Escribir el irresistible 'Rock & roll' sólo llevó media hora a los componentes de Led Zeppelin. |
Para la gran mayoría de los mortales eso de componer una obra musical es algo impensable, ni aunque se trate de una simple canción con texto y partitura, con su estribillo y su estrofa. Es muchísimo más difícil de lo que parece. Y eso que, ciñéndose a ese sistema solar llamado rock & roll, existe la ventaja de que no hay reglas de funcionamiento ni sus ‘cánones’ tienen que ver con cualquier otro género musical ni aún artístico. Por eso, se han dado casos de canciones que apenas necesitaron unos minutos para ser concebidas y, por el contrario, no dejan de sonar por más años que pasen. Por ejemplo…
Una pieza emblemática y tremendamente
evocadora de una época es ‘San Francisco’ (1967). John Phillips, de The Mamas
& The Papas, formaba parte de la organización del festival Monterey Pop
(uno de los primeros) y alguien debió sugerirle que podía hacer una canción que
sirviera como himno del ‘hippismo’, como una especie de reclamo para que la
juventud estadounidense se pusiera en camino hacia la capital del movimiento
hippie. Así, Phillips se sentó con papel y lápiz y en menos de media hora tenía
la canción hecha para voz y guitarra. De unos minutos de inspiración surgió un
himno, una ilustración perfecta de un momento del siglo XX.
Black Sabbath estaba grabando su segundo
álbum, ‘Paranoid’, en 1970. En menos de tres días lo tenían todo terminado,
pero faltaban unos minutos para completarlo, así que hubo que ponerse a idear
otra canción Se cuenta que mientras Tony
Iommi probaba un riff de guitarra, el bajista Geezer Butler y Ozzy Osbourne
escribían los versos apresuradamente. Unos veinte minutos después ya la estaban
ensayando en el estudio, con Ozzy leyendo la letra mientras cantaba. Lo que iba
a ser un tema de relleno se convirtió en el mayor éxito de grupo y uno de los
primeros emblemas del rock duro.
La trepidante ‘Rock & roll’ (1971)
de Led Zeppelin también apareció como un chispazo. Estaban escuchando blues
cuando Jimmy Page empezó a hacer un sencillo riff sobre el que se construyó
gran parte de la estructura; John ‘Bonzo’ Bonham, que estaba malhumorado por
las esperas, se arrancó con un ritmo que parecía no pegar bien con el resto, un
ritmo basado en el comienzo del tema ‘Keep a knockin’ (1957) de Little
Richards. Pero al combinar todo, la cosa funcionó. En total, alrededor de media
hora (grabarlo ya fue otra cosa) de inspiración y un clásico incontestable.
Uno de los mejores grupos de heavy en su
más estricto sentido es Uriah Heep, que en 1972 publicó su poderoso ‘Easy
Livin´’. Cuenta sus autor, el teclista y guitarrista Ken Hensley, que aquel
año, después de pasarse días y días trabajando intensamente en el estudio,
compartían un taxi de vuelta a casa; hablaban de que el público pensaba que los
músicos de rock llevaban una vida fácil y regalada, que llegaban a un sitio,
tocaban un rato y ganaban millones. Cuando bajó del taxi, las palabras ‘vida’ y
fácil’ bailaban en la cabeza de Hensley, de modo que al llegar a casa se puso a
escribir y, en apenas quince minutos, lo principal, la letra y la música,
estaban hechas. Tantos años después no ha perdido su arrollador encanto (un
recuerdo para el bajista Gary Thain y sus vertiginosas líneas de bajo, el cual
murió cuando tenía…, sí, 27 años).
Cuando el guitarrista de REM, Peter Buck,
aprendía a tocar la mandolina repetía una y otra vez un riff, luego, al
escucharlo, pensó que de ahí podía salir una canción, de hecho, cuenta que casi
instantáneamente se le ocurrió el coro; luego les puso las grabaciones a los
demás y en apenas 10 minutos el tema estaba escrito; “cuando al día siguiente
la escuché, me di cuenta de que casi todo eran las escalas que yo practicaba”,
dijo Buck. La canción sigue siendo uno de sus títulos de referencia, ‘Losing my
religion’ (1991).
Según el propio David Bowie, la
maravillosa ‘Life on Mars’ (1971), fue fácil de hacer. Estaba en un parque y se
le ocurrió una tonadilla, caminó para tomar un autobús con la musiquilla
insistiendo en su cabeza, llegó a casa e inmediatamente se puso al piano y “al
final de la tarde tenía terminadas la letra y la música”, explicó él mismo
(posteriormente Rick Wakeman y Mick Ronson le proporcionaron sus increíbles
adornos). Parece fácil, pero hay que tener un talento desbordante para hacer
tal cosa.
Y aunque no consta cuánto tardaron Ramones
en escribir su primer disco, seguro que fue incluso menos; por ejemplo, el tema
‘No quiero salir contigo’ sólo tiene dos versos, el título y ‘entonces por qué
tú quieres salir conmigo”, un par de acordes y listo; no parece que esto
llevara mucho tiempo; el resto de las canciones sigue más o menos esos
parámetros. Según su manager Dany Fields, el disco se grabó en una semana y
costó unos seis mil dólares, aunque “podía haber costado seiscientos”. Son
destellos fugaces, pero deslumbran.
Dicen que Led Zeppelin tardó un año en
terminar su impactante ‘Starway to heaven’, pero las leyes del rock permiten
hacerlo muy bueno con mucho menos.
CARLOS DEL RIEGO
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