Gerry Goffin en sus años dorados |
En este asunto del rock, el pop y otros géneros
musicales son necesarios muchos talentos para crear una canción que termine
perdurando. Productores, arreglistas, músicos de estudio, cantantes… y los más
importantes, los autores, los compositores, los creadores. Éstos son los que
dan el imprescindible primer paso, los que sacan magia de la nada. Cualquiera
que tenga interés sabrá de Lennon y McCartney, de Jagger y Richards, de Neil
Young, Van Morrison, Bob Dylan, John Fogerty y un larguísimo etcétera en la
lista de grandes compositores de canciones a lo largo del último medio siglo; pero
si estos sonoros nombres tienen reconocimiento mundial es precisamente porque son
ellos mismos quienes han puesto voz y cara a las canciones.
Sin embargo, existe otra división de autores que
rara vez aparecen en las fotos, compositores que siempre están lejos de la fama
porque no han puesto cara y voz; son personajes tan imprescindibles como desconocidos
para el gran público que, por otra parte, en cualquier momento puede cantar una
de sus melodías si ésta sale en un anuncio de la tele o se escucha en la peli o
serie del momento. En este apartado es en el que se puede encontrar al
mencionado Gerry Goffin…, y tantos otros ‘inventores’ de partituras y textos
imperecederos. Aunque desconocidos, también son creadores de magia. Así, pocos
sabrán quiénes eran Holland-Dozier-Holland, pero puede que conozcan canciones
como ‘Dancing in the street’, ‘Reach out I´ll be there’ o ‘You can´t hurry
love’; no habrá muchos con menos de la treintena a los que les suenen Leiber y
Stoller, pero casi seguro que reconocerían el ‘Jailhouse rock’ (el ‘Rock de la
cárcel’), ‘Poison ivy’ o el recurrente ‘Stand by me’; de Chinn y Chapman saben
pocos, pero seguro que hay muchos más que identifican ‘Balroom Blitz’ o ‘Living
next door to Alice’. Y así podría seguirse con la nómina de autores de grandes
canciones cuyos nombres quedan exclusivamente para los especialistas.
Pocos sin canas asociarían a Gerry Goffin a algunas
de sus canciones (era un gran letrista sobre todo, aunque también escribía
partituras con mérito), por lo que la noticia de su muerte habrá dejado
indiferente a la mayoría. A pesar de todo, esa mayoría podría canturrear alguna
de sus creaciones sin dificultad, como el inmortal ‘The locomotion’, tal vez
algunas de los primeros discos de The Beatles (‘Chains’, ‘Take good care of my
baby’), el ‘Will love you tomorrow’ y dos docenas más.
Gerry Goffin ya con 75 años. |
El mayor mérito en el arte está en la idea original,
ese impulso creativo que usa del sentimiento y la imaginación para concebir una
precisa combinación de elementos cuyo resultado sea capaz de conmover a otros,
de despertar emociones, de apasionar, de sorprender, de enternecer o
enfervorizar. La obra pictórica parte de la composición, de la situación de
figuras, piezas y demás componentes, es decir, de una imagen que el pintor
piensa y luego representa; otros factores como el tratamiento del color, la
luz, movimiento, expresión… resultan determinantes, pero nada tendría sentido
sin esa chispa divina que es la inspiración artística. Igualmente en el terreno
musical; los productores pueden dar forma, cuerpo y textura a la melodía, y los
músicos y cantantes ejecutarla con virtuosismo, pero nada sería posible sin que
antes alguien haya extraído de la nada esa organización de notas y palabras
llamada pieza musical que consigue construir invisibles y emocionantes nexos
con el público.
El autor es la base: sin él no hay expresión
artística. La que fue su mujer y compañera profesional, Carle King, lo ha
dejado bien claro: “Gerry sabía expresar lo que la gente siente pero no sabe
cómo decir”. Y esto es muy difícil de lograr: para ello hay que ser un artista.
CARLOS DEL RIEGO
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