Los Salvajes fueron de los primeros en revisar grandes títulos del rock y el pop diciéndolo en español. |
En España se vienen haciendo ‘covers’ desde los
primeros momentos de la música pop. Generalmente la original es la original,
pero existen casos extraordinarios en que la copia cobra nueva dimensión e incluso
llega a ser más conocida que el modelo. Lo más habitual es reproducir la
canción tal cual, es decir, letra y música; sin embargo, en España siempre ha
prevalecido la tendencia a ‘doblar’ la letra de la pieza que se versionea (un
poco como se hace en el cine cuando se doblan las películas extranjeras), o
sea, los grupos hispanos han gustado de escribir unos versos totalmente nuevos,
inspirados o no en los que el autor registró en su momento. Cuando un músico se
siente tan identificado con una canción que otro compuso como para idear un
texto acorde con la partitura, de algún modo la hace un poco suya y, sin duda,
la engrandece. Además, el artista que tal cosa hace demuestra que, aunque su
sitio es el escenario, también ha estado y está entre el público, él también es
un fan.
Asimismo, hay
que destacar que las recreaciones de títulos emblemáticos del pop y rock
foráneo (escrito en inglés mayoritariamente) que se han publicado en español,
se han hecho mostrando un gran respeto por la melodía original, no
retorciéndola hasta que convertirla en otra cosa, en algo irreconocible.
La lista de bandas de pop y rock que en español
dieron nueva dimensión a temas de origen británico o estadounidense es enorme,
pues ya en los sesenta era cosa corriente. Imposible nombrar a todos, pero sí
que hay que señalar a Los Salvajes, que se atrevieron con el ‘Paint it black’
de los Rolling Stones y lo convirtieron en ‘Todo negro’, e igualmente el ‘My
generation’ de The Who o el ‘Nights in white satin’ de los Moody Blues que, claro,
transformaron en ‘Noches de blanco satén’. En los setenta se versioneó menos,
pero hubo quien lo hizo a lo grande: Los Canarios (que en el 73 Teddy Bautista
había modificado) osaron adentrarse en los terrenos de la música clásica y se
marcaron una versión en plan progresivo-sinfónico de ‘Las Cuatro Estaciones’ de
Vivaldi, a la que dieron el título de ‘Ciclos’; el resultado fue un trabajo más
que digno, bien ideado, realizado con buen gusto y que aguanta bien el paso del
tiempo.
Pero sería en los ochenta del siglo pasado cuando
las bandas españolas de rock y pop se adentraron sin miedo por el mar de las
versiones, ya que su principal intención era divertirse en el escenario
cantando lo que siempre les había gustado; además, una buena versión de vez en cuando
dinamiza la sesión, cambia el ritmo, varía percepciones…, y da muy buen
resultado tanto en disco como en escena. Los mejores grupos españoles a la hora
de exponer buenas copias (que no fotocopias) no eran de Madrid, sino de la zona
noroeste: los vigueses Siniestro Total y los leoneses Los Cardiacos. Ambos se
pasearon por títulos emblemáticos de décadas anteriores con gran descaro e
imaginación, escribiendo textos nuevos, sin complejos y con mucha gracia, para
aquellas melodías que todo el mundo reconocería.
Siniestro Total podría hacer conciertos de varias
horas tocando sólo ‘versiones propias’. Así su desternillante adaptación del
‘Roxette’ de Dr. Feelgood, la increíble ‘Rock en Samil’ que no es otra que el
‘Rockaway beach’ de Ramones, la evocadora y saturada de morriña ‘Minha terra
galega’ que procede del ‘Sweet home Alabama’ de Lynyrd Skynyrd; y ¡qué decir
del ‘No me lavo en la vida’ cuyo original es el sicodélico ‘In a gada da vida’
de Iron Butterfly!; ¿y el ‘Corta o pelo Landrú’ que reconstruyeron desde el
seminal ‘Sunshine of your love’ de Cream? Pero si hubiera que quedarse sólo con
una de las no menos de dos docenas de las recreaciones que los vigueses han
hecho en su dilatada trayectoria, habría que apostar por la insuperable ‘Somos
Siniestro Total’, con la que reafirman su identidad a partir del ‘Highway to
hell’ de AC DC (por cierto, incluso hicieron otra versión de ésta con una
segunda letra, titulada ‘Folla con él’); esta adaptación contenía versos
memorables, como “Nosotros somos seres racionales, de los que toman las raciones
en los bares”.
Los Cardiacos (que al igual que los Siniestro
poseían abundante y excelente cosecha propia) dieron nueva vida, nueva
dimensión a grandes clásicos. Tal vez las letras creadas por los leoneses no
fueran tan chisporroteantes e hilarantes como las de los gallegos, tal vez
tendieran más hacia la queja ácida y hacia el desasosiego, pero igualmente
gozaban de enorme ingenio y creatividad y eran muy ‘cantables’ por parte del
respetable. Su reforma del ‘Conexión’ de los Rolling Stones es algo
verdaderamente único; era muy fácil identificarse con la vengativa ‘Te vas a
enterar’, en realidad el ‘You really got me’ de The Kinks; reinventaron el ‘Get
ready’ de Rare Earth al construir su irresistible ‘No cambies tus planes’; el
trepidante ‘Everybody need somebody’ del gran Solomon Burke se vuelve
desesperado por “Carmen, Juana, Luisa, Rosa o Sara” al convertirse en ‘Alguien
a quien amar’; la estación ‘Victoria’ de The Kinks se traslada a la madrileña
‘Callao’. Y al rebautizar el ‘Can´t find love’ de los Easybeats, proclaman y
reafirman el valor del ‘Dilo en español’. Además, las nuevas letras encajaban
como un guante en las viejas melodías, como si lo viejo y lo nuevo hubieran
sido creados a la vez.
Sí, hay muchos más y muchas más adaptaciones al
español, como las deliciosas que del pop de los sesenta hicieron Los Flechazos,
la magnífica ‘Flores muertas’ de los Stones que se marcaron Desperados, el más
reciente ‘Llamando a la tierra’ de M Clan procedente del ‘Serenade’ de Steve
Miller Band, e incluso la divertida ‘Eloise’ (original de Barry Ryan) del
malogrado Tino Casal… Todo el mundo disfruta con las (buenas) versiones. Todo
el mundo tiene la suya.
CARLOS DEL RIEGO
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