1978 fue uno de los grandes años de la 'new wave', con Elvis Costello en la cresta, pero dejó mucho más rock para el recuerdo. |
Seguro que alguien dijo alguna vez que
para comprender el presente hay que entender el pasado. En el terreno del rock
& roll la cosa no está tan clara, ya que si se revisan los temas de éxito
de hace, por ejemplo, cuatro décadas, resulta difícil encontrar algún nexo con
los temas que ocupan las listas en la primavera de 2018. Cierto que en los
‘charts’ de entonces también aparecen coas mucho más vulgares, tópicas y con
finalidad eminentemente mercantil, pero aun así, aquellas listas se antojan
envidiables. Además, también se hizo mucho rock & roll que no tuvo reflejo
en ellas, aunque sí dejó su huella.
Cuarenta años atrás, en la primavera de
1978, el rock & roll es pura efervescencia. Conviven las formas de siempre
con nuevos modos de entender y de hacer. En las listas inglesas la ‘new wave’ se
hace notar, quedando claro que había ansia de cambios. Así, se dejan ver los
neoyorquinos Blondie con una adaptación ‘nuevaolera’ de ‘Denis’, un tema que ya
había sido éxito en 1963 y que cobró una segunda vida con el trepidante arreglo
que tanto gustaba entonces. Uno de los ideólogos de esa nueva ola (como
compositor y como productor) es el gran Nick Lowe, que conoció el sabor de los
‘charts’ con su cadencioso ‘I love the sound of breaking glass’. Precisamente
uno de sus más aventajados pupilos, Elvis Costello, a quien produjo desde el
primer momento, volvía con un magnífico segundo elepé y con canciones tan
representativas de aquella época como ‘(I don´t want to go to) Chelsea’, pieza
que no ha perdido chispa pasados cuarenta años.
Los ‘mutantes de Akron’, Devo, se atrevieron a hacer una adaptación
revolucionaria en clave techno (del de la época) del clásico ‘Satisfaction’ de
los Stones, una versión con tanta personalidad que hay momentos que uno se
olvida de que ‘sólo’ es una reinterpretación. Una de las musas de los nuevos
movimientos era la estadounidense Patti Smith, que en su tercer álbum incluyó
el poderoso ‘Because the night’, escrita a medias con Springsteen y que sonaba
destinada al éxito duradero desde su aparición.
Todo eso estaba en las listas de la
primavera de 1978. Pero no todo era ‘new wave’, puesto que también había
espacio para otros estilos. Como el reggae y su máximo profeta, Bob Marley, que
deslumbró entonces con su álbum ‘Kaya’ y el rítmico y humeante ‘Is this love’,
el cual se bailó mucho en la disco. También se dio a conocer en las listas Kate
Bush, cuyos modos tenían que ver poco con cualquier cosa; con su agudísimo tono
de voz llevó el ‘Wuthering Heigths’ al
número uno varias semanas; y eso que, en aquella España, un gracioso dijo que a
veces parecía la voz de Gracita Morales… Y también en aquella primavera lucía
el sol en la londinense calle Baker gracias al ‘Baker street’ del escocés Gerry
Raferty; una pieza presidida por un ‘riff’ de saxo que no ha perdido fuerza ni
personalidad.
En Estados Unidos los catálogos de
éxitos estaban presididos por las canciones de la película ‘Fiebre del sábado
noche’, una especie de maremoto cuyos efectos tardarían un poquito en llegar a
Europa. Así, sonaban sin parar Travolta y Olivia con el ‘You’re the one that I
want’, los Bee Gees con ‘Staying alive’, The Tramps con el ‘Disco inferno’…, el
caso es que la cosa parecía flor de un día, pero el señor Tiempo ha decidido
que perdure. También se hacía notar en los ‘charts’ estadounidenses el sonido
barroco y brillante de los británicos Electric Light Orchestra con uno de sus
(muchos) grandes temas, ‘Sweet talking woman’. Igual que el funk de Earth, Wind
& Fire y su evocador ‘Fantasy’. Una canción que seguía en lista en la
primavera del 78 a pesar de haber salido meses antes era la eterna (a pesar de
que la letra habla de que nada es para siempre) ‘Dust in the wind’ de Kansas;
se trata de uno de esos temas que se escuchan casi a diario casi en cualquier
sitio, una de esas melodías que tienen la propiedad de gustar a todo el mundo,
o casi.
Pero es que, además, en la primavera de
hace cuatro décadas no llegaron a tener presencia en lista muchos grupos punk y
‘new wave’ que aun hoy mantienen nombre y prestigio. Y un tal Prince publicó su
primer álbum, ‘For you’. Los alemanes Kraftwerk popularizaron la música techno
con su extraordinario ‘Die Mensch Maschine’. AC DC, aun con Bon Scott, seguían
añadiendo granito a su discografía con ‘Powerage’. Y también publicaron en aquella
lejana primavera algunos viejos guardianes del rock como Frank Zappa, o nuevos
valores con mucho que decir, como Tom Petty,
Para los incondicionales del rock &
roll y estilos cercanos, aquellos fueron, sin duda, verdaderos buenos tiempos.
CARLOS DEL RIEGO
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