El septuagenario Keith Richards hoy. Quién diría que los vejetes no sienten el rock & roll |
“Vive deprisa, muere joven y tendrás un cadáver bien
parecido” es un proverbio que se atribuye al escritor Truman Capote, que se
dice voceó Mick Jagger en los sesenta y que la convulsión punk se apuntó. Sin
embargo, aunque muchos hicieron caso a aquel dicho (casi todos
involuntariamente), la mayoría de quienes triunfaron en este negocio
prefirieron esperar todo lo posible para dejar cadáver…
La lista de caídos del rock es ciertamente extensa,
ya que comenzó a escribirse desde sus primeros balbuceos. Aún en los cincuenta,
con el nuevo estilo en formación, se producen bajas de músicos destinados a la
posteridad, como los de la catástrofe aérea. Desde entonces han sido muchos los
rockeros que se fueron antes de tiempo, a causa principalmente de los excesos y
de la carretera. Por otro lado, aunque cada una de las últimas seis décadas
tiene su lista negra, lo cierto es que las leyendas más sólidas y los héroes
caídos más venerados se concentran sobre todo en los sesenta y los setenta.
Asimismo resulta de lo más curioso comprobar cómo
los 27 años es una edad crítica para quienes se dedican a este negocio; el
denominado ‘Club de los 27’ muestra un buen número de históricos del rock que
interrumpieron para siempre su carrera en ese momento; todo aficionado tiene en
mente a Brian Jones, Jimi Hendrix, Janis Joplin y Jim Morrison, a Kurt Cobain o
a Amy Winehouse; pero el caso es que no fueron los únicos que abandonaron a esa
edad, como el pionero del blues Robert Johnson o el fundador de Canned Heat
Alan Wilson; y los mismos tenía cuando desapareció de la faz de la tierra sin
dejar rastro el letrista de Manic Street Preachers, Richey James Edwards, al
que se dio oficialmente por muerto en 2008, 13 años después de que fuera visto
por última vez. Ah!, y también la cantante y compositora española de los
setenta Cecilia dejó su vida a esta edad. Y ya que se habla de españoles, es
imposible olvidarse de Eduardo Benavente, que apenas contaba 21 cuando se
estrelló; y también merece un recuerdo Manolo Fernández, teclista de Los
Bravos, que no pudo soportar la muerte de su esposa (embarazada de su primer
hijo) en accidente de coche que él conducía, y se descerrajó un tiro con apenas
26.
La lista del fatídico club no termina ahí. Y además también
están los que palmaron antes incluso. Inmediatamente viene a la mente el autodestructivo
bajista de Sex Pistols Syd Vicious, los
pioneros RitchieValens, Big Bopper y Buddy Holly, el depresivo Ian
Curtis… Y con pocos años más se fueron el icónico batería de The Who Keith
Moon, el fabuloso Hank Williams, el poderoso John ‘Bonzo’ Bonham, el pequeño
genio del glam Marc Bolan o el aguardentoso vocalista de AC DC Bon Scott. Evidentemente
no se puede citar a todos, ni siquiera a la mayoría, de hecho, la enumeración
de músicos de rock que apenas alcanzaron la treintena y que, por tanto, no llegaron
ni a la mitad de la vida, llevaría muchas páginas.
Por el contrario, afortunadamente, hoy día son
muchos los venerables vejetes que mantienen la dignidad del rock en la tercera
edad. El calavera de Keith Richards (72 añazos) declaraba recientemente que
“mientras tenga ganas y haya gente que escuche, seguiré”, y en términos
parecidos se manifiesta su colega Mick Jagger (otros tantos). El inagotable
McCartney cumplirá pronto 73 y no sólo no tiene intención de abandonar la
escena, sino que publica nuevo material, actúa con regularidad y se atreve a
colaborar con veinteañeros; y Ringo tampoco abandona. Es más, uno de los inventores
del rock & roll, el sin par Chuck Berry, está a punto de convertirse en
nonagenario, pero apenas hace unos años volvió a pasear por Europa y Estados
Unidos su emblemático ‘Johnny B. Good’, y se le puede ver actuando todos los
miércoles en su bar de Saint Louis. Ochenta cumple pronto su compañero Jerry
Lee Lewis, ‘The Killer’, que el año pasado seguía quemando su piano por esos
escenarios. Roger Daltrey y Pete Townshend también son septuagenarios y lo de
retirarse no es cosa que se planteen. Siete décadas cuenta también ‘El león de
Belfast’, Van Morrison, que el año pasado editaba su disco número 34 y ya tiene
fechas firmadas para el verano del presente (2015). Casi tres cuartos de siglo
contemplan al cantautor por excelencia, Bob Dylan, quien a pesar del desgaste
de su voz, se mete entre pecho y espalda cien conciertos anuales desde 1988
(‘La gira interminable’ la llama él). Por suerte, en resumen, también es
amplísima la nómina de venerables ancianos que mantienen su magia y atractivo
y, de ninguna manera, piensan en la jubilación.
¿Qué hubieran aportado aquellos jóvenes de no haber
sido tocados por La Parca antes de tiempo? Imposible imaginárselo. Sólo puede
afirmarse que la cosa del rock hubiera sido distinta. Pero lo bueno del caso es
que todos esos abueletes (Jagger es bisabuelo) siguen teniendo rock & roll
circulando por sus venas. Al menos tanto como el que tenían aquellos
desdichados. ¿Quién ha dicho que es un desdoro para un rocker morir viejo y en
la cama?
CARLOS DEL RIEGO
(Dedicado a la memoria de Jesús del Riego, otro
joven rocker malogrado)
Nunca pensé opinar en un artículo dedicado al rock & roll... pero cuando a uno le llaman venerable vejete, cadáver bien parecido, venerable anciano... y lo más aséptico, septuagenario... abuelete... no hay más remedio que coger la pluma y testificar: Voy camino de los 74 y lo más duro que había escuchado hasta hora venía de los periodistas de sucesos. "Un anciano de 66 años ha sido atropellado cruzando un paso de peatones..." Vaya, vaya, vaya... ¿Dónde hay un espejo?
ResponderEliminarAndrés Quintero.
Amigo Andrés: te agradezco que opines sobre rock & roll. Lo de los términos que mencionas están en plan jocoso; mi padre también estuvo una semana leyendo la noticia de "anciano de 60...."; una vez en una carrera unos chicos dijeron refiriéndose a mí "mira, mi dorsal es casi igual que el del viejo ese", y yo no tenía ni 50. Pero lo que quiero decir en el texto es que tanto los que se fueron como los que resistieron dejaron (deja) huella en el r & r. Saludos. Gracias.
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