Carole King es, sin duda, una de las más lúcidas e inspiradas compositoras de este negocio. |
El
mérito artístico hay que reconocérselo a quien lo tiene sin importar si es
chico o chica. Cierto que, hasta hace poco, ellos se han dedicado mucho más a
las labores creativas, algo achacable al devenir de la Historia y al modo de
pensar de tiempos pasados (sin culpables: cualquiera de los presentes hubiera
pensado como se pensaba hace cien, quinientos, mil años). Afortunadamente, las
cosas tienden al lógico y natural equilibrio. De este modo, el rock & roll,
como estilo de recentísima aparición, cuenta ya con una larga lista de
creadoras que han aportado melodías imprescindibles, de esas que perduran y
siempre resulta gratificante su escucha.
Carole
King es una de las más lúcidas mentes musicales de la historia de este negocio.
Dotada de gran ingenio y capacidad para la creación artística, King es autora
de una de las más emocionantes odas a la amistad, el irresistible You´ve got a
friend’ (1971); enmarcado en una melodía cautivadora dirigida por su piano, el
texto muestra el valor de la lealtad al amigo, y viene a decir que cuando estés
en problemas y todo te vaya mal, llámame y en un momento estaré a tu lado, sea
verano, otoño…, sólo piensa en mí y llámame, porque puedes contar conmigo, tu
amigo. Mucho más escribió, sola o con su primer marido Gerry Gofin (el
trepidante ‘Locomotion’), y también para otros. Ella posee, en fin, eso que se
llama genio.
Pocos
nombres resultan tan evocadores a los oídos del amante del rock como el de Janis
Joplin. El blues blanco es Janis, el desgarro, la pasión, la rebeldía es Janis.
Siempre participó en tareas compositivas en los pocos discos que tuvo tiempo de
grabar, siendo asimismo una excelente adaptadora de clásicos del blues (así dio
salida a su devoción por las leyendas del género). Pero si hubiera que quedarse
con sólo una de sus composiciones, ésta ha de ser el explosivo ‘Move over’, un
tema que transmite tensión, un tema que vibra y contagia. Y además, esa voz,
ese frenesí, esos arranques…
Dos
mujeres, Christine McVie y Stevie Nicks, fueron las artífices de algunos de los
mayores aciertos de Fleetwood Mac, una banda tendente a la transformación y que
siempre estuvo tocada por la diosa Fortuna. Lo curioso es que aun estando
casadas o emparejadas con otros miembros del grupo, siempre tuvieron una
personalidad granítica, tanto como para escribir en solitario letra y música de
éxitos tan enormes como el ‘Don´t stop’, de Christine (Perfect de soltera), o
el ‘Dreams’ que firmó Stevie. Ambas canciones (de 1977) fueron números uno
clamorosos, e incluso hoy día mantienen más talento en dos compases que la
mayoría de lo que hoy se coloca en lo alto de la lista de éxitos.
Otra
chica con rocosa personalidad que encontró su camino en la enmarañada selva de la
invención de canciones es Patti Smith. Más brusca y cortante, se la tiene como
una de las que antes abrieron la puerta del punk y echaron un vistazo… Es
coautora (con Springsteen) del imprescindible ‘Beacause the night’ (“porque la
noche pertenece a los amantes, porque la noche nos pertenece”), pero su
producción como responsable de texto y partitura es muy abundante, pudiéndose
destacar la racial y visceral ‘Rock & roll nigger’, un corte que rebosa
espíritu rockero y que infecta de furia desde el primer momento.
Ya
metidos en la transición del rock mastodóntico (término que no tiene por qué
ser peyorativo) a los nuevos modos de la segunda mitad de los setenta del siglo
pasado, hay que destacar a otras tres chicas con enorme personalidad y
capacidad creativa. Una es Crissie Hynde, la guitarrista, cantante, compositora
y líder de Pretenders; su trepidante ‘Precious’ es modelo de punk-new wave, con
una voz sincopada y reparto de guitarrazos, todo un himno muy elocuente de
aquel ambiente. Deborah Harry, solista de Blondie, también que es coautora de
canciones excelentes, como el ‘Picture this’ o el ‘Heart of glass’, ambos de su
siempre fresco ‘Parallel Lines’ (1978); Debbi fue (después de haber posado como
‘conejita playboy’) pieza esencial del estallido de la nueva ola estadounidense
y, claro, rostro inconfundible. La vocalista de Siouxie & The Banshes,
Siouxie Sioux, también es imagen pionera de lo que antaño se decía ‘after punk’
(en español, rock siniestro) y hoy se conoce como rock gótico; entre los
títulos más recordados que la acreditan como autora puede señalarse el ‘Spellbound’
(1981), contundente y hechizante.
Claro
que hay más, bastantes más chicas que no quisieron depender de nadie para hacer
rock & roll, como la inagotable y divertida Suzi Quatro, que firmó piezas
de éxito mundial en los ardientes años del glam rock, siendo de las primeras
que se colocó el bajo entre ella y el micro y se metió en labores de producción;
como la cantautora Carly Simon que en 1973 hizo un blanco perfecto con su dulzona
pero exquisita ‘You´re so vain’, entre otros temas para el recuerdo; como la
siempre poética Johnny Mitchel, que permanecerá en el imaginario del rock por
ser la autora del emblemático ‘Woodstock’; como la heroína del heavy Lita Ford;
como la combativa y contradictoria Michelle Shocked; como la suave y
contundente Tracy Chapman; como la nigeriana de voz sedosa Sade; como la menuda
pero muy echada ‘p´adelante’ Cindy Lauper; como la abanderada de la
canción-protesta Joan Báez; como la prolífica (más de tres mil canciones ha
escrito) Dolly Parton; como PJ Harvey, Kate Bush, Peggy Lee, Amy Winehouse,
Nina Simone…
Unas
han montado más que otras en el tren del rock & roll, pero de algún modo
todas han sentido el vértigo que eso provoca y han sabido transmitirlo en forma
de canciones para el recuerdo.
CARLOS
DEL RIEGO
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