Freddie empezó a trabajar 'Bohemian' en 1969, y la terminó en 1975 |
Dos años de trabajo precisó el clásico de Led Zep |
Cuando suenan las
canciones que más gustan lo normal es dedicar todo el seso a disfrutarlas, sin
más. Son apenas tres, cuatro o seis minutos, sin embargo, rara vez se piensa en
todo el tiempo que han necesitado los autores, intérpretes, productores, técnicos…,
para condensar meses o años de trabajo en esos escasos minutos. Como en esos
dos temas
Muchas veces se ha
acusado al rock & roll de ser simple, fácil de hacer y al alcance casi de
cualquiera. Evidentemente no es así. De hecho, todos los profesionales o
aficionados que han formado en grupos, grabado y ensayado saben que todo cuesta
mucho tiempo y esfuerzo. Dos títulos ya legendarios, cabeceras de capítulo en
el libro del rock, son ‘Stairway to heaven’ y ‘Bohemian Rhapsody’ (seguro que
nadie dudará de qué grupos son); el primero dura ocho minutos y el segundo seis,
pero ambos precisaron años de trabajo para lograr esa melodía, ese solo, esa
guitarra, esas voces que tanto gustan a tanta gente.
A comienzos de 1970
Jimmy Page comenzó a idear el ‘Stairway’; había instalado un pequeño estudio de
ocho pistas en una cabaña de su casa, donde probaba y probaba infinitos
acordes, armonías y líneas melódicas a la guitarra. Y grababa casi todo en una
cassette, de modo que llegó un momento en que comenzó a unir diversos
fragmentos. Cuatro meses después, en abril del 70, ya habló a la prensa
especializada de una próxima canción que sería muy larga… Pero la cosa no
empezó a cristalizar hasta octubre.de ese año, y no empezó a grabarse hasta
diciembre. Es decir, había pasado todo un año hasta que había material que
grabar.
La letra de Plant se
fue grabando y añadiendo bien entrado el año 71. Posteriormente, Jimmy Page
volvió al estudio para grabar su famoso solo de guitarra. Según cuentan, Page
nunca estaba satisfecho, lo que hacía no le convencía, de modo que repetía,
reintentaba, rehacía una y otra vez las líneas de acústica, probaba a cambiar
el puente, el sonido, la cadencia… Usó una Telecaster de 1959 que le había
regalado Jeff Beck. Grabó tres solos distintos, pero no terminaba de decidirse
por cuál utilizar. Él mismo recordó: “Tenía la primera parte terminada, pero
había que hacer la frase de enlace. Finalmente, tras muchas revisiones y
retoques, salió”. También usó una acústica y una de 12 cuerdas. Al final parece
que consiguió plasmar lo que tenía en mente. La emblemática pieza se lanzó en
noviembre de 1971 dentro del Lp ‘Led Zeppelin IV (nuca salió en single; existen algunos
ejemplares de promoción que son piezas de coleccionista). Sin olvidar lo que
exigió la grabación de voces, de bajos y baterías, arreglos, efectos…
En definitiva, desde
que empezaron a trabajar la canción hasta que salió pasaron dos años, en los
que, según los autores y biógrafos, le echaron horas y horas, un día y otro, un
mes y otro… Finalmente, está claro que mereció la pena tanto esfuerzo y
dedicación.
El ‘Bohemian Rhapsody’
es otra de las canciones imprescindibles de la lista de las diez más aclamadas
de la historia del rock para cualquier aficionado. Y llevó más tiempo, nada
menos que seis años. Cuenta un íntimo de Freddie que ya le estaba dando vueltas
a la idea en 1969, cuando tocaba al piano partes que, a primera vista, no
tenían nexo posible; y lo mismo hacía con frases, versos, expresiones. En 1972
el productor Roy Thomas Baker, recordó cómo Mercury le tocó la primera sección
de la parte lenta al piano en casa del cantante: “Tocó todo el principio al
piano, de repente se detuvo y me dijo: ‘y aquí es donde empieza la sección de
ópera’; me dejó asombrado”.
Brian May explicó:
“Era un tema intrigante, muy original y muy apetecible para trabajar”, y añadió
que “gran parte de los temas de aquel álbum se terminaron en el estudio, pero
esta canción no, esta estaba en la mente de Freddy antes de que comenzáramos
las sesiones de grabación”.
La primera fue a
finales de agosto de 1975, después de un mes de intensos ensayos. Pero
‘Bohemian’ no era una pieza más en el repertorio de Queen, y por eso utilizaron
hasta cuatro estudios para grabarla, y eso que Freddie la tenía toda, toda, en
su cabeza; de hecho dirigía a la banda y a los técnicos como el catedrático de
química que explica cómo utilizar los ingredientes para conseguir el compuesto
deseado.
La parte vocal, como
puede suponerse, fue la más ardua y laboriosa. Las de Mercury, May y Taylor son
las infinitas voces que caracterizan el tema; entre diez y horas diarias
durante tres semanas estuvieron grabando la parte vocal, por lo que llegaron a
‘sobregrabar (se graba, luego se reproduce lo grabado a la vez que se canta y
se graba todo, después se repite la operación una y otra vez hasta que se tiene
lo que se busca) hasta 180 veces; o sea, las tres voces se superpusieron casi
hasta el infinito. El piano que tocó Freddie fue el que había usado Paul
McCartney para ‘Hey Jude’.
“Fue una locura, una
broma, pero disfrutamos cada minuto” recordaba Brian May, que explicaba cómo lo
hicieron: “La grabamos como tres unidades separadas, primero todo el trozo del
inicio, luego todo el central y luego todo el final. Fue una locura. La parte
del medio iba a durar sólo un par de segundos, pero Freddie empezó a meter más
‘Galileos’ y luego a meter más y más voces en la sección operística…, al final
todo resultó mucho más grande de lo que pensábamos. Eso sí, no parábamos de reír”.
Freddie Mercury se
negó sistemáticamente a explicar de qué iba la letra, todo lo más dijo que iba
de relaciones. Según May contenía sutiles referencias a sus traumas personales:
“Era una persona compleja y superficial a la vez, siempre muy divertido pero
como si tratara de ocultar su inseguridad, sus recuerdos de infancia…”. Nunca
explicó qué quería expresar.
Desde 1969, en que
Freddie ya trabajaba en el tema, hasta noviembre de 71 que salió, el autor y
sus compañeros habían echado infinitas horas para convertir en realidad la idea
de uno de los gigantes del rock & roll. Seis años de trabajo para seis
minutos de arte.
CARLOS DEL RIEGO
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