Una costumbre ‘inventada’ al comienzo de la pandemia es la de salir a la ventana a valorar y agradecer, mediante el aplauso, el trabajo y el riesgo que corren quienes luchan desde la sanidad contra la pandemia. No pocas piezas rock se han escrito pensando en médicos, enfermeros y sanitarios en general. Sirvan a estas pocas para reconocer, a modo de aplauso escrito, el esfuerzo e incluso el sacrificio de los que se juegan la vida para salvar las de otros
No hay como necesitar de alguien para reconocer su importancia y su mérito. Aunque siempre se ha tenido como imprescindible el trabajo de quienes se dedican a cuidar la salud de los demás (desde los doctores hasta los conductores de ambulancia, hombres y mujeres), es en momentos de máxima necesidad, como el presente, cuando todos los ojos se vuelven hacia ellos y (casi) todo el personal desea que se vea y se oiga ese agradecimiento. El rock también ha mostrado su gratitud hacia este colectivo profesional dedicándole un montón de canciones.
La mayoría de los autores rock que se deciden a escribir sobre médicos y medicinas suelen hacerlo de modo metafórico; por ejemplo, se pide al médico un remedio contra el desamor o se dice medicinas queriendo decir drogas. El ‘Bush doctor’ (1978) del ‘rastafari’ Peter Tosh trata de esto último, pues viene a decir, más o menos, que los doctores aseguran que fumar es malo para la salud, pero el cantante sostiene que es preciso legalizar la marihuana, puesto que cura el asma y el glaucoma, que revitalizaría la ruinosa economía de Jamaica y que, en fin, la gente sería mucho más feliz fumando. Seguro que un auténtico médico no estaría de acuerdo, sobre todo teniendo en cuenta que Tosh fue asesinado por ladrones que fumaban lo mismo que él.
Los Beatles, cómo no, también se refirieron al doctor, concretamente al ‘Dr. Robert’. En este tema de 1966 señalaban una suerte de poderes místicos de dicho doctor; sin embargo, siempre se pensó que el tema hablaba de las drogas, de sus efectos y de cierto ‘doctor’ que las suministraba. Y aunque John Lennon (el autor) dijo que se estaba refiriendo a sí mismo, se ha especulado con otros posibles doctores, como el doctor Robert Freyman, que tenía una farmacia en Nueva York y suministraba de todo sin hacer preguntas ni pedir recetas; o tal vez fuera un tal Robert Fraser, alias ‘Groovy Bob’, quien tenía una galería de arte y muchas sustancias para distribuir entre gentes del rock de los años sesenta; incluso se ha especulado con se estuviera refiriendo a Bob Dylan (Robert Zimmerman), que fue quien les dio sus primeros ‘porros’. La letra es explícita: “Puedes llamarlo a cualquier hora, te ayudará a comprender las cosas, si estás deprimido te tomas un trago de lo que él te da y arreglado”, dice más o menos. En todo caso, este Dr. Robert no es de fiar.
Mucho más acertados estaban The Doobie Brothers cuando, en 1989, lanzaron el tema ‘The Doctor’. Este doctor tampoco es el galeno de bata blanca y estetoscopio al cuello, sino la misma música, a la cual le atribuyen poderes terapéuticos, casi mágicos: “La música es el médico, te hace sentir como quieres, deberías escuchar al médico”, dicen sus versos. Sí, este sí que es un médico del que fiarse a ciegas.
Pero también hay temas rock que se refieren estrictamente a médicos y enfermeros (hombres y mujeres). El veterano del rock sicodélico Country Joe McDonald escribió contra la guerra de Vietnam y, después, a favor y en contra de otras causas. Así, en 2002 publicó el ep ‘Thank the nurse’ (Gracias a la enfermera) con cuatro temas dedicados a las enfermeras, incluyendo a dos pioneras (Florence Nightingale y Clara Barton); en esas canciones elogia su capacidad de esfuerzo y sacrificio, sobre todo cuando habla de las enfermeras de guerra, aunque las elogia a todas, especificando que llegan a ser más importantes que los médicos, sobre todo cuando se trata de dar apoyo emocional al paciente. En el tema que da título al disco dice: “Los médicos diagnostican y recetan (…) pero cuando llega la noche y te sube la fiebre ¿quién está a tu lado? (…) con una sonrisa y tranquilidad restaura tu orgullo (…) Gracias a la enfermera por salvar tu vida”. Sí, gracias.
Otro cantante-protesta es el británico Billy Bragg. En su Lp ‘Hablando de poesía con el recaudador’, reedición de 2006, publicó el tema ‘A nurse’s life is full of woe’, es decir, ‘La vida de la enfermera está llena de aflicción’. Algunos de sus versos: “Si tiene que trabajar un turno de treinta y seis horas (...) Cuando la mujer de blanco viene a tomar tu mano, y pones tu corazón, creo que ya sabes que la vida de una enfermera está llena de aflicción”.
No se puede olvidar la elocuente ‘Pánico en el hospital’, publicada en 1984 por el excepcional grupo leonés Los Cardiacos en su primer Lp. Fantástica canción, de esas que, escuchadas tanto tiempo después, se valoran más, mucho más. Su ritmo trepidante envuelve una letra que parece escrita (por Carlos Suárez) estos días; es la visión de quien trabaja en el hospital horas y horas y ve, y siente: “Tras los ventanales, luces en la noche a toda velocidad. Llegan ambulancias, luces del asfalto, pánico en el hospital. Suenan las sirenas que anuncian que el tiempo se está acabando. Apocalíptica cuenta hacia atrás, trompetas del juicio final. Hoy en mi alma se oculta el sol, gente que sufre a mi alrededor (...) En el hospital noche y día me rebelo todo el tiempo y grito (…) ¡Esto no puede ser verdad!”. Seguro que lo descrito en esta canción se repite mil veces hoy y cada día en el hospital.
Un aplauso lleno de rock para todos los que cuidan y curan.
CARLOS DEL RIEGO
Gran artículo Carlitos...sobre todo por recordar a nuestros añorados Cardiacos. Un abrazote!!!
ResponderEliminarGracias Robertin. Abrazo
ResponderEliminarGracias Robertín. Inolvidables y queridos nuestros Cardiacos
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