby Fuller, que logró el éxito en 1966 con su
versión del ‘I fought the law’. Pocos meses después fue hallado muerto en el
coche de su madre frente a la casa de ésta; tenía en la mano una goma conectada
a un bidón de gasolina (¿), estaba empapado en ésta, presentaba magulladuras y
tenía sangre por la ropa; se determinó accidente o suicidio y que llevaba
muchas horas muerto. Tenía 23 años, ¿por qué se podría suicidar un joven al que
la vida sonreía? Se habló de mafiosos y de oscuros intereses. En todo caso, es
otra muerte sin aclarar. Ah, por uno u otro lado Fuller estaba relacionado con
Buddy Holly y Richie Valens…
Muchas
cosas raras y de imposible explicación. No hay pistas ni sospechosos.
CARLOS
DEL RIEGO
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