lunes, 22 de agosto de 2016

LA FIGURA DEL PERDEDOR EN EL UNIVERSO DEL ROCK. Casi todas las personas pierden más veces que las que ganan, ya en la vida o en el deporte: en uno y en otra lo normal es perder. Pero la figura del perdedor tiene esa tonalidad trágica de la que tanto partido saca el artista, incluyendo el autor de rock.

The Clash hicieron muy suyo el clásico 'Luché contra la ley' pero 'la ley ganó'.
En momentos olímpicos (como los recién vividos en los Juegos de Río 16) se impone la figura del vencedor. Sin embargo, en cualquier competición deportiva hay muchos más perdedores que ganadores; y tal afirmación sirve también para el ir y venir de cada persona por este mundo, pues por regla general, la derrota es mucho más habitual que la victoria en todos los órdenes de la vida. De hecho, aunque suene un tanto despectiva y alejada de los valores olímpicos, la frase que dice que el primero gana, el segundo pierde y los demás participan, resulta esencialmente cierta; igualmente es una obviedad que los perdedores son muchísimos más que los ganadores, es decir, lo normal es perder (eso sí, hay tipos con suerte que contradicen la regla).

Como no podía ser de otro modo, los que crean canciones de pop, rock y afines se han fijado mucho más en el derrotado que en el victorioso, pues aquel aglutina muchos más sentimientos y mucho más intensos que el que saborea el triunfo, el cual apenas deja espacio para otras sensaciones. Piezas rock que hablen de derrota y decepción las hay por cientos, ya sea pérdida del amor, de bienes materiales, de la felicidad, del ser querido, de la libertad…; además, se mira de formas muy diversas y desde múltiples puntos de vista ese sentir intenso y amargo que acompaña la caída del perdedor.

Hablando de este asunto, una de las primeras que vienen a la memoria es el ‘I´m a loser’, de The Beatles. Aun no siendo una de las más célebres de su repertorio es una pieza magnífica que, asimismo, fue de las primeras que escribieron (1964) que ya no trataba de amores y desamores juveniles. Lennon escribió un texto que habla de una ruptura, pero sólo como tapadera de un sentir afligido e incluso depresivo: “Aunque me río y actúo como un payaso, bajo esta máscara tengo el ceño fruncido (…), soy un perdedor, no soy lo que parezco ser”. La atmósfera tiene un alegre aire country pero, a la vez, un cierto poso de desilusión que, por otro lado, en aquellos primeros sesenta habían puesto de moda cantautores tipo Dylan. Es difícil ser más claro y contundente que John.    

La añorada Janis Joplin, ya en 1967, denunciaba el papel secundario asignado a la mujer en su ‘Women is losers’. Ella cantaba en una banda integrada por hombres y se movía en un mundillo (el del rock) en el que ellos decidían todo, desde la producción hasta la promoción. ‘La mujer es perdedora’ es un blues en toda regla, pero la voz ardiente y el tono desenfrenado que siempre caracterizó a Janis lo convierten en algo único, distinto, incomparable. El texto es bastante explícito: “La mujer es perdedora (…), pase lo que pase los hombres siempre quedan encima (…) si te dicen que te desean, luego dirán que sólo pasaban por tu puerta, si no te decepcionan, te dejarán y nunca volverán”. Sí, parece una reivindicación de la mujer en el terreno amoroso, pero seguro que ella lo escribió con otras intenciones. Sea como sea, siempre gratifica escuchar a Janis.

El rubísimo cantante, guitarrista y compositor de Florida Tom Petty escribió ‘Even the losers’ para su excelente elepé ‘Damn the torpedoes’ (1979). La voz aguda y cargada de nostalgia de Petty explica, en medio de un ambiente de poderoso rock, que ‘incluso los perdedores’ a veces tienen suerte. La cosa va de tema sentimental, sí, pero muestra la visión de quien sabe que esos maravillosos momentos terminarán: “me dio un beso de fuego (…) y dijo que no le sería muy fácil olvidarse de mí (…) tendría que haber sabido en ese momento que era demasiado bueno para durar (…) es un rollo tener que vivir en el pasado”. Según este texto, Petty no parece tener muy clara la famosa frase del poeta decimonónico británico Alfred Tennyson, que decía que es mejor haber amado y perdido que no haber amado nunca. 

‘I fought the law’ es un clásico del rock publicado en 1960 por The Crickets, meses después de la muerte de su líder Buddy Holly. Muchas versiones se han hecho de esta combativa pieza que parece haber sido compuesta pensando en el ideario de Joe Strummer y, claro, The Clash, que la grabaron aun en 1979. ‘Luché contra la ley’ hechizó a Strummer desde la primera vez que la escuchó, puesto que él siempre tenía ganas de encararse a las leyes. El tema va de un pistolero que “necesitaba dinero porque no tenía nada (…) robándole a la gente con una seis tiros, luché contra la ley y la ley ganó, perdí a mi mujer y perdí mi diversión”. Trepidante e incluso crispadamente, The Clash transmite con esta versión la idea de que no se puede hacer nada contra la ley y las fuerzas establecidas, podrás luchar contra ellas, pero siempre saldrás vencido y serás un seguro perdedor.

Triunfar es el sueño de todo grupo de rock, pero para su desgracia existen un millón de causas que impiden ese triunfo a la mayoría de ellos. El singular grupo leonés Cardiacos reflexionó sobre la figura del roquero perdedor en su inteligente ‘Pepi Pop’ (1982). El texto expresa con serena resignación el inevitable y fatal destino de los grupos que no se pliegan a los estándares del mercado: la decepción. El tema expresa el pensamiento del artista al que acusan de no ser lo bastante pop “y que a Costello nunca podría llegar”, ni lo bastante rock porque “nunca dije larga vida al rock & roll”, ni lo bastante jazz pues “verde estaba y aun tengo que madurar”, ni lo bastante punk por ser mayor, “con pocas heridas (…) y que nunca yo me había suicidao”. Así, la letra se torna filosófica, estoica: “a punto estaba de ganar, prefiero abandonar (…) decidido estoy aquí en mi papel de nuevo perdedor”. Es una canción que explica perfectamente la sensación del músico convencido de que nunca va a vender millones de discos, o sea, nunca ganará.  
  
CARLOS DEL RIEGO


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