La consigna sigue teniendo sentido cuatro décadas después. |
Sí, la eterna banda de Jagger y Richards han dejado
un montón de canciones, discos, imágenes e ideas que ya forman parte de la
historia popular del siglo XX (es difícil que su estrujada fuente creativa
vuelva a producir frutos para el recuerdo); la imagen de la lengua que se asoma
descarada o la exclamación ‘It´s only rock & roll (but I like it)’ son cien
por cien Stones, pero su potencia comunicativa ha conseguido que ambas hayan
traspasado las fronteras de lo estrictamente musical y ‘stoniano’.
En 1974 el grupo lanzaba su álbum número doce con
este título genérico. Lo curioso es que, al parecer, quien más tuvo que ver en
semejante ocurrencia fue Ron Wood, que aun no era guitarrista de la banda
aunque estaba a punto de serlo. También resulta llamativo el hecho de que el
disco nunca tuviera consideración de ‘excelente’ y de que en su momento su
éxito fuera limitado. Por otro lado, aquellos años fueron duros para la salud
(drogas) de Richard y de Mick Taylor, el guitarrista que estaba a punto de ser
un ex Stone.
El álbum anterior había tenido menos de rock que de
otra cosa, así que en esta ocasión quisieron volver a la senda del rock&
rythm, especialidad que ellos dominaban como nadie, de modo que la idea del
título fue acertada, igual que la producción, que corrió a cargo de la eterna
pareja artística (recurriendo al pseudónimo de los ‘Gemelos Glimmer’). En aquel
1974 español la publicación de un nuevo disco de los Rolling Stones era todo un
acontecimiento en el entonces subterráneo mundo del rock, todo aficionado lo
sabía y estaba ansioso por escuchar y comentar, y la única manera era comprar
el disco (las casetes aun no eran populares y casi nadie tenía equipo en casa
para pasar del vinilo a la cinta). La portada, sí, emite un perfume de
narcisismo evidente, con ellos aclamados por enfervorecida multitud mientras
presentan una pose vanidosa.
El tema que abre el fuego es el poderoso ‘If you
can´t rock me’, una pieza dotada de guitarras que dictan el camino a base de
riffs y contrariffs; no se trata de solos excelentes (aunque Taylor tiene
tiempo de demostrar que, como solista, era bastante mejor que Richards), sino
de ese toque primario que otorga personalidad a la banda. Sigue la única
versión del Lp, el ‘Ain´t too proud to beg’, que Temptations grabaron para
Motown en 1966 y que es bastante más rythm & blues que soul; la adaptación
es trepidante, descubre nuevas posibilidades y ofrece aportaciones propias,
cambios, instrumentación. El título de la canción que da título al Lp es de
sobra conocido, tal vez más incluso que la propia melodía; es un aire
rollingstone absoluto, con la reconocible secuencia de guitarra y ese ritmo cadencioso
pero alegre, con Jagger más ‘morritos’ que nunca y esos coros que todo fan de
la banda ha hecho mil veces… ‘Till the next time’ es una deliciosa baladita de
fácil asimilación que habla de amantes y sus encuentros prohibidos. La cara a
se cierra con otro ritmo lento, ‘Time waits for no one’, pero ahora de temática
filosófica, pues aconseja no perder el tiempo (“las horas son como diamantes”)
ya que no espera por nadie; tiene un suave y explayado solo de guitarra, uno de
los últimos que Mick Taylor aportó. La cara b del Lp empieza con ‘Luxury’, otro
ambiente rythm con estupenda melodía que siempre resuena apoyada por una
guitarra que, a su vez, nunca deja de puntear. ‘Dance Little sister’ vuelve a
acelerar y a demostrar cómo se construye un riff cargado de rabia y tensión,
con guitarras encendidas por aquí y por allí. ‘If you really want to be my
friend’, lentísima y con finísimo solo de guitarra, ‘Short & curlies’, tal
vez menos brillante, y ‘Fingerprint file’, más negroide, completan un álbum de
enorme calidad que, sin embargo, no goza de la consideración que se merece.
De hecho, salvo la titular, la mayoría de estas
canciones rara vez han formado parte de los repertorios en vivo y algunas no
han sonado jamás desde el escenario, ¿quién sabe por qué?, tal vez a los
propios Jagger y Richard no terminaron de convencerles o simplemente
prefirieron repertorios más sonoros. De todas formas, cualquier amante del
sonido ‘stone’ puede regresar cuantas veces quiera a esta obra de hace 40 años
y siempre encontrará excitante rock & roll y encendido rythm & blues.
Eso seguro. Por cierto, otros diez años atrás, justo hace medio siglo, Rolling
Stones publicaban su primer disco con una única composición propia, y un
segundo con tres; entonces la prensa inglesa se preguntaba “¿Permitiría que su
hija se casara con un Rolling Stone?”. Para cuando salió el ‘It´s only rock
& roll’ las cosas habían cambiado, ya eran estrellas y casi nadie se
escandalizaba con ellos, la pregunta ya no tenía lugar.
Hoy, tanto tiempo después, lo sabemos, sólo rock
& roll, pero nos sigue encantando.
CARLOS DEL RIEGO
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