El Jefe es de los que más ha cantado al día a día. |
Algo tan cotidiano, tan aparentemente
falto de encanto y atractivo como la sucesión de los días de la semana ha sido
convertido en cuestión principal de un sinfín de canciones, proporcionando reflexiones
y narraciones a otras tantas partituras; así, desde el jazz más académico hasta
el blues más barriobajero, desde la pieza de raíz tradicional hasta el tecno
más vanguardista, no ha habido género o subgénero que no se haya detenido a
hablar del lunes, el miércoles o el domingo. Y se ha hecho desde todos los
puntos de vista; por ejemplo, Beatles cantaron a la semana con optimismo y
alegría en ‘Eight days a week’, y McCartney, ya solo, lo hizo mostrando la
tristeza de quien tiene por delante siete días rutinarios, monótonos,
previsibles…
Bruce Springsteen ha escrito sobre esto
más de una vez. En su ‘Without you’ (1996) The Boss decía más o menos: “El
lunes voy a trabajar, el martes no encuentro la camiseta, el miércoles me
siento triste (…) el jueves todo va bien, el viernes estoy fuera de mí, sábado
y domingo también, es inútil, sin ti…”. Y también quiso hacer un homenaje al
rock & roll revisando el clásico ‘Seven nights to rock’, e incluso modificó
la letra en tres o cuatro ocasiones; así, una vez dice “El lunes voy a clase,
martes a nadar, miércoles a la biblioteca, jueves con la familia, viernes
videojuegos, sábado y domingo ¡todo el mundo a darle al rock!”; en otra ocasión
cantó la misma así: “El lunes voy a rocanrolear con Jane, martes con Lorraine,
miércoles con Nancy, jueves es para
Betty y yo, viernes con Sue, sábado y domingo cualquier chavala lo hará”.
Por su parte, The Clash explicaban en
‘Police on my back’ (1980) que “estoy corriendo lunes, martes…, domingo, ¿qué
he hecho? (…) la policía pisándome los talones”; eso sí, el tema lo había
escrito Eddy Grant para The Equals en 1967.
The Queen narraba un amor que sólo dura
siete días en ‘In only seven days’ (1978): “El lunes empiezan mis vacaciones
(…), el martes la veo en la playa (…), el miércoles no la veo pero espero que
vuelva mañana, el jueves cambia mi suerte (…) me acerco y le pregunto su nombre
(…) tendré cientos de recuerdos. Deseo que el viernes no termine nunca (…) el
sábado sólo tiene 24 horas. ¡Oh no, me vuelvo a casa el domingo!”. El bajista,
John Deacon, tal vez el ‘queen’ menos majestuoso, es el autor.
Y también se puede revisar la cosa
yendo día a día. Así, para el lunes, el ‘Monday Monday’, de Mamas & The
Papas. Dice la leyenda que John Phillips la escribió en 20 minutos…, pero
también que no le gustaba nada ni a Mama Cass ni a Michelle Phillips, y que el
propio John decía que no tenía la menor idea de su significado…, aunque el
segundo verso asegura que el lunes es “bueno para mí”. Sea como sea, su
evocadora atmosfera siempre gratifica.
Cualquier martes puede iniciarse con el
‘Ruby Tuesday’ de los Rolling Stones. Parece que la cosa iba de una fan que
siempre iba con ellos y que terminó siendo la novia de Richards; el tema
(escrito por éste y Brian Jones) es un adiós, una ruptura. Se trata, como dice
el mismo Jagger, de una canción muy buena, con una estupenda melodía y un texto
encantador.
El miércoles es uno de los días que
menos llama la atención. Pero se pueden encontrar canciones como el ‘April,
spring, summer y wenesdays’ de Status Quo. El veterano cuarteto ya ofrecía a
finales de los sesenta un sonido machacón y primario, contagioso y trepidante,
pero en las letras solían ponerse muy poéticos: “Soy la hierba sobre la que
ella se acuesta, abril, primavera, verano y miércoles, soy la mano de la que
ella siempre come, la cama sobre la que ella juega”. Es más blues, pero igual
de Quo.
A finales del pasado siglo David Bowie
tituló una canción como una biografía de la cantante estadounidense Eartha
Kitt, ‘Thursday child’, pero no va sobre ella. Es, a pesar del tiempo pasado,
una canción muy entroncada con los buenos tiempos de Bowie, con entornos
dramáticos, nostálgicos: “Abandóname mañana, solamente por ti no lamento haber
sido el niño del jueves”.
Comienza el fin de semana con el ‘Friday
I´m in love’ de The Cure. Ha sido definido como pop tan absurdo que se convierte
en excelente. Es el típico jovenzuelo enamorado que disfruta adelantando lo que
ocurrirá el viernes y el resto del fin de semana con su chica: no importa que
el lunes sea triste (referencia a New Order) y que los demás días igual, porque
el viernes llega lo bueno. El ambiente optimista y feliz se completa con una
melodía muy pegadiza.
El sábado noche es, con mucho, el
momento de la semana más revisado por los autores de rock. Sobre ese momento va
‘Another saturday night’, una de esas maravillas de Sam Cooke. La escribió a
principios de los sesenta, cuando estaba de gira por Inglaterra con Little
Richard. Dentro de una delicada y adictiva melodía se ajusta un texto simpático
y adolescente; trata de un chaval recién llegado que no acaba de conocer
chicas, por lo que prevé otro sábado noche en solitario, sin embargo un amigo
le dice que tiene una hermana de buen ver, pero cuando le echa el ojo, al chaval
le parece un gato llamado Frankestein… Merece recordarse que Cat Stevens
(alérgico a cantar lo que no escribía) grabó una acertada versión en 1974.
Y llega el domingo. Aseguran que Lou
Reed escribió ‘Sunday morning’ a las 6 de la mañana de un domingo, animado por
Andy Warhol, que le sugirió que compusiera algo para Velvet Underground sobre
las ‘bajadas’ de las drogas (es de suponer que así estaba en aquel momento el
malogrado Lou). El entorno ligero y la voz mortecina de Nico resultan muy
apropiados: “Ven y descansa tus huesos conmigo”.
Seguro que todo el mundo recuerda más.
CARLOS DEL RIEGO
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