No es coherente ni creíble decirse anticapitalista y exhibir todos los símbolos capitalistas (en la foto, la propiedad de los dirigentes podemitas anticapitalistas). |
Dejando a un lado el asunto de la
discrepancia entre lo dicho antes y lo que hacen ahora, pueden comprobarse
otros tremendos antagonismos entre ciertos dirigentes políticos que se
proclaman comunistas, socialistas, rojos o izquierdistas y que, sin embargo,
continuamente recurren a todos los factores que definen al burgués capitalista.
El ejemplo de la parejita que manda en
Podemos es perfectamente descriptivo. En primer lugar, al comprarse una
vivienda mucho mejor que la que tenían están mostrando el deseo de progresar,
de mejorar su modo de vida, y ¿qué hay más básico en el capitalismo que tratar
de prosperar, de esforzarse para acceder a propiedades más deseables, más cotizadas?
En segundo lugar, hacer negocios con los bancos es esencia del capitalismo y
frontalmente contrario al comunismo, el cual abomina de los beneficios de la
banca, de la bolsa, de los que se dedican a las finanzas.
Por otro lado, con total seguridad, los
aludidos serán posesores de muchos otros haberes y elementos simbólicos del
capitalismo. Puede darse por cierto que los dos tendrán rollizas cuentas
corrientes, puede que también planes de pensiones e incluso inversiones; y de
igual modo no se privarán de los bienes de consumo que casi todo el mundo
disfruta en las sociedades occidentales, como electrodomésticos, automóviles,
ordenadores o teléfonos. Nadie puede reprocharles nada por ello, pues en el
mundo del capitalismo el personal aspira a eso; pero sí parece oportuno
recordarles (a ellos y a otros que van presumiendo de izquierdistas) que poseer
propiedades inmobiliarias, acumular efectivo y negociar con las entidades
bancarias (lo que significa aumentar sus beneficios) y adquirir los bienes de
consumo según mandan los mercados son elementos simbólicos que caracterizan el
capitalismo y absolutamente opuestos a las teorías de economía planificada, o
sea, al comunismo. En pocas palabras, no se les puede señalar por tener el deseo
de progreso material y económico, pero deben comprender que eso se llama
capitalismo.
En fin, si la pareja en cuestión
viviera en uno de esos países tendría una casa como la que ha comprado, pero
nadie ajeno a los cargos del partido podría ni siquiera soñar con tal posesión;
sin embargo, aquí hay millones de propietarios. Nadie les reprocha que se
aprovechen de las ventajas del capitalismo, pero sí que es conveniente
recordarles que antes de maldecirlo tengan en cuenta que ellos recurren a todos
los símbolos capitalistas, por lo que también podría exigírseles que dejaran de
proclamarse lo que no son. Tampoco hay que olvidar que la base del comunismo,
su abc, su esencia, es la renuncia a toda propiedad privada… O sea, que si
posees (casas, cuentas corrientes, bienes de consumo que se renuevan
rápidamente) y acumulas posesiones no eres comunista, y hay que tener la
valentía de asumirlo. Y decirlo.
En definitiva, ¿qué es lo que
diferencia el cotidiano vivir de la parejita del de otros ciudadanos que no se
dicen comunistas y/o anticapitalistas?
No se puede decir que se es del Barça e
ir continuamente con la bufanda y la camiseta del Madrid, y peor aún, tratar de
justificarlo.
CARLOS DEL RIEGO
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