John Lennon causó tan gran escándalo que hubo lugares donde quemaron discos y fotos de los Beatles |
Actualmente
los escándalos ocupan casi todas las portadas y titulares. Los de tipo
económico son tan abundantes que ya dejan frío al personal de a pie y apenas
provocan sonrisitas de complicidad con los colegas; otra cosa son los de abusos
sexuales, que indignan en la calle, en la prensa y en redes digitales y siempre
producen asco y desprecio. En la historia del rock eso del escándalo es algo
muy habitual, de hecho uno de sus objetivos es la provocación; además, el
exceso es casi consustancial a la estrella (a la mayoría, pues también en este
entorno hay gente sencilla); por último, el sexo y las drogas, causas
principales de sus escándalos, suelen ser sus compañeros (ya se sabe, sexo,
drogas y…), aunque no faltan casos de fraude y violencia; por suerte, no hay
figuras del rock involucradas en inmoralidades políticas.
El
primer escándalo de la era del rock & roll lo protagonizó, cómo no, Elvis,
cuando apareció en televisión moviendo las caderas de un modo tan pecaminoso que la pacata sociedad
estadounidense de los cincuenta asoció ese nuevo invento a la perversión; hoy,
aquellos movimientos sólo despiertan nostalgia, y resulta difícil entender que
provocara tanta indignación (fue algo así como un adelanto de las ansias de
alboroto de estos modos musicales). Otras deidades de los primeros tiempos del
r & r no fueron capaces de eludir estruendosas inmoralidades. El idolatrado
Chuck Berry fue sorprendido llevando a una menor de un estado a otro, por lo
que fue acusado de proxenetismo y corrupción de menores; además, el gran
pionero volvió a las páginas de sucesos sensacionalistas cuando se le acusó de
poner cámaras en los baños de mujeres de un restaurante de su propiedad…, cosa que
le costó una pasta, desprecio e insultos. Su contemporáneo Jerry Lee Lewis fue
también amigo del escándalo: se casó con una prima suya de 13 años, Myra; el
caso es que llegó a Inglaterra en 1958 y la presentó como su esposa de 15 años,
pero claro, todo termina por saberse, y al poco los escandalizados súbditos de
la reina se enteraron de que sólo tenía 13 y además era su prima; las ruidosas
e indignadas acusaciones lo relegaron una buena temporada.
También
asociado a aquella época es el conocido como ‘caso Payola’, aunque este tipo de
estafa se viene observando desde que empezó a emitirse música por la radio. El
proceso es fácil: pago por emisión de canciones; concretamente en los años
iniciales del rock era habitual ceder derechos de canciones a emisoras,
productores e incluso a algún locutor de postín a cambio de emitir ciertos
discos; así, tras el alboroto que se produjo al conocerse el asunto, el propio
Alan Freed, inventor del término rock & roll, se vio involucrado, lo que le
costó su carrera. La lista de grupos y solistas cuyas discográficas y
productoras han costeado su presencia en las ondas es tan larga que ya no
escandaliza a nadie. Un fraude parecido se descubrió en España con el nombre de
‘La Rueda’, que consiste en modificar
algunos detalles de canciones ya registradas y presentarlas y cobrar derechos como
si fueran propias.
Amigo
de la provocación era Jim Morrison; fue arrestado en 1969 por simular
masturbación y sexo oral durante una actuación, aunque muchos asistentes
aseguraron que era una especie de burla; en todo caso, lo sentenciaron a seis
meses de cárcel, que quedaron pendientes hasta que, 40 años después de su
muerte, la corte de Florida lo perdonó. El difunto Georges Michael también se
topó con la fácilmente escandalizable ciudadanía británica; fue condenado a 80
horas de trabajo comunitario y una multa por ser sorprendido realizando ‘actos
lascivos’ en un urinario público. De todos modos, ninguno resulta tan repulsivo
y pervertido como Gary G. (da asco hasta escribir su nombre), que ojalá no
salga nunca de la cárcel.
Para
alegría de la prensa sensacionalista (tan deseosa de escándalos de famosos) el
asunto Milli Vanilli fue un festín; como se ha sabido, el productor alemán
Frank Farian montó la típica estafa de poner un par de guaperas haciendo play
back eternamente, o sea, sin cantar nunca; lo bueno es que el tipo ya había
probado la engañifa con éxito con los Boney M (a lo mejor tomó la idea de la
película ‘Cantando bajo la lluvia’); cuando todo se destapó muchos se rasgaron
las vestiduras, pero seguro que la cosa era sabida en los ambientes. ‘La gran
estafa del rock & roll’ es el título de una peli que explica cómo embaucar
a las discográficas para sacarles pasta impunemente; los pioneros del punk
inglés Sex Pistols, de la mano de su sucio manager Malcom McLaren, se las
arreglaron para beber, soltar tacos e insultos en la pulcra televisión inglesa,
lo que llevó a las escandalizadas ‘disqueras’ a cancelarles el contrato a cambio
de jugosas indemnizaciones. Menos conocido es el incidente de Ozzy Osbourne,
que protagonizó un alboroto a escala local cuando hizo ‘aguas menores’ en las
piedras de la icónica misión de El Álamo, por lo que fue arrestado y se le
prohibió cualquier aparición pública en San Antonio, Texas.
Michael
Jackson fue muchas veces acusado de conducta escandalosa e incluso delictiva; se
sabe de su pasión por los niños, de estar con ellos e incluso de sus ganas de
ser niño, cosa que se explica por el hecho de que su padre le hizo trabajar
como un adulto y no le dejó ser, vivir y jugar como un chaval, por lo que
sentía la necesidad de ser niño y estar con ellos. Varias denuncias de abusos
lo persiguieron durante la mitad de su vida (será difícil saber la verdad, ya
que los denunciantes se conformaron con dinero), con lo que el escándalo fue su
indeseado compañero. Otro gigante escandaloso, pero en este caso por sus
arrebatos de ira y su fácil inclinación a la violencia, es el productor Phil
Spector, quien mató a una actriz y dijo que se había suicidado; sin embargo,
como todo el mundo sabía que al tipo le gustaba tirar de pistola, en realidad
casi nadie se sorprendió ni se echó las manos a la cabeza. También los Beatles
tuvieron su cuota escandalizante cuando John Lennon afirmó, en 1966, que el
grupo era más famoso que Cristo, al que se medían sólo en términos de
popularidad, no de valor, sin embargo, muchos se sintieron escandalosamente
ofendidos, tanto que los condenaron y quemaron…, sus fotos y sus discos. Asimismo,
las drogas también han colocado el cartel de escandaloso a incontables figuras
del rock; de hecho, abundan las denuncias, detenciones, acusaciones y gran
presencia en los tabloides y prensa amarillista de estrellas del rock por causa
de sustancias prohibidas…, tanto que el personal ya ni se sorprende.
Y
también hay escándalos buscados para llamar la atención, y escandalillos como
que se vea un pezón en un show retransmitido por la tele, así como gestos, posturitas,
insinuaciones, simulaciones… con lo que algunos pretenden unos segundos en
televisión y muchos visionados en internet para, así, estar en boca de todos..
Sí,
la provocación, la desvergüenza y la conducta escandalosa siempre han estado
alrededor del rock & roll.
CARLOS
DEL RIEGO
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