Tras casi medio siglo sin bajarse del escenario, REO Speedwagon siguen haciendo bueno el AOR. |
Dentro de los abundantes sub-estilos
que ha dado la música rock, existe una variante pensada para un público más
añoso. Y es que, casi siempre, las canciones que han triunfado en este negocio del
rock en general tienen (y han tenido) al público más joven como principal
objetivo. Pero en la segunda mitad de los setenta del XX aparece ese género
creado y ejecutado para amantes del rock que ya no se conforman con energía
juvenil, sino que buscan algo más elaborado, más depurado. Coincidiendo con esa
demanda surge lo que se conoce como AOR, rock orientado para adultos.
Lógicamente esa propuesta no fue muy bien vista por el personal más joven, que
renegaba de un sonido tan repulido, tan civilizado. Sea como sea, con el paso
del tiempo se ha ido asentando en los anales del rock una atractiva colección
de éxitos proporcionada por los grupos que adoptaron aquellos modos, y ello a
pesar de que, con el final del siglo, la cosa se fue diluyendo, de modo que hoy
aquello del AOR se tiene como algo añejo y del que sólo sobreviven sus mejores
melodías.
El AOR es básicamente rock duro, pero
con muchos matices. Tiene elementos del heavy pero carece de su agresividad; la
presentación está muy cuidada: desde la parte vocal hasta los solos, pasando
por unos muy trabajados estribillos y tanta preocupación por la melodía como un
grupo pop; la construcción final presenta una gran riqueza instrumental y
armónica, así como una producción lustrosa y refinada. Así, el grupo de AOR ha
de contar con músicos brillantes, expertos, de modo que es raro ver en este
terreno un guitarrista de menos de 30; es como si tras perder empuje juvenil, como
si al ir cumpliendo años en escena y mejorar técnica y artísticamente, el que
fuera imparable y salvaje rockero sediento de ‘caña bruta’ perdiera vigor (lógico)
y evolucionara hacia ambientes más llanos, con ritmos más calculados y procurando
que todo quede más ‘piano’; por eso en este género abundan las baladas y medios
tiempos. Y también por eso toma ese nombre, rock orientado hacia adultos.
El caso es que aunque los años dorados
de esta variedad fueron pocos, existe una nómina bastante nutrida de bandas,
aunque sólo se recuerda a las más importantes y
gracias unos cuanto títulos que, eso sí, son muy fáciles de reconocer.
Por ejemplo, todo el que tiene un mínimo interés por esto del rock ha escuchado
los ambientes suaves y melódicos de ‘Africa’ o degustado el diálogo
voz-guitarra del ‘Hold the line’, dos temas que identifican a los angelinos Toto.
Igualmente se tiene la sensación de llevar toda la vida escuchando el baladón ‘I want to know what love is’ o
el algo más brioso ‘Cold as ice’ de los neoyorquinos (con ingleses en sus
filas) Foreigner. Y hablando de lentas con caramelo, ahí están Styx, de
Chicago, con su ‘The best of times’ o ‘Lady’. Los californianos Journey, aunque
llegaron a sonar en los mercados internacionales, ciñeron sus grandes éxitos al
estadounidense, de modo que pocos recordarán sus ‘Open arms’ y ‘Wheel in the
sky’… Todos ellos fueron grandes especialistas en la ‘power ballad’ y en grandilocuentes
solos de guitarras o teclados.
De Survivor sólo se recuerda la
efectista ‘Eye of the tiger’, un éxito mundial gracias a que fue la canción de
la película Rocky III. Al contrario que REO Speedwagon, que no han dejado la
escena ni las visitas a las listas de éxitos desde su formación, allá por 1967;
han vendido decenas de millones de discos, han tenido tiempo de hacer
trepidante rock & roll, hard duro de verdad (‘Gipsy woman´s passion’) y,
claro, lentorras al estilo ‘adulto’ como las multimillonarias ‘Keep on loving
you’, ‘Can´t fight this feeling’ o ‘One lonely night’.
Pero también hay otros grupos adscritos
al género de los que ya es más difícil acordarse. Por ejemplo FM, la versión
inglesa del género, cuyo tema más señalado es ‘Frozen heart’. También
británicos son The Babys, que lograron asomarse a las listas con ‘Isn´t it
time’ y ‘Everytime I think of you’, dos baladitas cortadas por el mismo patrón.
Y este patrón era (murió en 2014) el estadounidense Ray Kennedy, un increíble e
injustamente desconocido compositor y cantante de Los Ángeles cuyo ‘You oughta
now by now’ encaja a la perfección en el mejor AOR. Loverboy son canadienses,
más enérgicos, más potentes y con sonido más rocoso aunque muy bien retocado,
como en su ‘Turn me loose’. Heat son suecos y apenas llevan diez años en activo,
es decir, son auténticos mantenedores del AOR más tradicional, como demuestra
su ‘Shelter’, al que no le falta ninguna de las características del estilo. Billy
Squire (de Boston) es un francotirador procedente aun de los sesenta; con propuesta
potente y con clase, y sin perder nunca el gusto por el rock adulto, ha
disfrutado siempre de buenas cifras de ventas, sobre todo con temas del tipo de
la granítica ‘The Stroke’, o ‘Emotions in motion’, sólido medio tiempo. Poca
repercusión tuvo lejos de su país la banda neoyorquina Damn Yankees, y eso a
pesar de que sus miembros poseían impresionantes currículos, sobre todo su
legendario guitarrista Ted Nugent; aun así despacharon millones con su poderosas
baladas ‘High enough’ y ‘Where you goin´ now’.
Hay otras bandas, claro, y algunas más
que en algún momento han cabalgado sobre los lomos del percherón AOR, como Asia,
o incluso Cheap Trick, o incluso Peter Frampton.
Puede gustar más o menos, pero el rock
orientado hacia adultos tiene a su favor el buen gusto, la impecable ejecución
y el dominio de los tiempos lentos. Y no es poco.
CARLOS DEL RIEGO
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